Dos almas gemelas que deberán aprender juntas a superar sus temores y encontrar el camino hacia sus verdaderos sueños. Acompañen a Callie Torres y a Arizona Robbins en este viaje, a través de los sentimientos. Una montaña rusa de emociones, donde la música será otra protagonista. Citando a Jessica Capshaw: “Hold on and enjoy the ride” (Agárrense fuerte y disfruten del paseo).

jueves, 13 de diciembre de 2012

Epidemia - Capítulo 35 - Rumbo a Cadaqués


Epidemia – Capítulo 35 – Rumbo a Cadaqués


A las 7:00 a.m., luego de haber dormido solamente dos horas, Arizona despertó con deseos de ir al baño. Con delicadeza, para no despertar a Callie, levantó su brazo con el cual la tenía abrazaba a su espalda y se paró de la cama. Al hacerlo sintió un leve mareo, obviamente provocado por las copas demás tomadas la noche anterior. No obstante, lo peor de la resaca era el insipiente dolor de cabeza que ameritaba con urgencia un par de aspirinas, las cuales tomó después de regresar del baño, dispuesta a acostarse de nuevo para que el descanso reparador hiciera el resto del trabajo.

Tomando su puesto en la cama, Arizona recostó su espalda de nuevo en el vientre y el pecho cálido de Callie y tomó su brazo para devolverlo a su posición original. Mientras lo hacía, notó que Callie se despertó a medias, quien con voz de sueño, le dijo:

-¿Todo bien mi amor?

Arizona besó la mano de Callie y le contestó:

-Sí mi cielo, con algo de resaca, me tomé dos aspirinas y tú ¿cómo te sientes?

-Mientras no me mueva creo que estaré bien

-¿Quieres tomarte unas aspirinas?. Yo puedo traértelas si quieres

-No mi cielo gracias, estoy bien, lo que necesito es…, bostezando, terminó diciendo: …-dormir

-Sí, yo también

Callie dijo mientras apretaba su abrazo a Arizona:

-Creo que Cadaqués, tendrá que esperar…

Arizona sonrió cuando se dio cuenta que Callie no terminó la frase, porque se había quedado profundamente dormida otra vez, pero era más que evidente que tenía razón. Ir a Cadaqués ameritaba levantarse temprano para alquilar un coche y tomar la carretera que las conduciría hasta allá y luego de una noche de copas eso era una tarea casi imposible. Ya habría tiempo para ello, porque lo más importante era que estaban juntas y tenían todo un mes para disfrutar, pasear y conocer.

Ilusionada por todas las aventuras que le esperaban en compañía de la mujer que amaba, Arizona acomodó su cabeza en la almohada y se quedó dormida pocos minutos después, sintiendo la respiración pausada de Callie en su cuello y su cuerpo caliente envolviéndola en un tierno abrazo.


Era casi mediodía cuando Callie despertó, notando por el ritmo de la respiración de Arizona que ella aún dormía. Decidida a dejarla descansar, le dio un beso en la mejilla y se paró de la cama en dirección al baño para lavarse los dientes y ducharse. Cuando salió, quince minutos después, vio que su bella durmiente seguía plácidamente dormida, pero imaginó que al igual que ella despertaría hambrienta, así que tomó el teléfono y pidió servicio a la habitación hablando en voz muy baja para no despertarla. Luego se acostó en la cama boca bajo apoyando los codos en el colchón para continuar la lectura de “El Código Da Vinci”, un libro que había comenzado a leer en el avión cuando se dirigían a España y que no había vuelto a tocar, sin embargo, su lectura la había apasionado y decidió aprovechar ese momento para leer un rato. Sin embargo, no pasaron ni cinco minutos cuando notó que Arizona estaba despertando. Ella se giró, se estiró y le dijo aún con voz de sueño:

-Buenos días mi amor…, ¿qué hora es?

Dejando el libro a un lado, Callie le sonrió a Arizona y tiernamente le dio un beso en la frente mientras le decía:

-Buenos días mi amor, aunque yo diría “buenas tardes”, ya es más de mediodía, dime ¿cómo te sientes?

-En cuanto me levante y despegue mi cabeza de la almohada te respondo, aunque creo que estoy bien porque tengo mucha hambre

-Yo también, de hecho pedí nuestro desayuno por teléfono, me imaginé que despertarías con hambre

Mientras se levantaba para ir al baño, Arizona sonrió y dándole un beso en la mejilla a Callie le dijo:

-Las grandes mentes…

Callie terminó la frase dibujando una sonrisa en su rostro: …-Piensan igual aunque se hayan pasado un poquito de copas la noche anterior

Antes de entrar al baño, Arizona con su sonrisa y sus hoyuelos, le dijo a Callie:

-Exactamente, y contestando tu pregunta me siento bastante bien, pero creo que me sentiría mejor si pudiera tomar un consomé de pollo o algo así

Levantando las cejas, Callie le dijo sonriendo:

-M amor eso fue exactamente lo que pedí para ambas, además sándwich de jamón y queso, jugo y café, por supuesto

Arizona amplió aún más su preciosa sonrisa y dijo:

-Me encanta que mi prometida me conozca tan bien, te amo

Tirando un beso al aire en dirección a Arizona, Callie le respondió con una enorme sonrisa:

-Y yo a ti mi amor, anda a asearte, que el desayuno no tarda en llegar

-Ok, le dijo Arizona mientras entraba al baño.

Callie se colocó boca debajo de nuevo y apoyando los codos en la almohada retomó su libro, mientras Arizona se aseaba. Unos cinco minutos después Arizona salió del baño, se acostó al lado de Callie y le preguntó:

-¿Qué quieres hacer hoy?, bueno, en lo que queda del día de hoy

Callie dejó el libro a un lado y se acostó boca arriba invitando a Arizona con un gesto a que apoyara la cabeza en su hombro, mientras le decía:

-Si quieres ir mañana a Cadaqués, pues me parece que deberíamos desayunar, reposar la comida un rato, bañarnos e ir a la piscina, luego cenamos, hacemos el amor y nos acostamos relativamente temprano para amanecer descansadas ¿estás de acuerdo?

-¡Mmmnn!, más o menos, le contestó Arizona con una sonrisa pícara

-¿Cómo que más o menos?, ¿quieres ir a Cadaqués mañana?, Podemos dejarlo para después…

-A Cadaqués quiero ir, me encanta la idea de ir a Cadaqués

-¿Entonces?

-Es que a tu plan le faltó algo

-¿Ah sí?, ¿qué?

-Bueno, yo lo diría así: Desayunamos, reposamos la comida, hacemos el amor, nos bañamos, vamos a la piscina, hacemos el amor, cenamos, hacemos el amor y nos acostamos temprano para ir mañana a Cadaqués, donde haremos el amor de nuevo muchas, muchas, muchas veces. Como verás tu plan se quedó corto

Sonriendo Callie le dijo:

-Me encanta que a mi prometida me conozca tan bien, incluso al punto de mejorar mis ideas. Moción aceptada, se levanta la sesión y conformes sellan el plan con un…

Arizona no la dejó terminar la frase, atrapando los labios de Callie en un beso cargado de amor y pasión que le quitó el aliento, y que se iba a profundizar justo cuando alguien tocó la puerta de la habitación. Arizona sonriendo, separó sus labios de los de Callie y mientras se paraba de la cama para abrir la puerta, le dijo en un tono divertido:

-Esta historia continuará

Callie le contestó con una sonrisa:

-Eso no lo dudes

Después que la comida fue servida por el personal del hotel que la llevó hasta la habitación, ambas desayunaron disfrutando la hermosa vista del océano que se divisaba desde el gran ventanal de la habitación. Una vez que terminaron de comer, Arizona recogió la mesa y sacó el carro de la comida fuera de la habitación mientras Callie entró al baño para lavarse los dientes.

