Dos almas gemelas que deberán aprender juntas a superar sus temores y encontrar el camino hacia sus verdaderos sueños. Acompañen a Callie Torres y a Arizona Robbins en este viaje, a través de los sentimientos. Una montaña rusa de emociones, donde la música será otra protagonista. Citando a Jessica Capshaw: “Hold on and enjoy the ride” (Agárrense fuerte y disfruten del paseo).

miércoles, 8 de mayo de 2013

Epidemia - Capítulo 40 - Atada a tu amor


En el capítulo anterior:
Ambas se dijeron “Te amo” incontables veces, mientras se fundían en un cálido y tierno abrazo. Fue tal el cansancio y el agotamiento de sus cuerpos llevados más allá del límite en ese día emocionante que culminaba con esa entrega de amor mutuo, que sin darse cuenta se quedaron dormidas abrazadas en la bañera. Un rato después, el agua que ya se había enfriado despertó a Callie. Ella se llenó de ternura al ver a Arizona, quien parecía un hermoso ángel dormido, respirando suavemente en su regazo.
Callie no quería despertarla, pero era necesario al menos llamar su atención para lograr salir de la bañera. Al llamado de Callie, Arizona balbuceó palabras incoherentes, pero recuperó lo suficiente la conciencia para que Callie pudiera pararse con ella, envolver su cabello y su cuerpo en una toalla seca y llevarla en brazos hasta la cama, donde la depósito con una enorme dulzura. Callie le dio un beso en la mejilla a su bella durmiente, se secó con una toalla, se cepilló a medias su cabello, sólo para desenredarlo un poco, e hizo lo mismo con el cabello de Arizona quien para ese momento yacía profundamente dormida acostada de medio lado apoyada en su hombro izquierdo. Exhausta de cansancio también, Callie se metió debajo de las sábanas, abrazó a Arizona y la acunó en sus caderas. En pocos segundos ella también se quedó dormida.


Epidemia – Capítulo 40 – Atada a tu amor

Horas después, cuando Callie abrió los ojos, ya había caído la noche, la habitación estaba a oscuras, apenas iluminada por el resplandor de la luna llena que se filtraba a través de las ventanas. Callie suspiró y apretó el abrazo para acercar su cuerpo al de Arizona, quien aún dormía profundamente. Luego cerró los ojos y besó su hombro desnudo mientras percibía como algo dentro de su propio pecho se inundaba de esa sensación tan increíble como indescriptible: ese ángel de rizos dorados y hermosos ojos azules que yacía a su lado era la causa, la razón de esa inmensa felicidad que le colmaba el alma. Callie no pronunció palabra alguna para no despertarla, pero en sus pensamientos se repetía sin cesar, como si fuera un mantra, una y otra vez: “te amo, te amo, te amo…”

