Epidemia –
Capítulo 33 – Tú
La hermosa canción finalizó, pero ellas dos seguían
allí, abrazadas, alternando besos profundos y tiernos con miradas que decían
“te amo”, en ese idioma que sólo el alma conoce, el lugar donde nacen y habitan
los sentimientos más profundos del ser humano. Y en ese instante, el alma de
ambas albergaba tantos sentimientos, que aún se confundían en sus rostros las
sonrisas y las lágrimas.
Callie quería desesperadamente decirle a Arizona lo
que esa propuesta significaba para ella, pero la emoción que sentía era de tal
magnitud que no encontraba las palabras para describirlo, ese era su sueño,
siempre lo fue, lucho tanto para llegar a este momento, se equivocó tantas
veces, perdió tantas veces, que le costaba creer que finalmente lo había
logrado.
Aún a pesar de todo lo unidas que estaban, Callie no
se atrevió a proponerle matrimonio a Arizona, lo había pensado, sí lo había
hecho, pero no se atrevió, quizás, el miedo al rechazo, con el que había vivido
casi toda su vida, se lo impidió de algún modo, o quizás era porque quería
darle a Arizona la libertad de actuar al ritmo de sus propias emociones y
sentimientos, pero Callie mantenía en el fondo de su alma la secreta esperanza
de que algún día fuera Arizona quien lo hiciera, y ese día había llegado, después
de haberlo visto roto tantas veces, finalmente ese sueño se estaba haciendo
realidad.
Pensando en todo esto, a Callie se le inundaron los
ojos de lágrimas. Arizona, abrazada a ella, percibió de alguna forma las
intensas emociones que se arremolinaban en el corazón de la mujer que amaba, de
su futura esposa, y por ello le preguntó con una enorme dulzura mirándola a los
ojos:
-Mi amor, dime ¿Qué sientes?. Parece como si quisieras
decirme algo y no encuentras las palabras. Anda, dime.
Sacando una sonrisa en medio de sus lágrimas, Callie
le contestó:
-Es cierto mi cielo, hay muchas cosas que quiero
decirte, pero estoy tan emocionada y en este momento siento tantas cosas que no
encuentro las palabras para expresarlo, lo que si quiero que sepas, es que no
recuerdo un momento en mi vida más feliz que este, te amo Arizona, tú eres mi
vida, eres mi todo, y es contigo y únicamente contigo con quiero compartir el
resto de mi vida. Gracias mi amor, Gracias…
Arizona se estremeció, profundamente conmovida por las
palabras de Callie, especialmente por esa última palabra: “Gracias”. Arizona
conocía ya lo suficiente a Callie para saber que detrás de ese “Gracias” había
muchas cosas más que ella quería decirle, aunque aún no había encontrado el
modo de hacerlo. Arizona sabía que tendría que darle un tiempo para que pudiera
ordenar sus pensamientos con base a sus emociones y lograra expresarlos con
claridad.
Mientras tanto, Arizona sabía que había algo que ella
sí podía hacer, se paró de puntillas sobre sus tacones, posó sus manos sobre las
mejillas de Callie, para buscar su mirada y luego buscó sus labios para
besarla, para expresarle a través de ese beso cuanto la amaba. Arizona se
estremeció de nuevo, cuando percibió mientras se besaban abrazadas, que Callie
estaba temblando. Arizona siempre supo que Callie se emocionaría con una
propuesta de matrimonio, lo que nunca se imaginó es que sería a ese grado,
percibirla así, temblando era algo inusual, eso le provocó una oleada de
ternura sabiendo que el alma de la mujer que amaba estaba en ese preciso
momento atravesando un torbellino de emociones que ni siquiera ella misma era
capaz de describir.
Arizona se quedó allí, abrazándola con todas sus
fuerzas, por un largo rato, y cuando percibió que Callie estaba más calmada, le
susurró al oído, casi en el mismo instante en que la comida que habían pedido
estaba siendo servida en la mesa:
-Y ahora mi amor, vamos a cenar, vamos a degustar esta
comida que están sirviendo y que sé ve espectacular, para luego continuar esta celebración
en nuestra habitación... Arizona hizo una pequeña pausa y luego agregó en un
tono sexy pero a la vez impregnado de ternura:…-quiero hacerte el amor.
