En el capítulo anterior:
Antes de disponerse
a dormir, Callie tomó el iPod y se colocó nuevamente un audífono en el oído,
buscando otra canción, cuando Arizona la vio haciéndolo, sonriendo le preguntó:
-¿Qué haces
Calliope?
Callie sonrió y
asintió, luego de apagar el iPod, se quitó los audífonos y le dijo a Arizona:
-Yo soy más
dormilona, así que lo más seguro es que tú despiertes mañana primero. Al
despertar, escucha esta canción que dejé colocada en el iPod, está en español,
pero no importa, escúchala y luego cuando yo despierte te la traduciré ¿está
bien?
Arizona sonrió y
asintió mientras bostezaba, era obvio que el agotamiento físico unido a todas
las emociones que habían compartido ese día, se estaban haciendo sentir. De
todas formas, intrigada, le preguntó:
-¿De qué trata la
canción?
-De un nuevo
amanecer, de lo que tú y yo sentiremos mañana cuando despertemos juntas,
abrazadas y amándonos más que nunca. Es una canción que yo te dedico y que
estoy segura que tú me dedicarás cuando entiendas su significado… Callie
también bostezó, entonces justo antes de darle un breve beso a Arizona en los
labios, le dijo: -Creo que es hora de dormir, ¿verdad?.
Sí mi amor, ya es
hora de dormir… juntas, le contestó Arizona con una sonrisa que le iluminó el
rostro, luego atrapó los labios de Callie para darle un beso más profundo.
Cuando el beso finalizó, Arizona le dijo: -Te amo, buenas noches mi cielo
Callie respondió:
-Buenas noches mi pichirruchi, yo también te amo, con toda mi alma… y para
siempre…
Arizona sonrió.
Satisfecha y feliz, dio media vuelta. Callie se deslizó detrás de ella,
envolvió el brazo alrededor de la cintura y extendiendo los dedos por la suave
curva del vientre de Arizona, la atrajo hacia la cuna de sus caderas. Arizona se quedó dormida, sintiendo la
respiración de Callie en su cuello y la exquisita calidez de su cuerpo, como
tanto lo había deseado, por tanto tiempo…
Epidemia – Capítulo 17 – Día tras día
Al día siguiente, a
eso de las 5:30 a.m., Callie despertó, se paró de la cama y se fue caminando hacia el baño con los ojos
entreabiertos y con cara de sueño. Antes de salir, y siguiendo un hábito que no
había perdido a pesar de su amnesia, Callie tomó su cepillo dental, colocó la
pasta dentrífica en el y se lavó los dientes, luego se enjuagó la boca con
enjuague bucal varias veces. Lista para continuar durmiendo, abrió la puerta y
de inmediato se enterneció, Arizona con cara de sueño y los ojos cerrados,
estaba recostada de la pared, esperando para entrar al baño.
Callie sonrió al
verla, Arizona era sin duda una hermosa mujer, allí estaba: recostada a la
pared, más dormida que despierta, con el cabello despeinado, sin una gota de
maquillaje y parecía un ángel caído del cielo. Callie le dio un beso cariñoso
en la frente y continuó su camino hacia la cama.
Cuando Arizona
sintió el beso de Callie en su frente sonrió, porque percibió su aliento
fresco, sin duda se había lavado los dientes y se había enjuagado la boca como
siempre había sido habitual en ella. Lo curioso era darse cuenta que los
hábitos no se borran cuando la memoria desaparece. Callie había establecido esa
práctica cuando ella y Arizona vivieron juntas. A Callie le encantaba hacer el
amor con Arizona al amanecer y ese hábito que Callie llamó en su momento “una
norma de convivencia amorosa” y que fue aprendida e imitada por Arizona,
facilitaba sin duda poder hacer el amor al amanecer sin tener que pararse de la
cama.
Siguiendo el ejemplo
de Callie, Arizona también se aseó y luego fue caminando hacia la cama, Callie
ya estaba profundamente dormida, boca arriba con su brazo derecho extendido.
Arizona, sonrió de nuevo, ella sabía que ese brazo extendido, otro hábito no
olvidado, era la invitación gestual de Callie para que Arizona se acostara en
su regazo. Arizona se montó en la cama,
de rodillas se acercó a Callie y se acostó a su lado, colocando el brazo sobre
su estómago para abrazarla y la cabeza reposando en su hombro. Arizona suspiró
y sonrió de nuevo, cuando noto que Callie, aún durmiendo profundamente, la
abrazó y acercó la mejilla a su frente, justo cuando la sintió a su lado.
Era obvio que los
hábitos no se pierden con la amnesia, al igual que los sentimientos, ese
pequeño gesto amoroso de Callie de abrazarla estando profundamente dormida,
emocionó profundamente a Arizona; ¿podía haber acaso algo que probara más el
amor de una persona hacía otra que buscar su contacto en un estado de casi
total inconsciencia? Ese gesto de Callie era sin duda una prueba de amor y
Arizona lo sabía. Eso la hizo sonreír. Callie la amaba, con o sin memoria,
Callie la amaba, no había ninguna duda en ello.
