Dos almas gemelas que deberán aprender juntas a superar sus temores y encontrar el camino hacia sus verdaderos sueños. Acompañen a Callie Torres y a Arizona Robbins en este viaje, a través de los sentimientos. Una montaña rusa de emociones, donde la música será otra protagonista. Citando a Jessica Capshaw: “Hold on and enjoy the ride” (Agárrense fuerte y disfruten del paseo).

miércoles, 26 de septiembre de 2012

Epidemia - Capítulo 25 - Hay Milagros


Epidemia – Capítulo – 25 – Hay milagros

Una sonrisa, una hermosa y radiante sonrisa con hoyuelos incorporados, era lo que se reflejaba en el rostro de Arizona cuando abrió sus ojos esa mañana con su cabeza sobre el hombro y envuelta en el cálido abrazo de la mujer que amaba con toda su alma. No había despertar más alegre que ese, mucho más cuando percibía ese profundo sentimiento de ternura que le inspiraba Callie al verla profundamente dormida. Sin ánimo de despertarla, Arizona posó sus labios delicadamente sobre su pecho varias veces para besarla con dulzura.

Arizona se fijó en el reloj de la mesa de noche de Callie, era aún muy temprano, las 6:00 am, sin embargo, ya casi estaba amaneciendo. Era una buena hora para salir a trotar un rato por la playa, así que con mucho cuidado levantó el brazo de Callie que la abrazaba y se paró de la cama, se fue al baño para asearse y se vistió con una franela, una chaqueta, un pantalón de algodón y zapatos deportivos. Una vez que estuvo lista para salir, se sentó en la cama y bajó su rostro hacia la mejilla de Callie para darle un beso.

En ese momento Callie despertó a medias y con cara de sueño le dijo a Arizona:

-Mi pichirruchi ¿por qué estas vestida?, ¿qué hora es?

-Son las 6:15 a.m., mi amor, quiero salir a trotar un rato por la playa, cuando regrese puedo preparar el desayuno ¿está bien?

Callie bostezando le preguntó: -¿Quieres que te acompañe?

Por la cara de sueño que tenía, Arizona pensó que a Callie le gustaría quedarse a dormir un rato más, pero le encantó que ella estuviera dispuesta a sacrificar su sueño para acompañarla, así que le contestó:

-No es necesario mi cielo, sí quieres dormir un rato más, además serán sólo quince o veinte minutos, a lo sumo

Espabilándose un poco, Callie le dijo: -Entre quedarme dormida sin ti en la cama y salir a trotar contigo, prefiero la segunda opción. Si quieres te adelantas, yo te alcanzo en cuanto me arregle

Arizona sonriendo y dándole otro beso en la mejilla a Callie, le dijo: -Aunque suene un poco egoísta, yo también prefiero la segunda opción, no voy a alejarme mucho para que puedas alcanzarme.

-Ok, le dijo Callie dándole otro beso en la mejilla

Arizona sonrió ante el tierno beso y luego se paró de la cama y se dirigió hacia la puerta de la habitación, antes de salir miró a Callie y le dijo:

-Te amo, no demores ¿sí?

Callie que ya se había parado de la cama y tenía la mano en la perilla de la puerta del baño para abrirla, le dijo sonriendo:

-Yo también te amo mi pichirruchi, y tranquila en unos minutos te alcanzo, ¿hacia dónde vas a correr, a la derecha o a la izquierda?

-A la derecha

-Ok, dijo Callie entrando al baño

Diez minutos después ya Callie estaba lista para ir en busca de Arizona, ella también se abrigó con ropa deportiva, justo al abrir la puerta de vidrio trasera de la casa que daba hacia la playa, inspiró el aire y la brisa marina y comenzó a correr para alcanzar a Arizona, la divisó a unos cuantos metros. Arizona volteó  su cabeza como había hecho un par de veces antes para verificar si Callie ya había salido, cuando la vio a lo lejos corriendo hacia ella sonrió y giró su cuerpo para comenzar a correr en su dirección.

Cuando ambas se encontraron, se abrazaron, se dieron un breve beso en la boca y luego juntas, una al lado de la otra comenzaron a trotar por la orilla de la playa. Mientras lo hacían no hablaban para mantener su respiración al ritmo del trote, pero por momentos cruzaban sus miradas y sonreían.