Esas palabras estremecieron a Callie, porque no sólo
excitaron su cuerpo, también excitaron, aun más, sus sentimientos, su alma.
Callie miró a los ojos a Arizona y le dijo sonriendo:
-Y ahora que me has dicho eso tendré que hacer un
enorme esfuerzo para no atragantarme con esa cena que realmente se ve deliciosa
Arizona se echó a reír y le dijo a Callie:
-No mi amor, no te atragantes, vamos a disfrutar cada
minuto de esta noche, la noche es joven y esto apenas comienza
Mientras se sentaban en sus sillas para comer, Callie
sonriendo una vez más, le dijo a Arizona:
-Algo me dice que esta noche lo que menos haremos será
dormir ¿me equivoco?
Con ese brillo en la mirada que Arizona ahora mostraba
en todo su esplendor y con su súper mágica sonrisa Arizona dijo:
-¿Qué comes, que adivinas?
Callie miró su plato y contestó sonriendo:
-Merluza a la braza con xanfaina a la menta
-Tal parece que esa delicia estimula tus capacidades
de adivinación
-Pero si ni siquiera lo he probado aún
-Pero huele delicioso, quizás sea por el aroma
entonces, dijo Arizona sonriendo
-¿O sea que soy adivina por inhalación?
Arizona se echó a reír con la ocurrencia de Callie,
pero justo cuando le iba a responder, observó al gerente del hotel aproximarse
a la mesa sonriendo, con una botella y dos copas en la mano.
El gerente ya parado frente a la mesa, alternando su
mirada entre Arizona, Callie y el hermoso anillo que ella portaba en su mano,
dijo sonriendo:
-Muy buenas noches bellas damas, me huele que esta
velada está resultando justo como se la imaginó Dra. Robbins ¿correcto?.
Arizona bromeando consigo misma pensó: “Otro adivinador por inhalación”, su
propia ocurrencia le hizo gracia y sonriendo dijo:
-¡Oh sí!, exactamente
Haciendo una especie de reverencia, el gerente dijo
alternando la mirada entre Arizona y Callie:
-Entonces ¡Felicidades!, es un honor que usted Dra.
Robbins y usted Dra. Torres, hija de un buen amigo como lo es el Sr. Carlos
Torres, hayan elegido este hotel para celebrar un acontecimiento como este, que
siempre les traerá a ambas hermosos recuerdos, por ello, me permito ofrecerles
por cuenta de la casa una botella del vino que identifica a estas tierras que
ustedes no han hecho el honor de visitar, me refiero al cava catalán.
Tanto Callie como Arizona, le agradecieron al gerente
del hotel ese bonito gesto, mientras él destapaba la botella y servía la bebida
en las dos copas que trajo consigo. Después de ser servidas ambas copas, el hombre
se retiró y Callie y Arizona levantaron sus copas para brindar, fue Arizona la
primera que habló:
-Brindo por ti Calliope Torres, brindo por la única
mujer que he amado y que amaré en toda mi vida, gracias a ti conocí el amor, y
más importante aún, gracias a ti supe lo que es amar y cómo amar, me enseñaste
que la verdadera libertad se disfruta más en compañía que en soledad, me
enseñaste que el amor es entregarse, me enseñaste a soñar con un futuro hermoso
que nunca imaginé para mí, me enseñaste que el amor no sólo es perdón, también
es redención. Te juro que nada ni nadie nunca me han hecho tan inmensamente
feliz como tú. Te amo Calliope Torres, te amo Mi Calliope.