Quizás en medio de sus sueños, lo percibió, lo cierto es que abrió los ojos y al sentir a Callie tan cerca, abrazándola por detrás,  su respiración y su boca rozando su hombro, Arizona sonrió y suspiró mientras experimentaba, aún sin saberlo, las mismas emociones que Callie estaba sintiendo. Arizona soltó un bostezo y posando su mano sobre la de Callie en su vientre, la acarició con ternura, luego rodó sobre su costado para encontrarse con esa mirada brillante, con esa sonrisa que ella adoraba y como si hubiera escuchado sus pensamientos, Arizona, sólo dijo sonriendo:
-Te amo.
La voz soñolienta de Arizona era sin duda la cosa más tierna y al mismo tiempo más sexy que Callie había escuchado en toda su vida. Arizona ahogó un bostezo grande y acercando sus labios a los de Callie, dijo mientras una sonrisa iluminaba su mirada:
-Ven aquí
Callie acercó su rostro para deleitarse con el dulce sabor de los labios de Arizona contra los suyos. No había ningún otro sentimiento parecido. En medio de esa tierna sucesión de besos, el estómago de Arizona crujió de hambre, fue en ese momento cuando Callie sonriendo dijo:
-Creo que nuestros estómagos necesitan alimento, dime Arizona ¿quieres bajar a cenar?
Arizona levantó su mirada, pensando, luego respondió:
-Tengo hambre, pero no quiero moverme de aquí, además quiero seguir durmiendo, tengo sueño
-¿Podemos pedir que nos traigan algo a la habitación?, ¿quieres?, le preguntó Callie, mientras acariciaba la mejilla de Arizona con ternura
-Si pedimos algo lo traerán, en quince o veinte minutos, creo que estaré dormida para entonces
-Eso nos deja una sola opción mi bella, hambrienta y somnolienta dama, dijo Callie con los ojos entrecerrados mientras hundía su rostro en el cuello de Arizona, quien adivinando exclamó triunfante:
-¡Más tortilla española!
Callie asintió sin apartar su rostro de la suave piel de Arizona, unos segundos después ella agregó:
-¿Seria usted tan amable Dra. Torres de traerle a la cama a su bella, hambrienta y somnolienta dama esa tortilla…, y mientras soltaba un nuevo bostezo agregó: …-antes de que me quede dormida de nuevo?
Callie se rió y mientras se paraba de la cama en busca de las cuatro porciones de tortilla española que habían dejado sobre la mesa al lado de la puerta de la habitación, dijo:
-Después de hoy creo que no probaré la tortilla española en meses
Arizona sonriendo dijo:
-Yo tampoco, y espero que el desayuno de mañana esté libre de tortillas de cualquier tipo
A pesar de las quejas, en menos de cinco minutos ambas se devoraron sus dos porciones de tortilla española. Minutos después, Callie hundió su rostro en el cuello de Arizona mientras ella la abrazaba, así se quedaron, profundamente dormidas.
Al día siguiente y para fortuna de ambas, Arizona tuvo razón, no hubo vestigios de ningún tipo de tortilla en el suculento desayuno que sirvió de preámbulo a la entrega del premio de la tercera edición de “Los Juegos del Hambre”.
Entre vítores y aplausos de los presentes, Callie y Arizona recibieron su pequeño trofeo junto con la consola nueva de Nintendo Wii U,  el juego Sonic All-stars Racing Transformed Bonus Edition y el sobre que contenía los documentos para hacer efectivo su traslado y su estadía de cinco días en el Hotel Parador de Tortosa. Asimismo, por ser las ganadoras de la competencia, les correspondió a ellas retirar del biombo dispuesto para tal fin uno de los sobres sellados que contenían los nombres del resto de los equipos participantes, quienes ganarían un viaje de dos días con todos los gastos pagos a Tossa del Mar. Los ganadores de esa rifa fueron los participantes del equipo número seis, la simpática pareja de recién casados que interactuaron con Callie y Arizona al final de prueba en la cual Callie cantó para atraer a Arizona hacia ella.
….
Antes de recoger todo su equipaje y dirigirse a Tortosa, Callie y Arizona permanecieron cuatro días más en Barcelona, que aprovecharon para recorrerla, visitaron sus plazas, entre ellas la de Cataluña, sus típicas calles como las Ramblas o el Barrio Gótico, lleno de edificios de ese característico estilo arquitectónico; el Puerto, el exterior de la Sagrada Familia, el impresionante Parque Güeli, el barrio de la Ribera y la Basílica de Santa María del Mar.
Y así, dejando atrás la hermosa Barcelona y llevándose con ellas imborrables recuerdos que permanecerían por siempre en sus corazones, esa mañana recorrieron en el transporte designado por el Hotel, los 183 Kms. que las separaban de su próximo destino: Tortosa
Cuando llegaron al Parador Tortosa, casi dos horas después, Callie y Arizona se quedaron extasiadas al admirar el hermoso castillo convertido en Hotel con sus altas paredes de piedra y sus hermosos y amplios jardines.
Ilusionadas y felices, con unos deseos enormes de recorrer Tortosa, ambas se registraron en el Hotel y subieron a la habitación que le asignaron, la cual era en realidad una amplia suite en forma de L, con una gran terraza desde la cual se podía admirar en todo su esplendor el Valle del Ebro y la antigua ciudad de Tortosa. El mobiliario de la habitación era de sobria y antigua madera, su visión rememoraba con exquisitez los muebles propios de un castillo de siglos pasados, en el lado izquierdo se encontraba un sofá de dos puestos y una mesa de comedor redonda con cuatro sillas, mientras que en la parte mas amplia de la habitación que comunicaba con la terraza se encontraba una imponente cama King. De las cuatro esquinas de la cama, se levantaban cuatro hermosos palos bellamente labrados que servían de base a un dosel desde donde caía un cortinaje de una tela semitransparente que casi rozaba los bordes de la cama, envuelta en sábanas de seda blanca y bellamente decorada con cojines de varios tamaños.
Al observar la cama Arizona le dijo a Callie con una sonrisa:
-Creo que me sentiré como una reina durmiendo en esa cama
Con un suave beso en la mejilla, Callie le dijo sonriendo:
-Mi amor, tu siempre duermes como una reina, pero ¡vamos!, ¡vamos primero a conocer Tortosa! ¿te parece mi dulce reina?
Sin dejar de sonreír y mostrando sus hoyuelos, Arizona tomó la mano de Callie entre la suya y la condujo hasta la puerta de la habitación.
Y así, tomadas de la mano, comenzaron su recorrido por las calles del casco antiguo de la ciudad, una de las joyas del sur catalán: Tortosa, una hermosa ciudad rodeada del esplendor silencioso y perfumado de miles de hectáreas agrícolas, protegida por una larga y colosal muralla y bañada en sus orillas, por la desembocadura del Ebro, el rio más caudaloso de España.
Mientras admiraban el bello y sugestivo casco antiguo, bajo la sombra poderosa del milenario castillo árabe de la Zuda, la magnífica Catedral de Santa María y el Convento de Santa Clara, entre espectaculares edificios y palacios modernistas, el sonido apagado de un teléfono móvil, las sacó de su ensoñación. Mirándose a los ojos intrigadas, Callie y Arizona dirigieron luego la vista hacia sus respectivos bolsos para tratar de averiguar de cual de ellos emanaba el timbre. Era el teléfono de Callie el que sonaba, ella sacó el móvil de su bolso y observó curiosa la pantalla para averiguar quien la llamaba.
Antes de contestar, Callie le dijo a Arizona:
-Es Mark
Arizona, intrigada también, pensó en voz alta y exclamó:
-¡Mark! ¿Y que puede querer Mark para llamarte por teléfono?
Callie respondió:
-Ya lo veremos, hizo una pequeña pausa y agregó saludando a su interlocutor: -Hola Mark
Al otro lado de la línea, al otro lado del mundo, Mark exclamó:
-¡Caramba Torres!, si no te llamo no hay forma alguna de escuchar tu voz, sé que recuperaste la memoria porque Teddy me lo contó, y también sé que luego de una semana te escapaste con tu patinadora a España, pero ni una sola llamada a tu amigo ¿acaso te has olvidado que existo? ¡Mala amiga!. Mark dijo esto último riendo, haciéndose obvio para Callie que él estaba bromeando, aunque esa sonrisa no le evitó sentirse un poco culpable, porque conocía muy bien a Mark, ella sabía que esa era su manera de reclamarle su abandono.
Callie hizo una mueca cómica con su cara y luego le contestó:
-Perdona Mark, tienes razón, pero fue así, la primera semana, luego de recuperar la memoria pasé un infierno, no quise hablar con nadie, pero después…Callie hizo una pausa y mirando a Arizona, le sonrió. Arizona le devolvió la sonrisa. …-Después me reconcilié con Arizona y desde ese día todo mi mundo, ha sido para ella, han sido bikinis, sangrías, playas, lugares románticos y juegos del hambre, además…
