Dos almas gemelas que deberán aprender juntas a superar sus temores y encontrar el camino hacia sus verdaderos sueños. Acompañen a Callie Torres y a Arizona Robbins en este viaje, a través de los sentimientos. Una montaña rusa de emociones, donde la música será otra protagonista. Citando a Jessica Capshaw: “Hold on and enjoy the ride” (Agárrense fuerte y disfruten del paseo).

lunes, 26 de noviembre de 2012

Epidemia - Capítulo 34 - Cómplices


Epidemia – Capítulo 34 – Cómplices


Eran casi las once de la mañana cuando Callie abrió los ojos y asomó a sus labios una sonrisa, a su lado dormía la mujer más hermosa del mundo, la mujer que ella amaba y amaría por el resto de su vida, la mujer con quien se casaría. Callie miró su mano para verificar si portaba el hermoso anillo de compromiso, para asegurarse que esa increíble propuesta de matrimonio no había sido sólo un sueño y sonrió de nuevo, el anillo estaba en su mano, era verdad, desde hoy y hasta que se casaran, Arizona ya no era más su novia, ahora era su prometida.

Callie soltó una risita silenciosa cuando pensó en  aquel desayuno celestial que habían compartido en San Diego, recordó la expresión en la cara de Arizona cuando casi se atragantó en el momento en que le dijo que ella sería la última novia que le llevaría el desayuno a la cama porque lo que vislumbraba en su futuro compartido era casarse con ella. Callie recordó que había pronunciado esas palabras casi sin pensarlas, simplemente salieron, de forma espontánea, y se dio cuenta que Arizona tenía razones de sobra para haberse atragantado como lo hizo, porque era cierto, la Callie desmemoriada pudo soltar fácilmente el tema del matrimonio sin inmutarse, pero algo muy diferente era con la verdadera Callie, quien nunca se hubiera atrevido a mencionarlo siquiera.

Pensar en cuanto habían avanzado como pareja, cuanto habían madurado, cuanto se habían conectado y compenetrado en esos últimos meses, y lo más importante, cuanto se amaban, era algo que la hacía muy feliz, era algo digno de seguir celebrándose, y a Callie se le ocurrió la idea perfecta para hacerlo. Con una sonrisa que le iluminaba el rostro, Callie le dio un beso en la mejilla a su bella durmiente, se paró de la cama, se baño, se vistió y dejándole una nota en la almohada a Arizona por si despertaba, salió de la habitación.

Callie llegó a la recepción del hotel y preguntó por el gerente, a quien llamaron por la radio. A los pocos minutos el amable señor se presentó en la recepción y con su acostumbrada sonrisa le dijo a Callie:

-Muy buenos días Dra. Torres ¿dígame, en qué podemos ayudarle?

Callie sonrió con timidez y le dijo al gerente después de aclarar su garganta

-Buenos días, entiendo que este es un pedido un poco inusual, pero quiero llevarle el desayuno a la cama a mi prometida…, el gerente frunció el seño, no entendía que había de inusual en pedir el desayuno. Entendiendo el gesto interrogante del gerente, Callie agregó: …lo inusual es que quiero ser yo quien se lo prepare, ¿es posible?

El gerente sonrió porque sí ciertamente era un pedido bastante inusual. Normalmente hubiera dicho que no, pero tratándose de la hija de Carlos Torres, ciertamente no le pareció apropiado negarse, así que le contestó:

-Realmente es un pedido inusual Dra. Torres, lo que se me ocurre es que utilice la cocina de uno de los restaurantes que a esta hora aún no han abierto, ya que como podrá imaginarse, la cocina de los que están abiertos en este momento están atareados de pedidos y de ordenes en proceso de preparación. Enviaré a un asistente de cocina con usted para que la acompañe y le suministre los ingredientes que necesite para preparar el desayuno que desee. Con respecto a la facturación del desayuno, supongo que la alternativa más viable es que ese desayuno corra por cuenta del hotel, ya que estoy prácticamente convencido que no tenemos código asignado en el sistema para un desayuno preparado por uno de nuestros huéspedes. ¿le parece bien?

Callie sonrió de oreja a oreja y le dijo al Gerente:

-Perfecto, muchas gracias, realmente se lo agradezco. Y le prometo que este pedido sólo será por esta vez.

-A su orden Dra. Torres, estamos para servirle. Voy a llamar por radio al asistente para que la acompañe. Espere aquí por favor.

-De nuevo, muchas gracias

-Siempre a su orden.

Callie esperó unos cinco minutos y luego se dirigió con el asistente de cocina asignado por el gerente del hotel para acompañarla a la cocina. La idea de Callie era tratar de preparar el mismo desayuno que ella le había hecho a Arizona aquella vez en San Diego, ella esperaba poder conseguir la mayoría de los ingredientes que se asemejaran a los que había utilizado en esa oportunidad. Afortunadamente así fue, sólo tuvo que sustituir el pan de pita por unas mini tostadas que adornó con enrollado de jamón de pavo, especies y aderezó con su salsa especial de mostaza, aceite de oliva y un toque de pimienta negra.

Veinte minutos después la propia Callie subió con el desayuno que ella misma había preparado, cuando entró a la habitación encontró a Arizona tal como la había encontrado aquella vez en San Diego, recién bañada, sentada en la cama esperando por ella con una sonrisa que mostraba a plenitud sus hoyuelos.

Sonriendo también Callie le dijo:

-Buenos días mi pichirruchi, traje desayuno

Arizona emocionada contestó, mientras se paraba de la cama a darle un beso en la mejilla a Callie, que ya estaba frente a la mesa de la habitación, desde donde se divisaba una hermosa vista al océano:

-Buenos días mi amor, me encanta que me hayas traído el desayuno, tengo mucha hambre.

Callie destapó las bandejas para servir el desayuno y mirando a Arizona con una sonrisa le dijo:

-Y es un desayuno especial, le pedí al gerente que me permitiera prepararlo, dime ¿te recuerda algo este desayuno?

Arizona abrió la boca extasiada con lo que sus ojos estaban mirando y exclamó:

-¡Mi vida este es… este es el desayuno celestial que me preparaste en San Diego!

Tomando con sus brazos la cintura de Arizona para abrazarla, Callie le dijo:

-Pues si ¿recuerdas que esa vez te dije que yo iba a ser la última novia que te trajera el desayuno a la habitación?