Profundamente emocionada Callie dijo:
-Brindo por ti Arizona Robbins. Desde que era una niña
siempre soñé con un momento como este y hubo etapas en mi vida en que llegué a
pensar que algo así jamás sucedería, pero ahora aquí estoy frente a la mujer
que amo y que amaré por siempre, brindando con nuestras copas en alto y con un
hermoso anillo de compromiso en mi mano. Gracias a ti y al enorme amor que sé
que sientes por mi hoy has hecho ese sueño realidad. Te amo Arizona Robbins, te
amo mi pichirruchi
Con los ojos llenos de lágrimas de nuevo y al mismo
tiempo regalándose mutuamente la más hermosa de sus sonrisas, Callie y Arizona
chocaron sus copas y bebieron. Luego de degustar el exquisito plato principal, justo
cuando estaban terminando la tarta de limón que compartieron de postre, Callie
de frunció el seño y exclamo:
-¡Arizona!, acabo de recordarlo, yo soñé con este
momento
Arizona sonrió y con una mirada interrogante le dijo a
Callie:
-Sí mi amor, me acabas de decir que este siempre había
sido tu sueño, desde niña
Callie entendió la confusión de Arizona y le dijo:
-Si mi pichirruchi, este fue mi sueño desde niña, pero
lo que estoy tratando de decirte es que yo tuve un sueño donde tú me pedias que
me casara contigo, justo en un sitio como este, bueno soñé que era en un restaurante,
creo, no recuerdo los detalles, pero tú en ese sueño me pediste que me casara
contigo y este anillo, este anillo Arizona, yo lo vi en ese sueño
Arizona abrió los ojos como platos, impresionada por
lo que Callie le acababa de contar, y exclamó
-¡En serio! Callie ¿en serio soñaste con este momento?
, ¿Y viste el anillo? ¡wow!, ¿y cuando
soñaste eso?, ¿lo recuerdas?
-Sí lo recuerdo y eso es tan impresionante como el
haber soñado con esto. ¿recuerdas el día que fuiste por primera vez a mi
habitación con Sebastián?... Arizona asintió sonriendo, obviamente ese
encuentro le traía muy buenos recuerdos, Callie continuó hablando: …-Ese mismo
día en la noche lo soñé, fue esa noche
Arizona abrió la boca impactada, y la abrió aún más
cuando ella recordó su propio sueño, entonces le dijo a Callie:
-¡Wow!, eso es impresionante y ahora yo también acabo
de recordar un sueño que tuve, que también se hizo realidad
-¿En serio?, le preguntó Callie impresionada también,
dime ¿Cuál fue tu sueño?
-Fue la noche que me quedé acompañándote en la
habitación del hospital, cuando te operaron el brazo, esa noche soñé que yo iba
contigo en un avión, soñé que íbamos felices, absolutamente felices, lo que el
sueño nunca me reveló fue el destino de ese vuelo…
Esta vez fue Callie quien abrió los ojos como platos y
exclamó:
-¡España!
-Si mi amor, y de hecho recordé ese sueño cuando
íbamos en el avión, lo recordé justo antes de quedarme dormida en tus brazos
-Mi pichirruchi, eso es impresionante, ¿te das cuenta
que tú y yo en momentos diferentes soñamos con dos eventos que ocurrirían
apenas con tres días de diferencia, tomamos ese vuelo hace tres días y hoy
estamos aquí.. ¡wow!. Mi amor, ¿sabes lo que eso significa?, ¿verdad?, ¿lo
sabes?
Arizona estaba tan impresionada que no atinó con la
respuesta, por ello le dijo a Callie:
-No sé, ¿a qué te refieres?, ¿qué significa?
Callie tomó la mano de Arizona, quien bajó la mirada
cuando percibió con el rabillo del ojo el destello del brillante, el anillo de
compromiso se veía precioso en las hermosas manos de Callie. No había dudas,
ella tenía unas manos bellas y ese anillo resaltaba esa belleza:
-Arizona esos sueños significan que esto era nuestro
destino, que tú y yo estábamos, estamos destinadas a estar juntas, esos no
fueron simples sueños, fueron premoniciones. Tú y yo siempre estuvimos
destinadas a estar juntas mi amor.
Arizona sonrió y profundamente emocionada e impactada
con ese nuevo descubrimiento, le dijo a Callie:
-Sí mi amor, tienes razón, esto estaba destinado a
ser…
Callie agregó:
-Cada una de nosotras vimos en sueños, nuestros sueños
hacerse realidad, tu soñaste con un viaje a España conmigo, ese era uno de tus
sueños y yo soñé con el momento en que me pedirías que me casara contigo, y ese
siempre fue mi sueño, yo anhelaba este momento, con todas mis fuerzas.
A Arizona se le aguaron los ojos al escuchar esa
última frase en los labios de Callie, posando su mano libre en la mano de ella,
le dijo:
-¿En serio mi amor?, ¿anhelabas este momento con todas
tus fuerzas?
