Dos almas gemelas que deberán aprender juntas a superar sus temores y encontrar el camino hacia sus verdaderos sueños. Acompañen a Callie Torres y a Arizona Robbins en este viaje, a través de los sentimientos. Una montaña rusa de emociones, donde la música será otra protagonista. Citando a Jessica Capshaw: “Hold on and enjoy the ride” (Agárrense fuerte y disfruten del paseo).

viernes, 31 de agosto de 2012

Epidemia - Capítulo 15 - En casa, de nuevo...


Epidemia – Capítulo 15 – En casa, de nuevo…


Mientras Callie y Arizona, caminaban juntas tomadas de la mano hacía las puertas del hospital, Arizona le dijo a Callie:

-Voy a acompañarte al apartamento pero luego tengo que regresar al hospital, tengo un appy en dos horas, sin embargo, necesitaba acompañarte y saber que te había dejado cómoda en nuestro lugar. Hace dos días pasé por el apartamento de Mark y recogí todas tus cosas, ya está todo arreglado, incluso me mudé de habitación. Tú ocuparás la que era de ambas y yo dormiré en la otra, la que era de Cristina antes de casarse con Owen.

Callie le contestó: -Espero no comenzar a ser una molestia incluso antes de pisar ese apartamento

Arizona soltó un bufido y dijo: -¡Molestia!, no mi amor, tú jamás serás una molestia, nunca. Todo lo contrario, estoy feliz, te confieso que tengo miedo, pero también tengo fe, quiero tener fe.

-¿Miedo a que todo acabe cuando yo recuerde lo que pasó?

-Sí

-Lo reconozco, es un riesgo, pero esta es la única forma de conectarnos antes de que eso pase, si es que pasa.

-Sí, tienes razón, yo también lo pienso así.

Ambas salieron del hospital, estaban caminando abrazadas por el estacionamiento, cuando de pronto Callie se detuvo en seco. Arizona, también se detuvo y miró hacia arriba buscando su mirada. Callie ladeo la cabeza hacia abajo y la miró a los ojos y sólo alcanzo a decir con una expresión que era una mezcla de asombro y una pizca de dolor:

-Strike two. (Segundo strike)

Arizona intrigada exclamó: -¿Qué?

-Érica Hahn, ella me dejó justo aquí, donde estamos paradas ahora

Arizona se estremeció y tragó saliva, otro recuerdo, el segundo recuerdo, el segundo abandono, el segundo strike, como Callie había dicho. Sólo faltaba el tercer strike, el tercer abandono. Una ola de miedo recorrió a Arizona por todo su cuerpo, sabiendo que con ese tercer strike, la probabilidad del “out” era muy real. Arizona tomó aire para tratar de calmarse y luego preguntó:

-¿Y cómo te sientes al respecto?

Callie retomó su camino en brazos de Arizona mientras le contestó: -Un poco triste, pero creo que Mark tenía razón, esa relación era demasiado frágil para soportar todos los retos que tenía sobre sus hombros.

Con miedo de preguntar Arizona habló, casi con un susurró: -¿Tan frágil como la nuestra ahora?

Callie comprendiendo el miedo de Arizona, la acercó más presionando con su mano el hombro de ella y con un tono tranquilizador, le dijo sonriendo:

-No mi cielo, lo que tú y yo tenemos es diferente, incluso ahora lo sé. Aún con mis lagunas mentales te puedo asegurar, con base a las cosas que he recordado, que esto es muy diferente. A George O´Malley lo quise, y creo que también quise a Érica Hanh, pero lo que siento por ti es… mucho más profundo, es diferente, muy diferente. No sé cómo explicarlo con palabras, pero es algo que siento, es algo que está grabado en lo más profundo de mí ser. Tú eres, Arizona, ellos no, nunca lo fueron, pero tú, eres… Disculpa que no pueda explicártelo mejor, no sé cómo explicarlo mejor…