Arizona se sentía en el cielo, disfrutar del amanecer, de la brisa marina, del sonido de las olas rompiendo tan cerca en esa hermosa playa, trotando al lado de Callie, era casi como hacer realidad un sueño que recién descubría que tenía, eso era su Calliope para ella: su hacedora de sueños, su hermosa, radiante, sexy y ardiente hacedora de sueños…

Después de haber estado trotando unos veinte minutos, ambas hicieron una pausa para tomar agua en un recipiente especial para ello que Callie había preparado antes de salir de la casa, fue en ese momento cuando Arizona le dijo a Callie:

-Mi amor, esto es hermoso, tú eres hermosa, te lo dije ayer y lo repito hoy de nuevo, yo sería la mujer más feliz del mundo si pudiera vivir en un lugar como este… contigo, siempre contigo, porque no puedo negar que lo que me hace la mujer más feliz del mundo, más allá de dónde nos encontremos, eres tú, siempre tú

Callie sonrió y atrapó a Arizona en un abrazo apretado, luego le dijo:

-Mi pichirruchi ¿puedes decirme como haces para leer mis pensamientos?. No sé sí impresionarme ¿o qué?, pero estaba pensando exactamente lo mismo

Arizona se echó a reír: -Las grandes mentes…

-Mi amor, tú y yo sabemos que esto es algo que trasciende la mente, es algo que va mucho más allá, creo que es una cuestión de almas, y sí, ya sé que no recuerdo toda mi vida, pero estoy segura que nunca me había conectado con ningún ser humano como estoy conectada contigo, es algo casi mágico ¿no te parece?

-Sí mi cielo, estoy de acuerdo contigo, es algo casi mágico y yo que sí recuerdo toda mi vida, lo puedo afirmar, yo nunca me había entregado a alguien en cuerpo y alma como lo he hecho contigo, ni siquiera con mi hermano Tim. Él y yo siempre estuvimos conectados de alguna forma, aún siento que lo estamos aunque él ya no esté, pero contigo hay algo diferente que no sé cómo explicar…

-Es posible que la conexión física ayude a que sea diferente ¿no crees?

-Sí, es posible, pero siento que hay algo más, aún no lo puedo definir con palabras pero sé, siento que hay algo más

-Estoy de acuerdo contigo, yo tampoco puedo definirlo con palabras, no todavía, pero esto es algo mágico, es casi como un milagro

Arizona sonriendo acercó sus labios a los de Callie y antes de besarla le dijo:

-Sí mi cielo, un milagro que hacemos realidad juntas cada día, todos los días…


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Cuando el beso concluyó, Callie con una sonrisa pícara reflejada en su rostro y los ojos brillantes, le dijo a Arizona:

-Me encantan los milagros y… ¿qué tal si seguimos obrando milagros en nuestra habitación… o mejor aún en una bañera llena de espuma?

Arizona le regaló una sonrisa a Callie, llena de picardía, luego con ánimos de bromear con ella, la empujó un poco y salió corriendo en dirección a la casa, diciéndole:

-Siempre y cuando me alcances

Arizona echó a correr con todas sus ganas, Callie se echó a reír y le dio algo de ventaja a Arizona, sabía que la iba a alcanzar, por algo sus piernas eran más largas que las de ella y en consecuencia, sus zancadas eran más largas. Una vez que Arizona se alejó unos metros, Callie echó a correr para perseguir a Arizona, y le gritó:

-Por más que corras sabes que te voy a alcanzar

Arizona sin voltearse y aún corriendo le dijo:

-Deja las amenazas Calliope, alcánzame… si puedes

Callie aceleró su paso y en pocos segundos la alcanzó, Arizona riendo trató de hacer un movimiento evasivo en la arena, pero de nada le sirvió, Callie la alcanzó, la tomó por los hombros y ambas riendo a carcajadas se dejaron caer en la arena, respirando con fuerza. Callie se posó de lado pero con la mitad de su cuerpo  encima del de Arizona. Cuando la respiración de ambas se estabilizó, Callie le dijo a Arizona:

-No vas a lograr escapar de mí nunca y ¿sabes por qué?