Callie se sonrojó un poco y le confesó a Arizona:
-Si mi pichirruchi, en secreto siempre soñé con este
momento, siempre soñé con este día, nunca me atreví a pedírtelo porque era como
un choque de trenes, mejor dicho, un choque de miedos, tú le tenías miedo al
compromiso y yo le tenía miedo al rechazo, así que nunca me atreví, yo viví con
la secreta esperanza de que algún día fueras tú quien me propusiera matrimonio.
Profundamente enternecida y emocionada, Arizona que
nunca había sospechado que Callie tuviera ese sueño en secreto, no quiso
contenerse, ya habían terminado de comer y se moría de ganas por tener a Callie
en sus brazos, quería besarla, acariciarla, abrazarla, hacerle el amor, y
además quería hacerle el amor con una pequeña sorpresa que le tenía preparada.
Siguiendo su impulso, Arizona se paró de la silla y tomando de la mano a Callie
la invitó con un gesto a que se parara ella también. En el momento en que
Callie se paró de su silla, Arizona cruzó sus brazos por el cuello de Callie y
atrapó su boca para besarla con ímpetu, con esa mezcla de deseo, amor, pasión,
ternura y cierto grado de locura que se arremolinaba en su alma. Callie
respondió al beso con la misma vehemencia y soltó un gemido por la comisura de
sus labios.
Jadeando separaron sus labios por un momento y
Arizona, con la respiración entrecortada, profundamente excitada y emocionada,
le dijo a Callie:
-Vamos mi amor, necesitamos continuar esta fiesta de
compromiso en nuestra habitación, creo que no podré resistir ni un minuto más,
vamos…
-Vamos, le
contestó Callie con una sonrisa de oreja a oreja, mientras se dirigieron,
tomadas de la mano hacía la puerta de la terraza que conducía al interior del
hotel. Cuando llegaron a la habitación, Arizona abrió la puerta poniendo
especial atención a la mirada de Callie, quien quedó gratamente impactada con
la boca abierta, al ver la habitación románticamente iluminada por tenues luces
que imitaban velas y decorada con hermosos pétalos de rosa esparcidos por la
cama. Al lado de ella había una botella de champagne rodeada de hielo y dos
hermosas copas de Cristal.
Mientras Callie no salía de su asombro, Arizona
complacida con la decoración que ella misma había ordenado pero que también
veía por primera vez, sonrió emocionada cuando Callie se abalanzó en sus brazos
y le dijo emocionada:
-Gracias mi amor, pensaste en todo, esto es hermoso,
te juro mi cielo, te juro que este ha sido el día más feliz de toda mi vida,
Gracias mi pichirruchi, creo que nunca me había sentido tan amada en toda mi
vida como hoy.
Arizona, con su preciosa sonrisa dibujaba en sus
labios le dijo a Callie:
-Eso es cierto, no hubo, hay o habrá alguien que te
ame más de lo que yo te amo y cada día que pasa te amo más, así que sí mi
cielo, nunca habías sido amada en toda tu vida como hoy, pero incluso este
inmenso amor que siento por ti será menos de lo que te amaré mañana.
Los ojos de Callie se llenaron de lágrimas otra vez,
era imposible no emocionarse con todas las manifestaciones de amor que Arizona
le había dado en tan sólo unas cuantas horas, sintiéndose casi embriagada por
todas esas emociones, Callie buscó los labios de Arizona para besarla, la besó
con una profundidad y una devoción que prácticamente dejaron a Arizona sin
aliento.
Mientras ese beso se prolongaba, mientras hacían esas
pequeñas pausas que les permitían eternizar el contacto de sus labios, por una
fracción de segundo Callie recordó cómo se sintió cuando pensó que todos sus
sueños estaban rotos, cuando llegó aquel día sola a su apartamento con el alma
quebrada en mil pedazos y no lo recordó con amargura, lo recordó con un sentido
de logro y se dio cuenta que la inmensa felicidad que estaba sintiendo justo
ahora era casi exactamente lo opuesto a aquella enorme tristeza. Finalmente
había llegado a su vida alguien dispuesta a quedarse, finalmente era ella lo
más importante en la vida de otra persona, dispuesta a amarla para siempre
¡para siempre!, ¡esto era un para siempre!
Después de todo, sí habría un hogar, si habría alguien
que la esperaría en las noches para recibirla con un beso de bienvenida,
alguien que la amaba y a quien ella amaba con toda su alma.
