Dos almas gemelas que deberán aprender juntas a superar sus temores y encontrar el camino hacia sus verdaderos sueños. Acompañen a Callie Torres y a Arizona Robbins en este viaje, a través de los sentimientos. Una montaña rusa de emociones, donde la música será otra protagonista. Citando a Jessica Capshaw: “Hold on and enjoy the ride” (Agárrense fuerte y disfruten del paseo).

jueves, 1 de octubre de 2015

Epidemia – Capítulo 41 – Bad Dreams (Pesadillas)

En el capítulo anterior:

…Mientras cerraba la puerta detrás de ella, Callie le enseño lo que la había hecho devolverse: un mapa de España y la lista de los deseos que habían escritos minutos antes.

Arizona preguntó:

— ¿Para qué es el mapa mi cielo?

—Quiero darle un vistazo, creo que en nuestro recorrido por España hay varios lugares a los que podremos ir y comenzar a tachar alguno de los deseos de esta lista.

— ¿En serio? —preguntó Arizona emocionada.

—Si mi amor, vamos a verlo mientras ordenamos la comida ¿te parece?

—Sí, me encanta.

—Bien —dijo Callie con una sonrisa de oreja a oreja.

Y efectivamente mientras esperaban ser servidas, Callie extendió el mapa de España sobre la mesa y juntas planificaron la ruta que seguirían para llegar a Madrid, decidieron hacer paradas de tres o cuatro días en Valencia, Alicante, Cartagena, Murcia, Granada, Sevilla, Córdoba, y finalmente, Madrid, antes de regresar a Seattle.

Para celebrar, pidieron una botella de Cava y brindaron con sus copas en alto, emocionadas y felices, casi soñando despiertas con todas las cosas que querían compartir, juntas, en ese viaje que era en sí mismo un sueño hecho realidad.


Epidemia – Capítulo 41 – Bad Dreams (Pesadillas)
“Bad Dreams, bad dreams… get away
Good dreams, good dreams… stay”
(Pesadillas, pesadillas…aléjense
Dulces sueños, dulces dueños…quédense)
Arizona Robbins, Temporada 6, Episodio 8


Después de haber compartido unos días maravillosos en Tortosa, esa última noche, antes de continuar su viaje que las llevaría finalmente a Madrid, Callie y Arizona, decidieron darse un banquete en el restaurant del Hotel, ambas comían  con un apetito voraz, especialmente Arizona, quien luego de un día de largas caminatas por el casco antiguo de la ciudad de Tortosa, estaba realmente hambrienta.

Mientras comían, Callie sonriendo le dijo a Arizona, de forma dulce pero en tono de advertencia:

—Si sigues comiendo de esa forma, vas a tener pesadillas esta noche.

Arizona se apresuró para terminar de masticar y tragar el gran bocado que tenía en la boca y luego dijo:

—Es que todo está divino, no puedo parar de comer.

Callie sonrió, Arizona parecía de nuevo una niña pequeña, era obvio que estaba disfrutando como una criatura su banquete, así que sólo agregó antes de llevarse a la boca un pedazo de su postre:

—Bueno, luego no te quejes cuando te diga: “te lo dije”.

Arizona, sólo asintió con la cabeza y sonrió mientras continuaba devorando su comida.

Al terminar de comer, ambas pidieron una taza de café, fue entonces cuando Callie puso atención a la letra de la canción que se escuchaba en ese momento en el restaurant, entonces dijo:

—Esa canción es linda, pero la letra es algo triste ¿no te parece?

Arizona prestó atención a la música, y respondió:

—Si mi cielo, lo es, es como un amor que está muriendo, cuando todo se acaba…


Clic en el título para acceder a la canción





Pasadas las once de la noche, subieron a la habitación, estaban tan agotadas que sólo se pusieron sus ropas para dormir, se dieron un beso de buenas noches y abrazadas, en cuestión de pocos minutos, se quedaron profundamente dormidas.

….

En medio de la noche, Callie abrió los ojos sobresaltada, el llanto de Arizona la había despertado. Cuando Callie la miró para ver que le ocurría, y saber el motivo de su llanto, se dio cuenta que Arizona estaba profundamente dormida pero aun así estaba llorando, y dedujo que Arizona estaba teniendo una pesadilla, así que sin dudarlo un segundo, Callie la despertó.

Arizona abrió los ojos, y aun llorando tocó su pierna izquierda, luego miró a Callie y cuando se percató de sólo había tenido un mal sueño, se aferró a ella, la abrazó con todas sus fuerzas, mientras repetía casi como un mantra:

—Mi Calliope, mi Calliope, mi Calliope…

Callie apretó el abrazo y con ternura le preguntó mientras acariciaba la espalda de Arizona para tranquilizarla:

— ¿Estabas soñando de nuevo con pequeños ataúdes?

