En
el capítulo anterior:
Ambas pasaron casi todo el día bromeando con sus
nuevos apodos recién descubiertos, luego se marcharon al aeropuerto, entregaron
el automóvil alquilado y tomaron su vuelo a las 8:30 p.m. rumbo a Seattle
aterrizando unas dos horas y media después. Tomaron el taxi y llegaron al apartamento
un poco antes de la medianoche.
Cuando finalmente abrieron la puerta, algo
cansadas por el viaje, ambas se miraron a los ojos con una mirada pícara, fue
Arizona la primera que le dijo a Callie mientras la abrazaba:
-Muchas cosas han cambiado desde que salimos por
esa puerta hace un poco más de una semana, ¿verdad?
Callie tomando la pista y sonriendo contestó:
-Sí, salimos como compañeras de habitación y
ahora entramos como novias, amándonos más que nunca
-¿Recuerdas que te dije que esa sería muy pronto
nuestra habitación otra vez?, preguntó Arizona señalando hacia la puerta de la
habitación que ocupaba Callie y que antes de todo el lio de África, ocupaban
las dos
-Sí, lo recuerdo perfectamente, tú ganas y yo no
voy a decir que perdí, porque estaría mintiendo descaradamente, ambas ganamos,
ganamos un montón, te amo Arizona, te amo, le dijo Callie
Antes de besarla, Arizona le dijo:
-Y yo a ti mi cielo, te amo con toda mi alma…
Era cierto muchas cosas habían cambiado en sólo
una semana y otras estaban a punto de cambiar… muy pronto…
Epidemia
– Capítulo – 26 - Noche de rumba y salsa
Al
día siguiente Arizona, como ya era usual, fue la primera que despertó y como ya
también era usual, una sonrisa se asomó en su rostro, no sólo por despertar en
brazos de Callie sino porque estaba despertando en su habitación del
apartamento, esa misma habitación que habían compartido cuando vivían juntas
hasta que se atravesara la beca y el viaje a África. Ambas habían tenido que
recorrer un largo camino para que eso sucediera, su regreso de África, el
accidente que dejó a Callie sin memoria, el tiempo de Callie hospitalizada, su
mudanza a ese apartamento en calidad de compañeras de habitación, todo lo que
se compenetraron en ese mes que habían compartido ese mismo techo sin hacer el
amor y finalmente todo lo que había pasado a raíz de su viaje a San Diego por
el accidente de su padre.
Pero
ahora, estaba allí envuelta en los brazos de la mujer que amaba en esa
habitación de donde nunca ha debido salir, bueno aunque tal vez sí, porque con
todo lo que había pasado ambas lograron un vínculo que no tenían antes,
independientemente de lo que ocurriera cuando Callie recordara todo, había un
hecho cierto: Arizona finalmente se entregó en cuerpo y alma a otro ser humano,
se abrió a otro ser humano y eso es algo de lo que nunca se arrepentiría,
pasara lo que pasara, porque eso le había permitido conocer una felicidad que
nunca había sentido antes en toda su vida. Y tal como Callie le había pedido,
ella estaba dispuesta a vivir esa felicidad un día a la vez, sí, aún temía
perderla, pero no estaba dispuesta a que ese temor le siguiera nublando esa
felicidad del aquí y del ahora. Este era el tiempo de reír, de amar, de
disfrutar a su Calliope sin más miedos, sin más lágrimas, ella quizás vendrían
después, el tiempo de llorar… el adiós, pero no iba a anticiparse más a eso,
viviría su felicidad con Callie aquí y ahora.
Un
poco sorprendida de sí misma y de sus nuevas intensiones, Arizona sintió
hambre, le dio un beso en la mejilla a su hermosa, sexy y bella durmiente, se
paró de la cama y se fue al baño para ducharse, lista para comenzar un nuevo
día, al día siguiente tendría que retomar sus actividades en el hospital, pero
hoy estaba más que lista para compartir con Callie su primer día en su
apartamento, ya no como compañeras de habitación sino como novias, eran novias
de nuevo viviendo en su apartamento, era casi como si nada hubiera pasado,
aunque había pasado de todo.
Un
rato después, Callie entró a la cocina, Arizona, quien estaba parada frente al
mesón picando unos tomates, levantó la vista y sonriendo le dijo:
-¡Hey!
-Buenos
días mi pichirruchi
-Buenos
días mi amor, dime ¿tienes hambre?, estoy preparando un revoltillo con huevos,
tomate y perejil, con la receta que tú me enseñaste
Callie
se tocó el estómago con la mano y dijo: -Pues sí, tengo hambre, luego se colocó
detrás de Arizona, pasó los brazos por su cintura y colocando la barbilla en su
hombro, le preguntó:
-¿Quieres
que te ayude?
-Sí
tú quieres
Callie
aspiró el exquisito aroma floral del cabello de Arizona y se le olvidó el
hambre, los tomates y el perejil, con su mano llevó el cabello de ella hacía el
hombro para dejar al descubierto su cuello y comenzó a besarlo.
Arizona
se estremeció ante las caricias, y dejando momentáneamente lo que estaba
haciendo, cerró los ojos y acercó el cuello a los labios de Callie, en pocos
segundos, ambas comenzaron a excitarse y fue entonces cuando Arizona, haciendo
acopio de una pizca de autocontrol, le dijo a Callie:
-Si
sigues haciendo eso, no te puedo garantizar que termine de hacer el desayuno,
¿no me acabas de decir que tenías hambre?
Sin
dejar de acariciarla con sus labios, Callie sonrió y le contestó:
-Sí,
te dije que tenía hambre, pero no te dije de qué…
En
medio de un gemido, Arizona sonrió, Callie ya había logrado excitarla, y por el
deseo que desató con sus caricias y la humedad que sintió en su vagina, tal
parece que el desayuno iba a tener que esperar.
Callie
con sus brazos giró a Arizona para mirarla a los ojos, luego atrapo su boca
para besarla ardiente y profundamente, cuando el beso acabó, Callie apartó las
cosas del mesón, levantó a Arizona y la sentó en él, de tal forma que a la
altura de sus ojos quedaron justo los hermosos pechos de Arizona, Callie miró
hacia arriba con malicia y fue entonces cuando Arizona, visiblemente excitada
le preguntó a Callie:
-¿Qué,
piensas hacerme el amor justo aquí, al lado de los tomates y el perejil con los
que estaba preparando nuestro desayuno, me vas a desayunar a mí, aquí?
Mientras
Callie comenzó con su boca a besar el pecho de Arizona, a través de su franela,
le dijo:
-No,
solo estoy tomando un aperitivo, además me encanta este punto de vista, en
estos momentos eres más alta que yo, y me fascina lo que tengo justo al frente.
Arizona
no contestó, no pudo, porque Callie le retiró la franela hacía arriba y comenzó
a acariciar sus pezones con su lengua, así que echando la cabeza hacía atrás
soltó un gemido, mientras comenzaba a experimentar el placer y sentía como su
vagina se inundaba más y más con cada caricia de Callie.
Luego
Callie tomó por la cintura a Arizona, la bajó del mesón y la cargó dirigiéndose
hacia la habitación, una vez allí depositó a Arizona en la cama, quien tenía
los ojos oscurecidos por el deseo, vidriosos por la excitación evidente,
excitación que se incrementó aun más cuando vio a Callie desnudarse frente a
ella con movimientos visiblemente sensuales. Ella nunca se cansaría de admirar
ese cuerpo color caramelo tan exuberante, tan excitante.