Cuando separaron sus labios, Callie apretó el abrazó dijo
sollozando:
-Mi amor, no hay nada que me haga más feliz que saber
que tú quieres compartir tu vida conmigo,. Gracias por amarme, Gracias por
pedirme que me case contigo… Al pronunciar estas últimas palabras Callie rompió
en llanto y se aferró a Arizona, abrazándola con todas sus fuerzas.
Arizona apretó el abrazo, sintiendo ganas de llorar
ella también, porque en ese momento percibió de nuevo que Callie estaba
temblando, dejando al descubierto esa
misma fragilidad que había mostrado en la cena. Callie era, siempre fue y
siempre sería el hombre bueno en la tormenta para Arizona, su fuerza, su apoyo
incondicional, ella muy pocas veces se quebraba así, no había duda: esa
propuesta de matrimonio la había conmovido, de alguna forma había logrado
estremecer su alma. Arizona no sabía exactamente las razones de esas muestras
de fragilidad y ciertamente era evidente que Callie seguía luchando por
descubrirlas, mientras tanto, lo único que Arizona quiso fue protegerla, porque
sintió sin saber exactamente por qué que en ese momento era Callie la que
necesitaba de su apoyo, de su abrazo protector y Arizona estaba más que
encantada de ofrecerlo.
Esta vez los papeles se invirtieron, esta vez fue
Callie la que se sintió protegida dentro del círculo cálido de los brazos de
Arizona, quien la envolvió con todas sus fuerzas dentro de ellos, mientras que
con una inmensa ternura, le dijo:
-Te amo mi Calliope, te amo
Aún con grandes lágrimas corriendo por sus mejillas,
Callie buscó la mirada de Arizona y le dijo llorando, profundamente emocionada:
-Y yo a ti mi amor, te juro que nunca había amado a
nadie ni amaré a nadie como te amo a ti, eso me hace inmensamente feliz, saber
que quieres compartir tu vida conmigo, tanto como yo lo quiero, como lo he
querido desde hace mucho tiempo, saber que finalmente soy para alguien lo más
importante, saber que puedo dejar todos mis miedos atrás, saber que después de
todo, alguien increíble y maravilloso a quien amo con locura llegó a mi vida
para quedarse, es algo que… Gracias Arizona, gracias mi amor, no sabes todo lo
que esto significa para mi, lo que este anillo significa para mi…
Y fue con esas palabras que Arizona finalmente
entendió lo que Callie estaba sintiendo, el por qué de esa especie de
fragilidad que había percibido, Arizona lo entendió y con un profundo
sentimiento de ternura, ella buscó de nuevo los labios de Callie para besarla
profunda y tiernamente, para demostrarle con ese beso que sí, que ella había
llegado para quedarse, que Callie nunca más debería sentir miedo de que la
abandonaran, que Callie era su mundo, y que siempre sería lo primero y lo más
importante en su vida.
Cuando el beso finalizó, Arizona se dirigió a la mesa
de noche y destapó el champagne, ambas sonrieron cuando el corcho salió
disparado de la botella, luego de brindar, Arizona tomó la copa vacía que
Callie sostenía en su mano y la depositó junto con la de ella en la mesa de
noche de nuevo, luego se paró en frente de Callie quien la miraba con una
mezcla de amor y deseo.
Sabiendo que Callie la observaba con atención, Arizona
se quitó su propio vestido con movimientos sensuales, y sonrió cuando vio la
mirada de Callie oscurecerse por el deseo, mientras que el ritmo de su
respiración se aceleraba. Arizona comenzó a besar el cuello de Callie, mientras
con sus manos comenzó a desnudarla al mismo tiempo que le dijo susurrándole al
oído:
-Quiero hacerte el amor Callie, quiero demostrarte con
mis caricias y mis besos cuanto te amo, quiero demostrarte que siempre estaré a
tu lado, que mi amor por ti es para siempre, que siempre serás lo más
importante en mi vida, quiero borrar con mis caricias y mis besos, los últimos
vestigios de ese miedo al abandono, de ese miedo al rechazo que ha permanecido
en tu corazón durante demasiado tiempo. Hoy te voy a amar para desterrar definitivamente
esos miedos para siempre de tu alma, te amo, te amo…
Arizona percibió como el cuerpo de Callie se
estremecía y vibraba con cada beso con cada palabra susurrada al oído y así
era, Callie se sentía la mujer más amada y más deseada del mundo en ese
momento, con su cuerpo temblando de deseo y su alma vibrando en su interior,
Callie, con la respiración entrecortada,
le dijo a Arizona antes de atrapar sus labios para besarla:
-Te amo Arizona
Mientras se besaban, Arizona con su cuerpo condujo a
Callie hacia la cama, acostándose arriba de ella. Cuando el beso finalizó ambas
intercambiaron una sonrisa y una mirada que evidenciaba el deseo y el amor por
partes iguales. Arizona usando sus labios tomó posesión del cuello de Callie de
nuevo, quien gemía, se retorcía y se estremecía con cada caricia. Sin dejar de
acariciarla, Arizona tomó el control remoto del equipo de sonido de la mesa de
noche y accionó el botón para una pequeña sorpresa que le había preparado a
Callie con antelación.