Luego fue Arizona quien entró al baño para ducharse, mientras Callie se sentó en la cama recostando la espalda de la cabecera y tomó de nuevo el libro para continuar su apasionante lectura.

Cuando Arizona salió del baño vio que Callie estaba recostada de la cama mientras leía su libro y por su mirada de concentración se hacía evidente que estaba leyendo alguna parte muy interesante. Con ánimos de bromear, Arizona se acostó encima de Callie colocando su cara a centímetros del libro abierto que sostenía ella entre sus manos, quien levantó la mirada y le dedicó una enorme sonrisa que Arizona le devolvió, luego dirigió su mirada al libro de nuevo.

Manteniendo su sonrisa, Arizona tocó con el puño dos veces la cubierta dura de la portada del libro, como si estuviera llamando a una puerta y dijo:

-Toc, toc

Sin levantar la mirada del libro pero sonriendo, Callie respondió al llamado diciendo:

-¿Quién es?

Arizona respondió:

-El amor de tu vida, pidiendo un beso

Callie cerró el libro momentáneamente marcando con su dedo índice la página donde estaba leyendo para ver a Arizona con esa expresión que ella adoraba, esa expresión que era una mezcla de inocencia y picardía al mismo tiempo, fue entonces cuando le dijo sonriendo:

-Usted ha ingresado a “El amor de tu vida punto com”, si quiere un beso y está registrado por favor indique su nombre de usuario y contraseña, en caso contrario acceda al link y regístrese.

Arizona frunció el seño y arrugó la boca, pensando, luego dijo:

-¿Usuario, contraseña?, No recuerdo haberme registrado aún en esa página, pero ¿en serio?, ¿tengo que registrarme para obtener un simple beso?

-Si, además usted sabe perfectamente que una vez que ingrese al “El amor de tu vida punto com”, un simple beso puede convertirse en algo más, por ello le sugerimos su registro.

-¿O sea que si me registro puedo obtener algo más que un beso?, preguntó Arizona sonriendo con picardía.

Callie respondió: -Sí

-¡Ok, trato hecho!, exclamó Arizona y luego agregó emocionada: …-nombre de usuario…, mnnnn, ah ya sé ¡pichirruchi!

Callie sonrió y dijo: -Muy bien ¿nombre del amor de su vida?

Sin dudarlo, Arizona contestó: -Calliope

Callie siguió preguntando: -¿Status de la relación actual con el amor de su vida? Opción A. Noviazgo; Opción B: Compromiso para casarse; Opción C: Matrimonio

Aplaudiendo y con una sonrisa encantadora, Arizona contestó: Opción B

-Muy bien, sólo falta la contraseña, debe ser una combinación de letras y números, dijo Callie, que ya se moría de ganas por besar a Arizona.

Arizona dijo sin pensarlo mucho: -BB39loveT34

Callie se echó a reír con la contraseña elegida por Arizona, soltó el libro y le dijo a ella sonriendo:

-Ven aquí

Mientras Arizona se movía para acercar su rostro al de Callie, ella le preguntó con una sonrisa adorable:

-¿Ya estoy registrada?

-Sí, acceso concedido. Contestó Callie devolviéndole la sonrisa mientras posaba sus labios en los de Arizona para besarla. El beso comenzó con una caricia suave de labio a labio, pero pronto se convirtió en algo más profundo y apasionado que las hizo gemir a ambas.

Cuando separaron sus labios, las dos tenían la mirada oscurecida por el deseo que comenzaba a quemarlas. Callie soltó un nuevo gemido, cuando sintió los labios de Arizona acariciando, mordiendo y besando su cuello, luego arqueó su espalda y sintió la humedad en su centro cuando Arizona bajó con su boca y con ella se abrió paso hacia sus pechos subiendo la franelilla lentamente. Callie gimió de nuevo, cuando con su lengua, Arizona comenzó a acariciar uno de sus pezones mientras acariciaba el otro con su mano.

Totalmente excitada, con la respiración jadeante, Callie se sintió arder en llamas cuando Arizona comenzó a bajar a través de su cuerpo hacia sus muslos, besando muy cerca de su núcleo pero sin llegar a él directamente. Arizona, con una mirada sexy y ardiente, llena de deseo, hizo una pequeña pausa para quitarle las bragas a Callie, luego subió lentamente por sus piernas besando y lamiendo toda la suave piel que encontraba a su paso.

Callie cerró los ojos, apretó su cabeza contra la almohada y arqueó la espalda sintiendo la boca caliente de Arizona demasiado cerca de su núcleo, y para enloquecerla aún más, sintió cuando las manos de Arizona abrieron sus labios dejando al descubierto su clítoris ardiente, Arizona apenas lo rozó con su lengua tres o cuatro veces haciendo pausas entre una y otra, fue entonces cuando Callie jadeando susurró en tono suplicante:

-Arizona…por fav…, Callie soltó un grito de puro placer en el momento en que Arizona, dejando a un lado las burlas, comenzó a acariciar su clítoris con su lengua, mientras que al mismo tiempo introdujo dos dedos en su abertura iniciando rítmicos movimientos.

Callie gemía y se retorcía de placer, mientras Arizona con sus caricias y sus movimientos la acercaba cada vez más al borde. Callie hacía un enorme esfuerzo para tratar de alargar esos minutos de placer el mayor tiempo posible, pero Arizona la conocía demasiado bien, sabía exactamente qué hacer y cuándo hacerlo, así que Callie se rindió apretando los puños en las sábanas mientras todo su cuerpo se tensaba al acercarse a un clímax demencial de donde ya no había retorno posible. Gimiendo y jadeando, Callie gritó el nombre de Arizona, quien mantuvo sus caricias unos minutos más, tiempo que fue suficiente para que Callie alcanzara un segundo y demoledor orgasmo.

Sabiendo que Callie no estaba para un tercero, Arizona subió poco a poco acariciando y besando cada centímetro de la piel caramelo de Callie hasta que nuevamente se miraron a los ojos. La mirada de Arizona era brillante pero denotaba su enorme excitación, así que Callie buscó sus labios y la besó apasionadamente mientras la despojaba de toda su ropa.

Sin dejar de besarla, Callie tentativamente introdujo sus dedos en la vagina de Arizona y acarició su clítoris, provocando que ella soltara de la comisura de sus labios un gemido ahogado. Cuando separaron sus labios Callie le susurró a Arizona en su oído:

-Estas empapada

Arizona susurró en medio de sus jadeos:

-Sí, hacerte el amor tiene ese efecto en mí

-Y en mi, le dijo Callie mientras comenzó a acariciar, lamer y besar el cuello de Arizona con sus labios mientras con su mano seguía acariciando el clítoris erecto de Arizona. Callie sin abandonar sus caricias hizo un movimiento con su cuerpo, colocándose encima del cuerpo desnudo de Arizona y mientras besaba todo su pecho, acariciaba con su lengua sus pezones erectos siguió bajando hasta acercarse con su boca hasta su vagina.