Mark la interrumpió y preguntó intrigado: -¿Juegos del Hambre?, ¿De qué diablos estás hablando Callie?
-Olvídalo, no me hagas caso, luego te contaré, pero el punto es que Arizona y yo estamos muy felices, es más, Mark, ¡ella me propuso matrimonio!, ¡Nos vamos a casar!, dijo Callie dando saltitos de alegría mientras admiraba su anillo de compromiso. Arizona al verla se rió con picardía.
Emocionado, Mark exclamó:
-¿En serio Torres? ¡Wow! ¡Felicidades! Ya veo que no han perdido el tiempo en ese viaje, y bueno, ya que tocas ese tema…Mark hizo una pausa, mientras Callie se quedó callada, ella sabía que su amigo estaba a punto de decirle algo muy importante para él, ella sabía que de no ser así, él no la hubiera llamado. Pero notando que Mark, dudaba sin atreverse a decir más, Callie le dio un pequeño empujón diciéndole:
-¡Anda Mark!, ¡Suéltalo!
Él respiró profundo y luego lo soltó:
-Callie, justo por eso te estoy llamando, es que…es que quiero pedirle a Lexie que se case conmigo, pero no me atrevo, no quiero que me diga que no, sabiendo que posiblemente no tendré valor para hacerlo de nuevo si ella se niega…Amiga, necesito tu consejo, ¿tu crees que deba pedirle que se case conmigo?, y lo más importante ¿Tú crees que ella me diga que si?
Callie dio otro salto de alegría, mientras exclamaba en voz alta:
-¡Al fin te has decidido a sentar cabeza, mi querido amigo, pensé que ibas a acabar viejo y solo!...¡Por supuesto que debes pedirle que se case contigo, ella también te ama, ella te dirá que sí, confía en mi!. Mientras decía esto, Callie se dio cuenta que Arizona la veía emocionada, ella sabía que Arizona se alegraba tanto como ella, por Mark y por Lexie, porque ambos merecían ser felices también.
-¿En serio Torres?, ¿Tú en verdad lo crees?, le preguntó Mark, mientras Callie notaba la emoción que afloraba de su voz
-Claro que sí Mark, ¡anda, atrévete!, dijo Callie en el momento en que Arizona acercó su rostro al de Callie para decirle a Mark por el auricular:
-¡Atrévete Mark, quizás tengamos una boda doble!
Callie sonrió por la idea de Arizona y le dijo a Mark:
-¿Lo ves? Arizona opina lo mismo que yo
Mark, más aliviado dijo:
-Ya veo, por cierto, salúdame a Arizona y gracias Torres, gracias a ambas, me dieron el empujón que necesitaba para hacer esto y ahora no les quito más tiempo, tengo que entrar al quirófano en unos minutos, pero eso sí, luego me cuentas todo Callie, especialmente las partes mas sucias y eróticas de tu viaje, terminó diciendo Mark riendo con picardía.
Callie abrió la boca y riéndose a carcajadas dijo:
-Tú no cambias Mark, pórtate bien, mira que si todo sale bien, pronto serás un hombre casado…
Mark la interrumpió para agregar:
-Y con hijos Torres, quiero tener por lo menos dos hijos con Lexie
Callie sonriendo le dijo:
-Si Mark un hombre casado y con hijos, eso tengo que verlo, por cierto ¿sabes algo de Sebastián?
Mark le respondió:
-No, la verdad no, no llevo ese caso como ya sabes, pero si deseas saber de él, puedo decirle a Teddy que te llame ¿te parece?
-Si Mark, por favor dile a Teddy que me llame, te lo agradezco
-Gracias a ti Torres, bueno ahora sí, me voy a operar. Síguela pasando muy bien, Torres y ya sabes que me debes un montón de historias eróticas españolas. Agregó Mark riendo de nuevo.
Callie puso un tono regañón y bromeando le repitió a Mark:
-Anda a operar y pórtate bien, ¡ah! y ¡mucha suerte con la propuesta!, estoy segura que la tendrás, envíame un mensaje cuando te diga que si ¿Ok?
-Ok Torres, un beso, y gracias
-Un beso para ti también. Bye
-Bye, dijo Mark cortando la comunicación
Una vez que Callie guardó de nuevo su teléfono móvil en el bolso le preguntó a Arizona:
-Eso que dijiste de la boda doble ¿fue en serio?
Arizona se colocó frente a Callie, levantó sus pies de puntillas y mientras depositaba un tierno y breve en sus labios, le dijo sonriendo:
-Por supuesto que sí ¿sería una ceremonia bonita?, ¿no crees?
Devolviéndole el beso y la sonrisa, Callie le dijo:
-Me parece una idea excelente, y sí, creo que sería algo muy bonito
Mientras retomaron su camino con las manos entrelazadas, Arizona dijo:
-Bueno, ahora lo único que falta es que Lexie le de el sí
-Así es, le dijo Callie.
Después de pasear unas dos horas más por la hermosa ciudad, Callie y Arizona, se sentaron en un restaurant para almorzar, mientras esperaban, el teléfono móvil de Callie volvió a repicar, era Teddy quien la estaba llamando. Luego de saludarse y de que Teddy diera sus felicitaciones a ambas por su próximo matrimonio, ella le comentó que el estado de Sebastián era estable, pero que honestamente había empeorado en los últimos días, se estaba haciendo más que evidente que sus órganos estaban fallando y que posiblemente necesitaría para sobrevivir algún trasplante, no obstante, dada la extraña condición de su enfermedad, Teddy consideraba que era muy difícil que la junta aprobara un trasplante para él, por lo cual, el padre de Sebastián estaba cien por ciento dedicado a tratar de encontrar la cura para su enfermedad. Preocupada por las noticias acerca del estado actual de la salud de Sebastián, Callie le hizo prometer a Teddy que ella la llamaría en caso de que la situación se agravara aún más. Callie amaba a Sebastián y no podría perdonarse que a él le pasara algo mientras ella disfrutaba en España.
Cuando la llamada finalizó, Callie le contó a Arizona lo que Teddy le había dicho y ambas estuvieron de acuerdo en regresar a Seattle, en el caso de que Teddy las llamaba para informarle el empeoramiento de la salud de Sebastián, aunque ambas sin decirlo, esperaban que eso no ocurriera, en primer lugar por el propio Sebastián, y en segundo lugar, porque ese viaje era casi un sueño que se estaba haciendo realidad cada día, en cada amanecer, en cada calle que transitaban tomadas de la mano, en cada paisaje que admiraban, en cada playa, en cada beso, en cada abrazo, en cada oportunidad que sus cuerpos y sus almas se fundían al hacer el amor.
Cuando la noche cayó y el cielo se colmó de estrellas, Callie y Arizona, regresaron al hotel, cenaron en el amplio comedor y subieron a su habitación. Tomaron juntas una ducha caliente y salieron del baño envueltas en toallas. Mientras Arizona se cepillaba el cabello, Callie buscó en las maletas de ambas sus ropas para dormir. En ese momento Arizona se sobresaltó, porque escuchó a Callie, mientras movía su mano derecha con cara de dolor, lanzando improperios por su boca, repitiendo sin cesar:
-¡Fuck, fuck, fuck…!
Arizona se paró de la silla y se acercó de inmediato a Callie para averiguar que le había ocurrido.
Callie repitiendo –Fuck, por enésima vez, le dijo a Arizona que la miraba con ojos interrogantes:
-Me machuqué los dedos de la mano con la maleta
Arizona se acercó aún más hacia su pareja y tomando la mano de ella entre las suyas, metió en su boca cada uno de los dedos adoloridos de Callie, quien en seguida notó la picardía en los ojos de Arizona y como se iban oscureciendo a medida que chupaba con su boca cada uno de sus dedos. Mientras lo hacía, muy lentamente, entre un dedo y otro, Arizona le preguntó a Callie con una voz sexy:
-¿Sabes cual es el origen de la palabra “Fuck”?
Mientras la sensación de dolor era sustituida gradualmente por el deseo, Callie sonrió y respondió:
-No, no lo sé
Arizona miró a su alrededor, la sobria decoración de la habitación de estilo medieval, le había hecho recordar el origen de esa palabra, cuando Callie la había repetido una y otra vez, así que le dijo, mientras ambas se acostaban en la cama:
-En la edad media, cuando una pareja iba a contraer matrimonio, el Rey tenía derecho a pasar la primera noche de bodas con la recién casada, pero bajo circunstancias especiales, el Rey podía permitir, que tal cosa no ocurriera, es decir, que la recién casada pudiera ser desflorada por su marido y no por él. Además, en la Inglaterra antigua, la gente no podía tener sexo sin contar con el consentimiento del Rey, a menos que fueras parte de la familia real. De modo que cuando las parejas querían tener sexo, debían solicitar un permiso especial al monarca, quien les estregaba una placa que debían colgar fuera de la puerta mientras tenían relaciones…