Cuando la canción comenzó a sonar, Arizona le dijo a
Callie mirándola a los ojos:
-Mi amor, esa música es una pequeña sorpresa que te
tenía preparada, quiero hacerte el amor, justo aquí y ahora mientras escuchamos
esa canción que me recuerda a ti:
Hacer clip en el título para acceder a la canción
Tú, sin más por
qué
Tú, que bésame
Tú, me tienes
de furriel de un roto de tu piel
Tú, como la
cal, que húmeda es mortal
Tú, blanqueas
mi razón, calando hasta el colchón
Tú, tú, tú, tú
Tú, tú, tú, tú
Tú, tú,
Tú, montada en
mí, Yo montura hostil
Tú, me abrazas
con los pies, y yo lamo el arnés
Tú, y sin ti yo
no
Tú, y sin ti ya
no
Tú, me has
hecho dimitir y hoy yo se dice así:
Tú, tú, tú, tú
Tú, tú, tú, tú
Tú, tú, tú…
Mientras la música seguía sonando, Callie gemía y se
retorcía de placer, Arizona le estaba haciendo el amor de una forma que la
estaba enloqueciendo, alternando caricias y besos en todo su cuerpo, mientras
acariciaba intermitentemente su clítoris o la embestía con movimientos rítmicos
dentro de su vagina, no había una sola pulgada de su cuerpo que Arizona no
hubiera besado o acariciado para volverla loca de placer, manteniéndola durante
minutos que parecieron horas en una dulce y excitante agonía.
Sólo cuando Arizona lo decidió, posó su boca sobre el
clítoris erecto y expectante de Callie, quien recibió las caricias con un grito
de placer, mientras arqueaba su espalda por enésima vez y apretaba su cabeza
contra la almohada gimiendo, jadeando, con la respiración entrecortada. En
pocos segundos el cuerpo de Callie se tensó, sus piernas y sus caderas
comenzaron a temblar sin control, cuando sintió un clímax demencial que se
apoderó de todo sus cuerpo y la hizo estremecer. Callie nunca en toda su vida
se había sentido tan amada y deseada por nadie, ni siquiera por la propia
Arizona, quien continuó acariciando su clítoris, a pesar de los espasmos incontrolables
que se sucedían cada vez que su lengua hacia contacto con el, y no pasó mucho
tiempo cuando las excitantes caricias dieron su fruto con un segundo orgasmo
que también la estremeció y la hizo gritar de placer.
Exhausta, jadeando, buscando aire para respirar Callie
sonrió y le pidió a Arizona con una caricia en su cabello que se acercara, ella
obedeció y subió lentamente por el cuerpo de Callie besando toda la piel que
encontraba a su paso, hasta que finalmente sus miradas se cruzaron, y luego de
decirse “te amo”, sin pronunciar una sola palabra, Callie sonriendo, sintiéndose
la mujer más dichosa sobre la faz de la Tierra, buscó los labios de Arizona
para besarlos, para decirle cuanto la amaba a través de un beso profundo y
cálido.