Arizona sonrió con picardía, le dio un breve beso en la boca a Callie y le contestó:

-Sí, lo recuerdo

Señalando el anillo de compromiso en su mano, Callie agregó con una sonrisa encantadora:

-Pues este anillo que llevo en mi mano, demuestra que eso era verdad, dejé de ser tu novia, soy tú ultima novia, porque hoy soy tu prometida y quise celebrarlo contigo con otro desayuno celestial, preparado por mi.

Arizona se emocionó tanto que empezó a dar pequeños saltitos y entre saltito y saltito, le dijo a Callie riendo con una sonrisa casi infantil:

-Sí mi amor, hoy eres mi prometida, nos vamos a casar ¡YAY!

Riendo divertida por la reacción de Arizona, Callie esperó que los saltitos cesaran, entonces, atrapó los labios de ella para besarla, justo antes de decirle:

-Si mi amor, nos vamos a casar, te amo

Cuando el beso finalizó, ambas se sentaron en la mesa para disfrutar el desayuno, y tal como ocurrió la primera vez entre sonrisas y más sonrisas ambas ponían en la boca de la otra con el tenedor parte de su desayuno. Era otro desayuno feliz, sin lugar a dudas.

Mientras desayunaban Callie dijo:

-Mi pichirruchi, tuvimos en Newport Beach nuestra “tiny honey moon”, aquí en España, por lo visto, tendremos nuestra pre-luna de miel, y creo que será más larga que nuestra propia luna de miel, porque una vez que nos reincorporemos al hospital dudo que el jefe Webber nos otorgue un permiso muy largo, a lo sumo una o dos semanas, dime ¿A dónde quieres ir de luna de miel?.

A Arizona no le tomó ni un segundo contestar a esa pregunta, inmediatamente dijo entusiasmada:

-¡Un crucero por el Caribe!

Callie se echó a reír por la rapidez con la que Arizona contestó y exclamó:

-¡Wow!, ¿tal parece que ya lo tenías pensado, verdad?

Con una expresión infantil, Arizona contestó:

-Sí, ya he fantaseado con eso varias veces, dime ¿te gusta la idea?

Mientras colocaba una porción de comida con el tenedor en la boca de Arizona, Callie contestó sonriendo:

-Sí mi amor, me parece una idea excelente, moción aprobada… luego agregó en un tono sexy: …-sobre todo esa parte de que has tenido fantasías con ese crucero, ¡unmmm! esa parte me encanta

Con un tono sexy también, Arizona dijo:

-¡Oh si! Muchas fantasías, tantas que estoy dispuesta a darte un pequeño adelanto de una de ellas ¿quieres?

Callie soltó un gemido inconscientemente, evidentemente excitada por las palabras de Arizona, luego suspiró y dijo:

-Tal parece que mi vida contigo va a ser un continuo apuro por comer rápido, menos mal que casi estamos terminando este desayuno, porque con eso que me acabas de decir, me va a ser difícil terminar de comer sin atragantarme

Arizona acercó su silla a la de Callie y sin aviso, le dijo susurrándole al oído al mismo tiempo que con su mano presionó la entrepierna de Callie, muy cerca de su centro:

-Más te vale que termines de comer rápido, porque luego yo te voy a comer a ti

Callie cerró los ojos gimiendo, mientras tensó inconscientemente todos sus músculos, Arizona había logrado excitarla a un punto que se le hacía imposible continuar comiendo. Tomando un sorbo de jugo rápidamente, se paró de la silla y se llevó a Arizona con ella hasta la cama, se acostaron una a lado de la otra y Callie comenzó a besar el cuello de Arizona, pero Arizona tenía otros planes así que con un movimiento se colocó encima de Callie se sentó sobre sus caderas, tomó su dos brazos para presionarlos contra la almohada y en esa posición le susurró al oído a Callie:

-¿Quieres saber cual es una de mis fantasías?

Callie contestó entre gemidos, con la respiración entrecortada, profundamente excitada por la posición y la actitud dominante que había tomado Arizona:

-Sí, si quiero

Sin cambiar de posición y manteniendo ambos brazos de Callie firmemente sujetos con sus manos, Arizona comenzó a susurrarle al oído:

-Es la época de la esclavitud, tú eres mi esclava y yo soy tu ama, tú estás enamorada de mi, pero no puedes decirlo, porque te azotarían por ello. Día tras día, tienes que soportar verme desnuda, excitada, pero no puedes hacer nada, sólo me miras, y te excitas. Te voy soltar los brazos, me voy a desnudar enfrente de ti, pero no puedes tocarme, eres mi esclava, sólo puedes mirarme ¿entendido?

Más excitada aún, Callie solo atinó a asentir con la cabeza, sin decir una sola palabra, personificando la actitud sumisa que ameritaba la fantasía de Arizona. Este era un juego que habían disfrutado muchas veces en el pasado, especialmente antes de que Arizona se marchara a África, un juego que a ambas les encantaba, ya que cada quien asumía el rol que le correspondía, en este caso Arizona tomaría el papel dominante, mientras que Callie asumiría su posición sumisa y cada una usaría su imaginación para desarrollarlo. Lo más excitante, es que no había un libreto predeterminado, una vez iniciado sólo sabían como empezarían, pero nunca como acabaría, algo realmente emocionante. Callie estaba más que encantada de que a Arizona se le hubiera ocurrido la idea de jugar de nuevo.

Asumiendo cada una su rol, el juego se inició.

Mientras Callie se quedó acostada en la cama, Arizona se paró y justo enfrente de ella comenzó a quitarse la ropa lentamente con movimientos medidos y sensuales, a medida que Arizona se despojaba de su ropa, Callie, siguiendo su papel, la miraba con disimulo, tratando de que Arizona no se diera cuenta de sus miradas furtivas, Callie tragó saliva, la desnudez de Arizona la excitó más de lo que ya estaba y sin querer soltó un gemido que delató sus miradas.

