Dos almas gemelas que deberán aprender juntas a superar sus temores y encontrar el camino hacia sus verdaderos sueños. Acompañen a Callie Torres y a Arizona Robbins en este viaje, a través de los sentimientos. Una montaña rusa de emociones, donde la música será otra protagonista. Citando a Jessica Capshaw: “Hold on and enjoy the ride” (Agárrense fuerte y disfruten del paseo).

lunes, 8 de octubre de 2012

Epidemia - Capítulo 26 - Noche de rumba y salsa


En el capítulo anterior:

Ambas pasaron casi todo el día bromeando con sus nuevos apodos recién descubiertos, luego se marcharon al aeropuerto, entregaron el automóvil alquilado y tomaron su vuelo a las 8:30 p.m. rumbo a Seattle aterrizando unas dos horas y media después. Tomaron el taxi y llegaron al apartamento un poco antes de la medianoche.

Cuando finalmente abrieron la puerta, algo cansadas por el viaje, ambas se miraron a los ojos con una mirada pícara, fue Arizona la primera que le dijo a Callie mientras la abrazaba:

-Muchas cosas han cambiado desde que salimos por esa puerta hace un poco más de una semana, ¿verdad?

Callie tomando la pista y sonriendo contestó:

-Sí, salimos como compañeras de habitación y ahora entramos como novias, amándonos más que nunca

-¿Recuerdas que te dije que esa sería muy pronto nuestra habitación otra vez?, preguntó Arizona señalando hacia la puerta de la habitación que ocupaba Callie y que antes de todo el lio de África, ocupaban las dos

-Sí, lo recuerdo perfectamente, tú ganas y yo no voy a decir que perdí, porque estaría mintiendo descaradamente, ambas ganamos, ganamos un montón, te amo Arizona, te amo, le dijo Callie

Antes de besarla, Arizona le dijo:

-Y yo a ti mi cielo, te amo con toda mi alma…

Era cierto muchas cosas habían cambiado en sólo una semana y otras estaban a punto de cambiar… muy pronto…


Epidemia – Capítulo – 26 - Noche de rumba y salsa

Al día siguiente Arizona, como ya era usual, fue la primera que despertó y como ya también era usual, una sonrisa se asomó en su rostro, no sólo por despertar en brazos de Callie sino porque estaba despertando en su habitación del apartamento, esa misma habitación que habían compartido cuando vivían juntas hasta que se atravesara la beca y el viaje a África. Ambas habían tenido que recorrer un largo camino para que eso sucediera, su regreso de África, el accidente que dejó a Callie sin memoria, el tiempo de Callie hospitalizada, su mudanza a ese apartamento en calidad de compañeras de habitación, todo lo que se compenetraron en ese mes que habían compartido ese mismo techo sin hacer el amor y finalmente todo lo que había pasado a raíz de su viaje a San Diego por el accidente de su padre.

Pero ahora, estaba allí envuelta en los brazos de la mujer que amaba en esa habitación de donde nunca ha debido salir, bueno aunque tal vez sí, porque con todo lo que había pasado ambas lograron un vínculo que no tenían antes, independientemente de lo que ocurriera cuando Callie recordara todo, había un hecho cierto: Arizona finalmente se entregó en cuerpo y alma a otro ser humano, se abrió a otro ser humano y eso es algo de lo que nunca se arrepentiría, pasara lo que pasara, porque eso le había permitido conocer una felicidad que nunca había sentido antes en toda su vida. Y tal como Callie le había pedido, ella estaba dispuesta a vivir esa felicidad un día a la vez, sí, aún temía perderla, pero no estaba dispuesta a que ese temor le siguiera nublando esa felicidad del aquí y del ahora. Este era el tiempo de reír, de amar, de disfrutar a su Calliope sin más miedos, sin más lágrimas, ella quizás vendrían después, el tiempo de llorar… el adiós, pero no iba a anticiparse más a eso, viviría su felicidad con Callie aquí y ahora.
Un poco sorprendida de sí misma y de sus nuevas intensiones, Arizona sintió hambre, le dio un beso en la mejilla a su hermosa, sexy y bella durmiente, se paró de la cama y se fue al baño para ducharse, lista para comenzar un nuevo día, al día siguiente tendría que retomar sus actividades en el hospital, pero hoy estaba más que lista para compartir con Callie su primer día en su apartamento, ya no como compañeras de habitación sino como novias, eran novias de nuevo viviendo en su apartamento, era casi como si nada hubiera pasado, aunque había pasado de todo.

Un rato después, Callie entró a la cocina, Arizona, quien estaba parada frente al mesón picando unos tomates, levantó la vista y sonriendo le dijo:

-¡Hey!

-Buenos días mi pichirruchi

-Buenos días mi amor, dime ¿tienes hambre?, estoy preparando un revoltillo con huevos, tomate y perejil, con la receta que tú me enseñaste

Callie se tocó el estómago con la mano y dijo: -Pues sí, tengo hambre, luego se colocó detrás de Arizona, pasó los brazos por su cintura y colocando la barbilla en su hombro, le preguntó:

-¿Quieres que te ayude?

-Sí tú quieres

Callie aspiró el exquisito aroma floral del cabello de Arizona y se le olvidó el hambre, los tomates y el perejil, con su mano llevó el cabello de ella hacía el hombro para dejar al descubierto su cuello y comenzó a besarlo.

Arizona se estremeció ante las caricias, y dejando momentáneamente lo que estaba haciendo, cerró los ojos y acercó el cuello a los labios de Callie, en pocos segundos, ambas comenzaron a excitarse y fue entonces cuando Arizona, haciendo acopio de una pizca de autocontrol, le dijo a Callie:

-Si sigues haciendo eso, no te puedo garantizar que termine de hacer el desayuno, ¿no me acabas de decir que tenías hambre?

Sin dejar de acariciarla con sus labios, Callie sonrió y le contestó:

-Sí, te dije que tenía hambre, pero no te dije de qué…

En medio de un gemido, Arizona sonrió, Callie ya había logrado excitarla, y por el deseo que desató con sus caricias y la humedad que sintió en su vagina, tal parece que el desayuno iba a tener que esperar.

Callie con sus brazos giró a Arizona para mirarla a los ojos, luego atrapo su boca para besarla ardiente y profundamente, cuando el beso acabó, Callie apartó las cosas del mesón, levantó a Arizona y la sentó en él, de tal forma que a la altura de sus ojos quedaron justo los hermosos pechos de Arizona, Callie miró hacia arriba con malicia y fue entonces cuando Arizona, visiblemente excitada le preguntó a Callie:

-¿Qué, piensas hacerme el amor justo aquí, al lado de los tomates y el perejil con los que estaba preparando nuestro desayuno, me vas a desayunar a mí, aquí?

Mientras Callie comenzó con su boca a besar el pecho de Arizona, a través de su franela, le dijo:

-No, solo estoy tomando un aperitivo, además me encanta este punto de vista, en estos momentos eres más alta que yo, y me fascina lo que tengo justo al frente.

Arizona no contestó, no pudo, porque Callie le retiró la franela hacía arriba y comenzó a acariciar sus pezones con su lengua, así que echando la cabeza hacía atrás soltó un gemido, mientras comenzaba a experimentar el placer y sentía como su vagina se inundaba más y más con cada caricia de Callie.