…-La placa que el Rey entregaba decía: “Fornication Under Consent of the King, (F.U.C.K.)”. De allí viene esa palabra: “Fuck”
Callie sonrió escuchando la explicación de Arizona y mientras comenzó a besar su cuello le dijo deletreando cada letra:
-Entonces yo quiero F.W.M.Q.:
En medio de los gemidos y de la excitación que las caricias de Callie comenzaban a provocar en el cuerpo de Arizona, ella le preguntó:
-¿Y qué significa F.W.M.Q.?
-Sonriendo, pero sin dejar de acariciarla con sus labios, Callie respondió:
-Fornication With My Queen…y luego lo dijo en español: …-o sea, fornicar con mi reina
Arizona sonrió por última vez, mientras Callie la llevó a ese mundo de placer al que ella y solamente ella era capaz de llevarla, luego le tocó a Callie el momento de visitarlo. Exhaustas, se quedaron dormidas una en brazos de la otra, pensando en villas y castillos, en monarcas y reinas…
Casi al amanecer Callie despertó, su bella reina estaba profundamente dormida, así que con sumo cuidado para no despertarla, fue al baño,  antes de salir, como siempre, se aseo la boca con pasta dental y enjuague, se acostó otra vez, y acunando de nuevo a Arizona en su cuerpo, se quedó dormida en pocos minutos.
En sus sueños Callie se vio a sí misma en la época medieval, el pueblo donde vivía era una comarca donde sólo habitaban mujeres, Callie vio un letrero con el nombre de la villa “Lesbianland”. Ese día ella se había casado con una mujer que la había pedido en matrimonio, Érica Hahn, a quien nunca antes había visto en su vida, esta sería su noche de bodas, pero en secreto, sin que nadie lo supiera, lo que Callie deseaba es que la Reina de la comarca la poseyera esa noche.
Callie siempre había estado enamorada de ella, una hermosa mujer de rizos dorados como el sol  y penetrantes ojos azules como el cielo. Callie la había visto algunas veces vestida con una cota de malla, portando una gran espada en su cintura  y montando un caballo hermoso de color negro azabache. Su nueva esposa, Érica, había partido al castillo de la Reina para solicitar el permiso que se requería para ser ella y no la Reina quien la poseyera por primera vez.
Callie, esperó, suplicando en silencio, en secreto, que la Reina no otorgara el permiso, y al parecer, sus súplicas fueron escuchadas, cuando oyó el casco de los caballos que se aproximaban y observó el rostro contrariado de su nueva esposa, quien venía acompañada de tres amazonas, en ese momento lo supo. Tratando de ocultar su emoción, las súbditas de la Reina le ordenaron que montara el mismo caballo del cual Érica se acababa de apear y  partió junto a sus tres acompañantes al castillo. Callie, se giró para ver a Érica mientras se alejaba y sintió un poco de pena al notar la expresión en su rostro, una mezcla de desilusión y temor, pero por otro lado, Callie estaba profundamente emocionada y expectante por ese encuentro con la Reina a quien en secreto siempre había amado.
Lo que Callie no sabía era por qué había visto tanto miedo en los ojos de Érica, lo que Callie no sabía era que Érica siempre había estado enamorada de ella y que el miedo que había distinguido en su mirada obedecía a que ella se había enterado en el castillo, que la Reina estaba buscando una esposa y si ella elegía a Callie para serlo, su matrimonio sería anulado por orden real y la Reina se casaría con Callie.  Érica tenía mucho miedo, ella sabía cuan hermosa era Callie, mientras la veía alejarse, pensó que quizás ese podría ser el matrimonio más corto de la historia.
Una hora después, siguiendo las órdenes de sus tres acompañantes, Callie desmontó el caballo y las siguió hasta una sala de baño donde sería adecuadamente aseada y perfumada para pasar esa noche con la Reina. Mientras era despojada de sus ropas harapientas y sucias, Callie se emocionó aún más, cuando una de las tres amazonas al observarla desnuda, le dijo en voz baja a las otras dos que quizás ella podría ser la elegida, fue en ese momento cuando Callie se enteró que la Reina Arizona, no sólo podría pasar la primera noche de bodas con ella, sino que con un poco de suerte ella podría convertirla en su esposa y por los comentarios de las súbditas que con esmero la estaban aseando, Callie supo que quizás tendría esa suerte, no obstante, su entusiasmo se nubló un poco, cuando escuchó que invariablemente esa primera noche, ella sería atada a la cama, para que la Reina pudiera “probarla”.
De pronto, Callie sintió temor, recordó la expresión de miedo en la mirada de Érica y en ese momento pensó que ese miedo podría obedecer a que la Reina la lastimara físicamente sin que nada pudiera evitarlo, al encontrarse a su merced, atada a una cama.
Una vez que estuvo lista, Callie fue conducida hacia los aposentos de la Reina. Una de las súbditas que la acompañaban, tocó la puerta y esperó el permiso para entrar. Al escuchar la respuesta afirmativa, la súbdita abrió la puerta y le indicó a Callie con un gesto que entrara al recinto. Ella obedeció, pero no tuvo valor de levantar su cabeza para mirar a la Reina, quien se encontraba de espaldas a ella. La Reina sin voltear a mirarla, levantó la mano, haciendo una indicación que la súbdita aparentemente entendió de inmediato. Ella tomó a Callie por un brazo, la despojó de sus ropas y le indicó que se acostara en la cama y acto seguido, tal como Callie lo temía, fue atada de pies y manos a las cuatro esquinas de la imponente y gigantesca cama. Después de comprobar las amarras, la súbdita pidió permiso para retirarse y la Reina, sin girarse, haciendo otro gesto con la mano derecha, concedió el permiso. Callie vio cuando la súbdita se retiró, cerrando la doble puerta de madera maciza detrás de ella.
Callie cerró los ojos, rogando, suplicando en silencio, que la Reina no la lastimara, en ese momento, ella dudó y pensó que quizás hubiera sido mejor que la Reina hubiera otorgado el permiso, porque aunque no conocía a su nueva esposa, por lo menos había visto, además del miedo, algo de afecto y amor en su mirada. No obstante, ya era tarde para eso, allí estaba, atada de pies y manos a merced de una Reina que podría hacer lo que quisiera con ella.
Aún con los ojos cerrados, Callie escuchó los pasos de la Reina acercándose a la cama, ella no se atrevía a mirar, pero no pudo evitar que su cuerpo vibrara cuando sintió que la Reina se despojaba de su ropa y acercó su rostro a milímetros del suyo, mucho menos, cuando percibió como el cuerpo desnudo de la Reina se estremeció ligeramente con el contacto.
En ese momento, la Reina en un tono que era una mezcla de autoridad matizada con ciertos vestigios de lo que parecía una voz dulce, ordenó:
-Abre los ojos
Callie obedeció y un nuevo estremecimiento se apoderó de su cuerpo, cuando encontró a milímetros de su cara, por primera vez, el rostro y los ojos más hermosos que ella había visto en su vida. Ella percibió lo que parecía una hermosa sonrisa con hoyuelos y supo en ese momento que la Reina no le haría daño, supo en ese momento, que ella quería que su Reina Arizona la eligiera para ser su esposa y que la poseyera las veces que quisiera.
Callie soltó un gemido y arqueo su espalda, cuando los labios de esa hermosa mujer comenzaron a besar su cuello y con sus suaves manos sintió como sus pezones desnudos se erguían a los pocos segundos de empezar a ser acariciados…
….
Arizona despertó de pronto y se giró de inmediato para ver a Callie y tratar de entender por ella estaba gimiendo en la cama. Callie estaba profundamente dormida, acostada boca arriba con las piernas ligeramente abiertas, pero Arizona volvió a escuchar un nuevo gemido que salía de su boca y también notó como Callie arqueaba sus caderas. Arizona sonrió, resultaba casi obvio, que su hermosa mujer, durmiendo a su lado, estaba teniendo alguna clase de sueño erótico, sólo esperaba, que hasta en sueños, su Callie le fuera fiel y que fuera ella quien estuviera propiciando esa increíble excitación que se hacía más que evidente en sus gemidos y en los eróticos movimientos que delataban su sueño.
Arizona se quedó allí acostada de medio lado, observando a Callie, ella era sin duda la mujer más hermosa y sexy que había conocido en toda su vida y verla así dormida y excitada al mismo tiempo, la excitó a ella también, sin embargo, se quedó inmóvil observándola para no despertarla. Un rato después, los movimientos de Callie cesaron, no antes de exhalar un gemido gutural que Arizona supuso, marcaba la culminación exitosa de su erótico y sensual sueño. Arizona ardía en deseo, en lujuria, pero no se atrevió a despertar a Callie, ella ahora estaba tranquila, casi que se notaba una sonrisa en su rostro, parecía feliz y seguramente lo era. A pesar de todo, Arizona cerró los ojos y trató de conciliar el sueño de nuevo, pero no pudo, estaba demasiado excitada para volver a dormir, así que se paró de la cama con cuidado, fue al baño, se lavó la cara y los dientes y regresó a la habitación.
Cuando lo hizo, notó que Callie había despertado y luego de escucharla decir –Buenos días, con voz de sueño, observó su mirada, era una expresión casi depredadora. Arizona podía imaginar, por qué Callie la estaba mirando de esa forma, sin embargo, tenía demasiada curiosidad, así que arrastrándose en la cama colocó un beso en la mejilla de Callie, le contestó los buenos días y le preguntó:
-¿Me puedes decir qué estabas soñando?
El rostro de Callie se iluminó con una hermosa sonrisa y mientras besaba el cuello de Arizona, ella respondió:
-Umnnn, soñé contigo
Arizona exhaló un suspiro y dijo casi aliviada:
-Uff!! Menos mal que fue conmigo, eso significa que hasta en sueños me eres fiel ¿verdad?
De pronto Callie cayó  en cuenta, levantó su rostro del cuello de Arizona y le preguntó intrigada:
-¿Y como sabes que estaba soñando?
Sin responder, Arizona dijo:
-Un sueño erótico ¿me equivoco?
Sonriendo con picardía, Callie respondió:
-¡Oh si! Definitivamente erótico y fue contigo
Arizona acarició la mejilla de Callie con su mano y mientras lo hacía, le dijo a ella:
-¿Me puedes contar que soñaste?
Callie abrió la boca para comenzar a contarle a Arizona el sueño que había tenido, pero volvió a cerrarla y sin dar mayores explicaciones, se paró repentinamente de la cama y se dirigió hacia donde se encontraban las maletas, la cual abrió y mientras buscaba algo dentro de ella, le dijo a Arizona con una voz sexy mientras la miraba con una expresión llena de lujuria:
-No te lo voy a contar, lo voy a hacer realidad…contigo, sólo que esta vez yo seré la Reina
Arizona se sentó en la cama y preguntó intrigada:
-¿QUÉ?, ¿Qué Reina?
Mientras Callie sacaba de la maleta un pañuelo limpio y dos bolsas de medias panty de nylon nuevas, ella respondió en su tono sexy:
-La Reina Calliope
Arizona soltó una risa nerviosa, sin embargo, se congeló en sus labios cuando vio a Callie acercarse a ella con movimientos totalmente sensuales. Arizona observó a Callie, mientras ella sacaba las medias del estuche y las rasgaba exactamente por la mitad.