Arizona soltó un gemido de puro éxtasis cuando sintió la lengua de Callie jugueteando en su abertura mientras que con el dedo pulgar continuaba las caricias incesantes en su clítoris. Luego Arizona exhaló un gemido de frustración cuando Callie abandonó momentáneamente sus caricias y sopló su vagina. Arqueando la espalda en busca de las caricias perdidas, Arizona suplicante, le dijo a Callie: -Por favor, tócame, te necesito. Callie le dijo: -Sí, amor mío y de inmediato comenzó a lamer su clítoris e introdujo dos dedos en su abertura.

Tal como le había ocurrido a Callie minutos antes, Arizona sintió acercarse cada vez más al borde, pero justo cuando creía estar llegando a su punto de no retorno, Callie cambiaba la frecuencia y velocidad de sus caricias manteniéndola en un placer desquiciante que la estaba volviendo loca. Sólo cuando Callie lo decidió, ella agudizó la frecuencia de sus caricias, hasta que supo que Arizona estaba justo en el borde de nuevo, sin embargo esta vez no se detuvo, sólo disminuyo la velocidad de sus caricias.

Arizona gemía y jadeaba mientras temblaba sin control, cuando las lentas caricias de Callie lograron alargar al máximo el clímax demencial que se apoderó de todo su cuerpo haciéndola estremecer de placer.

Cuando Arizona pudo pronunciar palabras, levantó un poco la cabeza y le dijo a Callie quien aún se mantenía  besando sus muslos y su vagina:

-Te amo Calliope, te amo

Callie levantó la mirada y se encontró con la de Arizona, y supo al verla sin que hicieran falta más palabras que Arizona quería besarla, así que sin separar su boca de la suave piel de Arizona subió por su cuerpo y se encontró con los ardientes labios que la esperaban con ansiedad.

Se besaron profunda y tiernamente, haciendo sólo pequeñas pausas para decirse una y otra vez “te amo” hasta que sus almas se estremecieron con todo el amor que brotaba de lo más profundo de su ser, ese amor eterno y sin límites que se reflejaba en sus miradas compartidas o en las palabras tiernas que se dedicaban.

Unos minutos después acostadas de costado y mirándose a los ojos, Callie comenzó a acariciar la cabeza de Arizona llevando repetidamente sus rizos dorados hacía atrás con movimientos suaves. Fue cuando  Arizona le dijo a Callie:

-Es curioso mi amor, eres tú, precisamente tu, quien no había tenido muchas experiencias antes con mujeres,  la única mujer que he conocido en toda mi vida que logra llevar mi placer a niveles que ni siquiera sospechaba que existía, sólo contigo me ha pasado eso Calliope, sólo tú lo logras.

Sin dejar de acariciar su cabello, Callie respondió:

-A mí también me ocurre lo mismo contigo mi pichirruchi, pero ¿tú sabes por qué nos pasa eso?, ¿verdad?
Arizona sonrió, ella sabía la respuesta a esa pregunta, pero quiso escucharla de Callie, así que le dijo:

-Sí, lo sé, pero quiero que tú me lo digas

-Porque tú y yo nos amamos Arizona, porque cuando estamos dando y recibiendo placer, lo hacemos amándonos, así que no se trata de técnicas o de que ambas seamos sexys como el infierno, es el amor lo que hace que sea diferente a cualquier cosa que hayamos experimentado antes, ¿eso es lo que querías que te dijera?

Mirándola directamente a los ojos, Arizona le respondió a Callie:

-Sí mi amor, yo nunca me había enamorado antes de conocerte, estoy enamorada de ti Calliope, te amo.

Callie sonrió y dijo:

-Entonces Bienvenida pichirruchi a “El amor de tu vida punto com”, porque yo también estoy enamorada de ti, total y completamente.

Riendo, Arizona preguntó con picardía:

-Por cierto ¿Cuántas personas se han registrado en esa página?

-Sólo una: tú

Arizona sonrió y le dijo a Callie:

-Siendo así, puedo acceder de nuevo ¿correcto?

Tomando la pista, Callie sonrió también y dijo:

-Por supuesto, sólo introduce tu nombre de usuario y contraseña

-O puedo usar el método abreviado para entrar

-¿Cuál es ese?, pregunto Callie

-Este, le dijo Arizona mientras atrapó sus labios en un beso profundo, que Callie sólo interrumpió un momento para decir: -me encanta el método abreviado, Arizona respondió: -A mi también y se continuaron besando mientras el deseo y el amor las consumía de nuevo para llevarlas a ese mundo de placer que sólo ellas conocían, el mundo que desde ahora llamarían bromeando “El amor de tu vida punto com”.


Eran casi las tres de la tarde cuando Callie y Arizona, después de haber tomado una ducha, bajaron tomadas de la mano a la piscina del hotel ataviadas con sus pareos, sus bikinis y sus lentes de sol. Luego de aplicarse mutuamente protector solar, ambas se acostaron en un par de tumbonas contiguas separadas solamente por una pequeña mesa de baja altura que servía para colocar las bebidas o los platos de entremeses que servían en el bar de la piscina.

Callie tomó su libro para continuar su lectura, mientras Arizona, recostada en la tumbona, se dispuso a tomar un baño de sol.  Un rato después Arizona, le dijo a Callie:

-Tengo sed, voy a llamar al mesonero para pedirle algo de beber ¿quieres que te pida algo mi amor?

Callie le contestó:

-Sí, gracias, podría ser un té helado o un fruit punch, pero sin licor, mañana tengo que manejar

-Ok, le dijo Arizona, mientras le hacía una seña al mesonero para llamarlo.

Cuando el mesonero se acercó a tomar el pedido, Arizona no pudo dejar de notar que él, disimuladamente,  miró a Callie de arriba a abajo, quien sin mirarlo siquiera se mantenía absorta en su lectura.

Unos minutos después, cuando el mesonero llegó con las bebidas, la mirada de él sobre Callie se repitió, pero la desvió rápidamente en el momento en el que ella, sonriendo, tomó la bebida fría en su mano y le dio las gracias hablando en español.

Luego de tomar sus bebidas, se recostaron de nuevo en las tumbonas. Un rato después, Callie levantó la mirada de su libro, sintiendo que Arizona la estaba observando y no se equivocó, en realidad, ella la estaba admirando, fue entonces cuando sonriendo le preguntó:

-¿Creo que alguien me está comiendo con los ojos aquí?

Arizona parpadeó y le dijo a Callie:

-Eres sexy Callie, y creo que todas las personas aquí los han notado, incluso en medio de tu sesión de lectura y con tus lentes oscuros, hasta el mesonero se te quedó mirando las dos veces que vino para acá.

Callie se echó a reír y le dijo a Arizona:

-Mi amor, tu también lo eres, aunque he estado leyendo no he dejado de notar que hay varios hombres que te han visto, incluso varias mujeres también, por ejemplo, aquél hombre de allá, señaló Callie disimuladamente con la mirada en dirección a un hombre que se encontraba al frente, al otro lado de la piscina

Arizona sonrió y dijo:

-No lo había notado

Riendo de nuevo, Callie dijo:

-Tal parece que yo me fijo en las personas que se te quedan mirando, mientras que tú te fijas en las que se me quedan mirando a mi, así que lo único que nos falta es preparar nuestras piedras para comenzar a lanzarlas, tú a los míos y yo a los tuyos
Arizona lanzó una carcajada con la ocurrencia de Callie y le dijo riendo:

-¿Qué te parece si nos damos un chapuzón en la piscina, para que todos los mirones nos vean juntas?