Luego Callie tomó por la cintura a Arizona, la bajó del mesón y la cargó dirigiéndose hacia la habitación, una vez allí depositó a Arizona en la cama, quien tenía los ojos oscurecidos por el deseo, vidriosos por la excitación evidente, excitación que se incrementó aun más cuando vio a Callie desnudarse frente a ella con movimientos visiblemente sensuales. Ella nunca se cansaría de admirar ese cuerpo color caramelo tan exuberante, tan excitante.

Con la garganta seca, Arizona sintió los labios de Callie acariciando y besando su cuello, mientras que le comenzó a susurrar al oído palabras en español, esa combinación era explosiva, no había forma de no excitarse con algo así, por ello, sin darse cuenta siquiera, Arizona comenzó a mover sus caderas, buscando de forma inconsciente ese contacto que la llevaría a ese pequeño mundo de placer que pertenecía solo a ella y la mujer que amaba con locura.

Después que Callie recorriera con los labios, su cuello, sus senos, sus pezones, su estómago, finalmente llegó a su destino, colocó la cabeza justo en frente de la vagina de Arizona, levantó sus piernas sobre los hombros y comenzó a acariciar sus pliegues hinchados bordeando sin tocar el clítoris erecto de Arizona que pedía desesperadamente el contacto. Sin embargo, Callie tenía otros planes previos que Arizona recibió con un grito de excitación: Ella introdujo su lengua en su abertura y con movimientos rítmicos hacia adentro y hacia afuera llevó la excitación y el deseo de Arizona a cotas que casi eran insoportables.

Arizona volvió a gemir, cuando Callie sustituyó la lengua con dos dedos mientras al mismo tiempo comenzó a acariciar con la lengua su clítoris. Delirando de placer, Arizona jadeaba incontrolablemente mientras su excitación crecía más y más, finalmente todo su cuerpo se tensó, y temblando sintió, como dentro de ella se  comenzó a edificar un clímax arrollador que la dejó en cuestión de segundos casi sin aliento y con la respiración entrecortada, aún en ese estado, Arizona sonrió, mientras sentía como Callie limpiaba toda la evidencia del enorme torrente de placer que ella misma le había provocado.

Unos minutos después Arizona sintió a Callie aproximarse a ella, la mirada de Callie era una mezcla de lujuria y amor, cuando se vieron a los ojos frente a frente, ambas se dedicaron una enorme sonrisa y luego compartieron una beso profundo y cálido. Cuando el beso finalizó, Arizona sonriendo con picardía y retirando amorosamente con sus manos unos mechones del cabello de Callie, le dijo:

-Mi amor, ahora me toca a mí desayunar

Callie sonriendo le contestó:

-Adelante mi cielo, la mesa está servida, soy toda tuya, desayúname

Arizona sonrió e imitando las caricias de Callie, momentos antes, la llevó al mismo mundo de deseo, excitación y placer que ella acababa de experimentar. Después que Callie alcanzó su propio y espectacular clímax, ambas se miraron de frente sonriendo de nuevo y se quedaron unos minutos abrazadas la una a la otra, besándose y haciéndose el amor, de otra forma, haciendo realidad ese milagro con cada mirada, con cada beso, con cada sonrisa.

Un rato después, se pararon de la cama y se dirigieron a la cocina para terminar el preparar su “segundo” desayuno con muchísima hambre, no había nada que les diera más hambre de comida a ambas que hacer el amor, eso era sin duda un excelente aperitivo.

Casi cuando estaban terminado de desayunar , el teléfono celular de Callie repicó, ella se paró de la mesa a atenderlo, algo extrañada ya que el tono del repique identificaba una llamada que provenía del Seattle Grace Mercy West, de pronto se puso nerviosa, recordando a Sebastián ¿le habría pasado algo?. Callie miró la pantalla y vio que la llamada era de Richard Webber.

Antes de contestar, ella vio a Arizona quien la había seguido con la mirada, y quien sin duda por su expresión, también estaba intrigada por la llamada ya que reconocía el tono que Callie había elegido para las llamadas provenientes del Hospital. Antes de contestar, Callie le dijo a Arizona:

-Es el Jefe Webber

Arizona asintió y esperó a que Callie contestara la llamada:

-Buenos días, Jefe Webber ¿Cómo está?

-Buenos días Dra. Torres, estoy bien, gracias. ¿Cómo estas?, ¿Cómo sigue tu memoria?, ¿y tu mano?, ¿has continuado la rehabilitación?

-Sí, he continuado mi rehabilitación y en cuanto a mi memoria, está mejor, ya he recordado gran parte de mi vida, aunque aún no tengo recuerdos de mi vida más reciente

-Perfecto, dijo Webber, luego agregó: …-Dra. Torres, la estoy llamando para acordar con usted una reunión, sí es posible, mañana mismo aquí en el Hospital, conmigo y con el Dr. Herrera, a quien tengo sentado justo al frente en este momento. Dígame Dra. Torres ¿podría venir mañana para reunirse con nosotros?

Un tanto intrigada, pero sin quererse adelantar a los acontecimientos, Callie le respondió:

-Sí, por supuesto ¿a qué hora?

-¿Le parece bien a las 8:00 a.m.?

-Sí, está bien allí estaré.

-Gracias Dra. Torres, hasta mañana entonces

-Hasta mañana Jefe.

Callie colgó el teléfono y Arizona se acercó a ella para preguntarle por la llamada, Callie le explicó lo que Webber le había solicitado y en el mismo instante en que ella mencionó el nombre del Dr. Herrera, notó un cambio casi imperceptible en la mirada de Arizona, pero que fue evidente, era una mirada que evidenciaba alguna preocupación.

Notando eso, Callie colocó el teléfono celular sobre la mesa, abrazó a Arizona y le dijo mirándola a los ojos:

-A ver, dígame Dra. Robbins ¿qué significa esa mirada?

Arizona había tenido la esperanza de que Callie no notara el desagrado que le produjo la mención del Dr. Herrera, pero tal como se habían desarrollado las cosas entre ellas, era bastante difícil que no lo hiciera, su conexión era tal que casi podían leerse la mente, así que resignada, Arizona le contestó:

-No me gusta que el Dr. Herrera esté cerca de ti, tú le gustas Callie y un hombre como ese no se desanima tan fácilmente, además es hombre y eso me gusta aún menos, no confió en él.

Callie puso una mano en la barbilla de Arizona para levantarla sutilmente y poder mirarla directamente a los ojos, para decirle:

-No confías en el Dr. Herrera, está bien, pero dime algo ¿tú confías en mí?

Arizona le respondió sinceramente:

-Por supuesto que confío en ti Callie, totalmente. Para serte sincera y aunque tú no lo recuerdes, hubo un tiempo en que no confiaba plenamente en ti, tenías a Mark viéndote con una mirada de deseo todo el tiempo y eso me incomodaba, luego pasó lo que pasó y Mark se comportó a la altura, como un verdadero amigo, para ambas. Después tú y yo hemos compartido tantas cosas y nos hemos compenetrado tanto que esas dudas ya no existen, yo confío en ti, ciegamente, pero…

-¿Pero…?

-El es un hombre, un hombre sumamente apuesto, que además es un Don Juan, debe conocer miles de técnicas de seducción, y tu eres bisexual Callie, el tiene algo que yo no puedo darte…

-¿Un pene?