Arizona sonrió, y de pronto recordó esa vez cuando estaban atendiendo la emergencia de aquella niña: Rudy, mientras un loco armado por el hospital, andaba suelto disparando a diestra y siniestra, Arizona recordó cuando ella molesta le dijo a Callie: “…Lo sabré cuando esté convencida que estas enamorada de mí y no de la idea de estar enamorada, cuando sepa que soy diferente a George O´Malley, Érica Hahn, Mark Sloan y la chica del café. Tienes un gran corazón y amo eso de ti, pero no confió en ti, ¿cómo podría?”. Unos minutos después, Callie interpuso su cuerpo entre ella, la niña, y el hombre loco armado con una pistola, arriesgando su vida. En esa oportunidad esa fue la respuesta de Callie: arriesgo su vida por la de ella y ahora, con su memoria funcionando a medias y sin poderlo explicar con palabras lo reafirmó al decir: “Tú eres, Arizona, ellos no, nunca lo fueron, pero tú, eres…”

Con su inmenso amor hacia Callie revoloteando en su alma en ese momento, esta vez fue Arizona la que se detuvo, se paró de frente a Callie y con una dulce sonrisa dibujada en su rostro y mirándola a los ojos se puso de puntillas para posar sus labios sobre los de ella, Callie bajó la cabeza un poco y se besaron profunda y tiernamente.

Cuando el beso finalizó, Callie sonriendo le dijo a Arizona:

-Wow, y eso que no lo supe explicar, no me imagino lo que hubieras hecho conmigo si hubiera podido hacerlo. Ese beso fue impresionante

Arizona sonrió y le dijo: -Sí, lo hiciste, lo explicaste y… no es la primera vez que lo explicas ¿sabes?. No es la primera vez.

-¿En serio?. Creo que tú y yo vamos a tener muchas cosas que conversar cuando estemos viviendo juntas. Ahora que lo pienso, hay muchas cosas que no me has contado de nosotras y me encantaría conocerlas. Quiero conocer nuestra historia, antes de… bueno antes de tú ya sabes. Sólo me contaste la parte mala, pero quiero conocer la parte buena y si vivimos casi dos años juntas, estoy segura que deben haber muchísimas cosas buenas ¿me equivoco?

-No, no te equivocas, ahora que miró en retrospectiva, sé que esos fueron los años más felices de toda mi vida…. Arizona agregó con pesar: -…Y los tiré por la borda, mejor dicho… por la ventanilla, cuando…

Callie puso un dedo sobre los labios de Arizona y le dijo con un tono enternecedor: -Stop, no, no, no quiero que recuerdes eso ahora, no quiero que pienses en eso, discúlpame por haberlo mencionado. Arizona, no quiero que toda nuestra historia se resuma en ese mal momento, por eso estoy aquí contigo, dispuesta a vivir contigo...

…-Estoy segura que tú y yo somos mucho más que ese mal momento en aquel aeropuerto, tenemos una historia juntas y aunque yo no la pueda recordar tú estarán allí para contármela y además, juntas estamos construyendo nuevos recuerdos…

…-No te puedo asegurar que así sea, pero tengo fe que cuando yo una todos esos recuerdos, los viejos y los nuevos, todas las cosas que nos unen y que nos unieron, van a pesar, deberían pesar mucho más, que aquello que nos separó. Si yo no pensara así, te aseguro que jamás se me hubiera ocurrido aceptar mudarme contigo. Me estoy mudando contigo para construir puentes, para conseguir tantas cosas que nos unan que nada pueda separarnos, ni siquiera los malos recuerdos. ¿Quieres construir esos puentes conmigo?, ¿Verdad?

Arizona emocionada le contestó: -Sí mi cielo, es lo único que quiero, más que nada en este mundo, eso es lo que quiero.

Callie sonrió y usando su mano buena y un poco su mano mala, tomó a Arizona por los hombros y la sacudió un poco.

Arizona un poco intrigada por el pequeño sacudón que Callie le había proporcionado, le preguntó sonriendo:

-¿Y eso qué fue?

-Te sacudí, Teddy me dijo que de vez en cuanto tenía que sacudirte tus demonios: el miedo, la culpa, el arrepentimiento. Así que los sacudí ¿Funcionó?

Arizona sonrió y le contestó: -Sí, funcionó.

-Perfecto, dijo Callie y la tomó de la mano para continuar su camino.