Arizona dominante, se sentó de nuevo sobre las caderas de Callie, aprisionó sus brazos sobre la almohada y le dijo a Callie en un tono autoritario pero sensual al mismo tiempo:

-¿Por qué me estas mirando?, ¿acaso te gusto?, ¿es eso?, ¿te gusto?. Contéstame y dime la verdad, si no quieres que mande a azotarte ahora mismo

Callie cerró los ojos, e imitando una voz sumisa, respondió:

-No mi señora, disculpe, no la estaba mirando

Arizona acercó sus labios al cuello de Callie y le susurró al oído:

-Eres una mentirosa, si me estabas mirando, yo te vi… Arizona comenzó a besar el cuello de Callie, provocando que involuntariamente exhalara un gemido, que evidenciaba su excitación, entonces Arizona agregó: …-Lo ves, sé que te gusto, he visto como me miras y aunque lo niegues temiendo el castigo que te mereces por mirar a tu ama así, no vas a poder negarlo más, yo sé como descubrirte…

Sin soltar los brazos de Callie que tenía aprisionados contra la almohada con su mano izquierda, Arizona se movió e introdujo su mano derecha entre las bragas de Callie palpando su humedad, en ese mismo instante Callie exhaló un gemido aún más fuerte y arqueo su espalda, al sentir la mano de Arizona muy cerca de su clítoris.

Arizona continuó susurrándole al oído a Callie, rozando su clítoris con los dedos, pero sin tocarlo directamente:

-Lo ves, no puedes negarlo, estas empapada, lo sabía.

Entre gemidos y jadeos, Callie susurró:

-Lo siento, yo…

Callie soltó un grito de placer en el instante en que Arizona comenzó a acariciar su clítoris, mientras comenzó a besar su cuello otra vez, entonces le susurró al oído:

-Te voy a soltar los brazos y te voy a desnudar, te voy a besar y acariciar todo tu cuerpo, te voy hacer gritar mi nombre y cuando eso ocurra, nunca más podrás negar que te gusto.

Manteniendo su actitud sumisa, Callie permitió que Arizona la desnudara, quien retomó su posición de nuevo, manteniendo los brazos de ella aprisionados con su mano izquierda contra la almohada.

Callie comenzó a retorcerse en la cama, gimiendo sin control, arqueando su espalda y contrayendo los dedos de sus pies, cuando Arizona continuó acariciando su clítoris con los dedos expertos de su mano derecha mientras que al mismo tiempo besaba y acariciaba con los labios sus pezones hasta endurecerlos. Para enloquecerla aún más, Arizona comenzó a hacer pausas en sus caricias en el clítoris, provocando gemidos de frustración y gemidos de éxtasis en el momento en que ella retomaba las caricias otra vez.

Arizona mantuvo a Callie en esa divina agonía durante varios minutos, hasta que decidida, le susurró al oído mientras comenzó a acariciar su clítoris frenéticamente:

-Ahora sí, se acabaron las mentiras, vas a gritar mi nombre

Gimiendo descontroladamente, no pasó ni un minuto cuando Callie sintió como todo su cuerpo se tensaba, ante el inminente e intenso clímax que se edificaba sin que hubiera forma alguna de detenerlo, exhalando un gemido gutural, Callie finalmente se rindió, y en ese instante con todo su cuerpo temblando, gritó:

-¡Arizona!

Sonriendo con malicia, Arizona se recostó del cuerpo desnudo de Callie, para dar chance a que ella recuperara el aliento, la primera parte de la fantasía estaba consumada, pero no tenía ni idea qué vendría a continuación, qué actitud tomaría Callie para seguir el juego, eso era lo más excitante y emocionante, especialmente porque Callie era una amante excelente con una vívida imaginación, algo que a Arizona siempre le había encantado, ella sabía que esta no sería la excepción y ciertamente no se equivocó.

Unos minutos después, Callie que ya había recuperado el aliento inició la segunda parte de la fantasía, giró su cuerpo para colocarse encima  de Arizona y rápidamente con sus manos tomó ambos brazos de ella y los aprisionó contra la almohada, tal como Arizona había hecho momentos antes.

Siguiendo el rol que a cada una le correspondía Arizona fingió resistirse y al no poder moverse, bajo el cuerpo de Callie y la presión que ejercía sobre sus muñecas, dijo en tono desafiante:

-Suéltame, sé te olvidó quien soy yo, no puedes hacer esto, suéltame, te lo ordeno

Haciendo caso omiso de las “órdenes” de Arizona, Callie no la soltó, en lugar de ello, le susurró al oído:

-Puedes resistirte todo lo que quieras mi señora, pero yo sé que no te soy indiferente, es cierto, yo la amo, estoy enamorada de usted desde el primer día que la vi, pero yo se que usted también me ama

Aunque estaba totalmente excitada. Arizona, tratando de mantener su rol, exclamó:

-Insolente, ¿cómo te atreves a decir semejante cosa?, te voy a mandar a azotar por insolente, ya te ordené que me soltarás, suéltame

Callie con la mano libre tomó la mandíbula de Arizona para obligarla a que la viera a los ojos, y entonces le dijo:

-La soltaré y dejaré que me mande a azotar, pero sólo si no tengo razón, usted me ama, yo lo sé y usted lo sabe y se lo voy a demostrar

-Insolen…

Arizona no pudo terminar la palabra, porque Callie atrapó sus labios para besarla apasionadamente. Arizona trató de resistirse, pero desempeñando un rol o no, a ella le resultaba humanamente imposible resistirse a un beso de Callie, así que poco a poco dejó de forcejear y se rindió ante el beso, respondiendo con la misma pasión que Callie le mostraba.

Cuando el beso finalizó, Arizona casi sin aliento miró a Callie a los ojos, y por un instante la fantasía y la realidad se unieron. En la fantasía, se hacía evidente que Arizona amaba a Callie y en la realidad eso era más que evidente. La mirada fue tan profunda, que Callie nuevamente atrapó los labios de Arizona, pero solo que esta vez el beso fue dulce y apasionado por partes iguales.

Continuando con la fantasía, cuando el beso finalizó, Callie le susurró al oído a Arizona:

-Con mis caricias y mis besos voy a demostrarle cuanto la amo mi señora y usted al final gritará también, no sólo gritará mi nombre, gritará lo que siente por mi, lo que usted tantas veces se negó a admitir…Arizona estaba excitada, deseaba con fervor que Callie la tocara, pero Callie continuó susurrándole palabras al oído, esta vez en español: …-te amo, te amo con toda mi alma, te amo desde el primer día en que te vi, me vas a suplicar Arizona, me vas a suplicar que te toque

Inexplicablemente, Arizona entendió cada una de las palabras que Callie dijo en español, lo cual sólo logró excitarla aún más.