-Sí un pene, y eso no me importaría si tú hubieras recuperado la memoria y tú y yo supiéramos cual será nuestro destino, pero pensar que puedas recuperar la memoria y que él este cerca, tratando de seducirte me incomoda, me pone nerviosa.

Callie abrazó aún más a Arizona y le dijo al oído:

-Mi amor, es cierto, es un hombre, es apuesto, es un seductor Don Juan, tiene un pene y yo soy bisexual, pero el jamás tendrá algo que tú si tienes y lo tendrás para siempre

Arizona se separó un poco para mirar a Callie a los ojos y le preguntó tratando de bromear para aligerar la conversación que se estaba poniendo algo pesada, por lo menos en su estado de ánimo:

-¿A qué te refieres, a mis hoyuelos cuando sonrió?

Callie sonrió y le dijo:

-Bueno eso también, él no tiene hoyuelos cuando sonríe pero tampoco tiene ni tendrá algo sobre lo que tú tienes derechos exclusivos, algo que te pertenece totalmente y para siempre…

-¿Qué?

-Mi corazón… el inmenso amor que siento por ti y que, a pesar de los recuerdos, cuando lleguen, se multiplicará, porque no sólo recordaré lo malo, también recordaré cuanto te amaba antes ¿no has pensado en eso?

Arizona soltó un bufido y dijo:

-La verdad no, no había pensado en eso…

-Cuando yo recuerde todo Arizona, no sólo me acordaré de lo malo, te amaré el doble mi pichirruchi y dudo que haya penes en el mundo que puedan con eso…

Arizona se echó a reír, mientras Callie continuó diciendo:

…-Además, es obvio que los probé antes, pero al final me quedé contigo ¿no?, así que deja de pensar en tonterías, tú eres el amor de mi vida, con o sin memoria, con o sin recuerdos, tú eres el amor de mi vida y siempre lo serás, pase lo que pase ¿Ok?

Arizona se tranquilizó, Callie tenía razón, entonces le dijo:

-Ok…¿Qué crees tú que quiera el jefe Webber?

-Bueno, me preguntó como andaba mi memoria y cuando le dije que estaba mejor, se alegró, es posible que quiera que vuelta a trabajar, aunque sea a un ritmo más bajo y es muy posible que quiera que trabaje con el Dr. Herrera, el también es cirujano ortopédico

-¿Trabajar con él? No entiendo, ¿el no trabaja en la Clínica Mayo?. Tengo entendido que sólo estaba de paso en Seatlle.

-Puede ser, sólo estoy especulando, pero sea lo que sea, lo importante es que tú estés tranquila, que sigas confiando en mí. Yo en el fondo, deseo volver al hospital, no he recordado todo, es cierto, no creo que se me permita operar en estas condiciones, y mi mano aún está en pleno proceso de rehabilitación, pero por el estado actual de mis recuerdos podría, no sé, ser una especie de residente por ahora, no quiero perder la práctica aunque eso implique trabajar con el Dr. Herrera

-Tienes razón Callie, yo confío en ti totalmente, además sería muy bueno tenerte en el hospital de nuevo, para ti, para tu carrera y para mí también. Así que ¡Al demonio con el Dr. Herrera, su pene y sus técnicas de seducción!. Tú y yo nos amamos y eso es lo único que importa

Sonriendo Callie le dio un breve beso en la boca a Arizona y luego le dijo:

-Así se habla Dra. Robbins, te amo

Devolviéndole la sonrisa y mucho más tranquila que hace unos instantes, Arizona le contestó:

-Y yo te amo a ti Dra. Torres, mucho

Al día siguiente, Callie y Arizona se marcharon juntas al hospital, justo antes de entrar al edificio, Arizona le dijo a Callie:

-Mi amor ¿Qué piensas hacer luego de reunirte con el Jefe Webber y el Dr. Herrera?

-Todo depende de lo que hablemos, pero luego, quisiera pasar a ver si Sebastián esta hoy en el hospital, tengo días sin hablar con él y debe estarme extrañando, de hecho, yo también lo extraño. Además, quiero saludar a Mark y a Teddy

-Oh, sí sería excelente que Sebastián estuviera aquí hoy, me encantaría saludarlo también, ¿Qué opinas?, ¿Podemos conseguirnos en la cafetería más tarde?

-Sí, me parece perfecto, te enviaré un mensaje al salir de la reunión con el Jefe Webber y con el Dr. Herrera, y sí estas disponible en ese momento podemos vernos en la cafetería ¿trato hecho?

Arizona se levantó sobre sus talones para darle un breve beso a Callie en la boca y luego sonriendo le dijo:

-Trato hecho

Después entraron al hall del hospital y cada una se enfiló hacia su camino en direcciones opuestas, sin embargo, Callie se volteó y dijo en voz alta:

-Arizona

Ella se giró para mirar a Callie quien, moviendo sus labios pero sin emitir palabras le dijo:

-Te amo

Arizona sonrió y sin emitir sonidos, le contestó:

-Yo también, mucho.

Mientras ambas se dedicaron una espectacular sonrisa, nuevamente se giraron y continuaron su camino. Unos minutos después, Callie parada enfrente de la puerta cerrada de la oficina del jefe Webber, la tocó dos veces con sus nudillos.

-Adelante, dijo el jefe Webber

Callie entró y saludó tendiendo su mano, tanto al jefe Webber como al Dr. Herrera, quienes se pararon de sus sillas para saludarla, luego con un gestó Webber invitó a sus acompañantes a sentarse, mientras él hacía lo mismo. Webber comenzó diciendo:

-Me alegro que haya venido Dra. Torres, verá, el Dr. Herrera quiso que nos acompañara a esta reunión porque tenemos programado en el transcurso de las próximas dos semanas tres importantes y complicadas operaciones que están directamente relacionadas con el Departamento de Ortopedia, y cómo sabemos que usted aún no está en capacidad de realizarlas, tanto por su mano que aún se encuentra en proceso de rehabilitación como por su amnesia, le pedí al Dr. Herrera que las realizara. No obstante, él me pidió que la llamara porque desea que usted lo asista. Yo particularmente, creo que es una buena idea, básicamente porque el Dr. Herrera estará allí todo el tiempo y a usted podría servirle para ejercitar su memoria, créame que la  necesitó, el hospital necesita que usted recupere la memoria pronto. Usted Dra. Torres es una excelente cirujana ortopédica, una de las mejores de este país y no quiero perderla, de veras que no. La primera operación se realizará mañana y queremos saber si usted está dispuesta a asistir al Dr. Herrera en ella, dígame ¿quiere hacerlo?

Callie se sintió un tanto decepcionada, ella esperaba que Webber le propusiera volver al hospital para algo más regular que unas operaciones, sin embargo, eso era mejor que nada, así que le contestó:

-Sí, por supuesto Dr. Webber, me encantaría

-Perfecto.., dijo Webber, …-la operación está programada para mañana a las 10:00 am, sin embargo, me gustaría que usted llegara unas dos horas antes para que visite al paciente conjuntamente con el Dr. Herrera, antes de la operación y le explique de que se trata, lo haríamos ahora pero el Dr. Herrera, tiene un compromiso y debe salir del hospital para ello. Así que ¿nos vemos mañana a las 8:00 am?

-Seguro que sí, cuente con ello Dr. Webber y gracias, le agradezco mucho sus palabras y sus deseos de que yo regrese lo antes posible a mi trabajo de nuevo, si le soy sincera, estoy comenzando a extrañar estar en un quirófano otra vez, mi memoria aún no está al 100% y mi mano tampoco, pero una parte de mi ha comenzado a echar de menos eso.