Punto de vista de Arizona:

Emití un gesto de protesta cuando vi que Callie rasgaba las medias, pero su mirada me hizo hacer silencio en el acto. Una vez que ella obtuvo cuatro largas tiras del material de nylon de lo que antes fueron dos pares de medias panty, ella me miró de nuevo con esa expresión depredadora y me dijo:

-Arizona ¿quieres hacer realidad mi sueño?, ¿Confías en mi?, porque este es un juego, un juego erótico, pero al mismo tiempo es un juego de confianza, dime mi amor ¿confías en mi?

Casi hipnotizada con esa voz sexy que siempre me derrite y con esa mirada donde más allá de la lujuria había amor, siempre amor, le respondí

-Si Calliope, quiero hacer realidad tu sueño y sí, confío en ti

Callie sonrió y dijo simplemente, casi como una orden, pero al mismo tiempo con un toque de dulzura en su voz

-Ponte de pie.

Aún bajo el efecto casi hipnótico de esa mirada y de esa actitud sexy que me devora, obedecí y me paré delante de ella, mientras lentamente me quitó mi franela, el short y las bragas, me quedé totalmente desnuda frente a ella, luego vi como tomó el pañuelo y comenzó a vendarme los ojos con el.

Quise protestar con un

-¿Qu...

Ella no me dejó terminar, me silenció con un beso.

Cuando separó sus labios de los míos, ella me dijo:

-Solo confía en mí.

-Confió en ti Calliope. Lo dije en serio, porque es la verdad. Nunca había ni he confiado en nadie como confió en ella.

Sintiendo que me llevaba de vuelta a la cama, de repente mi espalda estaba posada sobre el colchón, y antes de que supiera lo que estaba pasando, yo estaba acostada, mis manos estaban por encima de mi cabeza, mis dos muñecas atadas con dos de las tiras de las medias de nylon y mi dos tobillos igualmente atados a las esquinas de la cama.

Al darme cuenta de lo que estaba pasando, sentí una oleada de excitación a través de mi cuerpo. Callie estaba en lo cierto, se trataba de un juego de confianza... y yo estaba completamente a su merced.

Por un momento se hizo el silencio. No podía ver nada, no podía moverme pero podía sentirla mirándome, trazando mi cuerpo con su mirada.

Sin previo aviso, sentí su aliento en mi mejilla y escuché las palabras que me susurró al oído.

-¿Estás lista para jugar?

Mi garganta estaba seca. Podía sentir la excitación en sus palabras, y lo único que pude hacer fue asentir. Dios lo quería, estaba lista para jugar pero yo no estaba segura de que sería capaz de soportar esta dulce tortura.

Yo estaba desnuda e inmóvil. Podía sentir su respiración cerca de mi cuerpo antes de que sus labios reclamaran los míos. No me dio oportunidad de profundizar el beso y sin aviso se apartó. Mis otros sentidos se agudizaron mientras trataba de compensar mi falta de visión. La oí levantarse y quitarse la ropa, poco a poco, lo siguiente que sentí, fue a ella, sentada a  horcajadas sobre mi cuerpo.

Al instante quise tocarla, quería sentirla, pero las ataduras en mis muñecas me lo impidieron,  luego escuché una pequeña risa mientras me decía.

-Paciencia Arizona.

No pude evitarlo y dije suplicante:

-Por favor, por favor, tócame

-¡Oh sí! voy a tocarte, tengo la intención de tocarte por todas partes.

Mientras lo decía, sentí su desplazamiento levemente y su propia excitación se hizo evidente cuando se conectó con mis muslos, y sus labios descendieron sobre los míos. Podía sentir su cuerpo caliente deslizándose sobre el mío ahora que nuestras bocas estaban unidas en un beso que se eternizaba. Comencé a gemir cuando sentí mi centro incendiado mientras toda mi sangre se precipitaba hacia el sur de mi cuerpo expectante.