Callie dejó el libro en la mesita auxiliar, se levantó de la tumbona e invitando a Arizona extendiendo su mano, le dijo:

-Vamos a darnos ese chapuzón entonces

Ambas se metieron en la piscina y comenzaron a juguetear tirándose agua con las manos, mientras lo hacían, Arizona no podía dejar de mirar a Callie tan hermosa como siempre, aún más con las pequeñas gotas de agua y el sol bañando su piel color caramelo, por ello se acercó, la abrazó y le dijo:

-Eres tan hermosa, me encanta estar aquí contigo, en España, esto un sueño hecho realidad

Sonriendo y mirándola a los ojos Callie le respondió:

-Tú también lo eres mi pichirruchi, eres increíblemente hermosa y me muero por visitar Cadaqués contigo.

Manteniendo su sonrisa, Arizona le pregunto a Callie:

-Por cierto, hablando de Cadaqués ¿a qué distancia queda y cuanto tiempo nos tomará llegar desde aquí?

-Son unos 170 km. aproximadamente y desde aquí creo que serán como dos horas de camino.

-No es tanto entonces, pensé que era más lejos

-No es tan lejos, casi toda la vía se recorre en amplias carreteras o autopistas, pero los últimos 15 ó 16 kilómetros son algo más pesados, la vía se transforma es una carretera angosta y llena de curvas de montaña.

-Pero creo que vale la pena el viaje ¿verdad?. Preguntó Arizona, visiblemente emocionada ante la perspectiva de ese viaje en automóvil.

-Sí mi amor, Cadaqués en un pueblo único, con sus blancas calles, el casco antiguo, sus callejuelas, su iglesia en lo alto con un mirador increíble, las casitas blancas con ventanas azules, sus playas, sus pequeños barcos en la orilla, su tranquilidad, sus pequeñas calas, la brisa, el mar… Callie hizo una pausa y luego agregó suspirando: …-¿quieres que te diga un secreto?

Con una sonrisa encantadora, Arizona le contestó:

-Sí, dime ese secreto

-Yo fui a Cadaqués con mis padres hace muchos años, cuando era una adolescente, pero desde esa vez soñé despierta con regresar algún día con quien sería el amor de mi vida, en ese momento no me imaginé que ese amor, que ese gran amor sería una mujer, tú lo sabes, pero ahora que te tengo no me imagino al lado de alguien que no seas tú Arizona, tú eres el amor de mi vida y no te cambiaría por nadie ni por nada en este mundo…, te amo.

Arizona profundamente conmovida por las palabras de Callie, haciendo caso omiso que estuvieran rodeadas de gente, le dijo: -te amo, mientras atrapó sus labios en un beso cálido y profundo. Cuando sus labios se separaron, Arizona colocó su cabeza en el regazo de Callie quien apretó su abrazo. Arizona estaba todavía conmovida y emocionada, era impresionante como aún dentro del agua, el cuerpo de Callie lograba envolverla en una calidez que no era sólo física sino de alguna forma espiritual, no había nada mejor que permanecer envuelta en ese abrazo. Así que sin separarse ni un centímetro, Arizona levantó la cabeza para mirar a los ojos a Callie y decirle:

-Creo que nuestra visita a la piscina ha concluido, en este momento no hay nada que desee más que subir a nuestra habitación y hacerte el amor Calliope.

Con una sonrisa de oreja a oreja, Callie le dijo:

-Me quitaste las palabras de la boca mi pichirruchi, vamos entonces.

Callie y Arizona salieron de la piscina, recogieron sus cosas y subieron a la habitación tomadas de la mano. En el mismo instante en que se cerró la puerta detrás de ellas, Arizona se acercó a Callie para sumergirse en otro abrazo mientras sus labios se unían para besarse profunda y tiernamente. Mientras se besaban, ambas se estremecieron porque percibieron, no solo el deseo que un beso como ese provocaba, sino esa conexión única y especial que sólo dos seres que se aman pueden experimentar.

Muchas veces, el detonante para hacer el amor es la atracción física, el deseo y la pasión desenfrenada, que una vez satisfechos, dan paso a la percepción de los sentimientos, pero otras veces, lo que motiva son precisamente esos sentimientos. Cuando eso sucede, aunque el deseo y la pasión también se hacen presentes, lo que prevalece desde el  principio es el amor. En momentos como esos, hacer el amor es un acto donde cada mirada compartida, cada caricia, cada beso, es en sí mismo un acto de amor, una forma de expresar y de demostrar ese amor.

Desde el mismo instante en que escuchó de Callie esas palabras tan hermosas en la piscina, eso era justo lo que quiso hacer Arizona, sintió la inmensa necesidad de demostrarle cuanto y cuan profundo era su amor por ella. Admirarla en bikini era algo que ya había despertado su deseo físico, pero escuchar ese pequeño secreto que Callie había guardado tan celosamente hasta ese momento, la emocionó de tal manera que todo el amor que sentía por ella se le alborotó en el alma. Inundada por todos esos sentimientos que se agolpaban dentro de su ser, Arizona con movimientos suaves y medidos se quitó su propio bikini y mientras se besaban hizo lo mismo con el de Callie.

Luego sin detener sus besos, se acostaron en la cama una al lado de la otra e hicieron el amor mirándose a los ojos, besándose, diciéndose una y otra vez “te amo”. El clímax llegó al mismo tiempo para ambas, pero no sólo el físico, sino también el del alma, ese que sólo pueden alcanzar dos personas que se aman de verdad.

Esa noche, no salieron más de la habitación, para recordar viejos tiempos, y conmemorar aquella ocasión en que por primera vez hicieron el amor, el día del matrimonio de Alex con Izzie, ordenaron pizza y comieron en la cama. Una hora después tomaron una ducha y se durmieron abrazadas, diciéndose “te amo”, mientras se daban el último beso antes de caer en un sueño profundo.


En la mañana del día siguiente fue Arizona quien despertó primero, miró la hora de su reloj en la mesa de noche y se giró para besar el cuello de Callie mientras le decía:

-Despierta mi amor, Cadaqués nos espera

Con voz de sueño, Callie preguntó:

-¿Qué hora es?

-6:10 a.m., respondió Arizona

Enterrando su cara en el cuello de Arizona, Callie dijo con los ojos cerrados:

-¿Podemos dormir un ratito más, hasta las 6:30?, ¿sí?

Sonriendo y con una voz maternal, Arizona le contestó:

-O podemos aprovechar esos veinte minutos para entrar a “El amor de tu vida punto com”.

Con una voz casi infantil y aún con sueño, Callie protestó diciendo:

-Tengo sueño

-¿Eso significa que no vamos a entrar a “El amor de tu vida punto com”, hasta que lleguemos a Cadaqués?

Antes de quedarse dormida de nuevo con el rostro enterrado en el cuello de Arizona, Callie alcanzó a decir:

-Acceso denegado

Arizona sonrió y dijo en voz baja con un tono lleno de picardía, aunque Callie ya no podía escucharla:

-¡Acceso denegado! Ok, pero esta me la cobro Dra. Torres y no voy a esperar llegar a Cadaqués para ello.