-Me alegra escuchar eso Dra. Torres, nos vemos mañana

Estrechando la mano de ambos doctores de nuevo, Callie sonrió y se retiró de la oficina de Webber, sacó su celular del bolsillo de su chaqueta y le envió un mensaje a Arizona, para avisarle que ya había salido de la reunión.

Unos segundos después, recibió el mensaje de respuesta:

“Mi cielo, termino las rondas en una media hora ¿me esperas en la cafetería?”

Callie le respondió:

“Ok”

Callie guardó su teléfono de nuevo, pero a los pocos segundos recibió un nuevo repique en su celular, indicándole que tenía otro mensaje, así que lo tomó y sonrió cuando leyó lo que decía, era de Arizona, el mensaje era corto, pero hermoso:

“Por cierto,…te amo”

Callie le respondió:

“Y yo a ti mi pichirruchi,… te amo, día tras día”

Callie no podía verla, pero sabía que justo en ese momento Arizona estaba sonriendo…

Callie llegó a la cafetería y una sonrisa se dibujó en su rostro cuando vio que Mark y Teddy estaban sentados alrededor de una mesa. A Mark, Callie lo había visto varias veces durante el mes que estuvo en el apartamento por ser vecinos, pero a Teddy tenía más tiempo sin verla, ya que las veces que había ido al hospital en ese mismo mes a visitar a Sebastián no habían coincidido salvo un par de veces. No obstante, ninguno de sus dos amigos sabía nada acerca de los acontecimientos de esa última semana y dado que habían hecho tanto, especialmente Teddy, para que ella y Arizona se reunieran de nuevo, le pareció necesario al menos ponerlos al tanto. Mientras estuvieron en San Diego, Arizona había hablado dos veces con Teddy para informarle a cerca del estado de su padre, pero luego de eso, no hablaron más y era obvio que ni Mark ni Teddy sabían que ellas dos ya estaban juntas de nuevo, como una pareja.

Por supuesto que eso era algo intimo, algo entre ella y Arizona, no era una situación para publicarla en las carteleras del hospital, pero Mark y Teddy tenían al menos el derecho a saberlo, se lo habían ganado, ambos, por ser tan buenos amigos. La primera que notó la presencia de Callie en la cafetería fue Teddy, cuando sus miradas se cruzaron  por casualidad, enseguida sonrió y se paró de la mesa, Mark también se dio cuenta de la presencia de Callie e imitando a Teddy también se levantó, ambos caminaron a su encuentro mientras que Callie hizo lo mismo, luego de saludarse y compartir un abrazo con ambos, se dirigieron los tres hacia la mesa.

Al momento de sentarse, Mark que conocía muy bien a Callie por ser su mejor amigo, notó un brillito en su mirada, entonces en un tono pícaro dijo, alternando la mirada entre ella y Teddy:

-Por esa mirada, sospecho que nuestra amiga nos tiene noticias nuevas ¿me equivoco Torres?

Callie sonrió con picardía, sin embargo, antes de poder hablar, notó que Teddy estaba saludando a alguien a sus espaldas sonriendo, era Arizona y por el brillo que Teddy notó en su mirada, dijo  mientras esperaba que Arizona se acercara a la mesa:

-Mark, por el brillo en la mirada de Callie y el brillo que estoy viendo en la mirada de Arizona, yo también creo que nos traen noticias nuevas y muy buenas, por cierto…

Teddy abrió los brazos para abrazar a Arizona, luego Mark se paró y también le dio un breve apretón. Después de saludarlos a ambos, con una sonrisa espectacular miró a Callie y la besó brevemente en la boca. Luego cuando los cuatro amigos ya estaban sentados en la mesa, Teddy dijo:

-No nos tienen que contar los detalles, obviamente, pero díganme, esos ojos de ambas están brillando tanto que me tienen casi encandilada, así que lo único que quiero saber es si nuestros servicios gratuitos de Cupido funcionaron, ¿funcionaron?

Arizona sonriendo miró a Callie con picardía, luego posó su cabeza en su hombro, mientras que Callie la abrazó colocando su brazo alrededor de la cintura, fue entonces cuando Callie dijo:

-Sí, funcionaron, Arizona y yo estamos juntas de nuevo, y no tenía intensiones de ocultarle eso a ninguno de ustedes dos, Gracias por ser tan buenos amigos, ambos, debo reconocer que ayudaron mucho a que Arizona y yo nos hayamos reunido otra vez, así que Gracias por eso, Gracias…

Teddy levantó los brazos y con una evidente expresión de alegría, exclamó:

-¡YAY!

Por su parte Mark, pícaro como siempre, mientras se comía una manzana, agregó:

-¿Así que ya aplicaste el “Método Sloan” con Arizona?, ¿Ah?

Callie abrió los ojos como platos y en tono de regaño exclamó:

-¡MARK, CÁLLATE!

Teddy soltó una carcajada y buscó la mirada de Arizona, quien estaba algo ruborizada, sin embargo, cuando las miradas de ambas se cruzaron Arizona no pudo evitar soltar una carcajada también, era obvio que ambas recordaron aquel ataque de risa cuando Mark entró al quirófano porque quería “cargar el disco duro de Callie” con el “Método Sloan”.

Un momento después Mark también comenzó a reírse a carcajadas, mientras Callie con una mirada perpleja los miraba a los tres, sin que ella supiera por qué reían de esa manera, obviamente algo tenía que ver con el “Método Sloan”, pero Callie no lograba descifrar de qué se trataba todo eso. A pesar de su perplejidad, Callie dijo ruborizada:

-Ahora que lo pienso lo que ustedes tres tramaron para que Arizona me reconquistara no fue un servicio gratuito de Cupido, fue una confabulación, una conspiración digna del servicio secreto de inteligencia de los Estados Unidos…

Sin dejar de reír, Arizona acercó sus labios a los oídos de Callie y le dijo en un susurró:

-Sí mi amor, fue una confabulación, pero tenerte de nuevo en mis brazos hace que todo haya valido la pena, todo…

Callie miró a Arizona a los ojos y sonrió, aún así, le preguntó:

-¿Tú sabias del “Método Sloan”?, ¿Cómo lo supiste si se suponía que eso era algo entre Mark y yo?, mientras decía eso le lanzó una patada a Mark debajo de la mesa, quien echándose hacia atrás, exclamo: -¡Auuuch!

Teddy que aún no había dejado de reírse, cuando vio la expresión de Callie y la de Mark, se rió aún con más fuerza, entonces Arizona, quien no paraba de reír tampoco, le dijo a Callie:

-No patees a Mark, él tenía buenas intensiones, nunca pensé que algún día lo defendería, pero sí, sus intensiones eran buenas, no lo patees Callie

Entonces Callie dijo:

-Sus buenas intensiones trío de confabuladores es lo único que los salva de no recibir más patadas mías debajo de la mesa y eso te incluye a ti también Arizona.

Arizona puso una cara de inocente y preguntó riendo

-¿A mi también me darías una patada?, ¿serias capaz?, pero si yo no hice nada

-¡Nada!, ¡Nada!, pero si tu eres la jefa de este servicio de inteligencia que formaron, ¡trío de confabuladores!