-Dentro de un momento voy a soltarla mi señora, necesito besar y acariciar todo su cuerpo y para eso necesito mis dos manos libres, cuando lo haga, será su decisión gritar para que vengan por mi a azotarme o gritar mi nombre y lo que siente por mi cuando yo le demuestre cuanto la amo…será su decisión, susurró Callie en inglés con voz ronca, mientras besaba su cuello, haciendo que Arizona se retorciera debajo de ella.

Liberando los brazos de Arizona, Callie tomó sus manos y le susurró mientras las besaba: -Me encantan sus manos, son hermosas…luego, trazando sus dedos sobre la piel de su brazo derecho hasta el hueco de su codo, pasó la lengua por la piel sensible antes de besarla, después hizo lo mismo con su otro brazo.

Luego Callie se traslado hacia el estómago de Arizona y dijo: -Usted tiene un ombligo lindo…, mientras rastrilló con su lengua alrededor del la suave piel de su estómago. Seguidamente se trasladó por su cuerpo, arrastrando su propio cuerpo sobre las piernas desnudas de Arizona. …-Me encantan sus pies, son tan delicados, dijo Callie tomando un pie con amabas manos, masajeando lentamente sus músculos, luego repitió el mismo masaje en el otro pie. Arizona suspiró

Callie dejó sus pies y comenzó a besar la pierna a su manera, parando en las rodillas. –Me encantan sus piernas, dijo mientras pasó su lengua por el hueco de la rodilla, mordisqueando la piel sensible allí. Arizona, gimió y arqueó la espalda. Su respiración era inestable y el deseo corría por sus venas. Callie se dio cuenta y comenzó su camino hacia su muslo, colocando besos húmedos en todas partes. –Se que le encantará cuando llegue aquí, le susurró en voz baja hundiendo sus dientes en la carne blanda que estaba tan cerca de donde Arizona lo necesitaba más. Ella, gimió con fuerza al sentir los dientes, los labios y la lengua en su piel ardiente. Luego arqueó sus caderas hacia arriba, pero la mano de Callie la guió hacia abajo, quien se trasladó a la otra pierna, repitiendo sus caricias, provocando otro gemido desesperado de Arizona.

-Calliope, por favor… murmuró Arizona, sintiendo la piel desnuda de Callie deslizándose entre sus piernas.

Callie miró a su amante, desnuda, lista para tomarla, para besarla.

-Sé que usted tiene la piel más suave justo aquí, susurró Callie en ese tono sexy desquiciante, mordiendo la piel donde la clavícula y la nuca se unen. Cuando la lengua se puso en contacto con su piel ardiente, Arizona, sintió el centro húmedo de Callie presionado en su muslo con firmeza. Oyó a Callie dejar escapar un gemido apenas audible mientras continuaba su asalto en el cuello.

-Siempre soñé con besarla a usted aquí, porque puedo sentir los latidos del corazón que me dicen lo excitada que está, continuó Callie, moviendo los labios al punto del pulso en el cuello. A medida que empezó a chupar, ella metió su centro en el muslo de Arizona de nuevo, gimiendo más fuerte esta vez. Luego comenzó a mover sus caderas a un ritmo lento, mordiendo el punto del pulso, provocando un gemido en Arizona.

Callie llegó a su manera hasta los labios de Arizona, flotando por encima de ellos. Los ojos de Arizona estaban cerrados, y sus labios entreabiertos. Callie remontó la lengua por sus labios, sin entrar en la boca. Ella abrió la boca mientras su centro se deslizó por el muslo de Arizona, una vez más. -Me encantan sus labios, soñaba con besarlos, susurró Callie, y luego exigió: -¡Bésame! Arizona, inclinó la cabeza un poco para tomar los labios de Callie en un beso ardiente. Ella deslizó su lengua explorando el interior aterciopelado de los labios de Callie antes de capturar los labios entre los suyos, mordiendo. Al mismo tiempo, levantó su muslo hacia arriba, dibujando un apasionado gemido en Callie.

-Yo sé que sus pezones son casi tan sensibles como el clítoris, susurró Callie, moviendo su cuerpo en la parte superior de Arizona, y sacudiéndolo ligeramente, haciendo que sus pezones se acariciaran. Arizona rompió el beso, jadeando y jadeando, e inclinó la cabeza hacia un lado mientras empujaba sus caderas hacia arriba en la desesperación. -Calliope por favor... estoy tan cerca, jadeó.

-Yo lo sé mi señora. Me encanta la forma de sus pezones rígidos bajo mi tacto. Creo que podría enviarla por encima del borde, sólo con eso de lo sensibles que son. Me encanta la forma de sentirlos en mi boca, continuó susurrando Callie besando hacia abajo y dando vueltas con su lengua alrededor de uno de los pezones. Al mismo tiempo, movió la mano al otro seno y lo rozó sintiendo el pezón duro como si fuera un clavo. Arizona, gritó por el contacto. Ella nunca había estado tan excitada en su vida. La sensación de inmersión húmeda del centro de Callie rozándola, acompañado de sus palabras y caricias sensuales, la estaban enloqueciendo, Callie no la había tocado todavía, pero sentía el calor de la piscina de líquido en su centro, mientras que su liberación se acercaba peligrosamente.

Arizona, metió la pierna una vez más, provocando otro gemido en Callie. Arizona jadeaba, sudaba, mientras se sentía rodar hacia el borde: Calliope por favor... no me puedo detener…

Callie soltó el pezón y mordisqueó la piel sensible detrás de la oreja, mientras siguió moliendo su palpitante clítoris en el muslo de Arizona, jadeando pequeños gemidos en su oído mientras su mano seguía trabajando su magia en el pezón. Luego bajó su mano más abajo: -Soñé con hacerla gemir al acariciar con mis dedos sus pliegues húmedos. Soñé con hacerla temblar al acariciar su clítoris. -No pares... no..., jadeó Arizona, loca de lujuria. –Soñé con verla venirse, gimió Callie, acariciando el clítoris fervientemente al mismo que su cuerpo se tensaba sintiéndose aproximarse al borde ella también.