Con
la garganta seca, Arizona sintió los labios de Callie acariciando y besando su
cuello, mientras que le comenzó a susurrar al oído palabras en español, esa
combinación era explosiva, no había forma de no excitarse con algo así, por
ello, sin darse cuenta siquiera, Arizona comenzó a mover sus caderas, buscando
de forma inconsciente ese contacto que la llevaría a ese pequeño mundo de
placer que pertenecía solo a ella y la mujer que amaba con locura.
Después
que Callie recorriera con los labios, su cuello, sus senos, sus pezones, su
estómago, finalmente llegó a su destino, colocó la cabeza justo en frente de la
vagina de Arizona, levantó sus piernas sobre los hombros y comenzó a acariciar
sus pliegues hinchados bordeando sin tocar el clítoris erecto de Arizona que
pedía desesperadamente el contacto. Sin embargo, Callie tenía otros planes
previos que Arizona recibió con un grito de excitación: Ella introdujo su
lengua en su abertura y con movimientos rítmicos hacia adentro y hacia afuera
llevó la excitación y el deseo de Arizona a cotas que casi eran insoportables.
Arizona
volvió a gemir, cuando Callie sustituyó la lengua con dos dedos mientras al
mismo tiempo comenzó a acariciar con la lengua su clítoris. Delirando de
placer, Arizona jadeaba incontrolablemente mientras su excitación crecía más y
más, finalmente todo su cuerpo se tensó, y temblando sintió, como dentro de
ella se comenzó a edificar un clímax
arrollador que la dejó en cuestión de segundos casi sin aliento y con la
respiración entrecortada, aún en ese estado, Arizona sonrió, mientras sentía
como Callie limpiaba toda la evidencia del enorme torrente de placer que ella
misma le había provocado.
Unos
minutos después Arizona sintió a Callie aproximarse a ella, la mirada de Callie
era una mezcla de lujuria y amor, cuando se vieron a los ojos frente a frente,
ambas se dedicaron una enorme sonrisa y luego compartieron una beso profundo y
cálido. Cuando el beso finalizó, Arizona sonriendo con picardía y retirando
amorosamente con sus manos unos mechones del cabello de Callie, le dijo:
-Mi
amor, ahora me toca a mí desayunar
Callie
sonriendo le contestó:
-Adelante
mi cielo, la mesa está servida, soy toda tuya, desayúname
Arizona
sonrió e imitando las caricias de Callie, momentos antes, la llevó al mismo
mundo de deseo, excitación y placer que ella acababa de experimentar. Después
que Callie alcanzó su propio y espectacular clímax, ambas se miraron de frente
sonriendo de nuevo y se quedaron unos minutos abrazadas la una a la otra,
besándose y haciéndose el amor, de otra forma, haciendo realidad ese milagro
con cada mirada, con cada beso, con cada sonrisa.
Un
rato después, se pararon de la cama y se dirigieron a la cocina para terminar
el preparar su “segundo” desayuno con muchísima hambre, no había nada que les
diera más hambre de comida a ambas que hacer el amor, eso era sin duda un
excelente aperitivo.
Casi
cuando estaban terminado de desayunar , el teléfono celular de Callie repicó,
ella se paró de la mesa a atenderlo, algo extrañada ya que el tono del repique
identificaba una llamada que provenía del Seattle Grace Mercy West, de pronto
se puso nerviosa, recordando a Sebastián ¿le habría pasado algo?. Callie miró
la pantalla y vio que la llamada era de Richard Webber.
Antes
de contestar, ella vio a Arizona quien la había seguido con la mirada, y quien
sin duda por su expresión, también estaba intrigada por la llamada ya que
reconocía el tono que Callie había elegido para las llamadas provenientes del
Hospital. Antes de contestar, Callie le dijo a Arizona:
-Es
el Jefe Webber
Arizona
asintió y esperó a que Callie contestara la llamada:
-Buenos
días, Jefe Webber ¿Cómo está?
-Buenos
días Dra. Torres, estoy bien, gracias. ¿Cómo estas?, ¿Cómo sigue tu memoria?,
¿y tu mano?, ¿has continuado la rehabilitación?
-Sí,
he continuado mi rehabilitación y en cuanto a mi memoria, está mejor, ya he
recordado gran parte de mi vida, aunque aún no tengo recuerdos de mi vida más
reciente
-Perfecto,
dijo Webber, luego agregó: …-Dra. Torres, la estoy llamando para acordar con
usted una reunión, sí es posible, mañana mismo aquí en el Hospital, conmigo y
con el Dr. Herrera, a quien tengo sentado justo al frente en este momento.
Dígame Dra. Torres ¿podría venir mañana para reunirse con nosotros?
Un
tanto intrigada, pero sin quererse adelantar a los acontecimientos, Callie le
respondió:
-Sí,
por supuesto ¿a qué hora?
-¿Le
parece bien a las 8:00 a.m.?
-Sí,
está bien allí estaré.
-Gracias
Dra. Torres, hasta mañana entonces
-Hasta
mañana Jefe.
Callie
colgó el teléfono y Arizona se acercó a ella para preguntarle por la llamada,
Callie le explicó lo que Webber le había solicitado y en el mismo instante en
que ella mencionó el nombre del Dr. Herrera, notó un cambio casi imperceptible
en la mirada de Arizona, pero que fue evidente, era una mirada que evidenciaba
alguna preocupación.
Notando
eso, Callie colocó el teléfono celular sobre la mesa, abrazó a Arizona y le
dijo mirándola a los ojos:
-A
ver, dígame Dra. Robbins ¿qué significa esa mirada?
Arizona
había tenido la esperanza de que Callie no notara el desagrado que le produjo
la mención del Dr. Herrera, pero tal como se habían desarrollado las cosas
entre ellas, era bastante difícil que no lo hiciera, su conexión era tal que
casi podían leerse la mente, así que resignada, Arizona le contestó:
-No
me gusta que el Dr. Herrera esté cerca de ti, tú le gustas Callie y un hombre
como ese no se desanima tan fácilmente, además es hombre y eso me gusta aún
menos, no confió en él.
Callie
puso una mano en la barbilla de Arizona para levantarla sutilmente y poder
mirarla directamente a los ojos, para decirle:
-No
confías en el Dr. Herrera, está bien, pero dime algo ¿tú confías en mí?
Arizona
le respondió sinceramente:
-Por
supuesto que confío en ti Callie, totalmente. Para serte sincera y aunque tú no
lo recuerdes, hubo un tiempo en que no confiaba plenamente en ti, tenías a Mark
viéndote con una mirada de deseo todo el tiempo y eso me incomodaba, luego pasó
lo que pasó y Mark se comportó a la altura, como un verdadero amigo, para
ambas. Después tú y yo hemos compartido tantas cosas y nos hemos compenetrado
tanto que esas dudas ya no existen, yo confío en ti, ciegamente, pero…
-¿Pero…?
-El
es un hombre, un hombre sumamente apuesto, que además es un Don Juan, debe
conocer miles de técnicas de seducción, y tu eres bisexual Callie, el tiene
algo que yo no puedo darte…
-¿Un
pene?
-Sí
un pene, y eso no me importaría si tú hubieras recuperado la memoria y tú y yo
supiéramos cual será nuestro destino, pero pensar que puedas recuperar la
memoria y que él este cerca, tratando de seducirte me incomoda, me pone
nerviosa.