Teddy negó con la mano:

-No, no, esa fui yo

Arizona manteniendo su mirada de inocencia, dijo señalando a Teddy:

-Sí, fue ella, ella planificó todo el mismo día que perdiste la memoria, fue ella, es más, fue ella la que me convenció

Teddy asintió y con una mirada divertida, dijo:

-Eso es correcto, fui yo.

A pesar de su molestia fingida, Callie se enterneció al darse cuenta de todo lo que habían hecho sus amigos y la propia Arizona para que ellas dos se reencontraran, así que dándole un beso a Arizona en la frente, dijo con una sonrisa:

-Gracias, mi trío de confabuladores, gracias a ustedes dos, Mark y Teddy por querernos vernos felices a ambas y gracias a ti mi pichirruchi por amarme tanto, por luchar por mi, ustedes tres son los mejores amigos que podría pedir, bueno y mi amiga Addy, a quien por cierto, Mark, vimos en Newport Beach

-¿Newport Beach?, ¿qué hacían ustedes en Newport Beach, ustedes no fueron a San Diego?, preguntó Mark

-Sí fuimos a San Diego, pero Arizona y yo pasamos el fin de semana en Newport Beach y allí nos conseguimos a Addison

Mark preguntó: -¿Y como está Addison?, ¿Qué hacía ella en Newport Beach?

-Ella está bien, fue allá a examinar a una paciente embarazada que no puede viajar

-Tremenda coincidencia ¿verdad?, preguntó Mark

Sonriendo Callie contestó:

-Pues sí, la pasamos muy bien esa noche ¿verdad Arizona?

-Oh sí, estupendo, Callie me complació y cantó dos canciones en el equipo de karaoke que estaba en el local donde fuimos y una de esas canciones me la dedicó a mi, fue hermoso…

Arizona iba a seguir hablando, pero al mismo tiempo los buscapersonas de Teddy y de Mark sonaron, ambos lo tomaron de su cintura para verlos y dijeron en coro: -Un 911. Ambos se pararon de la mesa, se despidieron de Callie y de Arizona, y mientras caminaban hacia la salida Teddy se giró y les dijo:

-A ver si un día de estos jugamos una partida de póker, las he extrañado mucho a ambas,… Teddy se acercó un poco y bajando la cabeza agregó: -Me alegro que estén juntas de nuevo, se ven felices y eso me encanta

Callie y Arizona se miraron por un momento a los ojos y luego con una sonrisa le dijeron a Teddy:

-Gracias Teddy

Teddy dijo mientras se alejaba de nuevo:

-Por favor, no tienen nada que agradecerme, verlas juntas y felices es mi mejor recompensa, nos vemos después ¿Ok?

Callie y Arizona asintieron sonriendo. Una vez que quedaron a solas, Arizona, le dijo a Callie:

-Cuéntame ¿Qué te dijo el jefe Webber?

-Básicamente me dijo que yo era una excelente cirujana, que quería que recuperara la memoria porque no quiere perderme y para ejercitarla me propuso que yo asistiera a Herrera para tres operaciones que él tiene programadas realizar en las próximas dos semanas, una de ellas es mañana, tengo que estar aquí a las 8:00 a.m. para que juntos visitemos la paciente y el pueda explicarme de que trata la operación que está pautada para las 10:00 a.m.

-¿O sea, que no te vas a reincorporar al hospital todavía?

-No, y te confieso que me desilusioné un poco, quiero estar de vuelta, algo de mi extraña todo esto

-¡Qué lastima!, yo también esperaba que regresaras

-Bueno en realidad yo entiendo al jefe, sería una responsabilidad muy grande para el hospital, tenerme aquí ahora, no sólo porque mi memoria aún no está  al 100%, mi mano tampoco lo está, así que, tendré que esperar al menos dos meses más, con o sin memoria para que mi mano esté lista, y plantearle eso a Webber.

-Sí es cierto, bueno y menos mal que sólo es tu mano izquierda, porque la derecha, me consta que está perfecta, dijo Arizona con una sonrisa llena de picardía

Callie sonrió tomando la pista, puso su tono sexy y le susurró al oído a Arizona: -Sexuality

Con la sola mención de esa palabra que le hizo evocar lo que Callie le hizo sentir esa noche, Arizona se estremeció, mientras sintió como su vagina se humedecía. Reconociendo su excitación Arizona, le dijo a Callie:

-Una mención más como esa y te juro que te arrastro a una habitación de guardia conmigo

Callie sonrió, pero justo cuando iba a repetir algo parecido para que Arizona cumpliera su “amenaza”, el buscapersonas de ella sonó. Arizona lo tomó y verificó en la pantalla, luego dijo:

-Te salvó la campana Calliope Torres, ¡mierda!, ya me estaba imaginando a las dos en una habitación de guardia haciendo travesuras, pero esto es un 911, así que debo volar.

Callie le dijo al oído manteniendo su tono sexy:

-No te preocupes mi amor, esta noche cuando regresas a casa, podemos hacer todas las travesuras que quieras.

-Cállate, por tu culpa me voy tener que ir a atender esa emergencia excitada

-¿Por mi culpa?, yo no hice nada, soy inocente, dijo Callie imitando la cara de inocencia que había puesto Arizona momentos antes.

Arizona se paró de la mesa y mientras le daba un beso en la mejilla a Callie, le dijo:

-Sí, tan inocente como yo ¿verdad?

-Exactamente, tan inocente como tú, mi amor, le dijo Callie mientras se paraba de la mesa y abrazaba a Arizona, luego agregó: …-¿No vemos en la noche?, ¿Sí?

-Seguro, voy a contar las horas para vernos de nuevo

-Yo también, anda, ve a atender tu emergencia, yo voy a casa, a esta hora no creo que Sebastián esté aquí, si es que acaso vino hoy a dializarse.

Arizona abrazó a Callie con más fuerza aferrándose a ella, habían pasado la última semana juntas, compartiendo prácticamente cada minuto y por ello Arizona sintió en ese momento y por primera vez en su vida esa necesidad casi visceral de tenerla cerca todo el tiempo, una necesidad que de cierta forma la asustó, ella nunca había sentido algo así por alguien, sólo iban a estar separadas unas horas, pero aún así lo sintió. Así que sin querer soltar ese abrazo todavía, le dijo: -Te amo Calliope

Callie de algún modo percibió el sentimiento de Arizona, así que la abrazó aún más fuerte y le dijo:

-Y yo a ti mi pichirruchi, te amo. Sólo son unas horas, ¿Ok?. Te estaré esperando en casa

-¿Cómo haces para leer mis pensamientos?, le preguntó Arizona, aun aferrada a Callie

-Debe ser otro de nuestros milagros, o quizás porque yo siento lo mismo, no te has ido y ya te estoy extrañando

-¡Oh Callie!, nunca me había sentido así en toda mi vida, estoy pisando un terreno totalmente desconocido para mí ¿Qué hiciste conmigo?, ¿Me hechizaste, acaso?

-No, no te hechicé, pero te robé el corazón y tú robaste el mío, así que creo que estamos a mano, y yo, por lo menos, no quiero que me lo devuelvas, ¿tú no quieres que te devuelva el tuyo?, ¿verdad?

-No mi amor, no quiero. Es un territorio desconocido, lo reconozco, pero nunca había sido tan feliz en toda mi vida, tú me haces feliz Calliope, muy feliz

-Y tú a mi, inmensamente feliz

El buscapersonas repicó de nuevo, así que para animar a Arizona, a quien definitivamente le estaba costando demasiado separarse, Callie puso las manos sobre sus hombros la giró y le dio una leve palmada en el trasero, mientras le decía:

-Anda mi cielo, anda a patear traseros, nos vemos esta noche ¿Ok?