Todo lo que me hizo reforzó mi excitación por estar atada y completamente a su merced. Cada roce me sacudió hasta la médula mientras acariciaba mi cuerpo con besos, pero ni una sola vez se acercó a donde realmente más la necesitaba. Sus labios, que habían comenzado unidos a los míos, se trasladaron pronto a mi cuello y luego hacia mis pezones que se tensaron en mi piel con sus caricias. El dolor agradable causado por morder con sus labios y chupar cada parte de mi cuerpo fue instantáneamente aliviado por las suaves caricias de sus manos. Las gotas de sudor comenzaron a formarse en mi cuerpo mientras bajaba sus labios aún más, lamiéndolo todo mientras viajaba hacia el sur. Yo estaba más excitada de lo que había estado nunca en mi vida y de repente ella se había ido. Su toque se fue y yo me quedé sin aire, pidiendo la liberación, mi cuerpo gritando por más.

A continuación, tan rápido como se fue, ella estaba de vuelta y sentí mi espalda arqueándose de la cama cuando sentí su cálida lengua empezando  a lamer su camino por mis muslos hasta donde yo más la quería. Una de sus manos se abrió paso hasta mi pecho y mientras yo giraba mi cabeza hacía un lado, ella finalmente cedió y sentí cuando mis pliegues se separaron por su lengua, frotando la parte inferior de mi clítoris antes de ser reclamado por sus labios. La escuché gemir  contra mí, mientras me probó una y otra vez, todavía se burlaba de mi necesidad y yo podía sentir las vibraciones corriendo por todo mi cuerpo mientras luchaba contra mis ataduras y movía mis caderas desesperadamente para conseguir la lengua en el lugar donde la  necesitaba cada vez más y más.

La habitación ya estaba llena de profundos gemidos, los gemidos de ambas se confundían al punto de que ya no se podía saber de quien era cada uno, pero cuando por fin entró en mi con su lengua, mientras sus manos tomaron firmemente  mis caderas tirando de mí lo más profundo posible, dejé escapar un grito gutural que retumbó en toda la habitación.

Pronto supe que estaba cerca de la liberación y el conocimiento de que Callie me estaba haciendo todo esto, me empujó al borde del abismo. Con un movimiento repentino, ella estaba encima de mí otra vez, su lengua bruscamente fue reemplazada por los dedos mientras ella fácilmente se deslizó en mí y con la mano libre me arrancó la venda de los ojos. Sin dejar de acariciarme con sus hábiles dedos, abrió sus labios contra los míos luego los separó y me dijo mirándome a los ojos:

-Quiero verte cuando grites mi nombre, dijo esas palabras en un tono lleno de excitación, y eso fue suficiente para enviarme más allá del borde. Cuando el clímax se estrelló a través de mi cuerpo, yo grité su nombre y ella volvió a coger el ritmo con sus dedos, pero esta vez se deslizó de nuevo con su cuerpo hacía el sur, sustituyendo otra vez su lengua mientras dibujaba repetidos golpes con sus dedos hacia dentro y hacia fuera. Enloqueciéndome por enésima vez, cambió el ritmo de sus caricias varias veces mientras alcanzaba todos los lugares correctos, yo levanté la cabeza para observarla y eso fue suficiente, para gritar por segunda vez su nombre. El siguiente orgasmo me golpeó tan fuerte que tiré bruscamente mi cabeza hacía atrás, recostándola en la almohada mientras ella mantenía su boca en mi, lamiendo y saboreando mi excitación hasta la última gota.

Unos minutos después sentí que mi cuerpo comenzaba a relajarse y fue en ese momento cuando Callie se arrastró lentamente por mi cuerpo besando todo el camino hasta de llegar a mis labios, besándome profunda y apasionadamente con el sabor de mis jugos todavía persistentes en sus labios.

Al ver su aspecto desaliñado y sentir su cuerpo deslizándose contra mí otra vez, la necesidad de tocarla se hizo abrumadora, ella lo entendió en mi mirada y me desató, primero los tobillos y después mis muñecas. Enseguida compartimos una sonrisa de complicidad, yo la abracé y giré mi cuerpo llevándola conmigo, de modo que quedé encima de ella, mirándola directamente a sus ojos marrones brillantes, sólo pronuncié dos palabras:

-Mi turno.

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No llames la atención, ni sigas provocándome
Que ya voy comprendiendo cada movimiento
Me gusta lo que haces para conquistarme, para seducirme, para enamorarme
Vas causando efecto

No sabes como me entretienen tus locuras
Y que para verte invento mil excusas
Haz dejado en jaque todos mis sentidos
Pones a prueba el motor, que genera los latidos
De cada ilusión

Mira lo que has hecho, que he caído preso (en tu cuerpo y en tu mente)
Y en un agujero de tu corazón (en todo estas presente)
Y la libertad, te juro no la quiero (si estoy contigo)
Déjame atado a este amor
Atado a este amor

Acabo de pasar la línea de tu encanto
Donde sólo mirarte es un paisaje nuevo
Y tejes las cadenas que amarran mi sexo
Que endulzan mi alma, que tienen mi mente
Y someten mi cuerpo

Y para qué dejar que pase y pase el tiempo?
Si tú y yo preferimos comernos a besos
Haz dejado en jaque todos mis sentidos
Pones a prueba el motor, que genera los latidos
De cada ilusión

Mira lo que has hecho, que he caído preso (en tu cuerpo y en tu mente)
Y en un agujero de tu corazón (en todo estas presente)
Y la libertad, te juro no la quiero (si estoy contigo)
Déjame atado a este amor
Atado a este amor

Es importante, es urgente (ah, ah, ah, ah, ah)
Que te quedes a mi lado (ah, ah, ah, ah, ah)
Yo inventaré los motivos que sean necesarios
Para estar cerca de ti

Mira lo que has hecho, que he caído preso (en tu cuerpo y en tu mente)
Y en un agujero de tu corazón (en todo estas presente)
Y la libertad, te juro no la quiero (si estoy contigo)
Déjame atado a este amor
Atado a este amor

Mira lo que has hecho, que he caído preso (en tu cuerpo y en tu mente)
Y en un agujero de tu corazón (en todo estas presente)
Y la libertad, te juro no la quiero (si estoy contigo)
Déjame atado a este amor
Atado a este amor

Mira lo que has hecho, que he caído preso (en tu cuerpo y en tu mente)
Y en un agujero de tu corazón (en todo estas presente)
Y la libertad, te juro no la quiero (si estoy contigo)



Callie y Arizona perdieron la noción del tiempo mientras sus cuerpos y sus almas se fundían, una y otra vez, en lo que se convirtió en un maratón de placer, de entrega mutua a la lujuria que encendía sus cuerpos y al amor que abrigaba sus almas.

Totalmente exhaustas, pero felices, Arizona con sus ojos cerrados reposaba sobre el cuerpo desnudo de Callie, quien en silencio, acariciaba con una mano sus rizos dorados, mientras que con la otra, la apretaba en un cálido abrazo. Así permanecieron un largo rato, disfrutando de ese cómodo silencio que sólo es posible entre dos personas que se aman y que se entienden sin necesidad de las palabras.

Mientras los dedos de Arizona jugaban aleatoriamente con los rizos negros del cabello de Callie, finalmente rompió el silencio:

-Callie...

-¿Sí?

-Esta era una de mis fantasías de crucero, dijo Arizona mientras levantaba su cabeza y apoyaba el mentón sobre sus manos cruzadas en el pecho de Callie.