Callie
abrazó aún más a Arizona y le dijo al oído:
-Mi
amor, es cierto, es un hombre, es apuesto, es un seductor Don Juan, tiene un
pene y yo soy bisexual, pero el jamás tendrá algo que tú si tienes y lo tendrás
para siempre
Arizona
se separó un poco para mirar a Callie a los ojos y le preguntó tratando de
bromear para aligerar la conversación que se estaba poniendo algo pesada, por
lo menos en su estado de ánimo:
-¿A
qué te refieres, a mis hoyuelos cuando sonrió?
Callie
sonrió y le dijo:
-Bueno
eso también, él no tiene hoyuelos cuando sonríe pero tampoco tiene ni tendrá
algo sobre lo que tú tienes derechos exclusivos, algo que te pertenece
totalmente y para siempre…
-¿Qué?
-Mi
corazón… el inmenso amor que siento por ti y que, a pesar de los recuerdos,
cuando lleguen, se multiplicará, porque no sólo recordaré lo malo, también
recordaré cuanto te amaba antes ¿no has pensado en eso?
Arizona
soltó un bufido y dijo:
-La
verdad no, no había pensado en eso…
-Cuando
yo recuerde todo Arizona, no sólo me acordaré de lo malo, te amaré el doble mi
pichirruchi y dudo que haya penes en el mundo que puedan con eso…
Arizona
se echó a reír, mientras Callie continuó diciendo:
…-Además,
es obvio que los probé antes, pero al final me quedé contigo ¿no?, así que deja
de pensar en tonterías, tú eres el amor de mi vida, con o sin memoria, con o
sin recuerdos, tú eres el amor de mi vida y siempre lo serás, pase lo que pase
¿Ok?
Arizona
se tranquilizó, Callie tenía razón, entonces le dijo:
-Ok…¿Qué
crees tú que quiera el jefe Webber?
-Bueno,
me preguntó como andaba mi memoria y cuando le dije que estaba mejor, se
alegró, es posible que quiera que vuelta a trabajar, aunque sea a un ritmo más
bajo y es muy posible que quiera que trabaje con el Dr. Herrera, el también es
cirujano ortopédico
-¿Trabajar
con él? No entiendo, ¿el no trabaja en la Clínica Mayo?. Tengo entendido que
sólo estaba de paso en Seatlle.
-Puede
ser, sólo estoy especulando, pero sea lo que sea, lo importante es que tú estés
tranquila, que sigas confiando en mí. Yo en el fondo, deseo volver al hospital,
no he recordado todo, es cierto, no creo que se me permita operar en estas
condiciones, y mi mano aún está en pleno proceso de rehabilitación, pero por el
estado actual de mis recuerdos podría, no sé, ser una especie de residente por
ahora, no quiero perder la práctica aunque eso implique trabajar con el Dr.
Herrera
-Tienes
razón Callie, yo confío en ti totalmente, además sería muy bueno tenerte en el
hospital de nuevo, para ti, para tu carrera y para mí también. Así que ¡Al
demonio con el Dr. Herrera, su pene y sus técnicas de seducción!. Tú y yo nos
amamos y eso es lo único que importa
Sonriendo
Callie le dio un breve beso en la boca a Arizona y luego le dijo:
-Así
se habla Dra. Robbins, te amo
Devolviéndole
la sonrisa y mucho más tranquila que hace unos instantes, Arizona le contestó:
-Y
yo te amo a ti Dra. Torres, mucho
Al
día siguiente, Callie y Arizona se marcharon juntas al hospital, justo antes de
entrar al edificio, Arizona le dijo a Callie:
-Mi
amor ¿Qué piensas hacer luego de reunirte con el Jefe Webber y el Dr. Herrera?
-Todo
depende de lo que hablemos, pero luego, quisiera pasar a ver si Sebastián esta
hoy en el hospital, tengo días sin hablar con él y debe estarme extrañando, de
hecho, yo también lo extraño. Además, quiero saludar a Mark y a Teddy
-Oh,
sí sería excelente que Sebastián estuviera aquí hoy, me encantaría saludarlo
también, ¿Qué opinas?, ¿Podemos conseguirnos en la cafetería más tarde?
-Sí,
me parece perfecto, te enviaré un mensaje al salir de la reunión con el Jefe
Webber y con el Dr. Herrera, y sí estas disponible en ese momento podemos
vernos en la cafetería ¿trato hecho?
Arizona
se levantó sobre sus talones para darle un breve beso a Callie en la boca y
luego sonriendo le dijo:
-Trato
hecho
Después
entraron al hall del hospital y cada una se enfiló hacia su camino en
direcciones opuestas, sin embargo, Callie se volteó y dijo en voz alta:
-Arizona
Ella
se giró para mirar a Callie quien, moviendo sus labios pero sin emitir palabras
le dijo:
-Te
amo
Arizona
sonrió y sin emitir sonidos, le contestó:
-Yo
también, mucho.
Mientras
ambas se dedicaron una espectacular sonrisa, nuevamente se giraron y continuaron
su camino. Unos minutos después, Callie parada enfrente de la puerta cerrada de
la oficina del jefe Webber, la tocó dos veces con sus nudillos.
-Adelante,
dijo el jefe Webber
Callie
entró y saludó tendiendo su mano, tanto al jefe Webber como al Dr. Herrera,
quienes se pararon de sus sillas para saludarla, luego con un gestó Webber
invitó a sus acompañantes a sentarse, mientras él hacía lo mismo. Webber
comenzó diciendo:
-Me
alegro que haya venido Dra. Torres, verá, el Dr. Herrera quiso que nos acompañara
a esta reunión porque tenemos programado en el transcurso de las próximas dos
semanas tres importantes y complicadas operaciones que están directamente
relacionadas con el Departamento de Ortopedia, y cómo sabemos que usted aún no
está en capacidad de realizarlas, tanto por su mano que aún se encuentra en
proceso de rehabilitación como por su amnesia, le pedí al Dr. Herrera que las
realizara. No obstante, él me pidió que la llamara porque desea que usted lo
asista. Yo particularmente, creo que es una buena idea, básicamente porque el
Dr. Herrera estará allí todo el tiempo y a usted podría servirle para ejercitar
su memoria, créame que la necesitó, el
hospital necesita que usted recupere la memoria pronto. Usted Dra. Torres es
una excelente cirujana ortopédica, una de las mejores de este país y no quiero
perderla, de veras que no. La primera operación se realizará mañana y queremos
saber si usted está dispuesta a asistir al Dr. Herrera en ella, dígame ¿quiere
hacerlo?
Callie
se sintió un tanto decepcionada, ella esperaba que Webber le propusiera volver
al hospital para algo más regular que unas operaciones, sin embargo, eso era
mejor que nada, así que le contestó:
-Sí,
por supuesto Dr. Webber, me encantaría
-Perfecto..,
dijo Webber, …-la operación está programada para mañana a las 10:00 am, sin
embargo, me gustaría que usted llegara unas dos horas antes para que visite al
paciente conjuntamente con el Dr. Herrera, antes de la operación y le explique
de que se trata, lo haríamos ahora pero el Dr. Herrera, tiene un compromiso y
debe salir del hospital para ello. Así que ¿nos vemos mañana a las 8:00 am?
-Seguro
que sí, cuente con ello Dr. Webber y gracias, le agradezco mucho sus palabras y
sus deseos de que yo regrese lo antes posible a mi trabajo de nuevo, si le soy
sincera, estoy comenzando a extrañar estar en un quirófano otra vez, mi memoria
aún no está al 100% y mi mano tampoco, pero una parte de mi ha comenzado a
echar de menos eso.
-Me
alegra escuchar eso Dra. Torres, nos vemos mañana
Estrechando
la mano de ambos doctores de nuevo, Callie sonrió y se retiró de la oficina de
Webber, sacó su celular del bolsillo de su chaqueta y le envió un mensaje a
Arizona, para avisarle que ya había salido de la reunión.