Arizona no dijo nada más, se quedó callada, pero mientras caminaba iba pensando, que era muy difícil alejar esos demonios del todo, la verdad que no quería confesar, que no se atrevía a decirle a Callie, era que mientras más cerca se sentía de ella, su amor crecía aún más y junto con ese amor, también crecía el miedo de perderla. No podía evitarlo, por más sacudidas que le dieran, ese miedo estaba instalado en su alma justo al lado del inmenso amor que sentía por Callie y ambos se hacían más fuertes cada día.

Mientras esos pensamientos revoloteaban por la mente de Arizona, finalmente llegaron al apartamento. Justo al frente de la puerta, Arizona se detuvo y sacándolas del bolso tomó un juego de llaves y le dijo a Callie: -Estas son tus llaves, bienvenida a tú casa… Arizona hizo una pausa y sonriendo agregó: …-Esta es literalmente, tú casa

Callie tomó las llaves y sonriendo mientras abría la puerta corrigió: -Nuestra casa

-Eso espero, dijo Arizona con una sonrisa

En el momento en que Callie abrió la puerta y miró hacia adentro, una sensación familiar le recorrió todo el cuerpo, sintió que realmente había llegado a casa luego de un viaje dolorosamente largo. Verse allí, parada al lado de Arizona le trajo una sensación de felicidad que no podía explicar con palabras, sin embargo, llegó a decir con un suspiro de alivio:

-En casa, de nuevo

Arizona percibió el sentimiento de Callie y esa frase la estremeció, así que sin poder evitarlo, sin querer evitarlo, se abalanzó a los brazos de ella y la besó apasionadamente. Callie gimió ante el inesperado contacto de los labios ardientes de Arizona. Era más que obvio que ambas se excitaron con ese beso, la humedad entre sus piernas era la mejor prueba de ello. Cuando finalmente se separaron, buscando aire, Callie le dijo:

-Menos mal que tienes esa cirugía, no sé cómo demonios iba a poder resistir si no fuera así.

Arizona sonrió y con una mirada descaradamente sexy, le dijo a Callie mientras se dirigía hacia la puerta para regresar al hospital:

-Tú trabajo será resistirte, el mío tratar de romper tu resistencia… y yo sé que voy a ganar.

Callie puso los ojos y luego sonriendo dijo:

-Eso lo sé, pero hoy me salvó la campana, anda, ve a patear traseros, mientras yo me quedo aquí a efectuar un reconocimiento de nuestra casa.

Manteniendo su sonrisa encantadora y sexy, Arizona le dijo a Callie señalando su habitación: -Esa es tu habitación… por ahora, luego será nuestra habitación.

Callie puso los ojos de nuevo y dijo mirando hacia arriba, implorando: -¡Oh Dios dame paciencia y en el culo resistencia!

Arizona soltó una carcajada y dijo justo antes de cerrar la puerta: -“Culo” y “resistencia” son dos palabras que no pueden estar juntas en la misma oración, al igual que “tetas”.  No hay ninguna posibilidad que yo tenga “resistencia”, si llego a ver “tus tetas” ó “tu culo”, Calliope Torres, eso es simplemente imposible. Mantente bien abrigadita si aún quieres que esa sea sólo tu habitación.

Callie le dio una sonrisa pícara a Arizona mientras ella cerraba la puerta tras de sí. Luego se dijo a sí misma sin dejar de reír: “Esto va a ser más difícil de lo que pensé, mucho más difícil…”, luego soltó un bufido y dijo en voz alta: -“…abrigadita”, será que vaya a un convento y pida prestado un hábito a alguna monjita. Su propia ocurrencia la hizo reír, aunque no lo haría, no pudo dejar de reírse pensando en la cara que pondría Arizona si la veía vestida de monja, eso seguro hubiera sido demasiado divertido de ver.

Callie comenzó su reconocimiento por el apartamento, se dio cuenta que había un equipo de sonido con karaoke y le encantó la idea de usarlo más adelante, luego vio divertida la colección de dvd´s de películas que tenia Arizona colocadas al lado del equipo de DVD. No había ni una sola película de acción, ni de terror, ni de suspenso, todas eran películas infantiles o musicales: Annie, El regreso de la Nana Mágica, Madagascar y toda, toda una colección de las películas de Disney: El Rey León, Bambi, El libro de la selva, Fantasía, La Bella y la Bestia, Los Aristogatos, 101 Dalmatas, La Sirenita, Pocahontas, etc.