Arizona sonriendo dijo: -Ok, le lanzó un beso en el aire y se fue caminando hacia la salida de la cafetería.


Más tarde en el apartamento, a las 9:00p.m., Callie escuchó el repique de su teléfono celular con el tono que identificaba un mensaje proveniente de Arizona, el mensaje decía:

Mi amor, lo siento tenía muchas ganas de estar contigo, pero llegó una emergencia, tengo que entrar al quirófano en 10 minutos y no creo que pueda llegar a casa temprano hoy, te amo”

Un tanto desilusionada, pero entendiendo perfectamente la situación, Callie le respondió:

Yo también tenía muchos deseos de verte, pero lo entiendo. Voy a dejar la cena en el microondas, por sí tienes hambre cuando regreses y dejaré la luz de la cocina encendida. Yo también te amo”

Arizona respondió el mensaje:

“Gracias mi cielo, ¿te he dicho que eres un encanto?”

Callie respondió:

“No, :o)

“Eres un encanto, y te amo”, respondió Arizona

Callie sonrió y respondió el mensaje:

“Y tú eres el ser más espectacular que ha nacido en este planeta, te amo también, y mucho”

A las 2:10 a.m., Arizona exhausta, abrió con sus llaves la puerta de entrada del apartamento, tal como Callie le había prometido, la luz de la cocina estaba encendida y en el microondas se encontraba la cena. Ella, sólo la probó, estaba tan cansada que lo único que quería en ese momento era bañarse, acurrucarse con Callie en la cama y dormir a su lado. Tratando de no hacer ruido, abrió la puerta de la habitación y la escena que vio la enterneció profundamente: Callie estaba profundamente dormida, acostada de medio lado y la expresión de su rostro le indicó a Arizona, que Callie tenía un sueño tranquilo, apacible. Ella no entendía exactamente por qué, pero ver dormir a Callie siempre la enternecía.

Arizona entró al baño, se dio una ducha rápida, se vistió con su pijama y se metió a la cama, acurrucándose al lado de Callie y arropándose con la colcha. Callie no despertó, pero de alguna forma percibió la presencia de Arizona, porque suspiró e hizo un movimiento con su cuerpo para pagarse más a Arizona. Ella sonrió y a los pocos minutos se quedó profundamente dormida.

A la mañana siguiente Callie despertó primero, y al ver a Arizona a su lao sonrió, le dio un beso en la mejilla y se paró de la cama con mucho cuidado para no despertarla, ella sabía que Arizona debía estar agotada por la dura y larga jornada del día anterior, y que lo más probable es que fuera al hospital un poco más tarde, no obstante, ella si tenía que llegar temprano para asistir al Dr. Herrera en la operación pautada para esa mañana.

Callie se dio una ducha, se vistió y cuando estaba lista para salir, le dio otro beso en la mejilla a Arizona y le escribió una pequeña nota que dejó sobre su almohada, la nota decía:

“Te amo mi bella durmiente, nos vemos en el hospital, Callie”

A las 8:00 a.m. en punto, Callie se dirigió a la oficina del Jefe Webber, donde suponía, estaría esperándola el Dr. Herrera. Ella tocó la puerta de la oficina del Jefe como lo había hecho el día anterior y efectivamente, tal como lo había pensado, el Dr. Herrera ya estaba allí.

Los tres médicos se saludaron y el Dr. Herrera le explicó a Callie la naturaleza de la operación, luego fueron a visitar al paciente que iban a operar y poco antes de las 10:00 a.m. ambos médicos se estaban preparando en la sala de aseo para iniciar la operación. Callie se sentía emocionada, tenía varios meses sin pisar un quirófano. Ya dentro del OR2, la operación se inició, básicamente Callie estaba de observadora, pero, dado el estado de su mano y de su amnesia se conformó con esa posición, tal como había pensado el día anterior, eso era mejor que nada.

Hasta el momento, el Dr. Herrera se había mostrado totalmente profesional, sin embargo, a raíz de algo gracioso que comentó Callie, en medio de la intervención quirúrgica, el médico intentó llevar la conversación a un plano más personal, así que le dijo a Callie:

-Ayer, después de la reunión y antes de salir del hospital, te vi en la cafetería con la Dra. Robbins

Sin saber, cual era la intensión del Dr. Herrera, al tocar ese tema, Callie solo se limitó a decir:

-¿Ah, sí?

-Pues sí, y debo hacerte una confesión

Callie frunció el seño y preguntó: -¿Qué confesión?

-Bueno Calliope, entendí porque aquella vez me dijiste que era inútil que me anotara en una lista de espera…

Callie frunció el seño de nuevo, pero no dijo nada. Callie se encontraba de espaldas a la galería, y por ello, no se dio cuenta que Arizona recién se había sentado en una de las sillas de arriba. El intercomunicador estaba encendido, así que Arizona podía escuchar perfectamente lo que se hablaba dentro del quirófano. El Dr. Herrera continuó diciendo:

…Verás Calliope, debo reconocerlo yo soy un mujeriego empedernido, y como te dije aquella vez, tú me gustas, me gustas mucho (Arizona se retorció incomoda en su silla y pensó “Y ahora este ya va a comenzar a atacar a mi novia”), pero una de las razones por las que soy un Don Juan, es porque hasta ahora no he encontrado en alguien eso que llaman “amor”, pero ayer, cuando las vi a las dos como se miraban, bueno… supongo que eso debe ser “amor” y también tengo que confesarte Calliope, que creo que hasta sentí un poquito de envidia, ustedes dos hacen una hermosa pareja, inspiran un no sé qué verlas juntas, bueno… para resumir, es hermoso ver a dos personas que se aman como ustedes. (Arizona, desde la galería, no pudo evitar sonreír, se sintió orgullosa y muy afortunada por ser una de las protagonistas de ese “amor”).

Callie sorprendida, quien no se esperaba unas palabras como esas de un Don Juan, sólo pudo decir:

-¡Wow!, gracias, no me esperaba algo así de… alguien como usted

El Dr. Herrera se echó a reír y repitió: -“Alguien como yo”, bueno, creo que me lo merezco, por lo menos hasta que no encuentre el amor de mi vida como tú lo hiciste y deje de estar saltando de flor en flor como lo hago yo. Ok, y ahora que he abandonado oficialmente mi puesto en la lista de espera…

Callie lo interrumpió y sonriendo le dijo: -Wo, wo, wo, ¿qué puesto en qué lista de espera?. Nunca hubo tal lista de espera (Arizona volvió a sonreír, le encantaba la forma en que Callie ponía en su lugar al Dr. Herrera, cada vez que tenía alguna oportunidad).

El Dr. Herrera se echó a reír: -Es cierto, para ti nunca hubo tal lista de espera, pero “hello” se llama lista de espera porque uno tiene alguna esperanza, pero, ayer perdí toda esperanza, como te dije al principio, Calliope, ayer entendí porque me dijiste que era inútil que me anotara en una lista de espera. Sin embargo, quiero pedirte aunque sea un premio de consolación por aceptar mi derrota de manera tan gallarda, como lo estoy haciendo.