Abrazadas, entre besos y sonrisas, Callie le preguntó
a Arizona:
-¿De dónde sacaste esa canción?, tenía muchísimo
tiempo que no la escuchaba pero me encanta y fue excitante que me hicieras el
amor escuchándola, fue hermoso en realidad
Arizona sonriendo le contestó:
-¿Recuerdas cuando nos separamos en La Roca Village
para comprar por nuestros vestidos?... Callie asintió, entonces Arizona
continuó: …-cuando entré a la tienda, escuché en el fondo musical esa canción
que siempre me había gustado, pero cuyo significado no entendía. Aprovechando
que la dependiente del local hablaba tanto inglés como español, le pedí que me
la tradujera mientras la escuchábamos por los altavoces. La letra me encantó y la dependiente de la
tienda fue tan amable, que cuando se lo pedí, ella me grabó la canción en mi
iPod. Yo ya sabía que esta noche te pediría que te casaras conmigo y quería
hacerte el amor, como tú me lo hiciste aquella vez en San Diego, me hiciste
sentir tan amada ese día que yo quería hacer algo parecido.
Callie sonriendo, le dio un breve beso a Arizona en
los labios, luego le dijo:
-Y lo lograste mi amor, te juro que nunca me había
sentido tan amada y deseada en toda mi vida como ahora, te amo
-Y yo a ti mi cielo, con toda mi alma. Le dijo Arizona
mientras buscó los labios de Callie para besarla brevemente, pero Callie,
colocando la mano en su mejilla, la atrajo para profundizar el beso, el cual se
convirtió en cuestión de segundos en un beso apasionado y excitante que hizo
gemir a Arizona.
La excitación de Arizona fue aumentando a un ritmo
vertiginoso cuando sintió en todo su cuerpo las caricias y los besos
apasionados de Callie, quien también llevó su cota de placer al límite varias
veces, manteniéndola en un borde demencial que la hizo suplicar. Gimiendo de
placer, Arizona, entre jadeos, logro decir:
-Por favor, Callie, me estas volviendo loca, por favor
Callie sonriendo con malicia, hizo caso omiso de las
suplicas de Arizona, llevándola al límite del placer, una y otra y otra vez,
hasta que movida por el fuego de la pasión que la quemaba, consiguió que
Arizona gritara su nombre al hacer estallar en ella un clímax arrollador que le
hizo estremecer cada fibra de su cuerpo.
Cuando finalmente sus miradas se encontraron de nuevo,
Arizona buscó casi con desesperación los labios de Callie. Arizona nunca había
conocido a nadie que hubiera logrado volverla loca de placer y de amor como
Callie lo hacía, era como si hiciera el amor con dos Callies, una era
apasionada y brutalmente sexy, la que lograba estremecer todo su cuerpo
llenándola del más exquisito placer y la otra llena de ternura, de amor, de
calidez, esa era la Callie que la estaba besando ahora, la que lograba
estremecer su alma.
Cuando ese dulce y profundo beso finalizó, Arizona se
sentía casi hipnotizada por la expresión llena de amor y de devoción que
emanaba de la mirada brillante de Callie, esos hermosos ojos marrones la veían
tan profundamente que lograron que Arizona se estremeciera de nuevo, pero esta
vez no era algo físico, sino algo espiritual. Callie podía ver su alma tanto
como Arizona podía ver el alma de Callie, era en esos segundos, casi mágicos,
cuando se sentían más conectadas que nunca, cuando la pasión le daba paso al
amor más hermoso y profundo que ambas habían experimentado en toda su vida. Esa
era la esencia del vínculo que compartían, más allá del placer físico, ese amor
era lo que siempre la mantendría unidas en un lazo indestructible,
inquebrantable. Cuando Callie la miraba de esa manera, Arizona no tenía ninguna
duda de que ellas ciertamente siempre habían estado destinadas a estar juntas,
tal como Callie le había dicho en la cena. Nada ni nadie podría romper eso
jamás.
Profundamente conmovida con todos esos sentimientos,
Arizona buscó de nuevo los labios de Callie, esos labios a los que nunca se
cansaría de besar, a los que casi era adicta, esos labios que eran capaces de
transmitir la pasión más desenfrenada y al momento siguiente el amor más
hermoso que Arizona había conocido.