Sonriendo, Callie preguntó:

-¿En serio?

Arizona asintió mientras le devolvía la sonrisa y luego agregó:

-Sí, esta era una de mis fantasías, tal como lo fue aquella de la ama y la esclava que compartimos hace poco

-Arizona, dime algo ¿Todas tus fantasías involucran la dominación y la sumisión?, preguntó Callie con curiosidad

Arizona soltó una risita infantil y luego de levantar la mirada por un instante como si estuviera pensando en su respuesta, contestó mirando a Callie a los ojos:

-No, de hecho no sólo tengo fantasías, también tengo sueños, sueños que estaban olvidados en algún rincón apartado de mi mente, pero que he ido recordando, porque ahora tengo con quien hacerlos realidad

Callie sonrió y luego de pensarlo por un momento, le preguntó a Arizona:

-¿Quieres jugar un juego?

Arizona puso los ojos como platos, sabiendo que luego de ese maratón, le sería muy difícil moverse, mucho menos comenzar de nuevo, así que exclamó:

-¡Otro Maratón!

Callie soltó la risa al mirar la expresión en el rostro de Arizona, sabiendo que ninguna de las dos podría iniciar un nuevo maratón, así que respondió:

-No mi amor, este juego no requiere que nos movamos, no mucho al menos

-Ok..., afirmó Arizona, ...-si no amerita que nos movamos, entonces sí, quiero jugar.

Callie se estiró un poco y tomó el block de notas con el logo del hotel y el bolígrafo que se encontraba encima de la mesa de noche al lado de la cama, luego, ofreciéndoselo a Arizona, le dijo:

-Escribe aquí uno de esos sueños, luego escribiremos uno de los míos, y así, hasta que ambas llenemos este pedazo de papel con todos nuestros sueños y fantasías, así tendremos nuestra propia agenda, nuestra agenda de sueños por cumplir

Arizona sonrió y mientras tomaba el bolígrafo y el papel, acercó sus labios y le dio un breve beso, luego, asentando el block sobre el pecho de Callie, escribió, mientras lo decía en voz alta para que ella lo escuchara:

Agenda de sueños - Callie y Arizona:

1- Hacer el amor en una playa desierta…

Cuando Callie escuchó ese primer deseo, se echó a reír y luego dijo: -Ese era uno de los míos

Arizona rió en respuesta y agregó:

-¿En serio?, bueno creo que deberíamos encerrar el número uno en un círculo, para indicar que el sueño es de ambas

-Mi amor, algo me dice que en ese caso tendremos que encerrar todos los números en un círculo, dijo Callie sin dejar de reír.

-Bueno, ya lo veremos…te toca, agregó Arizona con una expresión infantil que derritió a Callie

-Quizás debamos ordenarlos y clasificar nuestros sueños a medida que los vayamos enunciando, en…, no sé…eróticos, románticos, atrevidos, normales y locos, tu acabas de decir uno erótico, así que yo diré uno…umnnn…,  romántico

-A ver, dijo Arizona, mientras levantaba las cejas, expectante

-Anota

-Ok, anoto, suéltalo

Arizona escribió mientras Callie lo decía:

2- Ver el atardecer sentadas en el muelle de un lago tranquilo donde haya patos

Arizona releyó el segundo deseo en voz alta y exclamó:

-¡Wow!, eso es lo que yo llamo ser muy especifico

-Y eso es lo que yo llamo criticar por criticar, le dijo Callie a Arizona riendo mientras colocaba un ligero pellizco en su cintura

-¡Auchh!, exclamó Arizona, luego, haciendo pucheros, protestó imitando una voz infantil: …-Eso no era una crítica, era una simple observación y no merecía un pellizco

Apretando el abrazo, Callie beso repetidamente la frente de Arizona, mientras le decía:

-Sí mi pichirruchi, tienes razón, sólo estaba bromeando contigo, anda, escribe el tercero

Dándole un beso en la mejilla y sonriendo, Arizona dijo:

-Sí mi amor, yo también estoy jugando, sólo quería que me consintieras, y lo logré.

-Como siempre…, dijo Callie besando su frente de nuevo, luego agregó: …-Ok, y el deseo número tres es…

Arizona lo escribió en el papel, sin leerlo, mientras decía:

-Creo que este deseo entra en la categoría de atrevido ó loco

Callie cerró uno de sus ojos y dijo casi arrastrando las palabras:

-Oh, oh, Houston tenemos un problema, apenas vamos por el número tres y ya entramos en los deseos atrevidos o locos, bueno y ¿de qué se trata?, lo escribiste Arizona, pero aún no sé que es

Arizona leyó en voz alta lo que había escrito en el papel:

3-Lanzarnos desde un avión en paracaídas y besarnos en el aire

Callie casi que se atragantó con su propia saliva y luego de toser, preguntó:

-¿Y por casualidad no deseas que hagamos el amor también?

Arizona se echó a reír por el tono y la pregunta de Callie y luego respondió:

-No mi amor, ese sería un deseo imposible, no loco

-Lo que creo que será imposible Arizona, es que logres que yo me lance en paracaídas desde un avión, además que yo sepa, a ti no te gustan los aviones

-Es cierto, no me gustan, para eso es el paracaídas, afirmó Arizona mientras se reía mostrando sus hoyuelos

-¿Y se puede saber por que te ríes?

-Estaba probando Calliope, por supuesto que yo jamás me atrevería a montarme en un avión para lanzarme en un paracaídas, sólo estaba probando

-¿Probando qué?, preguntó Callie

-Cuanto me conoces, contestó simplemente Arizona

-Gracias a Dios, anda tacha esa locura de nuestra lista de deseos

Arizona obedeció, luego escribió al mismo tiempo que leía el tercer deseo:

3- Pasear en un coche empujado por caballos

-Encierra ese en un círculo, porque yo también deseo eso, y ahora el cuarto, me toca a mí…

Arizona anotó mientras Callie le dictaba:

4- Hacer el amor en un ascensor

-¿Subiendo o bajando?, ¿con gente o sin gente?, preguntó Arizona casi muerta de la risa

-No me importa si está subiendo o bajando, preferiblemente sin gente, lo que realmente me importa es que tú estés en ese ascensor y no me dejes con la boca abierta esperando otro beso, como aquella vez en el ascensor del hospital ¿recuerdas?

-Creo que te quedaste picada con aquel beso…, ok, palabra de honor, prometo que no bajaré del ascensor hasta que grites mi nombre Calliope

-Bien…, dijo Callie satisfecha, luego agregó: …-Tú turno

Arizona escribió casi de inmediato, mientras leía en voz alta:

5-Comer una deliciosa y suculenta pizza…, cuando escribió la frase hizo énfasis con el bolígrafo al marcar los tres puntos suspensivos, fue cuando Callie dijo:

-Sospecho que el secreto de esa pizza está en esos tres puntitos que anotaste con tanta vehemencia ¿cierto?

Arizona sonrió con picardía y sólo dijo:

-Sip, luego terminó de escribir la frase:

…en Roma, Italia

Al leer lo que Arizona agregó, Callie dijo:

-Lo sabía, lo sabía, pero dime algo mi pichirruchi ¿vas a dejar ese deseo hasta allí?