Callie frunció el seño de nuevo (Arizona también) y le preguntó al Dr. Herrera: -¿Qué clase de premio de consolación?

Entendiendo el tono de desconfianza de Callie, el Dr. Herrera se echó a reír y le respondió a Callie: -Es algo inocente, pero tuve muchas fantasías contigo y quiero hacer realidad aunque sea una

El seño fruncido de Callie se estaba volviendo casi permanente, pensó en Arizona, ella tenía razón, este hombre era peligroso, astuto, así que para no hacerse pasar por boba, Callie le dijo:

-“Fantasía” e “Inocencia” no creo que sean dos palabras que puedan hilarse en una sola oración, pero continúe, porque ahora lo que tengo es curiosidad por saber cómo las une (Arizona se echó a reír, recordó que tampoco se podían unir en una sola oración “culo” y “resistencia”, ¡Ah! y “tetas”, no tratándose de Calliope)

El Dr. Herrera riendo le dijo:

-Verás Calliope, ¿recuerdas que una vez te dije que te iba a invitar a una cita y tú me respondiste que una cita no era posible, pero que podíamos salir en grupo con algunos médicos de este hospital?

-Sí, lo recuerdo

-Bueno, me conformo con eso, mi fantasía inocente es bailar salsa contigo, tú eres de ascendencia latina, yo también y sinceramente, tengo mucho tiempo que no bailo salsa con alguien que sienta esa música como sólo nosotros los latinos sabemos sentirla, así que ese es mi premio de consolación. Por supuesto, esta invitación es abierta, Arizona también puede ir

-Eso no lo dude, lo último que se me ocurriría es ir a bailar salsa con usted sin que Arizona estuviera presente. (Arizona, levantó un brazo en señal de victoria y exclamó ¡YES!, después miró hacia los lados disimuladamente a ver si alguien la estaba mirando, pero afortunadamente no fue así, sonrió para sí misma y continuó observando y escuchando la interesante interacción entre Callie y el Dr. Herrera)

El Dr. Herrera, preguntó: -¿Entonces, Calliope, aceptas mi invitación para bailar salsa?, ¡Ah! y otra cosa, ¿puedes llamarme “Alejandro”?, eso de “Dr. Herrera” me hace sentir viejo

Callie se echó a reír y contestó: -Creo que sí, bajo esas condiciones podríamos bailar salsa, no voy a negarlo, a mi me encanta bailar y bailar salsa mucho más, pero tengo una condición

-¿Cuál?

-Cuando sé de el momento y el lugar para bailar salsa, usted deberá pedirle permiso a Arizona para que yo baile con usted, si ella está de acuerdo bailaremos, sí no, bueno, me quedaré con las ganas (Arizona volvió a sonreír, ¡por Dios que cada vez amaba más a Callie!)

-Ok, acepto esa condición, pero me di cuenta que aún no me estas llamado “Alejandro”, aún me tratas de “usted”

-Para eso tengo otra condición

-¿Otra?

Sí, te puedo llamar “Alejandro” si tú dejas de llamarme “Calliope”, puedes llamarme Callie

-No te molesta si te pregunto ¿por qué?, “Calliope” es tu nombre y es lindo, además, significa música, lo busqué en google

Callie se echó a reír y le contestó: -Si usted hubiera sido un poco más curioso también sabría que “Calliope” no sólo significa “Música”, también significa “Bombardero Lanzacohetes”, y eso es lo que le voy a lanzar si me sigue llamando “Calliope” y contestando a su pregunta, le respondo: es cierto “Calliope” es un nombre hermoso, pero en los únicos labios donde de verdad se oye hermoso ese nombre es en los labios de…

-¡Arizona!, interrumpió el Dr. Herrera

-Exactamente, ella es la única persona que me llama así y a mí me encantaría mantener esa exclusividad, ¿estás de acuerdo “Alejandro”? (A Arizona le provocó bajar las escaleras, saltar a los brazos de Callie y atrapar sus labios en un beso ardiente)

El Dr. Herrera se echó a reír y contesto: -Estoy de acuerdo “Callie”

-Gracias “Alejandro”


Después que la operación concluyó, Callie se dirigió a los vestuarios a cambiarse de ropa, mientras lo hacía, escuchó que la puerta del recinto se abría y su rostro se iluminó con una gran y hermosa sonrisa cuando se dio cuenta que quien estaba entrando era Arizona, no obstante, se sorprendió gratamente cuando ella corrió hacia ella, le saltó en los brazos y le dio un beso súper apasionado. Cuando el beso finalizó, Callie podría jurar que estaba mareada, entonces manteniendo el abrazo apretado le dijo:

-¡Wow!, me encanta cuando me besas así, pero dime ¿qué hice para merecerlo?

Arizona con los ojos brillantes de felicidad y una sonrisa hermosa con esos hoyuelos que tanto le gustaban a Callie, le contestó:

-Porque eres la mujer más espectacular, sexy, hermosa, honesta, tierna y sincera que he conocido en toda mi vida, y porque te amo con toda mi alma Calliope

Callie sonrió y dijo: -¡Wow! ¿y todas esas cualidades son mías?, ¿en serio?

-Sí, todas esas y más, Calliope

-¿Sabes una cosa mi vida?

-¿Qué?

-Me encanta cuando me dices “Calliope”. Voy a cerrar los ojos y me lo vas a volver a repetir ¿Ok?

-Ok, cierra los ojos, le dijo Arizona sonriendo… Callie cerró los ojos, Arizona acercó sus labios a milímetros de los de ella y le dijo antes de atraparlos en otro beso profundo: -Calliope…

Cuando el beso finalizó, Callie abrazó a Arizona con todas sus fuerzas y le dijo al oído:

-¡Por Dios! Arizona ¡Como te amo!, ¡Te amo!

Arizona envuelta en los amorosos brazos de Callie, suspiró, cerró los ojos y le dijo:

-Y yo a ti mi cielo, te amo, te amo.

Ambas se quedaron abrazadas un largo rato, luego Callie miró a los ojos a Arizona y le dijo:

-Por cierto, tengo que contarte mi última conversación con el Dr. Herrera, a quien ahora le digo Alejandro a cambio de que me llame Callie y no Calliope

Arizona se echó a reír y se mordió en labio con una expresión de picardía, que Callie frunciendo el ceño detectó inmediatamente, entonces ella le preguntó

-Arizona ¿por qué tienes esa cara de niña traviesa?. Dime ¿hiciste alguna travesura?

Arizona miró hacia los lados y volvió a sonreír, entonces le dijo: -Puede ser

Callie sonriendo le contesto: -¿Qué hiciste?, Cuéntame

-Bueno… estuve un buen rato sentada en la galería del OR2, hace un rato y…

-¿Y…?

-Escuché todo lo que hablaron tú y “Alejandro”?

Callie se echó a reír y exclamó: -¿En serio?

Arizona sonriendo, asintió con la cabeza

-¿O sea, que fue por eso que me gané ese beso tan ardiente?, preguntó Callie

-Sí…Calliope

Callie soltó una carcajada, luego le preguntó:

-¿Y qué te pareció lo de la invitación a bailar salsa?. Quiero decir, si se presenta la oportunidad ¿le permitirías que baile conmigo?