Arizona soltó una risita ante su propia ocurrencia, abrazó a Callie y como ya no tenía sueño, se quedó despierta, pensando cómo iba a hacer para ejecutar su pequeña venganza. A las 6:30 a.m., le susurró a Callie en el oído:

-Mi bella durmiente, ahora sí ¡a levantarse!.

Con voz de sueño Callie preguntó:

-¿Ya son las 6:30 a.m.?

-Así es

-Ok, ¿nos bañamos juntas?, le preguntó Callie sin moverse

-Sí mi amor, pero párate para que se te quite la modorra

-Ok, dijo Callie mientras se paraba de la cama. Luego caminó con los ojos casi cerrados bordeando la cama, y se detuvo al lado de Arizona con la mano extendida para tomar la de ella e ir juntas al baño.

Mientras se paraba de la cama, Arizona dijo sonriendo:

-Menuda escolta me ha tocado hoy, más dormida que despierta

Sin abrir los ojos aún, Callie le respondió sonriendo:

-Tu escolta tiene sueño

Arizona se llevó a Callie abrazada hasta el baño mientras le decía:

-Nada que un buen baño no quite

A pesar de tener sueño, Callie no perdió la oportunidad para bromear y le preguntó a Arizona

-¿La mugre?

Arizona se echó a reír y respondió:

-Mi amor, no creo que tengamos mucha mugre, nos bañamos anoche ¿recuerdas?, lo que te va a quitar esa ducha es el sueño

Callie un poco más despierta dijo sonriendo:

-Ah!, el sueño, vamos entonces, por cierto, te toca acicalarme hoy

-¿Y eso por qué?, preguntó Arizona sin dejar de sonreír

-Porque tengo sueño

Con voz maternal de nuevo, Arizona le dijo, mientras colocaba dentífrico en los cepillos de dientes de ambas, frente al lavamanos doble del cuarto de baño:

-Está bien mi amor, yo te acicalo hoy

Tomando el cepillo de dientes que Arizona le ofreció a Callie, ella le dijo:

-Gracias mi amor, por eso es que me voy a casar contigo

Arizona se sacó el cepillo de la boca se enjuagó y le dijo a Callie imitando un tono de decepción:

-Y yo que pensé que te ibas a casar conmigo porque me amas

Con el cepillo en la boca, Callie le respondió sonriendo:

-Bueenouu pour esoouu tambeeen

-Mi amor no traje conmigo el diccionario inglés-cepillo de dientes, cepillo de dientes-inglés, así que ¿me podrías traducir que me acabas de decir?

Para seguir el juego, Callie se enjuagó la boca y esta vez sin el cepillo de dientes atravesado, le dijo, pero en español:

-Que por eso también

Arizona en tono de protesta, pero sonriendo, exclamó:

-¿Qué, qué?, ¡Ahora te entendí menos!

Callie se echó a reír, abrazó a Arizona por la espalda y le preguntó:

-¿Qué?, ¿tampoco trajiste contigo tu diccionario inglés-español, español-inglés?

Arizona terminó de enjuagarse, se giró, abrazó a Callie entrecruzando sus brazos por su cuello y besándola brevemente con los labios aún mojados de agua, le respondió con una sonrisa que mostró sus hoyuelos:

-Ese si me lo traje, lo estoy abrazando y acabo de darle un beso, así que dime diccionario ambulante inglés-español, español-inglés ¿Qué dijiste?

Callie sonrió y le dijo:

-Ese fue un beso mojado, acabas de mojar tu diccionario

Después de darle otro breve beso mojado, Arizona le dijo sonriendo con un tono de voz sexy:

-Eso es lo bueno de mi diccionario, se puede mojar, de hecho, me encanta mojarlo y no hablo sólo de la boca.

-¡Oh si! esa es tu especialidad, también por eso me voy a casar contigo. Dijo Callie con una sonrisa pícara, luego le dio otro beso breve.

-A ver, ahora si me atacó la curiosidad, dime todas las razones por las cuales te vas a casar conmigo

Alternando pequeños besos en la boca con palabras, Callie dijo:

-Porque me acicalas (beso), porque te amo (beso), porque me haces el amor como una diosa (beso), porque te amo (beso), porque me encantan tus ojos (beso), porque te amo (beso), porque me encantan tus hoyuelos cuando sonríes (beso), porque te amo (beso), porque te encanta mojarme y a mi me encanta que me mojes (beso), porque te amo (beso), porque eres hermosa (beso), porque te amo beso), porque es contigo con quiero pasar el resto de mi vida (beso), porque te amo (beso), porque tú me haces inmensamente feliz (beso), porque te amo (beso) y porque eres el amor de mi vida, con el que siempre soné.

Emocionada otra vez, por todas las cosas que Callie le dijo, Arizona sonrió y agregó:

-Creo que te faltó un beso

Antes de atrapar la boca de Arizona para besarla profundamente, Callie le dijo con los labios a milímetros de de los de ella:

-Este lo dejé para el final

Cuando separaron sus labios, Arizona preguntó:

-¿No me digas que después de un beso así me vas a denegar el acceso de nuevo a “El amor de tu vida punto com”?.

-Mi amor, tenemos media hora lavándonos los dientes, a este paso no vamos a llegar a Cadaqués, y todavía tenemos que bañarnos, desayunar, recoger lo que nos vamos a llevar para allá, recoger en nuestras maletas lo que no nos vamos a llevar para dejarlas en el maletero del hotel y alquilar el auto.

Arizona protestó diciendo:

-Eso no se vale, ¿ni siquiera tenemos tiempo para un rapidito?

Mientras Callie abría las llaves del agua en la ducha, le contestó a Arizona:

-No tenemos porque hacer un “rapidito”, cuando tenemos todo un mes por delante para hacerlo “despacito”. Además, Cadaqués nos está esperando, ¡vamos!

Manteniendo su tono de protesta, Arizona dijo:

-Está bien, pero no te garantizo que me aguante tanto tiempo

Sonriendo Callie le respondió con un tono conciliador

-Mi amor, sólo son dos horas

-O más, dependiendo de las curvas montañosas

Callie se echó a reír y le dijo:

-Mi pichirruchi, no son curvas montañosas

-¿Entonces, qué son?

-Curvas rodeadas de montañas

-Bueno es casi lo mismo, lo dije así para abreviar. Dijo Arizona en un tono infantil

Callie se rió de nuevo, había una parte de ella a quien le encantaba esa Arizona cuando se ponía a protestar como si fuera una niña:

-Mi amor, vamos a bañarnos, parece que hoy todo lo quieres abreviar

Arizona se echó a reír recordando lo que había planificado momentos antes, así que fingiendo estar de acuerdo, dijo:

-Ok, vamos a bañarnos

Luego de bañarse, vestirse, desayunar en la habitación y recoger las maletas, Callie y Arizona, bajaron al lobby para hacer el check-out  y entregar las maletas que no se llevarían para que fueran guardadas en el maletero de hotel. Posteriormente tomaron un taxi hasta Centre de la Vila, dónde se encontraba la agencia de alquiler de coches. Cuando estaban frente al mostrador de la misma, Arizona le dijo a Callie en el oído, mientras ella llenaba la planilla de solicitud:

-Renta un auto con transmisión automática

Callie extrañada le preguntó:

-¿Y eso por qué?

Con voz de niña de nuevo y sin develar sus intensiones, Arizona le contestó:

-Mi amor no he pegado una contigo hoy, compláceme en eso ¿sí?, anda, por favor.