-¿Por qué?, le preguntó Arizona riendo

Justo antes de atrapar los labios de Arizona en un beso profundo, Callie le contestó:

-Porque robé tu corazón

Ambas comenzaron a besarse, y mientras Arizona sentía la calidez y el sabor único de Callie en su boca, pensó que eso que había dicho Callie era totalmente cierto, su corazón, su alma, su cuerpo eran de Callie, y ella estaba dispuesta a que así fuera toda la vida, todas las vidas… para siempre.

Después de juguetear entre ellas un rato acostadas en la arena, Callie se levantó, se sacudió y le ofreció sus manos a Arizona para ayudarla a levantarse. En el mismo momento en que Arizona se puso de pie, Callie la levantó en sus brazos, tal como había hecho la noche anterior y riendo divertidas, entraron a la casa, una vez adentro, Callie las condujo hasta el baño, soltó a Arizona quien se puso de pie y preparó la bañera para compartir un baño de burbujas.

Ambas se desvistieron y se miraron mutuamente sus cuerpos desnudos con deseo, sus ojos se oscurecieron y sus vaginas se humedecieron, ese sería el preámbulo de un excitante y alucinante baño de burbujas.

Arizona entró primero se sentó recostando su espalda en una de las paredes de la bañera, ella abrió las piernas para permitir que Callie se colocara delante de ella. Ambas cerraron los ojos por un momento, para deleitarse con la exquisita sensación provocada por el roce de sus cuerpos mojados y desnudos dentro del agua que tenía un aroma exquisito, una mezcla de aromas que evocaba el océano, el coco y la vainilla.

Arizona comenzó a besar y acariciar con sus labios el cuello de Callie quien al sentir las excitantes caricias cerró los ojos, echó su cabeza hacia atrás y abriendo la boca dejó escapar un gemido que evidenciaba el ardor de la pasión y el deseo que ya comenzaban a consumirla, mientras tanto ella comenzó a acariciar con su mano la parte interna del muslo desnudo de Arizona, acercándose pero sin tocarla a su centro de placer que también estaba ardiendo de deseo, esa caricia provocó un gemido gutural que excitó aún más a Callie.

Ese gemido aumentó en intensidad y volumen cuando Callie sintió como Arizona,  introdujo dos dedos en su abertura y comenzó a efectuar rítmicos movimientos hacia adentro y hacia afuera. Entre gemidos y jadeos Callie se las arregló para decirle a Arizona:

-Te amo, te amo, te amo

Al escuchar esas palabras y sentir los dedos de Callie imitando sus movimientos dentro de su propia vagina, la excitación de Arizona alcanzó una nueva cota de placer, y fue en ese momento cuando ella le dijo jadeando y gimiendo:

-Yo también te amo mi cielo, con toda mi alma, te amo

Sólo unos minutos después ambas alcanzaron un ardiente clímax que las dejó sin fuerzas, con la respiración entrecortada y casi sin aliento. Una vez que lo recuperaron, Callie ladeó su cabeza y buscó los labios de Arizona para fundirlos en un beso cálido y lleno de amor.

Luego Callie cerró los ojos y ladeando un poco su cuerpo, recostó su cabeza en el hombro de Arizona, quien comenzó a besar amorosamente su frente.

Con los ojos aún cerrados, Callie le dijo a Arizona:

-Creo que el milagro que hacemos realidad cada día, no es algo físico, lo que acabamos de compartir justo ahora como muchas otras veces antes, es divino, excitante, exquisito pero es una forma más de expresar nuestro amor a través de nuestros cuerpos, pero el verdadero milagro va mucho más allá, el milagro es el inmenso amor que sentimos una por la otra, el milagro es la inmensa necesidad de permanecer juntas, abrazadas como ahora aún después que nuestros cuerpos se han satisfecho, ese el milagro ¿verdad mi pichirruchi?