Arizona, a pesar de haber despertado y saber que todo había sido producto de una pesadilla, continuaba llorando, así que entre lágrimas alcanzó a decir:

—No, no fue eso

Callie continuó dándole caricias tranquilizadoras, mientras le decía:

—Tranquila mi amor, todo está bien, sólo fue un mal sueño

Todavía llorando, Arizona balbuceó:

—Pero pareció tal real

— ¿Quieres contarme? —le preguntó Callie con ternura.

Pasaron unos minutos abrazadas, mientras Arizona se tranquilizaba, luego ella comenzó a decir:

—Todo comenzó en aquél ascensor, dónde yo te pedía que me dieras una oportunidad cuando regresé de África…

— ¿Del mismo ascensor donde salí y tuve aquel accidente que me hizo perder la memoria, correcto? — preguntó Callie.

—Sí, de ese mismo, pero con una diferencia, en mi sueño tú no saliste del ascensor, me dijiste que estabas embarazada de Mark

—Oppps —dijo Callie, luego agregó—: ¿Embarazada de Mark?, o sea ¿qué me embaracé mientras tú estabas en África?

—Sí —respondió Arizona.

—Y luego ¿qué pasó? —preguntó Callie.

—Bueno, a mí me costó perdonarte, odiaba la idea de que aunque habíamos terminado, tú te hubieras acostado con otro y peor aún con un hombre, pero luego nos reconciliamos. Cuando estabas cerca de dar a luz, yo te propuse matrimonio en un coche, yo iba manejando, pero tuvimos un accidente, a mí no me pasó gran cosa, tenía puesto el cinturón de seguridad, pero tú te lo habías quitado, porque un poco antes habíamos estado discutiendo y saliste disparada por el parabrisas.

Callie abrió los ojos como platos y preguntó:

— ¿Y morí en ese accidente o perdí a ese hijo?

—No, no moriste, ni tú, ni…nuestra hija, se llamaba Sofía —sin saber por qué, Arizona asomó una pequeña sonrisa cuando recordó a esa niña, era el vivo retrato de Callie, luego prosiguió diciendo—: caíste en coma, pero luego te recuperaste, y nos casamos, fue una ceremonia hermosa —dijo Arizona sonriendo, luego agregó—: esa parte del sueño fue bonita.

—Pero estabas llorando cuando te desperté, ¿qué pasó después? —preguntó Callie.

—Hubo otro accidente, luego…

— ¡Otro accidente! —Exclamó Callie, luego dijo—: Vaya suerte, ¿y esta vez sí morí?

—No Callie, esta vez el accidente lo tuve yo, fue un accidente aéreo, en ese avión íbamos Lexie, Mark, Meredith, Derek, Cristina y yo. Lexie murió en el acto, Mark murió un mes después, sólo sobrevivimos Meredith, Cristina, Derek, quien resultó herido en una mano y yo, pero…

— ¿Pero qué? —preguntó Callie con un tono expectante.

Arizona respondió, tocándose instintivamente su pierna de nuevo:

—Yo perdí una pierna, la izquierda y fuiste tú quien ordenó que me la amputarán, aún a pesar de que te había hecho prometer que tú no lo permitirías.

Callie sólo alcanzó a decir con un dejo de tristeza en su voz:

— ¡Wow!, ¡que horrible! y ¿fue allí cuando te desperté, por eso estabas llorando?

—No, estaba llorando porque te perdí, me perdí a mi misma y te perdí a ti.

—Cuéntame ¿Qué pasó?, ¿acaso te dejé por lo de la pierna?, ¿qué pasó?

Arizona suspiró y luego respondió:

—No me dejaste, estuviste conmigo todo el tiempo, tratando de entender mi frustración, mi tristeza, y mi miedo, aguantando durante meses que yo te culpara por haber decidido amputar mi pierna, hasta que un día en el hospital, cuando tú y yo, aparentemente estábamos mejor, como pareja, conocí a una doctora, una tal Lori, Lauren, no recuerdo su nombre, ella…ella me sedujo y yo me acosté con ella.

Callie sólo alcanzó a decir:

— ¡Oh, oh!

Arizona agregó:

—Tú te enteraste, de la peor manera, fue esa misma noche en el hospital, había una tormenta o algo así y descubriste cuando llegó la luz, mi anillo de matrimonio en la bata de esta mujer, tuvimos una discusión, dónde ambas lloramos, especialmente tú, no entendías por qué yo había hecho eso, por qué te había hecho eso luego de pasar todo lo que habíamos pasado, me dijiste con lágrimas en los ojos que estábamos casadas, que teníamos una hija. Yo, de nuevo, te eché en cara de lo de la pierna, te dije que había confiado en ti más que en ninguna otra persona en el mundo, pero tú habías decidido quitarme la pierna, tú me gritaste que había sido para salvar mi vida y yo te respondí que tu no habías perdido nada en ese accidente, luego, derrotada, me dijiste: “Aparentemente te perdí a ti”.