Aún sin saber porqué, Callie respondió:

-Ok, automático será, ¿alguna otra complacencia, sin motivo aparente, desea mi futura esposa?

Arizona sonriendo agregó:

-Sí, que tenga GPS

Callie señaló la planilla que estaba llenando y le dijo a Arizona:

-Eso ya lo había colocado

-Perfecto, dijo Arizona sonriendo con picardía.

Callie le devolvió la sonrisa con el seño fruncido y continuó llenando la planilla de solicitud, pensando que Arizona estaba tramando algo, aunque no tenía ni idea de que se trataba.

Una vez que el coche le fue entregado, al salir del estacionamiento mientras Callie manejaba, Arizona configuró el GPS que las guiaría hasta su destino en Cadaqués. Mientras se dirigían hacia el noreste en Ronda Litoral hacía la salida 23, siguiendo las indicaciones del equipo de navegación, Callie le dijo a Arizona mientras conectaba el pendrive de música al reproductor del coche:

-Hora de disfrutar del viaje con música, preparé en el pendrive una lista de reproducción con el soundtrack de  Grand Theft Auto Vice City

Hacer clip en el título para acceder a la canción


Arizona preguntó: ¿Vice City?, ¿y qué ciudad es esa?

Callie se rió y contestó: -Miami, el videojuego está ambientado en Miami, y me encantaba recorrerla, escuchando esa música

Arizona dijo riendo: -¿Pero no te robabas el coche para hacerlo, como en el juego, supongo? 

-Mi amor, no sabías que Vice City es Miami, pero si sabes que el protagonista roba coches en el juego ¿cómo lo supiste?

Arizona respondió con aire de suficiencia: -¡Hello!, se llama “Grand Theft Auto”, es obvio que roban coches ¿o no?

Callie se echó a reír y le dijo: -Si mi amor, tienes razón, Vince roba coches, motos, hasta aviones

-¿Vince?, ¿quién es Vince?

-El protagonista del juego

-¿Un tipo muy honesto, supongo?, preguntó Arizona con un tono de ironía pero sonriendo

Callie respondió sonriendo también: -Oh sí, un mafioso muy honesto, sobretodo honesto

-¿Estas bromeando Calliope?

-Por supuesto que estoy bromeando Arizona, dime ¿alguna vez has conocido a algún mafioso que sea honesto?

-Mi amor, para empezar nunca he conocido a ningún mafioso, ¿y tú?

-Yo tampoco, bueno sí, a Vince…, contestó Callie bromeando, luego agregó: …¡Ah! y a Al Pacino, no es que lo conocí, sólo lo vi un día entrando a una tienda en Miami

-Callie, Al Pacino es un actor que ha tenido papeles como mafioso en películas, pero no es un mafioso. Por cierto, tu amigo Vince, tiene buen gusto para la música, me gusta

-Quien tiene buen gusto para la música soy yo, Vince a veces escuchaba “Radio Espantoso”

Arizona soltó una carcajada y luego dijo:

-¡Callie! Tú y tus ocurrencias ¿Radio espantoso?

-En serio mi amor hay una estación de radio en el juego que se llama así “Radio Espantoso”,

-¡Me estas tomando el pelo Calliope!

-No mi pichirruchi, Radio Espantoso, era una estación con locutores que hablan spanglish, y recuerdo que una de las canciones era muy cómica, se llama “La vida es una lenteja”…, Callie comenzó a cantar la canción en español y Arizona volvió a reírse a carcajadas.

…Levantateeee
anda y abre la nevera
y mira a veeeeee,
si te queda mortadela…
…la vida es una lenteja, o la tomas o la dejas,
la vida es una lenteja, o la tomas o la dejas,
la vida es una lenteja, o la tomas o la dejas…


Así, entre bromas y risas habían recorrido casi 120 Kilómetros en poco más de una hora y cuarto, cuando Arizona mirando su ubicación actual en el GPS que indicaba que transitaban por la AP-7, decidió poner en práctica su plan. No obstante, para asegurarse, le preguntó a Callie:

-Mi amor ¿Cuánto nos falta para llegar a las curvas montañosas?

Callie se rió de nuevo por la expresión que uso Arizona para referirse a las curvas en las montañas y dándole un vistazo a la pantalla del GPS, contestó:

-Deben faltarnos como unos 30 Kilómetros aproximadamente, a la velocidad que llevamos en unos 20 minutos.

Arizona esperó 10 minutos más y comenzó a acariciar la entrepierna de Callie, acercándose muy cerca de su centro pero sin tocarlo, Callie continuó manejando, pero pronto su respiración se hizo irregular y ahogando un gemido, le dijo a Arizona:

-Arizona ¿qué estás haciendo?, no sé si lo has notado, pero me estás excitando y estoy manejando.

Arizona puso una expresión de niña traviesa y con una mirada de malicia le dijo a Callie:

-Tú ocúpate del camino, que yo me encargo de ti

Callie gimió de nuevo y dijo:

-Mi amor, pero estoy manejando

Sin dejar de acariciarla, Arizona replicó:

-Sí, por eso te pedí que alquilaras un coche automático

-¿O sea, que planificaste esto desde que estábamos alquilando el auto?..., Callie soltó otro gemido y jadeando agregó: -¡Oh por Dios, Oh Dios!. Arizona la estaba excitando cada vez más, y no había nada que pudiera hacer para evitarlo, no había forma de detenerse, tenía que continuar en la ruta

-Mi amor lo planifiqué desde tú “acceso denegado” de esta mañana, además te lo advertí, te dije que no me iba a aguantar tanto tiempo, tú te lo buscaste

-¡Arizona quita la mano!, por favor no me hagas esto, es una tortura y tú lo sabes

-No

-¡Arizona!

-¿Qué?, preguntó Arizona sin detener sus caricias

-¡Arizona nos estamos aproximando a un peaje!, ¿quieres que nos metan presas?

Arizona detuvo sus caricias cuando llegaron al peaje, momento que Callie aprovechó para orillarse al salir de el, observó la pantalla del GPS y lo reprogramó, ella sabía que estaban cerca de Figueres, así que lo colocó como nuevo destino

Arizona le preguntó: -¿Qué estás haciendo Calliope?, ¿Estas cambiando la ruta?, ¿y Cadaqués?

Callie atrapó los labios de Arizona en un beso ardiente, tan ardiente como se sentía ella en ese momento excitada por sus caricias, el beso fue tan apasionado que las hizo gemir a ambas.

Cuando separaron sus labios para respirar, Callie le contestó visiblemente excitada y en un tono sexy:

-Vamos a hacer una escala en Figueres, ni sueñes que voy a manejar por esas “curvas montañosas” como tú las llamas, excitada como estoy.

Arizona sonrió con malicia de nuevo y preguntó:

-¿O sea que vamos a un hotel?

-Así es

Arizona levantó los brazos en señal de victoria y exclamó:

-¡YAY!

-Te saliste con la tuya Arizona!, le dijo Callie riendo, sintiendo la opresión en su núcleo por la excitación evidente

Retomando la posición de su mano para continuar las caricias, Arizona le dijo en un tono sexy:

-Mi amor, yo siempre logro lo que me propongo

La excitación de Callie era tal, con las caricias que la estaban enloqueciendo, que apenas sonrió y sólo dijo:

-¡Oh Arizona!, ¡Oh por Dios!...