-Bueno también puedo agregar pasta

Callie se rió y dijo:

-No mi amor, no me refería a la comida, me refería a los lugares, digo, que podríamos darnos una pasadita por la India, rezar un poquito y luego hacer el amor en Bali

-¿Callie, me estas tomando el pelo?, preguntó Arizona

Callie miró su propia mano en el cabello de Arizona y dijo:

-No, en realidad te estoy acariciando tus lindos rizos dorados

-Callie, ¿Qué tiene que ver la pizza en Roma, con rezar en la India y hacer el amor en Bali?

-Te daré una pista…

-Dime

-Julia Roberts, dijo Callie

Arizona lo pensó un momento y se echó a reír, luego exclamó:

-¡Comer, rezar, amar!

Riendo también, Callie preguntó:

-¿Qué comes que adivinas?

Arizona contestó suspirando:

-Pizza…en la Bella Italia. Bueno no, lo dejamos en Roma, ni la India ni Bali, aunque podemos hacer el amor donde sea…

Callie la interrumpió con un tono sexy:

-Ummnn…¿dónde sea?, eso me lleva a mi próximo deseo, que será uno loco, muy loco

-¡Oh, oh!..., dijo Arizona haciendo una mueca cómica, luego agregó: …-a ver, dispara

-Bueno mi amor, ya tu sabes lo que dura el viaje de regreso a Seattle ¿cierto?

-Si mi cielo, es casi un día, le respondió Arizona…

Callie la interrumpió y dijo:

-Anota ahí: hacerle el amor a Arizona en pleno vuelo de regreso a Seattle

Arizona sonrió y preguntó:

-¿Y como se supone que haremos eso?, ¿en un baño?, eso no me agrada

-No mi amor, en las butacas del avión, los baños de los aviones son asquerositos y además son demasiado angostos

Arizona arqueó las cejas y sin entender aún como Callie pensaba hacerle el amor en pleno vuelo, preguntó:

-¿Entonces?

Con una sonrisa llena de picardía, Callie respondió:

-Mi amor, sospecho que en el vuelo de regreso me va a dar mucho frio, seguramente tendré que pedir una manta, para abrigarme, digo

Arizona anotó en el papel el deseo de Callie mientras su cara de nuevo mostró sus hoyuelos.

6- Hacer el amor en el avión de regreso a Seattle

Luego de escribirlo, Arizona, dijo:

-Este que voy a escribir ahora es uno que ya sabes, es lo que más deseo.

Percibiendo la dulzura con la cual Arizona pronunció esas palabras, Callie imaginó lo que ella iba a escribir a continuación en el papel, así que dijo:

-Encierra ese deseo en un círculo mi amor, porque, sí es lo que yo creo, es lo que yo más deseo también, mi gran sueño

Ambas se besaron brevemente y luego Arizona escribió:

7- Casarme con Calliope Torres

Callie volteó el papel y escribió con su letra, justo al lado de lo que había escrito Arizona:

…Casarme con Arizona Robbins

Y a continuación, escribió:

8- Pasar nuestra luna de miel en un crucero por El Caribe

Arizona emocionada, exclamó:

-¡YAY!, luego escribió en el papel mientras lo decía en voz alta con la mirada brillante y una sonrisa infantil impresa en su rostro:

9- Ir a Disney World y montarnos en todas las atracciones del parque

-Ya me comenzaba a extrañar que el Señor Walt no apareciera en tus deseos

-Pues ya apareció…, dijo Arizona manteniendo su sonrisa, luego agregó: …-Tú turno Callie

-Bueno me encanta ese deseo, porque te saldrá ese lado infantil tuyo que a mi tanto me gusta, y ya que vamos algún día a visitar las tierras del Sr. Walt, entonces yo quiero que tu me acompañes a visitar al Señor Santiago, cuando estemos en Madrid…

Arizona la interrumpió:

-Mi amor, Santiago de Compostela no queda en Madrid

-¡Que Compostela ni que cuernos, yo me refiero al Santiago Bernabéu…

Arizona se entusiasmó y se puso a dar saltitos sobre Callie mientras exclamó emocionada:

-¡Y ver un partido en vivo entre el Real Madrid y el Barcelona!, Sí, yo quiero, yo quiero eso también

-Genial, anda, anótalo en la lista y por cierto, nunca me dijiste a que equipo vas ¿al Madrid o al Barcelona?

Arizona abrió la boca para responder, sin embargo un estruendoso ruido proveniente de su estómago la distrajo, al escucharlo, ambas se rieron y Callie dijo:

-Mi amor, creo que ha llegado la hora de comer, ¿Qué te parece si nos damos un baño y bajamos a…, Callie se interrumpió a si misma para ver la hora, luego completó la frase…-bajamos a almorzar

-Me parece perfecto, porque me muero del hambre, dijo Arizona mientras se apresuró a bajarse de la cama y dirigirse al baño

Al ver la rapidez con la cual Arizona entró al baño, Callie dijo mientras se ponía de pie:

-Espérame

Arizona esperó a Callie, se ducharon juntas, se vistieron y se dirigieron a la puerta de la habitación para salir, pero justo antes de cerrar la puerta, Callie se devolvió y le dijo a Arizona:

-Espera mi amor, se me olvidaba algo que quiero que miremos mientras comemos

-¿Qué cosa?, preguntó Arizona en el momento en que Callie buscaba algo dentro de una de sus maletas

Mientras cerraba la puerta detrás de ella, Callie le enseño lo que la había hecho devolverse: un mapa de España y la lista de los deseos que habían escrito, minutos antes.

Arizona preguntó:

-¿Para que es el mapa mi cielo?

-Quiero darle un vistazo, creo que en nuestro recorrido por España hay varios lugares a los que podremos ir y comenzar a tachar alguno de los deseos de esta lista

-¿En serio?, preguntó Arizona emocionada

-Si mi amor, vamos a verlo mientras ordenamos la comida ¿te parece?

-Sí, ¡¡¡ YAY !!!

-Bien, dijo Callie con una sonrisa de oreja a oreja

Y efectivamente mientras esperaban ser servidas, Callie extendió el mapa de España sobre la mesa y juntas planificaron la ruta que seguirían para llegar a Madrid, decidieron hacer paradas de tres o cuatro días en Valencia, Alicante, Cartagena, Murcia, Granada, Sevilla, Córdoba, y finalmente, Madrid, antes de regresar a Seattle.

Para celebrar, pidieron una botella de Cava y brindaron con sus copas en alto, emocionadas y felices, casi soñando despiertas con todas las cosas que querían compartir, juntas, en ese viaje que era en sí mismo, un sueño que se estaba haciendo realidad cada día, día tras día...

Esta historia continuará…

Bueno, mis queridas lectoras, después de esta larga ausencia, por la cual les pido mil disculpas, espero que hayan disfrutado este capítulo y ahora sí, llegó el momento de decidir: ¿Real Madrid o Barcelona?, ¿Cual de esos dos equipos de futbol auparán Callie y Arizona en el próximo capítulo que se desarrollará en Madrid?. Ustedes lo decidirán, sí aún no han votado, sólo deben hacer clic en el link o realizar una búsqueda en su navegador para acceder a la encuesta que se encuentra en la categoría “Callie y Arizona”, alojada en mi portal blog de WordPress (Miki T. Robbinson).