Unos
segundos después, recibió el mensaje de respuesta:
“Mi cielo, termino las rondas en una
media hora ¿me esperas en la cafetería?”
Callie
le respondió:
“Ok”
Callie
guardó su teléfono de nuevo, pero a los pocos segundos recibió un nuevo repique
en su celular, indicándole que tenía otro mensaje, así que lo tomó y sonrió
cuando leyó lo que decía, era de Arizona, el mensaje era corto, pero hermoso:
“Por cierto,…te amo”
Callie
le respondió:
“Y yo a ti mi pichirruchi,… te amo, día
tras día”
Callie
no podía verla, pero sabía que justo en ese momento Arizona estaba sonriendo…
Callie
llegó a la cafetería y una sonrisa se dibujó en su rostro cuando vio que Mark y
Teddy estaban sentados alrededor de una mesa. A Mark, Callie lo había visto
varias veces durante el mes que estuvo en el apartamento por ser vecinos, pero
a Teddy tenía más tiempo sin verla, ya que las veces que había ido al hospital
en ese mismo mes a visitar a Sebastián no habían coincidido salvo un par de
veces. No obstante, ninguno de sus dos amigos sabía nada acerca de los acontecimientos
de esa última semana y dado que habían hecho tanto, especialmente Teddy, para
que ella y Arizona se reunieran de nuevo, le pareció necesario al menos
ponerlos al tanto. Mientras estuvieron en San Diego, Arizona había hablado dos
veces con Teddy para informarle a cerca del estado de su padre, pero luego de
eso, no hablaron más y era obvio que ni Mark ni Teddy sabían que ellas dos ya
estaban juntas de nuevo, como una pareja.
Por
supuesto que eso era algo intimo, algo entre ella y Arizona, no era una situación
para publicarla en las carteleras del hospital, pero Mark y Teddy tenían al
menos el derecho a saberlo, se lo habían ganado, ambos, por ser tan buenos
amigos. La primera que notó la presencia de Callie en la cafetería fue Teddy,
cuando sus miradas se cruzaron por
casualidad, enseguida sonrió y se paró de la mesa, Mark también se dio cuenta
de la presencia de Callie e imitando a Teddy también se levantó, ambos
caminaron a su encuentro mientras que Callie hizo lo mismo, luego de saludarse
y compartir un abrazo con ambos, se dirigieron los tres hacia la mesa.
Al
momento de sentarse, Mark que conocía muy bien a Callie por ser su mejor amigo,
notó un brillito en su mirada, entonces en un tono pícaro dijo, alternando la
mirada entre ella y Teddy:
-Por
esa mirada, sospecho que nuestra amiga nos tiene noticias nuevas ¿me equivoco
Torres?
Callie
sonrió con picardía, sin embargo, antes de poder hablar, notó que Teddy estaba
saludando a alguien a sus espaldas sonriendo, era Arizona y por el brillo que
Teddy notó en su mirada, dijo mientras
esperaba que Arizona se acercara a la mesa:
-Mark,
por el brillo en la mirada de Callie y el brillo que estoy viendo en la mirada
de Arizona, yo también creo que nos traen noticias nuevas y muy buenas, por
cierto…
Teddy
abrió los brazos para abrazar a Arizona, luego Mark se paró y también le dio un
breve apretón. Después de saludarlos a ambos, con una sonrisa espectacular miró
a Callie y la besó brevemente en la boca. Luego cuando los cuatro amigos ya
estaban sentados en la mesa, Teddy dijo:
-No
nos tienen que contar los detalles, obviamente, pero díganme, esos ojos de
ambas están brillando tanto que me tienen casi encandilada, así que lo único
que quiero saber es si nuestros servicios gratuitos de Cupido funcionaron, ¿funcionaron?
Arizona
sonriendo miró a Callie con picardía, luego posó su cabeza en su hombro,
mientras que Callie la abrazó colocando su brazo alrededor de la cintura, fue
entonces cuando Callie dijo:
-Sí,
funcionaron, Arizona y yo estamos juntas de nuevo, y no tenía intensiones de
ocultarle eso a ninguno de ustedes dos, Gracias por ser tan buenos amigos,
ambos, debo reconocer que ayudaron mucho a que Arizona y yo nos hayamos reunido
otra vez, así que Gracias por eso, Gracias…
Teddy
levantó los brazos y con una evidente expresión de alegría, exclamó:
-¡YAY!
Por
su parte Mark, pícaro como siempre, mientras se comía una manzana, agregó:
-¿Así
que ya aplicaste el “Método Sloan” con Arizona?, ¿Ah?
Callie
abrió los ojos como platos y en tono de regaño exclamó:
-¡MARK,
CÁLLATE!
Teddy
soltó una carcajada y buscó la mirada de Arizona, quien estaba algo ruborizada,
sin embargo, cuando las miradas de ambas se cruzaron Arizona no pudo evitar
soltar una carcajada también, era obvio que ambas recordaron aquel ataque de
risa cuando Mark entró al quirófano porque quería “cargar el disco duro de
Callie” con el “Método Sloan”.
Un
momento después Mark también comenzó a reírse a carcajadas, mientras Callie con
una mirada perpleja los miraba a los tres, sin que ella supiera por qué reían
de esa manera, obviamente algo tenía que ver con el “Método Sloan”, pero Callie
no lograba descifrar de qué se trataba todo eso. A pesar de su perplejidad,
Callie dijo ruborizada:
-Ahora
que lo pienso lo que ustedes tres tramaron para que Arizona me reconquistara no
fue un servicio gratuito de Cupido, fue una confabulación, una conspiración
digna del servicio secreto de inteligencia de los Estados Unidos…
Sin
dejar de reír, Arizona acercó sus labios a los oídos de Callie y le dijo en un
susurró:
-Sí
mi amor, fue una confabulación, pero tenerte de nuevo en mis brazos hace que
todo haya valido la pena, todo…
Callie
miró a Arizona a los ojos y sonrió, aún así, le preguntó:
-¿Tú
sabias del “Método Sloan”?, ¿Cómo lo supiste si se suponía que eso era algo
entre Mark y yo?, mientras decía eso le lanzó una patada a Mark debajo de la
mesa, quien echándose hacia atrás, exclamo: -¡Auuuch!
Teddy
que aún no había dejado de reírse, cuando vio la expresión de Callie y la de
Mark, se rió aún con más fuerza, entonces Arizona, quien no paraba de reír
tampoco, le dijo a Callie:
-No
patees a Mark, él tenía buenas intensiones, nunca pensé que algún día lo
defendería, pero sí, sus intensiones eran buenas, no lo patees Callie
Entonces
Callie dijo:
-Sus
buenas intensiones trío de confabuladores es lo único que los salva de no
recibir más patadas mías debajo de la mesa y eso te incluye a ti también
Arizona.
Arizona
puso una cara de inocente y preguntó riendo
-¿A
mi también me darías una patada?, ¿serias capaz?, pero si yo no hice nada
-¡Nada!,
¡Nada!, pero si tu eres la jefa de este servicio de inteligencia que formaron, ¡trío
de confabuladores!
Teddy
negó con la mano:
-No,
no, esa fui yo
Arizona
manteniendo su mirada de inocencia, dijo señalando a Teddy:
-Sí,
fue ella, ella planificó todo el mismo día que perdiste la memoria, fue ella,
es más, fue ella la que me convenció
Teddy
asintió y con una mirada divertida, dijo:
-Eso
es correcto, fui yo.