Arizona vio estrellas, colores de todo tipo parpadear ante sus ojos cuando el clímax más intenso que había experimentado explotó en su interior, en algún lugar profundo de ella. Ella gritó y gimió de nuevo cuando su puesta en libertad no disminuyó, pero seguía bombeando por sus venas, dejándole un temblor incontrolable. Justo cuando pensaba que no podía más, sintió dos dedos deslizándose en sus pliegues temblorosos, y otro presionando hacia abajo el haz de nervios que contrajo en virtud de su toque. Arizona escuchó gritar a Callie -¡Oh Dios, Oh Dios!, mientras sus caderas se resistían violentamente contra su muslo, al mismo tiempo que Arizona sentía una segunda versión surgiendo de su propio núcleo mientras oía su propio corazón latiendo en su garganta y el gemido ronco de Callie en su oído. –Calliope, te amo, te amo... fue todo lo que pudo susurrar, cuando las olas de la pasión finalmente amainaron. Un poco más y Arizona estaba segura que se hubiera desmayado sólo por el placer que llenó todo su cuerpo.

Callie se desplomó sobre Arizona, mientras ambas jadeaban en voz alta, incapaces de mover un músculo.
Después de un largo rato que permanecieron abrazadas, Callie levantó la mirada y le dijo a Arizona sonriendo:

-Lo ve mi señora, yo sabía que usted gritaría mi nombre y cuanto me ama, yo lo sabía

Arizona, le dijo a Callie con una sonrisa en su rostro:

-Sí te amo, aunque me resistí, ahora lo sé, te amo

Ambas sonrieron, antes de besarse, experimentando el gozo de ver unidas de nuevo la fantasía y la realidad. Cuando separaron sus labios, fue Callie quien habló:

-No sólo te amo Arizona, me encantas, me encanta que hayamos vuelto a ser cómplices de una nueva fantasía, esto fue…

-Impresionante…, dijo Arizona completando la frase de Callie y agregó: …-eres mi mejor aliada en fantasías Calliope, siempre superas mi imaginación, eres increíble…

Callie giro su cuerpo abrazando y llevándose a Arizona en el giro, de modo que quedó justo debajo de ella. Antes de atrapar sus labios en un nuevo beso cálido y profundo, Callie agregó:

-Nosotras somos increíbles, porque…tú y yo nos amamos…


Hacer clip en el título para acceder a la canción


Eres tú, en el delirio en la pasión,
Mi aliada en fantasías,
Erotismo sin medida que supera la razón

Eres tú, en el delirio en la pasión,
La respuesta enloquecida
Que supera siempre a mi imaginación
Inventamos, maquinamos, situaciones no estrenadas,
Provocamos con palabras, nuestro fuego abrazador

Tú y yo, somos cómplices en el amor
Lo que quieres tú, lo quiero yo
Lo que nadie nunca, se imaginaría
Las locuras más divinas

Tú y yo, somos cómplices en el amor
Lo que piensas tú, lo pienso yo
Lo que sientes tú, es lo que siento yo
Y es por eso que morimos, abrazados en un beso
Nadie sabe lo bonito, que es amarnos,
Tú y yo


Eres tú, en el delirio en la pasión,
La respuesta enloquecida
Que supera siempre a mi imaginación
Inventamos, maquinamos, situaciones no estrenadas,
Provocamos con palabras, nuestro fuego abrazador

Tú y yo, somos cómplices en el amor
Lo que quieres tú, lo quiero yo
Lo que nadie nunca, se imaginaría
Las locuras más divinas

Tú y yo, somos cómplices en el amor
Lo que piensas tú, lo pienso yo
Lo que sientes tú, es lo que siento yo
Y es por eso que morimos, abrazados en un beso
Nadie sabe lo bonito, que es amarnos,
Tú y yo


Luego de un profundo y tierno beso que se eternizó, quién sabe por cuánto tiempo, Arizona recostó su cabeza sobre el pecho desnudo de Callie y cerró los ojos, en el instante en que Callie apretó su abrazo y envolvió todo su cuerpo, brindándole esa sensación de seguridad y paz que a Arizona tanto le gustaba.

Pasados varios minutos, Callie vio la hora en el reloj de la mesa de noche y le dijo a Arizona:

-Mi amor, había pensado que fuéramos hoy a Cadaqués, pero son casi las 3:00 p.m., así que creo que eso lo dejaremos para mañana. Dime ¿quieres hacer algo ahora?. No sé, ¿ir a la playa un rato o a la piscina o salir a pasear?

Sin abrir los ojos, Arizona contestó

-¿Sinceramente…?

Callie sonrió, ya podía intuir lo que significaba ese “sinceramente” de Arizona, entonces dijo: -Sí, sinceramente…

-¿Podemos salir más tarde?, está muy rico aquí, me encanta quedarme acostada así mientras me abrazas, me encanta, tú lo sabes, además… agregó con un tono de picardía en su voz,…-me dejaste sin fuerzas luego de esa fantasía tan maravillosa

Callie se rió y dijo:

-Y eso que a mi me tocó hacer de esclava esta vez

Sin cambiar de posición, Arizona movió su mano para tomar la mano de Callie y besándola con ternura dijo:

-Y yo que era tu ama, terminé rendida ante tus encantos, acabé gritando tu nombre y cuanto te amo, a pesar de que lo negaba

Bromeando Callie movió el dedo donde tenía el anillo de compromiso, en la misma mano que Arizona había besado momentos antes y dijo:

-Yo también conozco a alguien que durante mucho tiempo no supo lo que sentía, pero que terminó reconociendo cuanto me amaba, no voy a decir nombres, pero la tengo acostada justo encima de mi en estos momentos

Arizona se rio y pellizcó el costado de Callie, no muy fuerte, pero lo suficiente para que Callie exclamará:

-¡Auchhh!

Riendo, Callie preguntó:

-¿Y se puede saber por qué me gané ese pellizco?

-Por meterte conmigo, dijo Arizona sonriendo

-Yo no me metí contigo, ni siquiera te he nombrado, se defendió Callie imitando un tono inocente

Arizona levantó la cabeza para mirar a Callie y acercando sus labios a los de ella, dijo:

-Calla esclava y bésame

-Lo que usted diga mi señora, dijo Callie sonriendo antes de juntar sus labios en un beso profundo.

En algún momento, entre sonrisas, bromas y besos compartidos, ambas se quedaron dormidas, unas horas después despertaron y como Arizona aún no tenía deseos de bajar, jugaron Lesbiajedrez con un tablero que Callie compró cuando estuvieron en La Roca Village, de piezas de madera bellamente talladas. Arizona ganó el primer juego, el segundo lo ganó Callie y el juego del desempate lo ganó Callie de nuevo.