Callie sonriendo y viendo esa enorme colección de películas pensó en Arizona con ternura, ella era, sin lugar a dudas, una niña atrapada en un cuerpo de mujer… Callie suspiró y luego pensó… “¡Y qué cuerpo!”. Ese cuerpo, esos hermosos ojos azules y esos hoyuelos tampoco podían ir en la misma oración con la palabra “resistencia”. Pero tenía que intentarlo, por lo menos durante unas semanas, tenía que intentarlo.

….

Arizona salió de la operación casi al mediodía, sintió hambre pero de pronto recordó que no tenía compañía para almorzar este día, siempre almorzaba con Callie y ahora ella no estaba en el hospital, así que con cierto pesar y echándola de menos, se dirigió hacia la Cafetería dispuesta a comer sola, ni siquiera podría comer con Teddy, porque ella estaba en el quirófano en ese momento.

Mientras caminaba resignada, escuchó el tono de un mensaje de texto en su celular, Arizona tomó el teléfono para leerlo y sus hoyuelos aparecieron en su rostro, junto con su más gloriosa sonrisa, mientras leía el mensaje:

Si me prometes que no vas a meterte ni con mi culo ni con mis tetas estoy dispuesta a alimentarte. Preparé el almuerzo ¿quieres venir a comer conmigo?, te extraño. C.

Enseguida Arizona le contestó el mensaje a Callie: Te lo prometo, Gracias. Estaré allí en 10 minutos. Yo también te extraño. A.

Arizona se dirigió hacia las puertas del hospital, en su camino hizo un baile privado de alegría, y exclamó con los brazos en alto, victoriosos: -¡YAY!. Comer con Callie era una victoria, pero comer la comida preparada por Callie era mucho más que eso. Hasta ese momento Arizona no se había dado cuenta de lo mucho que había extrañado saborear los deliciosas recetas de ella, se le hizo agua la boca, con solo pensar en que iba a degustar nuevamente alguno de sus famosos platos. Arizona no creía que la amnesia hubiera afectado sus cualidades culinarias, porque eso no era una cuestión de memoria, era una cuestión de “sazón”, a Callie le quedaba delicioso hasta un huevo frito, ella tenía un don...

Arizona pensó entre divertida y excitada al mismo tiempo: …Al igual que su don para hacer el amor, eso era innato en ella, ella no necesitaba el “Método Sloan”, ella había nacido con el “Método Torres”, con esa sensualidad, y esa forma tan única de hacer el amor, de besarla, de acariciarla, de lograr llenarla de placer y excitarla como nadie más. Eso lo supo desde la primera vez que habían hecho el amor, nunca nadie, le había hecho sentir lo que ella le hacía sentir, y eso también lo extrañaba, lo extrañaba demasiado, lo cual se había hecho más que evidente con ese beso apasionado en la mañana. Arizona se había marchado al hospital totalmente excitada.

Arizona se dijo para sí misma: “Stop, no pienses en eso ahora, recuerda que Callie te pidió tiempo, luego pensó: ¡Por Dios! ¿Cómo me voy a poder resistir en las noches sabiendo que la tengo a solo unos pasos? ¿Cómo?”.

En menos de diez minutos Arizona ya estaba subiendo las escaleras en dirección a su apartamento, y a medida que subía los escalones el delicioso aroma de una comida espectacular comenzó a inundar sus sentidos, y lo más emocionante era que mientras más se acercaba más segura estaba que esos aromas exquisitos provenían de su apartamento, y cuando finalmente, abrió con sus llaves la puerta no le quedaron dudas, ese aroma provenía de su cocina, de la comida que Callie había preparado para ambas.

Arizona vio a Callie sirviendo la mesa, cuando  se miraron a los ojos sonrieron y Arizona se acercó para darle un beso en la mejilla mientras le decía:

-Hola cariño, huele divino ¿Qué preparaste? ¿Recordaste alguna de tus famosas recetas?