A
pesar de su molestia fingida, Callie se enterneció al darse cuenta de todo lo
que habían hecho sus amigos y la propia Arizona para que ellas dos se
reencontraran, así que dándole un beso a Arizona en la frente, dijo con una
sonrisa:
-Gracias,
mi trío de confabuladores, gracias a ustedes dos, Mark y Teddy por querernos
vernos felices a ambas y gracias a ti mi pichirruchi por amarme tanto, por
luchar por mi, ustedes tres son los mejores amigos que podría pedir, bueno y mi
amiga Addy, a quien por cierto, Mark, vimos en Newport Beach
-¿Newport
Beach?, ¿qué hacían ustedes en Newport Beach, ustedes no fueron a San Diego?,
preguntó Mark
-Sí
fuimos a San Diego, pero Arizona y yo pasamos el fin de semana en Newport Beach
y allí nos conseguimos a Addison
Mark
preguntó: -¿Y como está Addison?, ¿Qué hacía ella en Newport Beach?
-Ella
está bien, fue allá a examinar a una paciente embarazada que no puede viajar
-Tremenda
coincidencia ¿verdad?, preguntó Mark
Sonriendo
Callie contestó:
-Pues
sí, la pasamos muy bien esa noche ¿verdad Arizona?
-Oh
sí, estupendo, Callie me complació y cantó dos canciones en el equipo de
karaoke que estaba en el local donde fuimos y una de esas canciones me la
dedicó a mi, fue hermoso…
Arizona
iba a seguir hablando, pero al mismo tiempo los buscapersonas de Teddy y de
Mark sonaron, ambos lo tomaron de su cintura para verlos y dijeron en coro: -Un
911. Ambos se pararon de la mesa, se despidieron de Callie y de Arizona, y
mientras caminaban hacia la salida Teddy se giró y les dijo:
-A
ver si un día de estos jugamos una partida de póker, las he extrañado mucho a
ambas,… Teddy se acercó un poco y bajando la cabeza agregó: -Me alegro que
estén juntas de nuevo, se ven felices y eso me encanta
Callie
y Arizona se miraron por un momento a los ojos y luego con una sonrisa le
dijeron a Teddy:
-Gracias
Teddy
Teddy
dijo mientras se alejaba de nuevo:
-Por
favor, no tienen nada que agradecerme, verlas juntas y felices es mi mejor
recompensa, nos vemos después ¿Ok?
Callie
y Arizona asintieron sonriendo. Una vez que quedaron a solas, Arizona, le dijo
a Callie:
-Cuéntame
¿Qué te dijo el jefe Webber?
-Básicamente
me dijo que yo era una excelente cirujana, que quería que recuperara la memoria
porque no quiere perderme y para ejercitarla me propuso que yo asistiera a
Herrera para tres operaciones que él tiene programadas realizar en las próximas
dos semanas, una de ellas es mañana, tengo que estar aquí a las 8:00 a.m. para
que juntos visitemos la paciente y el pueda explicarme de que trata la
operación que está pautada para las 10:00 a.m.
-¿O
sea, que no te vas a reincorporar al hospital todavía?
-No,
y te confieso que me desilusioné un poco, quiero estar de vuelta, algo de mi
extraña todo esto
-¡Qué
lastima!, yo también esperaba que regresaras
-Bueno
en realidad yo entiendo al jefe, sería una responsabilidad muy grande para el
hospital, tenerme aquí ahora, no sólo porque mi memoria aún no está al 100%, mi mano tampoco lo está, así que,
tendré que esperar al menos dos meses más, con o sin memoria para que mi mano esté
lista, y plantearle eso a Webber.
-Sí
es cierto, bueno y menos mal que sólo es tu mano izquierda, porque la derecha,
me consta que está perfecta, dijo Arizona con una sonrisa llena de picardía
Callie
sonrió tomando la pista, puso su tono sexy y le susurró al oído a Arizona:
-Sexuality
Con
la sola mención de esa palabra que le hizo evocar lo que Callie le hizo sentir
esa noche, Arizona se estremeció, mientras sintió como su vagina se humedecía.
Reconociendo su excitación Arizona, le dijo a Callie:
-Una
mención más como esa y te juro que te arrastro a una habitación de guardia
conmigo
Callie
sonrió, pero justo cuando iba a repetir algo parecido para que Arizona
cumpliera su “amenaza”, el buscapersonas de ella sonó. Arizona lo tomó y
verificó en la pantalla, luego dijo:
-Te
salvó la campana Calliope Torres, ¡mierda!, ya me estaba imaginando a las dos
en una habitación de guardia haciendo travesuras, pero esto es un 911, así que
debo volar.
Callie
le dijo al oído manteniendo su tono sexy:
-No
te preocupes mi amor, esta noche cuando regresas a casa, podemos hacer todas
las travesuras que quieras.
-Cállate,
por tu culpa me voy tener que ir a atender esa emergencia excitada
-¿Por
mi culpa?, yo no hice nada, soy inocente, dijo Callie imitando la cara de
inocencia que había puesto Arizona momentos antes.
Arizona
se paró de la mesa y mientras le daba un beso en la mejilla a Callie, le dijo:
-Sí,
tan inocente como yo ¿verdad?
-Exactamente,
tan inocente como tú, mi amor, le dijo Callie mientras se paraba de la mesa y
abrazaba a Arizona, luego agregó: …-¿No vemos en la noche?, ¿Sí?
-Seguro,
voy a contar las horas para vernos de nuevo
-Yo
también, anda, ve a atender tu emergencia, yo voy a casa, a esta hora no creo
que Sebastián esté aquí, si es que acaso vino hoy a dializarse.
Arizona
abrazó a Callie con más fuerza aferrándose a ella, habían pasado la última
semana juntas, compartiendo prácticamente cada minuto y por ello Arizona sintió
en ese momento y por primera vez en su vida esa necesidad casi visceral de
tenerla cerca todo el tiempo, una necesidad que de cierta forma la asustó, ella
nunca había sentido algo así por alguien, sólo iban a estar separadas unas
horas, pero aún así lo sintió. Así que sin querer soltar ese abrazo todavía, le
dijo: -Te amo Calliope
Callie
de algún modo percibió el sentimiento de Arizona, así que la abrazó aún más
fuerte y le dijo:
-Y
yo a ti mi pichirruchi, te amo. Sólo son unas horas, ¿Ok?. Te estaré esperando
en casa
-¿Cómo
haces para leer mis pensamientos?, le preguntó Arizona, aun aferrada a Callie
-Debe
ser otro de nuestros milagros, o quizás porque yo siento lo mismo, no te has
ido y ya te estoy extrañando
-¡Oh
Callie!, nunca me había sentido así en toda mi vida, estoy pisando un terreno
totalmente desconocido para mí ¿Qué hiciste conmigo?, ¿Me hechizaste, acaso?
-No,
no te hechicé, pero te robé el corazón y tú robaste el mío, así que creo que
estamos a mano, y yo, por lo menos, no quiero que me lo devuelvas, ¿tú no
quieres que te devuelva el tuyo?, ¿verdad?
-No
mi amor, no quiero. Es un territorio desconocido, lo reconozco, pero nunca
había sido tan feliz en toda mi vida, tú me haces feliz Calliope, muy feliz
-Y
tú a mi, inmensamente feliz
El
buscapersonas repicó de nuevo, así que para animar a Arizona, a quien
definitivamente le estaba costando demasiado separarse, Callie puso las manos
sobre sus hombros la giró y le dio una leve palmada en el trasero, mientras le
decía:
-Anda
mi cielo, anda a patear traseros, nos vemos esta noche ¿Ok?