Eran casi las 9:00 p.m., cuando ambas, habiéndose duchado y vestido con hermosos trajes de coctel, bajaron a cenar para después ir a algún lugar a tomar unas copas y bailar. Mientras cenaban, Arizona le propuso a Callie visitar una discoteca exclusiva para mujeres, logrando que Callie casi se atragantara con la comida. A pesar de tener un anillo de compromiso en su mano y que se casaría con una mujer, a Callie no le agradaba la idea de visitar un sitio así, pero vio a Arizona tan entusiasmada mirándola con ese brillo de felicidad en sus ojos y esa sonrisa con hoyuelos incorporados que la derretía, que no se atrevió a negarse, así que pasada la medianoche llegaron al lugar que le recomendaron en el hotel.

La discoteca estaba llena de gente, afortunadamente consiguieron una mesa vacía y se sentaron mientras pidieron sus primeras copas de la noche. Mientras brindaban, Callie notó que detrás de Arizona, a pocos metros de donde se encontraban, había una mujer sentada con unas amigas que miraba con mucha atención a Arizona, la mujer era muy bonita, de contextura delgada, tenía más o menos la misma edad que ellas, de cabello castaño claro y ojos verdes.

Después de algunos tragos, Callie decidió hacer caso omiso de aquella mujer y disfrutar la velada con su prometida, así que salieron a la pista de baile y ambas se divirtieron bailando. A pesar de que cuando Callie entró al local se sintió un poco incómoda, a medida que fueron pasando las horas, se fue sintiendo más cómoda, ya que tenía la libertad de abrazar o besar a Arizona en medio del baile sin que nadie volteara a verlas, nadie, con excepción de la mujer que casi no le había quitado la vista a Arizona en toda la noche, no obstante, la única que parecía haberlo notado era Callie, porque Arizona tanto en la mesa como en la pista había estado casi todo el tiempo de espaldas a aquella misteriosa mujer.

Luego de varios tragos y después de haberse divertido bailando, Callie y Arizona decidieron pagar la cuenta e irse al hotel, sin embargo, Arizona le dijo a Callie que mientras pagaba la cuenta, ella iría al baño un momento. Así lo hicieron. Callie pidió la cuenta, pero mientras la esperaba, notó que la mujer que había estado observando a Arizona, se paró de la mesa y se dirigió al baño.

A pesar de que la situación le pareció extraña y que su primer impulso fue irse tras de aquella mujer para saber si había sido producto de la casualidad o que ella efectivamente había seguido a Arizona, decidió darle un voto de confianza a su prometida, pensando que ella más que nadie sabría cómo afrontar una situación si acaso la mujer se le insinuaba o pretendía algo con ella.

Mientras tanto en el baño, Arizona, que se sentía un poco mareada, producto de los tragos, se lavó la cara y luego de retocar su maquillaje se dispuso a salir del baño, no obstante se cruzó en toda la entrada con aquella mujer. Arizona en un primer momento no la reconoció, sólo fue cuando la mujer habló que Arizona se dio cuenta de quien se trataba. La mujer, mirándola directamente a los ojos, exclamó:

-¡Arizona Robbins!, eres la última persona que esperaba encontrarme en Barcelona… La mujer la miró de arriba abajo, con una mirada que delataba su deseo.

Arizona, ignorando su mirada,  le preguntó en un tono áspero:

-La verdad que yo tampoco esperaba verte, ¿Qué haces aquí?

La mujer le contesto:

-Me vine a vivir a España hace dos años.

Arizona se hizo a un lado dispuesta a alejarse mientras le decía con una sonrisa a medias:

-Bueno, hasta luego, que te vaya bien.

Sin embargo la mujer, que también se notaba que había tomado unos tragos de más, se interpuso en su camino y le dijo en un tono sexy:

-Te ves hermosa, realmente me ha impactado verte después de tanto tiempo

Arizona con cierto tono de ironía en su voz, no perdió la oportunidad y le contestó:

-Pero supongo que verme de nuevo después de tanto tiempo no haya sido tan impactante como cuando éramos novias y te encontré con otra mujer en la cama ¿verdad Johanna?

Evadiendo la mirada acusadora de Arizona, Johanna se rió con cierto nerviosismo y dijo:

-Por favor Arizona, eso pasó hace mucho tiempo ¿no me digas que aún me guardas rencor por eso?

Con desdén Arizona contestó:

-Me dolió, no lo niego, pero yo te olvidé hace mucho tiempo, así que no hay lugar para rencores.

Tomándola desprevenida, Johanna tomó a Arizona por la cintura y la abrazó, y con los labios muy cerca de los suyos, le dijo en un tono desafiante:

-¿En serio me olvidaste?, te vi muy entretenida con otra mujer, una mujer latina, pero yo no creo que me hayas olvidado tan fácilmente, Arizona, yo no te he olvidado, traté de contactarte pero nunca te pude encontrar, traicionarte fue un error, yo te amaba Arizona, aún te amo, nunca he podido olvidarte…

Arizona trató de apartarse, pero su falta de coordinación originada por los tragos que había consumido, no le dieron la libertad de movimiento que ella desearía haber tenido en ese momento.

Mientras tanto Callie, aún sentada en la mesa, miró el reloj y se impacientó, Arizona llevaba más tiempo del esperado en aquel baño y ella ya comenzaba a imaginarse por qué. Pensando que Arizona podría estar en algún problema, decidió finalmente ir hacia allá  para verificar que todo estuviera en orden.