En pocos minutos llegaron al Hotel Ronda en Figueres, donde solicitaron una habitación y subieron a ella, besándose apasionadamente en el ascensor que afortunadamente estaba vacío.

Mientras Arizona abría la puerta de la habitación, Callie la abrazó por detrás y comenzó a besar su cuello, logrando que Arizona exhalara un gemido. Cuando la puerta se abrió, Arizona la cerró detrás de ella y se giró para besar a Callie y mientras se besaban comenzaron a quitarse la ropa casi con desesperación. En pocos segundos, Callie se acostó en la cama y Arizona encima de ella, desnudas, mientras se devoraban mutuamente con besos apasionados y caricias excitantes.

Callie, cerró los ojos y arqueo la espalda, mientras se estremecía y gemía al sentir los labios de Arizona acariciando todo su cuerpo, desde el cuello, pasando por sus senos, sus pezones, su abdomen hasta llegar a su entrepierna, al mismo lugar donde Arizona había estado acariciándola en el coche. Ardiendo por el deseo, Callie exhaló un gemido gutural, cuando finalmente sintió la lengua de ella acariciando su clítoris que desesperadamente había esperado por esas caricias por lo que le había parecido casi una eternidad. Entre jadeos, Callie susurró: -¡Oh Dios!..., luego hizo una pequeña pausa para tomar aliento, y entre gemidos gritó: -Arizona…, cuando todo su cuerpo se tensó y comenzó a temblar mientras sintió el enorme placer de un clímax arrollador que la liberó, no obstante, a pesar de los espasmos incontrolables que la hacían estremecerse cada vez que Arizona rozaba su clítoris nuevamente, en menos de un minuto sintió aproximarse al borde otra vez alcanzando un orgasmo que la dejó jadeando y respirando con dificultad.

Sabiendo el enorme placer que había logrado proporcionarle a Callie, con una sonrisa llena de satisfacción, Arizona levantó la cabeza, cuando escuchó a Callie diciendo entre jadeos: -Te amo Arizona, te amo, ven acá. Ella obedeció y manteniendo su enorme sonrisa enterró su rostro en el cuello de Callie quien la envolvió en un abrazo lleno de amor, repitiendo, casi como si fuera un mantra: -Te amo, te amo…

Acariciando sutilmente el hombro de Callie, con la punta de sus dedos, Arizona, le dijo: Te amo, mientras esperaba con paciencia que recobrara el aliento. Unos minutos después, era ella la que estaba gimiendo, mientras se sentía arder en llamas de deseo con las caricias lentas que Callie le estaba proporcionado al recorrer con la punta de su lengua sus pezones, mientras que con su mano acariciaba sus pliegues muy cerca de su clítoris erecto que aún esperaba con desesperación ser tocado.

Callie la mantuvo en ese estado de placer desquiciante mientras Arizona gemía, arqueaba su espalda y contorsionaba sus caderas en la búsqueda inconsciente de la caricia que no llegaba. Desesperada, Arizona, gimió suplicante: -Tócame, tócame, por favor, no me hagas esperar, Callie, por favor.

Su excitación alcanzó un nuevo nivel cuando Callie, abandonando momentáneamente las caricias en sus pezones, le susurró al oído en español con ese tono sexy que la enloquecía: -Mi amor, te voy a hacer acabar en mi boca, pero primero te voy hacer llegar con mi boca… en tus senos.

Arizona seguía jadeando y gimiendo sin control, cuando Callie continuó lamiendo sus pezones, mientras sus dedos seguían rozando su clítoris sin tocarlo directamente. Era tal el placer desquiciante que Callie le estaba proporcionando que Arizona movía su cabeza de un lado a otro, gimiendo, mientras su cuerpo se contorsionaba, sintiéndose cada vez más y más cerca del borde, aún cuando su clítoris sólo había recibido pequeños y sutiles roces.

Sólo transcurrieron unos pocos minutos cuando Arizona sorprendida por lo que Callie estaba a punto de lograr, exhaló un gemido gutural mientras sintió como su cuerpo se tensaba y se edificaba un orgasmo que explotó en algún lugar de su interior. Nadie en toda su vida la había excitado de esa manera, al punto de hacerla acabar así, acariciando sus pezones y apenas rozando su clítoris, pero se sentía increíble, mucho más cuando se dio cuenta que Callie al saber que había logrado su primer objetivo, se deslizó por su cuerpo que aún temblaba, rozando con sus labios cada milímetro de su piel hasta llegar muy cerca de su clítoris.

Mientras Arizona recuperaba el aliento, Callie continuó acariciando con la punta de su lengua sus pliegues ahora inundados por la pasión desbordada con su primer orgasmo, logrando en pocos segundos aumentar su excitación a niveles en que su clítoris pedía de nuevo con desesperación la anhelada caricia. Arizona enterró su cabeza en la almohada y de su garganta brotó un gemido cuando finalmente Callie comenzó a acariciar lentamente su núcleo y no pasó ni un minuto cuando el placer demencial de un clímax arrollador se apoderó de cada fibra de su cuerpo haciéndolo temblar sin control.

Respirando con dificultad, Arizona se relajó y esperó ahora con paciencia a que Callie besara sus muslos empapados producto del inmenso y enorme placer que le había proporcionado. Cuando finalmente pudo pronunciar palabras, Arizona le dijo a Callie –Te amo, varias veces, mientras ella con su sonrisa de oreja a oreja, y una mirada que era una mezcla de amor y satisfacción, se acercaba al rostro de Arizona para posar sus labios sobre los de ella y besarla profundamente.

Cuando el beso finalizó, ambas se miraron a los ojos y se rieron, porque sabían que en esa pequeña venganza que Arizona había planificado e iniciado para torturar a Callie por haberse negado en la mañana, ambas habían dado la pelea y ambas habían ganado. Ellas rieron reconociendo tácitamente con sus miradas llenas de picardía que esas son las únicas batallas donde el arma es el amor y por eso nunca habrá vencidos sino vencedores, siempre vencedores. No obstante, aún sabiéndolo, Callie no pudo evitar decirle a Arizona mientras se abrazaban y seguían sonriendo:

-¿Quién lo diría viendo esa mirada angelical y esos hoyuelos cuando sonríes?, que eres una pequeña diablilla.

Imitando un tono de absoluta y total inocencia, pero delatándose con una sonrisa llena de picardía, Arizona se defendió y exclamó:

-¡Yo! ¿una pequeña diablilla?, Yo no hice nada

Besando la punta de su nariz, Callie le replicó a Arizona sonriendo:

-Habías planificado desde esta mañana que yo manejara por esas “curvas montañosas”, excitada por tus caricias, no lo niegues mi pequeño demonio de Tasmania, por eso pediste que el coche fuera automático, para que no se fundiera el motor mientras hacías tus travesuras conmigo, por eso lo pediste con GPS, para saber cuándo iniciar tu pequeña venganza, no lo puedes negar, lo admitiste antes, no lo puedes negar ahora.

Soltando una carcajada, Arizona dijo:

-Es cierto lo planifiqué todo mientras dormías tu media hora adicional esta mañana, pero si yo soy una pequeña diablilla, como dices, tú no te quedas atrás, tú sabes lo que acabas de hacerme

Esta vez fue Callie la que puso un tono de inocencia y dijo sin dejar de reír:

-Te hice el amor ¿no?

Arizona en tono de advertencia exclamó sin parar de reír: -¡Callie…

Posando su frente sobre la de Arizona, Callie la miró a los ojos y preguntó:

-¿Callie qué?