Arizona sonrió y le dio un beso en la frente, para luego contestarle:

-Sí mi vida, ese es el verdadero milagro, que ahora, abrazadas una a la otra sintiendo esa inmensa necesidad de estar juntas seguimos haciendo el amor, cuando dos personas sólo tienen sexo, el acto acaba cuando el cuerpo queda satisfecho, pero cuando dos personas hacen el amor, la satisfacción sexual no es un fin en sí mismo, la verdadera satisfacción, el verdadero gozo es lo que sentimos muy dentro de nosotros, ese es el milagro, el milagro del amor verdadero.

-Somos un par de afortunadas, Addison tiene razón, finalmente encontré el amor de mi vida

Arizona sonrió y le preguntó a Callie:

-¿Addison te dijo eso?

-Sí, me dijo que estaba feliz por mí, porque finalmente yo había encontrado el amor de mi vida, y como que el cielo existe, sí, lo encontré, lo encontré ¡YAY!, ¡YUPIII!, ¡YIIIIJAAAA!

Arizona soltó una carcajada al escuchar los vítores de Callie, luego dijo:

-Tú y tus payasadas…

-Ari, no te quejes, tú amas mis payasadas

Arizona sonriendo le dijo:

-Por supuesto que las amo, son parte de ti y yo amo todo de ti, todo

-Yo también, amo cada pedacito de Arizona, toda Arizona, toda mi pichirruchi

-¡YAY!, ¡YUPIII!, ¡YIIIIJAAAA!, exclamó Arizona

Ambas se comenzaron a reír de nuevo, luego se besaron.

Al finalizar el beso, Callie tomó el frasco de champú y ofreciéndoselo a Arizona en la mano, le preguntó:

-¿Me lavas el cabello?

Arizona tomó el frasco, vertió en sus manos un poco y comenzó a pasar sus dedos por el cabello de Callie para regar el champú por todo su cuero cabelludo quien tenía los ojos cerrados y se sentía extasiada sintiendo los dedos de Arizona acariciando su cabeza. Cuando pensó que estaba lista, Arizona le dijo:

-No abras los ojos para que no te entre Champú en los ojos, vamos a pararnos para enjuagarte ¿quieres?

-Sí, sí quiero

Ambas se pararon, Arizona abrió el chorro mientras apretó el botón para liberar el agua de la bañera, y con sus brazos sobre los hombros de Callie la condujo bajo el torrente de agua para aclarar usando sus dedos el champú de su cabeza. Una vez que estaba lista, Callie le dijo a Arizona:

-Tu turno

Arizona sonriendo se puso de espaldas a Callie y permitió dócilmente que Callie lavara su cabello, algo que a ella le encantaba, sentir los dedos de Callie acariciando su cuero cabelludo era una sensación única y maravillosa, tan maravillosa como todo lo que Callie hacía para ella.

Cuando estuvieron listas, ambas salieron de la ducha, tomaron unas toallas limpias del anaquel y se secaron, luego se vistieron usando unas franelillas y short y fueron hacía la cocina a preparar juntas el desayuno.

Ya sentadas en la mesa, mientras comían, Arizona le dijo a Callie:

-Creo que tenemos que empacar nuestras cosas para regresar a San Diego y tomar nuestro vuelo de regreso a Seattle ¿verdad?

-No, no todavía

-¿Cómo que no todavía?

-Se me ocurrió una idea para alargar un poquito más nuestra “tiny honey moon”

-Sí demasiado “tiny” para mi gusto, pero dime Callie ¿qué se te ocurrió?

-En lugar de viajar de regreso a San Diego, podemos entregar el automóvil alquilado en el aeropuerto de aquí y viajar a Seattle directamente, así alargamos unas horas más nuestra “tiny, tiny honey moon” ¿no te parece?

Arizona le estampó un enorme beso a Callie en la mejilla y le dijo:

-Calliope Torres, eres una genio. Cuando terminemos de desayunar podemos a entrar a internet para reservar el vuelo ¿de acuerdo?

Callie le devolvió el beso y entonces dijo:

-Arizona Robbins, eres una genio

Arizona se echó a reír: -Entonces somos definitivamente un par de genios

Callie aclaró: -Bellas genios

Arizona agregó: -Y calientes

-Y simpáticas, dijo Callie

-Y nos amamos, agregó Arizona riendo

Callie se le quedó mirando a Arizona mientras reía, y cuando ella notó la mirada de Callie, le preguntó:

-¿Qué?