Arizona
sonriendo dijo: -Ok, le lanzó un beso en el aire y se fue caminando hacia la
salida de la cafetería.
…
Más
tarde en el apartamento, a las 9:00p.m., Callie escuchó el repique de su
teléfono celular con el tono que identificaba un mensaje proveniente de
Arizona, el mensaje decía:
“Mi amor, lo siento tenía muchas ganas de
estar contigo, pero llegó una emergencia, tengo que entrar al quirófano en 10
minutos y no creo que pueda llegar a casa temprano hoy, te amo”
Un
tanto desilusionada, pero entendiendo perfectamente la situación, Callie le
respondió:
“Yo también tenía muchos deseos de verte,
pero lo entiendo. Voy a dejar la cena en el microondas, por sí tienes hambre
cuando regreses y dejaré la luz de la cocina encendida. Yo también te amo”
Arizona
respondió el mensaje:
“Gracias mi cielo, ¿te he dicho que
eres un encanto?”
Callie
respondió:
“No, :o)”
“Eres un encanto, y te amo”, respondió Arizona
Callie
sonrió y respondió el mensaje:
“Y tú eres el ser más espectacular que
ha nacido en este planeta, te amo también, y mucho”
A
las 2:10 a.m., Arizona exhausta, abrió con sus llaves la puerta de entrada del
apartamento, tal como Callie le había prometido, la luz de la cocina estaba
encendida y en el microondas se encontraba la cena. Ella, sólo la probó, estaba
tan cansada que lo único que quería en ese momento era bañarse, acurrucarse con
Callie en la cama y dormir a su lado. Tratando de no hacer ruido, abrió la
puerta de la habitación y la escena que vio la enterneció profundamente: Callie
estaba profundamente dormida, acostada de medio lado y la expresión de su
rostro le indicó a Arizona, que Callie tenía un sueño tranquilo, apacible. Ella
no entendía exactamente por qué, pero ver dormir a Callie siempre la
enternecía.
Arizona
entró al baño, se dio una ducha rápida, se vistió con su pijama y se metió a la
cama, acurrucándose al lado de Callie y arropándose con la colcha. Callie no
despertó, pero de alguna forma percibió la presencia de Arizona, porque suspiró
e hizo un movimiento con su cuerpo para pagarse más a Arizona. Ella sonrió y a
los pocos minutos se quedó profundamente dormida.
A
la mañana siguiente Callie despertó primero, y al ver a Arizona a su lao
sonrió, le dio un beso en la mejilla y se paró de la cama con mucho cuidado
para no despertarla, ella sabía que Arizona debía estar agotada por la dura y larga
jornada del día anterior, y que lo más probable es que fuera al hospital un
poco más tarde, no obstante, ella si tenía que llegar temprano para asistir al
Dr. Herrera en la operación pautada para esa mañana.
Callie
se dio una ducha, se vistió y cuando estaba lista para salir, le dio otro beso
en la mejilla a Arizona y le escribió una pequeña nota que dejó sobre su
almohada, la nota decía:
“Te amo mi bella durmiente, nos vemos
en el hospital, Callie”
A
las 8:00 a.m. en punto, Callie se dirigió a la oficina del Jefe Webber, donde
suponía, estaría esperándola el Dr. Herrera. Ella tocó la puerta de la oficina
del Jefe como lo había hecho el día anterior y efectivamente, tal como lo había
pensado, el Dr. Herrera ya estaba allí.
Los
tres médicos se saludaron y el Dr. Herrera le explicó a Callie la naturaleza de
la operación, luego fueron a visitar al paciente que iban a operar y poco antes
de las 10:00 a.m. ambos médicos se estaban preparando en la sala de aseo para
iniciar la operación. Callie se sentía emocionada, tenía varios meses sin pisar
un quirófano. Ya dentro del OR2, la operación se inició, básicamente Callie
estaba de observadora, pero, dado el estado de su mano y de su amnesia se conformó
con esa posición, tal como había pensado el día anterior, eso era mejor que
nada.
Hasta
el momento, el Dr. Herrera se había mostrado totalmente profesional, sin
embargo, a raíz de algo gracioso que comentó Callie, en medio de la
intervención quirúrgica, el médico intentó llevar la conversación a un plano
más personal, así que le dijo a Callie:
-Ayer,
después de la reunión y antes de salir del hospital, te vi en la cafetería con
la Dra. Robbins
Sin
saber, cual era la intensión del Dr. Herrera, al tocar ese tema, Callie solo se
limitó a decir:
-¿Ah,
sí?
-Pues
sí, y debo hacerte una confesión
Callie
frunció el seño y preguntó: -¿Qué confesión?
-Bueno
Calliope, entendí porque aquella vez me dijiste que era inútil que me anotara
en una lista de espera…
Callie
frunció el seño de nuevo, pero no dijo nada. Callie se encontraba de espaldas a
la galería, y por ello, no se dio cuenta que Arizona recién se había sentado en
una de las sillas de arriba. El intercomunicador estaba encendido, así que
Arizona podía escuchar perfectamente lo que se hablaba dentro del quirófano. El
Dr. Herrera continuó diciendo:
…Verás
Calliope, debo reconocerlo yo soy un mujeriego empedernido, y como te dije
aquella vez, tú me gustas, me gustas mucho (Arizona se retorció incomoda en su
silla y pensó “Y ahora este ya va a comenzar a atacar a mi novia”), pero una de
las razones por las que soy un Don Juan, es porque hasta ahora no he encontrado
en alguien eso que llaman “amor”, pero ayer, cuando las vi a las dos como se
miraban, bueno… supongo que eso debe ser “amor” y también tengo que confesarte
Calliope, que creo que hasta sentí un poquito de envidia, ustedes dos hacen una
hermosa pareja, inspiran un no sé qué verlas juntas, bueno… para resumir, es
hermoso ver a dos personas que se aman como ustedes. (Arizona, desde la
galería, no pudo evitar sonreír, se sintió orgullosa y muy afortunada por ser
una de las protagonistas de ese “amor”).
Callie
sorprendida, quien no se esperaba unas palabras como esas de un Don Juan, sólo
pudo decir:
-¡Wow!,
gracias, no me esperaba algo así de… alguien como usted
El
Dr. Herrera se echó a reír y repitió: -“Alguien como yo”, bueno, creo que me lo
merezco, por lo menos hasta que no encuentre el amor de mi vida como tú lo
hiciste y deje de estar saltando de flor en flor como lo hago yo. Ok, y ahora
que he abandonado oficialmente mi puesto en la lista de espera…
Callie
lo interrumpió y sonriendo le dijo: -Wo, wo, wo, ¿qué puesto en qué lista de
espera?. Nunca hubo tal lista de espera (Arizona volvió a sonreír, le encantaba
la forma en que Callie ponía en su lugar al Dr. Herrera, cada vez que tenía alguna
oportunidad).
El
Dr. Herrera se echó a reír: -Es cierto, para ti nunca hubo tal lista de espera,
pero “hello” se llama lista de espera porque uno tiene alguna esperanza, pero,
ayer perdí toda esperanza, como te dije al principio, Calliope, ayer entendí
porque me dijiste que era inútil que me anotara en una lista de espera. Sin
embargo, quiero pedirte aunque sea un premio de consolación por aceptar mi
derrota de manera tan gallarda, como lo estoy haciendo.
Callie
frunció el seño de nuevo (Arizona también) y le preguntó al Dr. Herrera: -¿Qué
clase de premio de consolación?