-Antes de escuchar esa conversación, lo más probable es que hubiera dicho que no, pero te portaste tan bien que te mereces que te diga que sí, además, creo que tengo curiosidad por verte bailar salsa con alguien de ascendencia latina, como tú, aunque arda de deseo mientras lo haces

Callie con su voz sexy dijo: -Bueno, creo que a mí me encantaría que tu ardieras de deseo viéndome bailar ¿te imaginas lo que haríamos después?

Arizona se estremeció de deseo sólo con la idea, entonces dijo: -Sí, definitivamente lo voy a permitir, si surge la ocasión, quiero verte bailar salsa.


Dos semanas después la ocasión surgió, cuando Callie fue al hospital a asistir a Alejandro Herrera a la tercera cirugía, ese día Callie visitó a Sebastián y se encontró con el  padre de él, a quien ella no reconoció por la amnesia, pero él sí, así que en agradecimiento por toda la atención que le prestaba a su hijo,  invitó a Callie y a los médicos del hospital que ella quisiera a ir alguna noche a la discoteca que el manejaba “El Gato con Botas”, Callie aceptó la invitación y como el Dr. Herrera estaba con ella en ese momento, él no perdió la oportunidad para recordarle su promesa de bailar salsa con él si Arizona lo aceptaba.

Ese mismo día en la cafetería, Callie, tomando la palabra del padre de Sebastián, extendió la invitación a Teddy, Henry, Mark, Lexie, Meredith, Derek, Cristina y Owen y acordaron ir a la discoteca dos noches después.

La noche en cuestión, Arizona y Teddy se retrasaron porque quedaron atrapadas en una cirugía muy complicada que le estaban practicando a un niño de 11 años, por lo cual Arizona le envió un mensaje a Callie diciéndole que se adelantara y que se verían allá al terminar la cirugía. Cuando Callie recibió el mensaje, se echó reír porque Arizona le escribió:

“Adelántate y nos vemos en la discoteca, eso sí, recuerda que puedes bailar lo que sea menos salsa, yo quiero verte bailar, ¿Ok?”

Callie le contestó:

“Sí mi amor, nada da salsa hasta que tú llegues”

Hacer clip en el título para acceder a la canción

Dos horas después Arizona y Teddy llegaron a la discoteca, el ambiente era súper animado, el local tenía dos pisos, la puerta de entrada se encontraba en el piso superior, donde bordeando las paredes se encontraban un gran número de mesas, desde ellas y a través de unas barandas de aluminio se divisaba la inmensa pista de baile en el piso inferior de forma circular, al que llamaban “La olla”, a la que se accedía por dos modernas escaleras a cada lado de la pista.

En el mismo momento en que entraron, Arizona y Teddy divisaron la mesa donde se encontraban algunos de sus colegas, entre ellos Meredith, Derek, Cristina, Owen y Henry, ellos al verlas, le hicieron señas para que se acercaran a la mesa. Mientras caminaban hacia ella, Arizona buscó con la mirada a Callie, a quien vio casi enseguida bailando en “La Olla” con el Dr. Herrera, Mark y Lexie.

Arizona, por un momento se quedó parada frente a la baranda sin moverse, admirando a Callie, aún no estaba bailando salsa, tal como se lo había prometido, pero si había algo que encendía a Arizona, era ver bailar a Callie, verla reír con esa sonrisa sexy y hermosa que tenía y admirar como movía su cuerpo al ritmo de la música, cualquier tipo de música.

Arizona salió de su lapsus cuando sintió la mano de Teddy tomando su brazo para guiarla hasta la mesa, ella se fue caminando con su amiga, saludó a sus compañeros y se sentó en una de las sillas, y de nuevo, su mirada se posó en Callie.

Owen se ofreció a traer las bebidas, Arizona pidió vino y Teddy Whiskey. Unos minutos después, Callie miró hacia arriba, era obvio que estaba pendiente de la llegada de Arizona, y cuando la vio y las miradas de ambas se cruzaron, se regalaron una sonrisa y Callie le hizo señas a Arizona para que bajara. Arizona, bajó, ambas se dieron un breve beso en la boca y comenzaron a bailar. Ese baile, las encendió a ambas y también llegado el momento les provocó mucha sed, así que juntas subieron a la mesa, luego de pedir unos tragos en la barra.

Se sentaron abrazadas cada una al lado de la otra. Unos minutos después, la salsa comenzó a sonar, y en pocos instantes, Alejandro Herrera se acercó a la mesa, cumpliendo su promesa le pidió permiso a Arizona para permitirle bailar con su novia y tal como había acordado con Callie previamente, ella accedió.

Callie y Alejandro bajaron a “La Olla” y comenzaron a bailar, y no pasó ni un minuto cuando el resto de las personas que se encontraban bailando en la pista, formaron un círculo alrededor para admirar y darle más espacio a la pareja latina que bailaban salsa de una forma que pocas veces se podía ver.

Los pasos eran absolutamente sincronizados, los giros, las vueltas, la forma armónica en que cada uno movía los pies y las caderas.

Desde arriba, los ocupantes de casi todas las mesas también estaban admirando el baile y por supuesto, la mesa donde se encontraba Arizona no era la excepción. Arizona, no podía negarlo, la forma de bailar de Callie la estaba haciendo arder en llamas, y el pensamiento de que ese hermoso y sensual cuerpo sería sólo para ella en unas pocas horas aumentaba ese ardor. Sumida en su excitación, pero tratando de calmarse, se tomó la copa de vino de una sola vez, fue en ese momento cuando Meredith le dijo:

-Recuerdo que una vez le comenté a Cristina que Callie era una mujer sexy, asquerosamente sexy incluso, y sin duda lo es, tienes suerte Arizona, tienes mucha suerte

Arizona sonrió y le dijo: - ¡Wow!, sí, tengo que admitirlo, no he conocido en toda mi vida una mujer más hermosa, sensual y sexy que Calliope Torres, sí, tengo suerte, una suerte enorme.

-Bien por ti, le respondió Meredith.

-Gracias

Meredith le dijo: -Pero no vas a dejar que Callie baile con ese apuesto médico toda la noche ¿verdad?

Arizona que ya casi no podía controlar la reacción de su cuerpo ante en baile de Callie y sus movimientos sensuales le contestó a Meredith: -No, definitivamente no, voy a bajar ya

-Anda, ve con tu mujer, le dijo Cristina, quien había escuchado toda la conversación

Arizona bajó las escaleras y mientras lo hacia Callie la observó, así que se disculpó con Alejandro y caminó hacia las escaleras para esperar a Arizona, en el momento en que se encontraron abajo, Callie abrazó a Arizona y ambas sintieron un corrientazo de excitación que les recorrió todo el cuerpo, entonces Arizona le susurró al oído a Callie mientras bailaban salsa con los cuerpos apretados:

-¿Sabes que ya me estas volviendo loca?, ¿verdad?

Callie le susurró al oído con un tono sensual que sólo logró aumentar aún más el deseo de Arizona:

-¡Ok!, ¡Sí!, te estoy volviendo loca de deseo y tú a mí, no creo que pueda soportar mucho más sin tenerte para mi, en mis brazos, para acariciarte y besarte por todas partes y para que grites mi nombre otra vez

Arizona soltó un gemido ahogado: -¡Calliopeee!

-¿Nos vamos?, quiero sentirte dentro de mí, le susurró Callie al oído

Arizona gimiendo de nuevo le dijo: -¡Oh, sí!, ¡Vamos!

Esta historia continuará…


Me disculpan esa mezcla tan chucuta, no soy DJ, je, je