Callie le respondió: -¡Por Dios! Arizona ¡Como te amo!, ¡Cuánto te amo!

Arizona sonriendo, le preguntó: -A ver dime ¿Cuánto me amas?, ¿mucho?

Como ya habían terminado de comer, Callie se paró de la mesa y tomó suavemente a Arizona por el brazo invitándola con un gesto a que la siguiera hacia afuera, a cielo abierto en la playa mientras le decía:

-Ven conmigo, te lo voy a mostrar

Arizona mientras caminaba con Callie y salía con ella hacia la playa luego de abrir la puerta de vidrio, intrigada le preguntó:

-¿Me lo vas a mostrar allá afuera?

-Sí, aquí afuera…, le dijo Callie cuando ambas estaban paradas sobre la arena, y agregó: -Anda, pregúntame de nuevo cuanto te amo

Aún más intrigada, Arizona obedeció y preguntó otra vez: -¿Cuánto me amas?

Callie juntó sus dedos pulgar e índice de la mano dejando un espacio muy pequeño entre ambos y le dijo: -Así

Arizona, haciendo pucheros y con voz infantil le dijo quejándose: -Así, tan poquito

Callie sonrió y entonces le dijo mirando hacia el cielo manteniendo sus dedos como los había posicionado:

-Te amo así… pero para arriba

Arizona miró hacia arriba, hacia la inmensidad del cielo y entonces entendió lo que Callie quería decir, sonriendo, enternecida por la ocurrencia, se lanzó hacia ella cruzando los brazos alrededor de su cuello y buscó sus labios para besarla, en medio del beso, Callie hizo una pequeña pausa y le dijo:

-¿Viste lo mucho que te amo?

Entre un beso y otro, Arizona, le respondió: -Sí mi amor (beso), te amo (beso), te amo (beso), te amo (beso largooooo y profundo).

Luego de esa larga secuencia de besos y palabras de amor, ambas entraron de nuevo a la casa, Callie buscó su celular para conectarse a internet y luego se sentó en el sofá apoyando la espalda en el apoya brazos y abriendo las piernas invitó a Arizona con un gesto para que se sentara delante de ella, en medio de sus piernas. Arizona lo hizo y apoyó su cabeza en el pecho de Callie, mientras ella hacía la búsqueda en internet para reservar el vuelo hacia Seattle.

Una vez que la reservación estaba lista, Callie dijo:

-Quizás lo sabía antes pero no lo recuerdo, tu nombre: Arizona, ¿es por el estado o por el barco?

Arizona recordó su discurso al padre de Callie años atrás y de cierta forma se impresionó, pensando cuantas cosas habían pasado desde aquel día, sonriendo, ella le contestó a Callie:

-Es por el barco, el USS Arizona (BB-39), mi abuelo era oficial de la marina de los Estados Unidos y se encontraba sirviendo en ese barco, cuando ocurrió el bombardeo de Pearl Harbor, antes de morir, mi abuelo salvó a 19 hombres y mi padre me bautizó con ese nombre para honrar ese sacrificio.

-¡Wow!...tu abuelo fue un héroe, exclamó Callie, luego agregó: …-Y mi nombre ¿alguna vez te dije lo que significa mi nombre?, te lo pregunto porque yo no lo recuerdo, tú sabes, esta memoria mía esta medio loca

Arizona sonrió y dijo: -Tan loca como su dueña

Callie le devolvió la sonrisa: -Pues sí, tan loca como yo, entonces dime ¿sabes que significa Calliope?

Arizona contestó: -No, no lo sé, pero… podemos buscarlo en internet

Callie besó la cabeza de Arizona y dijo: -Ari, eres una genio

-Anda genio, búscalo en google

-Ok

Callie hizo la búsqueda usando su celular y luego exclamó: -¡Con razón!

-¿Con razón qué?, pregunto Arizona

Callie sonriendo le contestó: -“Calliope”, significa música, en realidad es el nombre de una musa que según la mitología griega fue amante del dios Ares, el dios de la guerra. Callie se echó a reír, y luego dijo: …-Y ahora, sopotocientos años después, yo Calliope, soy la amante de una barco de guerra ¿puedes creerlo?