Cuando Callie llegó al baño, sus cerebro se negó a aceptar como una verdad lo que sus ojos estaban viendo, Arizona, de espaldas a Callie, se estaba besando con aquella mujer, Callie se quedó paralizada, enmudecida, ella no podía creer que eso estuviera pasando, de pronto, la voz fuerte de Arizona la sacó de su letargo, Callie vio cuando su prometida se apartó bruscamente de la mujer y le dijo:

-Johanna, ¿Qué demonios estás haciendo?, ¿Cómo diablos se te ocurre besarme?, Si tú me amas aún después de haberme hecho lo que me hiciste, lo siento por ti, te informo que yo estoy enamorada, profunda y totalmente enamorada de la mujer más hermosa y maravillosa del mundo, y me voy a casar con ella, anoche le propuse matrimonio y ella está en este mismo instante sentada en aquella mesa…Arizona se giró y se congeló cuando vio a Callie parada detrás de ella, con una expresión que denotaba una mezcla de sentimientos que no podía leer, de pronto Arizona cayó en cuenta que era posible que Callie la hubiera visto besándose con Johanna y el miedo que sintió fue tal que la paralizó, sólo alcanzó a decirle a Johanna con un tono de desprecio:

-Johanna vete de aquí…

Johanna quiso interrumpirla, pero Arizona la calló en seco:

-Te dije que te vayas, no te conformas con haberme traicionado como lo hiciste, ahora vienes y me dices palabras estúpidas, sin sentido, ella es mí prometida…, dijo señalando a Callie, luego agregó en un tono áspero dirigido a Johanna: …-vete de aquí, es obvio que sabías que yo estaba con alguien y aún así no te importó seguirme para… no sé ni para qué…¡Vete!

Johanna se marchó molesta y en su camino, a propósito tropezó el hombro de Callie, quien hizo caso omiso del contacto, sus ojos estaban puestos en Arizona, en la expresión de angustia y miedo que se confundía en su mirada.

Arizona torpemente se acercó a Callie y le dijo a ella:

-Mi amor, no sé qué fue lo que viste pero te juro que yo,…Arizona hizo una pausa para tratar de seguir hablando mientras sus ojos se llenaban de lágrimas, …-Callie, mi amor, lo siento ella me agarró desprevenida, yo me quise apartar, pero estoy un poco mareada y ella fue más rápida que yo y me besó, pero yo no le respondí el beso, te lo juro, yo me aparté y…


Callie no la dejó terminar de hablar, posando ambas manos en las mejillas de Arizona, Callie dijo:

-Arizona…

Arizona se calló por un segundo y luego siguió tratando de justificarse: - Callie mi amor, por fa…

Callie volvió a interrumpirla y le dijo:

-Arizona, mi amor cálmate, es cierto sentí que el mundo se me venía encima cuando te vi besando a esa mujer, pero después vi como la apartaste y escuché lo que le dijiste, ¿lo recuerdas?

Arizona un poco más calmada le dijo, asomando una pequeña sonrisa que no llegó a sus ojos:

-Sí le dije que estaba enamorada de la mujer más hermosa y maravillosa del mundo, y que me iba a casar con ella.

Callie sonrió y le dijo con ternura:

-Y esa mujer soy yo, tranquilízate Arizona, sólo fue un susto, no llores. Diciendo esto, Callie tomó a Arizona fuertemente en sus brazos y atrapó sus labios para besarla, fue un beso ardiente y de cierta forma posesivo, pero a Arizona no le importó, lo único que le importaba es que Callie la estaba besando y ella se dejó llevar por ese beso, por esos labios que ella adoraba.

Cuando sus labios se separaron, Callie, la abrazó aún con más fuerza, mientras le dijo mirándola a los ojos:

-Casi me desmayo cuando te vi besándote con esa mujer, pero después escuché lo que le dijiste, lo que dijiste de mi, y lo entendí y luego cuando hablaste de la traición, recordé quien era ella, tú me lo contaste aquella vez en nuestro apartamento cuando me hablaste de las novias que habías tenido. Siempre pensé que esa mujer era una estúpida, ¿a quién en su sano juicio se le podría ocurrir engañar a alguien como tú?. Lo mejor que ella pudo hacer fue irse de aquí, porque si no te juro que le hubiera dado una patada por el trasero por haberte lastimado como lo hizo y después viene con su cara muy lavada a besar a mi prometida ¿a quién se le ocu…

Esta vez fue Arizona quien posó sus manos sobre las mejillas de Callie y le dijo sonriendo:

-Calliope…

Callie, que se había encendido mientras hablaba, iba a seguir hablando pero la ternura en la mirada de Arizona la hizo callarse, Callie sólo preguntó:

-¿Qué?

Arizona sonriendo le dijo:

-Mi amor la mitad de lo que acabas de decir, lo entendí sólo a medias ¿te diste cuenta que estabas hablando en español?

Callie se echó a reír, no era la primera vez que eso le pasaba cuando algo la molestaba, caía en el español sin darse cuenta. La risa de Callie fue contagiosa y al momento siguiente tanto ella como Arizona se comenzaron a reír.


Después que la risa cedió, Arizona, que en ese momento sintió como todo el amor que sentía por Callie le alborotaba el alma, dijo:

-Gracias mi amor, gracias por amarme, por creer en mi, a pesar de las apariencias, creo que deberíamos irnos, ¿no te parece?

Callie sonrió con cierta malicia y dijo:

-No, no me parece

Arizona que conocía a Callie como la palma de su mano, detectó el tono de ella y le dijo:

-Mi amor ¿qué estás tramando?

Sin dejar de sonreír, Callie le preguntó a Arizona:

-Dime ¿qué te dijo esa mujer en el baño?

Arizona quiso protestar, no quería hablar de eso, y exclamó:

-¡Callie no…

-Anda Arizona, dime que te dijo, por favor

A regañadientes Arizona respondió:

-Me dijo que ella no me había olvidado, que traicionarme fue un error, y que aún me amaba

Callie  asomó su sonrisa maliciosa de nuevo. Arizona frunció el seño, casi adivinando las intensiones de Callie, así que le dijo:

-Calliope, tienes esa mirada, ¿Qué estas tramando?, dime

Callie levantó las cejas y respondió:

-Quiero demostrarle a esa mujer que aunque quiso hacerte daño, esta vez no lo logró, que tú y yo seguimos tan enamoradas y tan felices como siempre, pero…, Callie agregó con un tono lleno de picardia: …-necesitaré a mi cómplice para eso

Arizona dijo riendo:

-Callie, Callie, eres una malvada

Sonriendo también Callie dijo:

-Anda, vamos a darnos ese gusto, tú la viste a ella acostándose con otra, ella te traicionó, creo que debería tomar un sorbo de su propia medicina ¿no crees?, mucho más ahora, que nos hizo pasar a ambas ese susto

Arizona dijo:

-Ok, dime ¿qué quieres hacer?