-Calliope Torres, te vengaste, me hiciste acabar la primera vez sin tocarme, pensé que iba a enloquecer de lo excitada que estaba, aunque tengo que reconocer que lograste algo conmigo que nadie había logrado antes

-¿Qué?, preguntó Callie muerta de la risa, sabiendo perfectamente a qué se refería Arizona

-¿Recuerdas nuestra fantasía de la ama y la esclava?

-Imposible de olvidar, respondió Callie mientras besaba la punta de la nariz de Arizona otra vez

-Ese día me susurraste que mis pezones son tan sensibles que yo podría acabar sólo con acariciarlos y eso fue justo lo que hiciste hoy;  y tú tampoco lo puedes negar, porque revelaste tus intensiones, logrando excitarme todavía más de lo que ya estaba cuando me lo susurraste al oído.

-Lo admito…, reconoció Callie sonriendo, luego agregó: …-Pero yo no planifiqué, sólo fue producto del momento, así que en términos de diabluras y travesuras, yo soy una semi-diablilla, pero lo tuyo fue con premeditación, alevosía y ventaja, eres una diablilla en primer grado Arizona Robbins, la que con esos ojitos azules y esa sonrisa con hoyuelos no parte un plato sino la vajilla completa.

Soltando otra carcajada, Arizona dijo:

-¡Así que soy una diablilla en primer grado!, Callie, ¿de dónde sacas tantos inventos?

-De mi cabeza, supongo

Besando brevemente a Callie en los labios, Arizona preguntó sonriendo:

-Y ahora dime ¿Cuál es mi castigo por ser una diablilla en primer grado?

Callie acercó sus labios al oído de Arizona, y le dijo como si le estuviera revelando un secreto:

-Ya te lo di, te hice acabar sin tocarte, sólo acariciando tus pezones y rozando tu clítoris

-En ese caso tendré que ser diblilla en primer grado con más frecuencia, porque tengo que confesarte que eso fue increíble, literalmente. Me encantó ese “castigo”, reconoció Arizona dibujando una sonrisa tan encantadora que derritió a Callie, a tal punto que su mirada pasó de la picardía a una expresión llena de amor.

Arizona se estremeció al ver el amor reflejado en los ojos de Callie y sintió un inmenso deseo de besarla. Acercando sus labios, ellas se besaron con una ternura inmensa, y luego, se dijeron al mismo tiempo: -Te amo mientras se fundían en un apretado abrazo.

Luego de permanecer un rato así abrazadas en silencio, Callie le preguntó a Arizona:

-¿Quieres que continuemos nuestro viaje o quieres pasear un rato por Figueres?

-¿Aquí es dónde está el Museo de Dalí?, ¿correcto?

-Sí

-Entonces podríamos visitarlo para conocerlo y luego continuamos nuestro viaje ¿te parece?

-Ok, entonces vamos a darnos una ducha, almorzamos, visitamos el museo y luego nos vamos rumbo a Cadaqués.

Arizona asintió, se paró de la cama y Callie la siguió para tomar esa ducha juntas.

El museo les gustó tanto a ambas que el tiempo pasó casi sin darse cuenta, cuando Callie por pura casualidad miró el reloj en la muñeca de Arizona y exclamó:

-¡Mi amor!, ¿esa es la hora?

Arizona miró su reloj y dijo:

-¡Oh Dios, se nos pasó el tiempo, son casi las 7:30 p.m.!, y ahora ¿qué hacemos?

Callie lo meditó un momento y luego respondió:

-Por esta época comienza a oscurecer aproximadamente a las 9:00 p.m., si nos vamos ahora, postergando la cena para comer en Cadaqués, creo que podríamos continuar nuestro viaje hoy o nos quedamos en el hotel esta noche y nos vamos mañana ¿qué prefieres Arizona?

-¿Seguro que no hay inconveniente si nos vamos ahora?, quiero decir, por el camino con curvas que tenemos por delante.

-No creo que haya ninguno, la carretera es angosta y con curvas, pero podemos pasarla aún con luz de día, si nos vamos ya.

-Ok, vamos entonces, la verdad estoy tan ansiosa como tú por llegar a Cadaqués.

-Genial, vamos, dijo Callie tomando de la mano a Arizona en dirección al estacionamiento.

Luego de pasar por el hotel para recoger sus maletines de viaje, Arizona reprogramó el GPS del coche, y tomaron la ruta indicada por el equipo. Después de atravesar la carretera, tal como Callie lo había estimado, llegaron a Cadaqués justo cuando estaba comenzando a oscurecer. Antes del llegar al hotel dónde habían hecho las reservaciones, decidieron cenar algo ligero en un pequeño restaurant ubicado un poco antes de la entrada del pueblo.

Una media hora después, cuando ya había oscurecido, se registraron en el Hotel Playa Sol, subieron a la habitación y se ducharon. Mientras Arizona se cepillaba su cabello aún húmedo, Callie programó la cafetera express que había comprado en Barcelona, de manera de poder tomar el café justo al levantarse, sin necesidad de solicitar servicio a la habitación sólo para pedir café.

Se acostaron en la cama dispuestas a dormir, ambas estaban algo cansadas por el viaje, especialmente por el último tramo que habían recorrido, ya que lo hicieron despacio y con mucho cuidado porque efectivamente era una carretera angosta con bastantes curvas. Sin embargo, a pesar de la tensión del viaje, se sentían ilusionadas y felices. Ya estaban en Cadaqués.

Arizona fue la primera que se quedó dormida, sintiendo la respiración de Callie en su cuello, quien la acunó en sus caderas envolviéndola en un cálido y tierno abrazo. Callie aspiró el exquisito aroma floral que desprendía el cabello aún húmedo de Arizona y se quedó dormida unos minutos después con una sonrisa en sus labios. Allí estaba en Cadaqués finalmente, abrazando al ser que más amaba por sobre todas las cosas en este mundo, el amor de su vida con el que había soñado despierta cuando era sólo una adolescente.

Esta historia continuará…

9 comentarios:

  1. Mikiiiii xq nos has avandonadoooo?

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  2. No, no fue abandono, fueron vacaciones, jijiji. Este fin de semana se abre nuevamente la sala de redacción :)

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  3. hasta cuando la espera? merecemos doble ración de nuevos capitulos :(

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    1. Ya me falta poquito, y es cierto, se merecen un capitulazo y en eso estoy. Sorry por la demora, muchoooo trabajo en la oficina.

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  4. Hola Claudia, la larga espera termina hoy, en unos momentos saldrá publicado el Capítulo 36 "Me pierdo contigo". Saludos y Gracias por la paciencia.

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  5. Hola mi Querida Escritora, te comento que voy un poco atrasada pero siempre al pendiente de ti y tu FANTÁSTICA HISTORIA, me encanto esta capitulo porque reír bastante, me voy a corriendo al otro(porque la ventaja de estar atrasada es que después tienes material para leer) jajajajaja....
    P.D, ERES INCREÍBLE COMO SIEMPRE, suerte y que dios te bendiga siempre.

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    1. Bueno mi querida Daly, la verdad ya somos dos las atrasadas, je, je. Estoy escribiendo los capítulos siguientes a paso de morrocoy con reumatismo :), pero como dice el dicho, poco a poco se llega lejos. Como siempre, Muchas Gracias por tus palabras. Un abrazototote amiga

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