— ¿Y fue allí cuando te desperté?, ¿verdad?

—No, la pesadillo continuó. Luego, pasó algo más.

— ¡Más! —exclamó Callie.

—Sí, más, yo regresé a nuestro apartamento, quería hablar contigo, no quería perderte a pesar de todo, te había dicho cosas horribles en esa discusión y estaba arrepentida de lo que había hecho, de todo lo que había dicho, así que te busqué, pero tú no estabas, habías dejado una nota sobre nuestra cama, junto con tu anillo de matrimonio y el collar de corazones que tenemos ambas.

— ¿Recuerdas lo que decía la nota?, preguntó Callie

Arizona respondió:

—Sí, algo así como: “Me dijiste que habías confiado en mí y que yo, aun así, decidí cortar tu pierna, es obvio que no confías en mí nunca más, pero ahora yo tampoco confío en ti, te acostaste con otra mujer, creo que ni siquiera tú sabes por qué lo hiciste, yo tampoco lo sé, tampoco lo entiendo, y más doloroso aún es que me hiciste pensar que todo estaba bien para luego darme cuenta que tuve razón desde el principio, porque realmente te perdí en ese accidente, la mujer que volvió no es mi esposa, no es la mujer de quien me enamoré. En cuanto a mí, no creo que pueda ser la misma tampoco, me siento rota por dentro, derrotada, después de tanto luchar, igual todo resultó en un fin agónico, lento y doloroso…Un día me pediste que no corriera y no lo hice, pero ¿Qué es una promesa rota más? Ese anillo que descubrí en la bata de esa mujer, representaba una promesa, una promesa que tu rompiste, ¿para qué?, ¿acaso fue para que yo sufriera en carne propia lo que es perder algo?, pues bien, creo que ambas perdimos… Me mudé al apartamento de Mark, y lo hice así por nuestra hija, ella ya perdió a un padre, no quiero que pierda a su madre también. Pero en cuanto a ti y a mí, a nosotras, ya no hay más un “nosotras”, ya no nos quedan más promesas que romper, ya no nos queda, sino la amargura, los reproches y yo no quiero eso, ni para ti, ni para mí. Adiós Arizona

Sin saber exactamente por qué, ya que Arizona estaba consciente de que todo había sido una terrible pesadilla, cuando terminó de pronunciar esas palabras, ella rompió en llanto de nuevo, había algo en ese mal sueño que lo hizo parecer tan real, que simplemente sentía ganas de llorar cuando lo recordaba.

Al verla así, Callie de nuevo la tomó en sus brazos y abrazándola con todas sus fuerzas dijo con una ternura increíble:

—No llores mi pichirruchi, todo fue un mal sueño, yo estoy aquí contigo, tu pierna está aquí contigo, no llores, no ha pasado nada, sólo fue una pesadilla.

Tratando de reír en medio de sus lágrimas, Arizona dijo:

—Sí, ya sé que soy una tonta por ponerme así, pero pareció tan real Callie.

—No fue real, todo fue un mal sueño, muy malo, debería agregar

—Pues sí, muy malo —dijo Arizona, tratando de sonreír, mientras Callie pasaba sus dedos por su rostro para limpiar sus lágrimas, entonces ella preguntó:

—Arizona ¿tú crees en las realidades alternativas?, quiero decir ¿Qué las decisiones que tomamos, las importantes, pueden cambiar de algún modo el destino?

Un poco confundida, Arizona respondió:

—Bueno, creo que sí, pero ¿por qué me pregustas eso?

Callie sonrió con cierto grado de nerviosismo y respondió:

—Porque yo estuve a punto de acostarme con Mark cuando tú estabas en África

— ¡Qué! —exclamó Arizona un tanto confundida.

—No lo hice, no lo hicimos, fue una noche que ambos estábamos pasados de tragos, de hecho nos besamos, pero no pasó de allí, me acordé de ti, te extrañé aún más y no pasó nada, pero ahora que me cuentas todo ese mal sueño, simplemente me lo pregunté: ¿Qué habría pasado si yo me hubiera acostado con Mark y hubiera quedado embarazada de él? Ese hecho, en apariencia, aislado, ¿hubiera cambiado nuestras vidas hasta ese punto?

—No lo sé respondió Arizona.

Tratando de bromear un poco, Callie dijo sonriendo:

—Bueno, acabas de serme infiel en sueños Arizona, no dejaré que te atragantes de comida otra vez

Arizona se rio y exclamó:

— ¡Ni escuchar canciones tristes mientras me atraganto de comida!, y sí, lo sé, ahora es tu momento de decirme: “te lo dije”, así que dilo.