Entendiendo
el tono de desconfianza de Callie, el Dr. Herrera se echó a reír y le respondió
a Callie: -Es algo inocente, pero tuve muchas fantasías contigo y quiero hacer
realidad aunque sea una
El
seño fruncido de Callie se estaba volviendo casi permanente, pensó en Arizona,
ella tenía razón, este hombre era peligroso, astuto, así que para no hacerse
pasar por boba, Callie le dijo:
-“Fantasía”
e “Inocencia” no creo que sean dos palabras que puedan hilarse en una sola
oración, pero continúe, porque ahora lo que tengo es curiosidad por saber cómo
las une (Arizona se echó a reír, recordó que tampoco se podían unir en una sola
oración “culo” y “resistencia”, ¡Ah! y “tetas”, no tratándose de Calliope)
El
Dr. Herrera riendo le dijo:
-Verás
Calliope, ¿recuerdas que una vez te dije que te iba a invitar a una cita y tú
me respondiste que una cita no era posible, pero que podíamos salir en grupo
con algunos médicos de este hospital?
-Sí,
lo recuerdo
-Bueno,
me conformo con eso, mi fantasía inocente es bailar salsa contigo, tú eres de
ascendencia latina, yo también y sinceramente, tengo mucho tiempo que no bailo
salsa con alguien que sienta esa música como sólo nosotros los latinos sabemos
sentirla, así que ese es mi premio de consolación. Por supuesto, esta
invitación es abierta, Arizona también puede ir
-Eso
no lo dude, lo último que se me ocurriría es ir a bailar salsa con usted sin
que Arizona estuviera presente. (Arizona, levantó un brazo en señal de victoria
y exclamó ¡YES!, después miró hacia los lados disimuladamente a ver si alguien
la estaba mirando, pero afortunadamente no fue así, sonrió para sí misma y
continuó observando y escuchando la interesante interacción entre Callie y el
Dr. Herrera)
El
Dr. Herrera, preguntó: -¿Entonces, Calliope, aceptas mi invitación para bailar
salsa?, ¡Ah! y otra cosa, ¿puedes llamarme “Alejandro”?, eso de “Dr. Herrera”
me hace sentir viejo
Callie
se echó a reír y contestó: -Creo que sí, bajo esas condiciones podríamos bailar
salsa, no voy a negarlo, a mi me encanta bailar y bailar salsa mucho más, pero
tengo una condición
-¿Cuál?
-Cuando
sé de el momento y el lugar para bailar salsa, usted deberá pedirle permiso a
Arizona para que yo baile con usted, si ella está de acuerdo bailaremos, sí no,
bueno, me quedaré con las ganas (Arizona volvió a sonreír, ¡por Dios que cada
vez amaba más a Callie!)
-Ok,
acepto esa condición, pero me di cuenta que aún no me estas llamado “Alejandro”,
aún me tratas de “usted”
-Para
eso tengo otra condición
-¿Otra?
Sí,
te puedo llamar “Alejandro” si tú dejas de llamarme “Calliope”, puedes llamarme
Callie
-No
te molesta si te pregunto ¿por qué?, “Calliope” es tu nombre y es lindo,
además, significa música, lo busqué en google
Callie
se echó a reír y le contestó: -Si usted hubiera sido un poco más curioso
también sabría que “Calliope” no sólo significa “Música”, también significa “Bombardero
Lanzacohetes”, y eso es lo que le voy a lanzar si me sigue llamando “Calliope”
y contestando a su pregunta, le respondo: es cierto “Calliope” es un nombre
hermoso, pero en los únicos labios donde de verdad se oye hermoso ese nombre es
en los labios de…
-¡Arizona!,
interrumpió el Dr. Herrera
-Exactamente,
ella es la única persona que me llama así y a mí me encantaría mantener esa
exclusividad, ¿estás de acuerdo “Alejandro”? (A Arizona le provocó bajar las
escaleras, saltar a los brazos de Callie y atrapar sus labios en un beso
ardiente)
El
Dr. Herrera se echó a reír y contesto: -Estoy de acuerdo “Callie”
-Gracias
“Alejandro”
…
Después
que la operación concluyó, Callie se dirigió a los vestuarios a cambiarse de
ropa, mientras lo hacía, escuchó que la puerta del recinto se abría y su rostro
se iluminó con una gran y hermosa sonrisa cuando se dio cuenta que quien estaba
entrando era Arizona, no obstante, se sorprendió gratamente cuando ella corrió
hacia ella, le saltó en los brazos y le dio un beso súper apasionado. Cuando el
beso finalizó, Callie podría jurar que estaba mareada, entonces manteniendo el
abrazo apretado le dijo:
-¡Wow!,
me encanta cuando me besas así, pero dime ¿qué hice para merecerlo?
Arizona
con los ojos brillantes de felicidad y una sonrisa hermosa con esos hoyuelos
que tanto le gustaban a Callie, le contestó:
-Porque
eres la mujer más espectacular, sexy, hermosa, honesta, tierna y sincera que he
conocido en toda mi vida, y porque te amo con toda mi alma Calliope
Callie
sonrió y dijo: -¡Wow! ¿y todas esas cualidades son mías?, ¿en serio?
-Sí,
todas esas y más, Calliope
-¿Sabes
una cosa mi vida?
-¿Qué?
-Me
encanta cuando me dices “Calliope”. Voy a cerrar los ojos y me lo vas a volver
a repetir ¿Ok?
-Ok,
cierra los ojos, le dijo Arizona sonriendo… Callie cerró los ojos, Arizona
acercó sus labios a milímetros de los de ella y le dijo antes de atraparlos en
otro beso profundo: -Calliope…
Cuando
el beso finalizó, Callie abrazó a Arizona con todas sus fuerzas y le dijo al oído:
-¡Por
Dios! Arizona ¡Como te amo!, ¡Te amo!
Arizona
envuelta en los amorosos brazos de Callie, suspiró, cerró los ojos y le dijo:
-Y
yo a ti mi cielo, te amo, te amo.
Ambas
se quedaron abrazadas un largo rato, luego Callie miró a los ojos a Arizona y
le dijo:
-Por
cierto, tengo que contarte mi última conversación con el Dr. Herrera, a quien
ahora le digo Alejandro a cambio de que me llame Callie y no Calliope
Arizona
se echó a reír y se mordió en labio con una expresión de picardía, que Callie
frunciendo el ceño detectó inmediatamente, entonces ella le preguntó
-Arizona
¿por qué tienes esa cara de niña traviesa?. Dime ¿hiciste alguna travesura?
Arizona
miró hacia los lados y volvió a sonreír, entonces le dijo: -Puede ser
Callie
sonriendo le contesto: -¿Qué hiciste?, Cuéntame
-Bueno…
estuve un buen rato sentada en la galería del OR2, hace un rato y…
-¿Y…?
-Escuché
todo lo que hablaron tú y “Alejandro”?
Callie
se echó a reír y exclamó: -¿En serio?
Arizona
sonriendo, asintió con la cabeza
-¿O
sea, que fue por eso que me gané ese beso tan ardiente?, preguntó Callie
-Sí…Calliope
Callie
soltó una carcajada, luego le preguntó:
-¿Y
qué te pareció lo de la invitación a bailar salsa?. Quiero decir, si se
presenta la oportunidad ¿le permitirías que baile conmigo?
-Antes
de escuchar esa conversación, lo más probable es que hubiera dicho que no, pero
te portaste tan bien que te mereces que te diga que sí, además, creo que tengo
curiosidad por verte bailar salsa con alguien de ascendencia latina, como tú,
aunque arda de deseo mientras lo haces
Callie
con su voz sexy dijo: -Bueno, creo que a mí me encantaría que tu ardieras de
deseo viéndome bailar ¿te imaginas lo que haríamos después?