Arizona se echó a reír y le dijo: -Muy graciosa, luego, le quitó el teléfono a Callie y comenzó ella misma a leer lo que decía la página de internet, pero siguió navegando y encontró algo que le llamó la atención, abrió la pagina y se echo a reír otra vez

Callie al darse cuenta que Arizona se estaba riendo, le preguntó: -¿de qué te ríes Arizona?

Arizona le pasó el teléfono a Callie de nuevo diciéndole: -Léelo tú misma, pero en voz alta

Callie tomó el teléfono y con una expresión de asombro comenzó a leer en voz alta:

-El T34 Calliope era una plataforma lanzacohetes montada sobre un tanque que fue usada por el ejército de los EE.UU. durante la Segunda Guerra Mundial. Dicho dispositivo se instalaba en la parte superior del carro de combate M4 Sherman y podía disparar una salva de 60 cohetes de calibre 11,6 cm (4,6 pulgadas) para hacer fuego de saturación sobre el objetivo…

Arizona riendo le dijo a Callie, que tenía la boca abierta del asombro:

-¡HA! Y ahora ¿qué te parece? Un barco de guerra, el USS Arizona BB-39 y una plataforma lanzacohetes, el T34 Calliope

Callie saliendo de su asombro se echó a reír y dijo:

-Opino dos cosas

-¿Qué cosas?, le preguntó Arizona

-Primero que ahora podemos llamarnos por nuestros nombres claves, para abreviar, digo, a ti puedo llamarte mi BB-39 y tú puedes llamarme T34

Arizona soltó una carcajada y preguntó: -¿Y la otra cosa que opinas, qué es T34?

Callie le respondió con un tono pícaro: -Que ambos, tanto el USS Arizona, como el T34 Calliope fueron concebidos para la guerra, pero ahora tú y yo…

Arizona la interrumpió y con una sonrisa de oreja a oreja dijo: -Hacemos el amor todos los días

-BB39, me quitaste las palabras de la boca

Arizona riendo le preguntó: -¿y qué quieres, qué te las devuelva T34?

Callie sonriendo le contestó: -No, siempre que me des un beso

Arizona se giró y le dijo antes de besarla: -Te amo T34

-Y yo a ti BB39

Ambas pasaron casi todo el día bromeando con sus nuevos apodos recién descubiertos, luego se marcharon al aeropuerto, entregaron el automóvil alquilado y tomaron su vuelo a las 8:30 p.m. rumbo a Seattle aterrizando unas dos horas y media después. Tomaron el taxi y llegaron al apartamento un poco antes de la medianoche.

Cuando finalmente abrieron la puerta, algo cansadas por el viaje, ambas se miraron a los ojos con una mirada pícara, fue Arizona la primera que le dijo a Callie mientras la abrazaba:

-Muchas cosas han cambiado desde que salimos por esa puerta hace un poco más de una semana, ¿verdad?

Callie tomando la pista y sonriendo contestó:

-Sí, salimos como compañeras de habitación y ahora entramos como novias, amándonos más que nunca

-¿Recuerdas que te dije que esa sería muy pronto nuestra habitación otra vez?, preguntó Arizona señalando hacia la puerta de la habitación que ocupaba Callie y que antes de todo el lio de África, ocupaban las dos

-Sí, lo recuerdo perfectamente, tú ganas y yo no voy a decir que perdí, porque estaría mintiendo descaradamente, ambas ganamos, ganamos un montón, te amo Arizona, te amo, le dijo Callie

Antes de besarla, Arizona le dijo:

-Y yo a ti mi cielo, te amo con toda mi alma…

Era cierto muchas cosas habían cambiado en sólo una semana y otras estaban a punto de cambiar… muy pronto…

Esta historia continuará… (la semana que viene)

Y como decimos en Venezuela coloquialmente: “Ahí les dejo, ese trompo en la uña”…

Nota: Como la canción de este capítulo está en español, mañana le agrego la letra, ahora son casi las 9:00 p.m. y no quiero retrasar más la publicación de este capítulo que prometí para hoy. Igualmente si tiene algún error lo revisaré para corregirlo mañana.