Sin dejar de moverse continuando lo que estaba haciendo para terminar de poner la mesa, Callie le contestó:

-La verdad no me acuerdo de ninguna, pero tomé un libro de recetas que estaba en el estante y comencé a preparar una, y si te soy sincera, no se me hizo difícil, mis manos se movieron como si tuvieran memoria propia, lo preparé sin problemas, claro, el yeso me fastidia un poco, pero nada importante, preparé una receta que me llamó la atención por la mezcla de sabores: “Pollo al limón y a la miel”, espero que te guste, que me haya quedado por lo menos “aceptable”, dadas las circunstancias.

Arizona se sentó, saboreó el primer bocado y se sintió en el cielo, suspirando exclamó con placer: -Huuummmm, esto esta delicioso, mi amor, “aceptable” tampoco es una palabra que pegue con tus habilidades culinarias, te lo aseguro.

Callie sonrió y poniendo su mano sobre la pierna de Arizona apretando sólo un poco, le dijo: -Gracias cariño, lo importante es que te guste y que lo disfrutes. Por cierto, creo que esto es algo que podemos hacer todos los días, mientras tus actividades en el hospital te lo permitan, estoy acostumbrada a comer contigo, y te extrañé.

Arizona tomó un sorbo de vino y sonriendo le dijo a Callie: -Me encanta esa idea, yo también estoy acostumbrada a comer contigo y para serte sincera, cuando recibí tu mensaje me dirigía resignada y triste a comer sola en el hospital porque yo también te estaba extrañando, además en ese momento me di cuenta de lo mucho que extrañaba comer la deliciosa comida que tu preparas. Eres increíble Calliope Torres, eres increíble, de verdad.

-No tanto como tú Arizona Robbins, no tanto como tú. Y si te portas bien y regresas temprano a casa te prometo recibirte con una cena deliciosa y luego podemos ver una de esas películas infantiles que tienes allí. No lo recordaba, pero por tu elección de películas me di cuenta que mi Dra. Arizona Robbins es como una niña dentro del cuerpo de una hermosa mujer. Y me encanta eso de ti, esa mezcla es demasiado impresionante.

Arizona se emocionó con las palabras de Callie y se dio cuenta en ese momento a que se refería ella cuando dijo que quería conocerse a sí misma y conocerla, estar juntas ahora en esa nueva etapa, era como un redescubrimiento. Y sí, definitivamente tenía que poner todo de su parte para respetar los deseos de Callie con respecto a su relación física. Por mucho que le costara tenía que hacerlo. Algo en el fondo, le decía que Callie tenía razón.

Cuando terminaron de almorzar, ambas quitaron la mesa y Arizona colocó los platos en el lavavajillas, luego se aseo y le dio un beso en la mejilla a Callie, lista para regresar al hospital, mientras le decía:

-Gracias Callie, por este maravilloso almuerzo, trataré de llegar temprano para cenar juntas y ver esa película.

Callie le dio un beso en la mejilla también y escoltó a Arizona hasta la puerta y se la abrió.

Mientras Arizona se alejaba por el pasillo sonriendo, ella le devolvió la sonrisa y cuando se perdió de vista por las escaleras, Callie cerró la puerta suspirando. Sin duda, amaba a Arizona, la amaba, el vacio que le dejaba cuando desaparecía de su vista convertía esa verdad en un hecho, la amaba, lo único que necesitaba era un poco de tiempo para conocerse y reconocerla a ella, eso era todo lo que hacía falta, un poquito de tiempo.

Callie se dirigió al equipo de DVD a elegir la película que vería esa noche con Arizona, no se acordaba de ninguna, así que desde el punto de vista de Callie, todas eran nuevas, hubo una que en particular le llamó la atención: Pocahontas, la introdujo en el aparato y comenzó a verla, le encantó el tema musical, y lo cantó mientras la veía, en ese punto rebobinó varias veces la película hasta que se aprendió la canción.

Luego, buscó en el karaoke, algún cd que tuviera la pista musical del tema de la película y se alegró cuando lo encontró. Lo cantó dos veces para practicar.

Ella sabía que a Arizona le encantaba escucharla cantar y pensó que si le gustaban tanto las películas de Disney como para tener una colección completa, seguramente disfrutaría también que ella le cantara alguna de sus temas musicales. No iban a hacer el amor aún, no todavía, pero nada le impedía tratar de agradarla con algo que seguro iba a gustarle: escucharla cantar… y no se equivocó.