Arizona
se estremeció de deseo sólo con la idea, entonces dijo: -Sí, definitivamente lo
voy a permitir, si surge la ocasión, quiero verte bailar salsa.
…
Dos
semanas después la ocasión surgió, cuando Callie fue al hospital a asistir a
Alejandro Herrera a la tercera cirugía, ese día Callie visitó a Sebastián y se
encontró con el padre de él, a quien
ella no reconoció por la amnesia, pero él sí, así que en agradecimiento por
toda la atención que le prestaba a su hijo, invitó a Callie y a los médicos del hospital
que ella quisiera a ir alguna noche a la discoteca que el manejaba “El Gato con
Botas”, Callie aceptó la invitación y como el Dr. Herrera estaba con ella en
ese momento, él no perdió la oportunidad para recordarle su promesa de bailar
salsa con él si Arizona lo aceptaba.
Ese
mismo día en la cafetería, Callie, tomando la palabra del padre de Sebastián, extendió
la invitación a Teddy, Henry, Mark, Lexie, Meredith, Derek, Cristina y Owen y acordaron
ir a la discoteca dos noches después.
La
noche en cuestión, Arizona y Teddy se retrasaron porque quedaron atrapadas en
una cirugía muy complicada que le estaban practicando a un niño de 11 años, por
lo cual Arizona le envió un mensaje a Callie diciéndole que se adelantara y que
se verían allá al terminar la cirugía. Cuando Callie recibió el mensaje, se
echó reír porque Arizona le escribió:
“Adelántate y nos vemos en la
discoteca, eso sí, recuerda que puedes bailar lo que sea menos salsa, yo quiero
verte bailar, ¿Ok?”
Callie
le contestó:
“Sí mi amor, nada da salsa hasta que tú
llegues”
Hacer clip en el
título para acceder a la canción
Dos
horas después Arizona y Teddy llegaron a la discoteca, el ambiente era súper
animado, el local tenía dos pisos, la puerta de entrada se encontraba en el piso
superior, donde bordeando las paredes se encontraban un gran número de mesas, desde
ellas y a través de unas barandas de aluminio se divisaba la inmensa pista de
baile en el piso inferior de forma circular, al que llamaban “La olla”, a la
que se accedía por dos modernas escaleras a cada lado de la pista.
En
el mismo momento en que entraron, Arizona y Teddy divisaron la mesa donde se
encontraban algunos de sus colegas, entre ellos Meredith, Derek, Cristina, Owen
y Henry, ellos al verlas, le hicieron señas para que se acercaran a la mesa.
Mientras caminaban hacia ella, Arizona buscó con la mirada a Callie, a quien
vio casi enseguida bailando en “La Olla” con el Dr. Herrera, Mark y Lexie.
Arizona,
por un momento se quedó parada frente a la baranda sin moverse, admirando a
Callie, aún no estaba bailando salsa, tal como se lo había prometido, pero si había
algo que encendía a Arizona, era ver bailar a Callie, verla reír con esa
sonrisa sexy y hermosa que tenía y admirar como movía su cuerpo al ritmo de la
música, cualquier tipo de música.
Arizona
salió de su lapsus cuando sintió la mano de Teddy tomando su brazo para guiarla
hasta la mesa, ella se fue caminando con su amiga, saludó a sus compañeros y se
sentó en una de las sillas, y de nuevo, su mirada se posó en Callie.
Owen
se ofreció a traer las bebidas, Arizona pidió vino y Teddy Whiskey. Unos
minutos después, Callie miró hacia arriba, era obvio que estaba pendiente de la
llegada de Arizona, y cuando la vio y las miradas de ambas se cruzaron, se
regalaron una sonrisa y Callie le hizo señas a Arizona para que bajara.
Arizona, bajó, ambas se dieron un breve beso en la boca y comenzaron a bailar.
Ese baile, las encendió a ambas y también llegado el momento les provocó mucha
sed, así que juntas subieron a la mesa, luego de pedir unos tragos en la barra.
Se
sentaron abrazadas cada una al lado de la otra. Unos minutos después, la salsa
comenzó a sonar, y en pocos instantes, Alejandro Herrera se acercó a la mesa,
cumpliendo su promesa le pidió permiso a Arizona para permitirle bailar con su
novia y tal como había acordado con Callie previamente, ella accedió.
Callie
y Alejandro bajaron a “La Olla” y comenzaron a bailar, y no pasó ni un minuto
cuando el resto de las personas que se encontraban bailando en la pista,
formaron un círculo alrededor para admirar y darle más espacio a la pareja
latina que bailaban salsa de una forma que pocas veces se podía ver.
Los
pasos eran absolutamente sincronizados, los giros, las vueltas, la forma
armónica en que cada uno movía los pies y las caderas.
Desde
arriba, los ocupantes de casi todas las mesas también estaban admirando el
baile y por supuesto, la mesa donde se encontraba Arizona no era la excepción. Arizona,
no podía negarlo, la forma de bailar de Callie la estaba haciendo arder en
llamas, y el pensamiento de que ese hermoso y sensual cuerpo sería sólo para
ella en unas pocas horas aumentaba ese ardor. Sumida en su excitación, pero tratando
de calmarse, se tomó la copa de vino de una sola vez, fue en ese momento cuando
Meredith le dijo:
-Recuerdo
que una vez le comenté a Cristina que Callie era una mujer sexy, asquerosamente
sexy incluso, y sin duda lo es, tienes suerte Arizona, tienes mucha suerte
Arizona
sonrió y le dijo: - ¡Wow!, sí, tengo que admitirlo, no he conocido en toda mi
vida una mujer más hermosa, sensual y sexy que Calliope Torres, sí, tengo
suerte, una suerte enorme.
-Bien
por ti, le respondió Meredith.
-Gracias
Meredith
le dijo: -Pero no vas a dejar que Callie baile con ese apuesto médico toda la
noche ¿verdad?
Arizona
que ya casi no podía controlar la reacción de su cuerpo ante en baile de Callie
y sus movimientos sensuales le contestó a Meredith: -No, definitivamente no,
voy a bajar ya
-Anda,
ve con tu mujer, le dijo Cristina, quien había escuchado toda la conversación
Arizona
bajó las escaleras y mientras lo hacia Callie la observó, así que se disculpó
con Alejandro y caminó hacia las escaleras para esperar a Arizona, en el
momento en que se encontraron abajo, Callie abrazó a Arizona y ambas sintieron
un corrientazo de excitación que les recorrió todo el cuerpo, entonces Arizona
le susurró al oído a Callie mientras bailaban salsa con los cuerpos apretados:
-¿Sabes
que ya me estas volviendo loca?, ¿verdad?
Callie
le susurró al oído con un tono sensual que sólo logró aumentar aún más el deseo
de Arizona:
-¡Ok!,
¡Sí!, te estoy volviendo loca de deseo y tú a mí, no creo que pueda soportar
mucho más sin tenerte para mi, en mis brazos, para acariciarte y besarte por
todas partes y para que grites mi nombre otra vez
Arizona
soltó un gemido ahogado: -¡Calliopeee!
-¿Nos
vamos?, quiero sentirte dentro de mí, le susurró Callie al oído
Arizona
gimiendo de nuevo le dijo: -¡Oh, sí!, ¡Vamos!
Esta historia continuará…
Me disculpan esa mezcla tan chucuta, no
soy DJ, je, je