—No, no te voy a decir “te lo dije”  mi pichirruchi,  pero quiero que tú me respondas algo: Bajo circunstancias parecidas, ¿te acostarías con otra mujer?, ¿me serías infiel?

Arizona lo pensó un momento antes de responder, luego dijo con seguridad en su tono de voz:

—Quizás la Arizona de antes, sí, la Arizona que no se había entregado, que decía que confiaba, pero que en realidad no lo hacía, pero esta Arizona no, la que decidió entregarse a ti cuando perdiste la memoria, la que decidió confiar en ti, no haría algo así. Creo que si me ocurriera algo…, algo horrible como eso, lo hablaría contigo porque confío en ti, no lo reprimiría fingiendo que todo está bien cuando en realidad no lo está, esa era la Arizona de antes, no la de ahora.

Tratando de ocultar un bostezo con su mano, Callie preguntó mientras miraba la hora en la mesa de noche:

— ¿Y esa Arizona de ahora quiere seguir durmiendo?, tengo sueño, son las tres de la madrugada mi amor.

Arizona sonriendo, respondió:

—Sí, pero con una condición

— ¿Cuál? —preguntó Callie mientras otro bostezo se asomaba a su rostro.

—Que me abraces muy fuerte

Mientras Callie se acomodó en la cama para acoger en sus brazos a Arizona, respondió:

—Moción aceptada, vamos a dormir, que dentro de unas horas tenemos que salir rumbo a Valencia, en el coche que alquilamos hoy.

—Sí mi amor —dijo Arizona mientras acunaba su cuerpo en el de Callie, quien la abrazó y la apretó contra el suyo.

Arizona suspiró aliviada y antes de quedarse dormida, susurró mientras besaba la mano de Callie:

—Te amo

Callie sonrió, besó el cuello de Arizona y luego dijo:

—Te amo también

A los pocos minutos ambas se durmieron, por el resto de la noche no hubo más pesadillas, sólo un sueño profundo, reparador y cálido.


Esta historia continuará…

Bueno, mis queridas lectoras, después de esta larga, larguísima ausencia de más de dos años, ante todo quisiera pedir disculpas, varios asuntos de índole personal me obligaron a ausentarme, no obstante, siempre tuve presente el deseo de regresar a mis escritos y aquí estoy. He reabierto el acceso a mi portal blog en Wordpress (mikitrobbinson.wordpress.com), mi cuenta en Facebook y he creado una nueva cuenta en twitter @mikitrobbinson. Deseo informarles que no sólo he regresado para continuar con Epidemia, sino con nuevos proyectos con los cuales de algún modo, quisiera compensar, tanto tiempo de ausencia de mi parte.

El primero de estos proyectos, es un nuevo fanfiction de Calzona presentado en forma de serie, que considero una de las cosas más locas que se me ha ocurrido publicar, es un relato ausente de drama pero rebosante de situaciones súper descabelladas que espero, les hagan reír. Lo he titulado “Calzona y la Lámpara Mágica” y como una pequeña sorpresa, les informo que estoy publicando hoy mismo, aquí en Fanfiction y en mi portal blog de Wordpress, el Episodio Piloto, el que relata cómo y por qué, Callie y Arizona se tuvieron que convertir en personajes de caricaturas, por obra y gracia de un genio medio loco salido de una lámpara mágica.

El otro proyecto, mucho más serio que el anterior, es algo que estoy escribiendo desde hace algunos meses, ya no será un fanfiction sino un libro, que pienso publicar en Amazon, donde a través de personajes creados por mí, quiero contar una historia que pretende ser, algo más que sólo una novela de amor lésbico. Aunque todavía la estoy escribiendo, ya tiene título, se llamará “El amor va por dentro”.

Debo confesar que estoy muy entusiasmada con este proyecto en particular, esto era algo que había querido hacer desde hace mucho tiempo, crear mis propios personajes y darles vida en una historia compleja, que además de mostrar los sentimientos más profundos entre dos seres que aprenden a amarse mutuamente sin condiciones, toca temas tan sensibles como la homofobia, los prejuicios religiosos que la sustentan y la discriminación. He pasado horas y horas investigando todo lo necesario para lograr transmitir el mensaje que deseo llevar a todas las personas que me brinden el honor de leer esta historia, un mensaje de solidaridad a todos aquellos que de uno u otro modo han sido víctimas o testigos de la incomprensión a un sentimiento tan puro, como puede llegar a ser, el amor entre dos personas del mismo sexo.

Bueno y para culminar, en cuanto a Epidemia, quiero decir que la seguiré escribiendo y publicando con regularidad, aunque por todos los proyectos que les he mencionado, su frecuencia de publicación no será tan cercana, pero esta historia será escrita y publicada en su totalidad, a paso lento, pero seguro.

Un abrazo,


Miki