En la noche, luego de comer una cena deliciosa, vieron abrazadas en el sofá la película completa, después Callie encendió el karaoke y le cantó la canción. Arizona estaba tan feliz de escucharla cantar que le pidió que se la cantara una y otra vez. Después de haberla cantado tres veces, Arizona, entusiasmada y emocionada, como si fuera una niña, le pidió a Callie:

-Cántamela otra vez, anda otra vez.

Callie le dijo sonriendo: -¿Otra vez?

-Sí, otra vez, la última por hoy, luego te prometo que nos vamos a dormir, pero anda, cántamela otra vez, anda.

-Está bien, le dijo Callie, -la última por hoy. Y nuevamente colocó la pista para cantarle por cuarta vez el tema de la película, antes de irse a dormir cada una a su respectiva habitación.

Arizona, saltó de nuevo en el sofá emocionada, mientras se disponía a escuchar la melodía y la hermosa voz de Calliope Torres, por cuarta vez esa noche.


Hacer clip en el título para acceder a la canción

Colores del viento

Te crees dueño de cualquier territorio que habitas
Que la tierra es una cosa muerta que tú puedes reclamar
Pero yo sé que cada roca, cada árbol y cada criatura
Tiene vida, tiene espíritu, tiene un nombre

Tú piensas que sólo son personas
Aquellas que se ven y piensan como tú
Pero si tú caminaras siguiendo los pasos de un extraño
Tú aprenderías cosas que nunca supiste, que tú nunca entendiste

¿Alguna vez has escuchado a un lobo aullarle a la luna azul?
¿O le has preguntado a un lince por qué sonríe?
¿Acaso puedes cantar con las voces de la montaña?
¿Puedes pintar con todos los colores del viento?
¿Puedes pintar con todos los colores del viento?

Ven a correr por los senderos ocultos por los pinos de los bosques
Ven a probar el dulce sabor de los frutos de la tierra
Ven a rodearte de todas las riquezas que hay a tu alrededor
Y por una vez no preguntes cual es su valor

La tempestad y los ríos son mis hermanos
La garza y la nutria son mis amigos
Y todos estamos conectados unos a otros
En un círculo que nunca termina

¿Qué tan alto puede crecer el sicomoro?
Sí lo cortas, entonces nunca lo sabrás
Y nunca escucharás al lobo aullarle a la luna azul
Sin importar si somos blancos o con la piel cobriza
Todos necesitamos cantar con todas las voces de las montañas
Todos necesitamos pintar con todos los colores del viento

Puedes pretender adueñarte de la tierra pero aún así
Sólo entenderás que la tierra es para ti
Cuando seas capaz de pintar con todos los colores del viento.


Esta historia continuará…

…….

Hoy es 31 de Agosto, es el día de cumpleaños de Sara Ramírez (y el mío también), así que me pareció el mejor momento para incorporar en esta historia su hermosa voz. ¿Cuántas veces la escucharon?. Seguro que más de una vez…

Esta es la razón por la cual programé las publicaciones para que este capítulo apareciera justo hoy.

¡Feliz Cumpleaños! Sara Ramírez, realmente eres admirable, lo tienes todo: belleza, un enorme talento, una hermosa voz y algo me dice que eres un ser humano increíble. Mis mejores deseos para ti.

Y a todos ustedes mis queridos lectores, les deseo un feliz fin de semana. ¡Ah! y a mis seguidores en twitter, estén pendientes, a las 11:00 a.m. (hora de Venezuela) les enviaré la pregunta del #ConcursoEpidemia, donde el ganador o ganadora recibirá hoy mismo el próximo capítulo de Epidemia, el Capítulo 16.


Cronograma de publicación semana del 01 al 07 de Septiembre de 2012-08-31

Lunes 03/09/2012: Epidemia – Capítulo 16 (capítulo especial… intenso)
Martes 04/09/2012: “Little Earthquakes” en español – Capítulo 19 – Primera Parte
Miércoles 05/09/2012: Epidemia – Capítulo 17
Jueves 06/09/2012: Epidemia – Capítulo 18