Callie no le respondió, la tomó de la mano y se la llevó a la pista, asegurándose de colocarse en un sitio donde Johanna las pudiera ver con facilidad, entonces, tomando a Arizona fuertemente en sus brazos, comenzó a bailar con ella mientras le susurraba palabras al oído, en español:

-Te amo Arizona, soy tan afortunada por tenerte, porque me amas, te amo mi amor, tú y yo vamos a casarnos, tú y yo seremos muy felices…

Arizona sin poder y sin querer evitarlo, se estremecía con cada una de las palabras que Callie le susurraba al oído, ella sabía que la intensión de Callie era excitarla y que Johanna lo viera todo, y no había ninguna duda que estaba logrando ambas cosas. Mientras Johanna las veía, queriendo matar a Callie con la mirada, la respiración de Arizona se hacía inestable, y una corriente de deseo comenzaba a invadir todo su cuerpo.

Arizona soltó un gemido ahogado y susurró:

-Calliope…

Callie continuó susurrando palabras en español y luego, mirando a su prometida con los ojos oscurecidos por el deseo que también comenzaba a consumirla y casi olvidando a Johanna y su pequeña venganza, comenzó con sus labios a acariciar los labios de Arizona quien rendida por el amor y la lujuria, no resistió la tentación y profundizó el beso, para dejarse consumir por la pasión que Callie le ofrecía.

Buscando aire para respirar, Arizona rompió el beso y le dijo a Callie jadeando:

-Mi amor, vámonos ya, esta venganza me está matando a mi también, por favor.

Jadeando y satisfecha por haber logrado su doble objetivo, Callie tomó a Arizona por la mano, y la condujo hacia la salida de la discoteca, ambas salieron abrazadas y sonriendo, sin mirar atrás, tomaron un taxi y se dirigieron al hotel.

Cuando llegaron a la habitación, Arizona entró primero, y dejó que Callie cerrara la puerta. Ella vio cuando Callie se paró detrás de ella y mientras corría el cierre de su vestido hacia abajo, Callie acercó sus labios a su oído y le susurró, mientras besaba su cuello:

-Creo que deberíamos continuar la fantasía de esta mañana.

Estremeciéndose por el contacto y por la carga de erotismo que envolvían las palabras de Callie, Arizona cerró los ojos, echó su cabeza hacia atrás y abrió la boca para exhalar un gemido de puro placer, así que entre un gemido y otro Arizona preguntó:

-¿Qué tienes en mente mi amor?

Callie sin detener las caricias de sus labios en el cuello de Arizona le dijo susurrando, mientras le quitaba el sujetador:

-Yo sigo siendo tu esclava y tu mi señora, pero ahora sabes que me amas, queremos hacer el amor, una y otra vez, pero debe ser a escondidas, porque si nos descubren, me matarían.

A pesar de su excitación más que evidente, Arizona sonrió ante la perspectiva de la continuación de la fantasía propuesta por Callie, sin embargo la sonrisa se convirtió en un gemido cuando Callie sin dejar de acariciar su cuello con los labios, con una mano comenzó a acariciar sus senos, mientras que la otra la usó para recorrer con sus dedos toda la extensión de la vagina de Arizona por encima de sus bragas que se humedeció aún más con ese contacto.

Arizona arqueó su cadera y comenzó a jadear, Callie se colocó frente a ella y mientras la besaba ardientemente se acostaron en la cama. Callie hizo una pequeña pausa en sus caricias para desnudarse frente a Arizona, mientras ella la veía con una mirada llena de lujuria y de deseo. Callie susurrándole palabras al oído, besando su cuello y mordisqueando su oreja comenzó un lento recorrido por todo el cuerpo de Arizona que seguía jadeando y arqueando su espalda, mientras se sentía arder de pasión. Callie, de nuevo la estaba enloqueciendo con sus caricias lentas y excitantes. Ella hizo el mismo recorrido que había hecho en la mañana de ese mismo día, y Arizona repitió sus ruegos y sus gemidos hasta que después de lo que pareció una eternidad envuelta en la dulce agonía de las llamas del deseo que la envolvían, Arizona gritó el nombre de Callie otra vez, cuando un clímax arrollador se apoderó de todo su cuerpo.

Después fue el turno de Callie, para gemir, jadear y volverse loca de pasión mientras Arizona logró con sus caricias y sus besos excitantes llevarla a ese mundo de placer que sólo ellas conocían.

Satisfechas y enormemente felices, sintiendo ese enorme amor que las unía y las conectaba cada día un poco más, Arizona se acostó de medio lado mientras Callie la acunó en sus caderas y la envolvió en un tierno y cálido abrazo.

Antes de quedarse dormidas, Arizona le dijo a Callie:

-Gracias mi amor

Callie en un tono lleno de ternura le preguntó:

-¿Por qué me das las gracias mi pichirruchi?

-Por amarme como me amas, por creer en mi, te amo

Callie besó con ternura el cuello de Arizona y le dijo:

-Te amo mi amor y creo en ti, y ambas cosas son para siempre

Arizona sonrió, giró su cabeza y buscó los labios de Callie, ambas se besaron profunda y tiernamente.

Esta historia continuará…

2 comentarios:

  1. Hey,sabes me encantan los juegos y las fantasías, eres muy creativa y este capitulo excelente como todos los demás, aunque este particularmente muy excitante.
    Siempre te voy agradecer por regalarnos con tu dedicación, tu imaginación, tu compromiso, tu ingenio, tu creatividad y tu increíble talento, una historia maravillosa que me alienta, me hace creer, me alegra, me entusiasma, me complace, me enseña, mejora mis malos días y mi estado de animo cuando lo necesito porque es una historia bonita, divertida y muy agradable para mi.
    GRACIAS Y RECUERDA QUE ERES ASOMBROSA Y SUPER TALENTOSA.
    Que dios te bendiga siempre, te de mucha vida y salud para ti y los tuyos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muchas Gracias mi querida Daly, esas son justo las palabras que me alientan a seguir escribiendo, a seguir imaginando. En este caso en particular, tengo que reconocer que en parte me inspiré en otro fanfiction que leí, pero le agregué mi toque personal. Tengo muchos proyectos en mente para seguir escribiendo, y espero que tú, mi fan número uno, me acompañes en todos ellos. Que Dios te bendiga a ti también, que siempre te acompañé la buena fortuna y que todos tus sueños se hagan realidad al lado de quienes amas. Un abrazo, Miki

      Eliminar