Cuando el beso finalizó, Arizona profundamente
emocionada le dijo a Callie mientras ella la envolvía en un cálido y tierno
abrazo:
-Encontré el amor de mi vida
Esa simple declaración hizo que el alma de Callie se
estremeciera, ella se sentía enormemente feliz y afortunada de ocupar un lugar
tan especial y privilegiado en la vida y en el corazón de la mujer que amaba
con toda su alma, de la mujer que comenzó a amar desde aquel primer beso
inesperado y de quien se enamoró por segunda vez desde que la vio entrar con Sebastián
en su habitación aquél día. Inundada por sus emociones, Callie le dijo:
-Y yo encontré el amor de mi vida…dos veces, me
enamoré dos veces de la misma persona. Estoy enamorada de ti Arizona Robbins y
nos vamos a casar, todavía no me lo creo, ¡nos vamos a casar!
Arizona sonrió y dijo:
-Si mi amor, nos vamos a casar y más vale que te lo
creas, tienes un anillo en tu mano que lo demuestra
Callie miró el anillo en su mano y el rostro se le
iluminó con una sonrisa radiante de felicidad, fue entonces cuando le dijo a
Arizona en un tono sexy:
-Y eso tenemos que celebrarlo
Arizona captó enseguida el tono sensual de Callie y le
preguntó sonriendo con picardía:
-¿Tienes alguna sugerencia para celebrar?
Antes de besarla de nuevo, Callie le dijo con sus
labios a milímetros de los de Arizona:
-Hacer el amor esta noche una y otra y otra vez
Justo antes de atrapar los labios de Callie en un beso
apasionado, Arizona sonriendo dijo:
-Sugerencia aceptada…
Después de un largo maratón donde hubo momentos
exquisitos de placer, pasión y sensualidad combinados con miradas, sonrisas y
besos llenos de amor, casi estaba amaneciendo cuando Arizona se giró para
colocarse de espaldas a Callie, quien la abrazó acunándola en sus caderas. En
pocos minutos el ritmo de la respiración de Arizona se hizo más regular y
pausado, clara indicación de que se había quedado dormida, mientras tanto
Callie justo antes de quedarse dormida también, pensó mientras acariciaba con
ternura la mano de Arizona:
“Hoy un sueño
se esta haciendo realidad, y al mismo tiempo otro se aleja para siempre. Al
aceptar esa increíble propuesta de matrimonio, también estoy renunciando a otro
de mis grandes sueños: tener hijos. Mi amor por ti Arizona es tan grande que lo
que más deseo en el mundo es compartir el resto de mi vida contigo, aunque ello
implique renunciar a ese otro sueño. Yo sé que tú en el fondo no quieres tener
hijos y por ello, secretamente, yo he tomado esta decisión, tener hijos es sólo
mi sueño, no el tuyo y prefiero mil veces una vida sin hijos contigo, a una
vida con hijos sin ti. Te amo Arizona, te amo”.
La idea de una vida sin Arizona era algo totalmente
inconcebible para Callie, Arizona era el amor de su vida, no existía ni
existiría sobre la faz de la Tierra alguien a quien hubiera amado y amaría
tanto como a ella. Ahora Callie estaba allí, con ese hermoso anillo de
compromiso en su mano, un anillo que sellaba definitivamente la promesa de un
para siempre compartido. Y ese era un sueño al que Callie no estaba dispuesta a
renunciar, sin embargo, se sorprendió cuando secó con sus manos dos pequeñas
lágrimas que brotaron de sus ojos, esas dos lágrimas representaban el adiós a
un niño o una niña diciéndole mamá, el adiós a los hijos que nunca tendría...
Esta historia
continuará…
:o y los bebes?
ResponderEliminarHola, la respuesta a esa pregunta ya esta escrita, je, je...
Eliminarnoooooooooooooooooooooooooo
ResponderEliminarkomo asi k sin hijos??? :O
k mallll creo k llorare
pero excelente cap ^_^
te kedo super genial como siempre debo decir muxisimas gracias
cada cap me conmueve mas y mas son realmente hermosos gracias
un abrazop
Hola Jenny, muchas gracias por tu comentario, ¿hijos o no hijos? Esa es la cuestión ;)
EliminarHola, tiempo sin hablar y comentar cierto? pero aquí estas tu maravillosa como siempre y yo encantada de decírtelo, tu eres increíble y gracias por todo, lo de los hijos esta por verse, saludos y un fuerte abrazo para ti...
ResponderEliminarHola mi querida Daly, te extrañé. Gracias por tus palabras de aliento, siempre son bien recibidas. Los de los hijos... ;)
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