Hora y media
después, Arizona abrió los ojos y de inmediato sonrió. Callie seguía acostada boca
arriba y Arizona tenía su cabeza reposando en su pecho, junto encima de su
corazón, mientras el brazo de Callie la envolvía en un tierno abrazo alrededor
se su espalda. Arizona se sentía en el cielo, había esperado demasiado tiempo
por un amanecer así, en los brazos de ella, sintiendo su calor, el ritmo
pausado de su respiración mientras dormía, en la seguridad de su abrazo.
Tal como lo había
previsto Callie, ella aún seguía dormida. Arizona levantó un poco la cabeza
para admirar su rostro y pensó: “Por Dios, Calliope, en serio, eras la mujer
más hermosa que he conocido en toda mi vida”. En medio de esa felicidad que la
embargaba, de pronto recordó lo que Callie le había encomendado antes de quedarse
dormidas, así que tomó el iPod y se colocó los audífonos en sus oídos dispuesta
a escuchar la canción que había dejado preparada en el.
Arizona no entendía
una sola palabra, pero le gustaba como sonaba y le entusiasmó la idea de que
Callie al despertar se la traduciría
Luego de haber
escuchado la canción dos veces, Arizona se moría de ganas por saber su
significado, así que comenzó a acariciar suavemente con la punta de sus dedos
el pecho desnudo de Callie y notó como poco a poco el ritmo de su respiración
comenzó a cambiar, claro signo de que estaba despertando. Cuando ella abrió los
ojos, lo primero que hizo fue mirar a Arizona y dedicarle una sonrisa que la
hizo estremecer. Luego la besó tiernamente en la frente, al mismo tiempo que le
decía:
-Buenos días, mi
pichirruchi
Arizona sonrió, le
encantaba que Callie la llamara así, esa palabra no tenía significado en sí
misma, no aparecía en ningún diccionario, pero para Arizona significaba muchas
cosas hermosas, además la hacía reír cada vez que la escuchaba porque sonaba
muy cómico en los labios de Callie.
Así que aún
sonriendo, Arizona le contestó:
-Buenos días mi amor
-¿Dormiste bien?
-Ufff, sí, tenía
meses que no dormía así
Callie sonrió: -Y yo
creo saber por qué
-Claro que lo sabes,
lo sabes muy bien. Por cierto, permíteme informarte que anoche descubrí que tu
lengua no sufre de amnesia.
Callie sonrió y le
dijo: -¡Ah, sí?, me alegra saberlo.
-A mi me alegró más,
te lo aseguro
-Te creo... Callie
hizo una pausa, después dijo: …-Por
cierto, Gracias
-¿Por qué me das las
gracias amor?
Callie sonrió y en
tono pícaro respondió: -Por mi primera vez
Arizona sonrió
intrigada -¿Qué?, ¿De qué hablas?
Callie sonriendo le
dijo a Arizona:
-Mí lengua recuerda,
pero por lo que a mi mente respecta, anoche fue la primera vez en mi vida que
hice el amor y que me hicieron el amor, y te aseguro que fue una primera vez
espectacular. Eres una experta, una experta haciendo el amor, me hiciste sentir
increíble.
Arizona se rió
sonoramente, ella no había pensado en eso, pero era cierto, para una parte de
Callie anoche había sido su primera vez. Ella le dijo:
-Eso es emocionante,
pero te aseguro que tú no te comportaste como una recién nacida anoche, tú
también me hiciste sentir increíble… las dos veces
Callie le besó el
cuello a Arizona y sonriendo le dijo:
-Es que soy una niña
prodigio
Arizona se echó a reír,
y con sus labios a milímetros de los de Callie, le dijo: -Eso lo explica todo.
Luego la besó
Una vez que el beso
finalizó, Arizona tomó el iPod y ofreciéndole uno de los audífonos a Callie, le
dijo sonriendo:
-Escuché la canción
en el iPod dos veces, y ahora me muero de ganas de que me la traduzcas
Callie sonrió y tomó
el audífono que Arizona le ofreció, le dio play a la canción y al mismo tiempo
que sonaba, Callie comenzó a decirle a Arizona su significado haciendo la
traducción simultáneamente.
Hacer clip en el título para acceder a la canción
Una
flor dura un verano
Un
verano son tres meses
Doce
meses tiene un año
Puede
un año ser tan breve
Como
es breve el diccionario
Para
definir quien eres
Un
“te quiero” no es “te amo”
Un
“te amo” no es tan fuerte
Si
no es fuerte lo que sientes
Si
es que sientes que has amado
Con
el cuerpo y con la mente
Como
yo te amo
Salir
al mundo es como caminar en medio de una guerra
Pero
a tu lado todo es más seguro porque encuentro paz
Le
pido al cielo que te proteja
Que
siempre estemos igual, que me ames igual
Yo
quiero estar contigo el resto de mi vida
Que
podamos estar juntos hasta el final
Poderme
despertar con tu sonrisa, es mi alegría
Día
tras día
No
hay dolor que sea eterno
No
es eterno un “hasta luego”
“Hasta
luego” es un regreso
No
hay regreso sin encuentro
Y
un encuentro es lo más bello
Cuando
estamos cuerpo a cuerpo
Salir
al mundo es como caminar en medio de una guerra
Pero
a tu lado todo es más seguro porque encuentro paz
Le
pido al cielo que te proteja
Que
siempre estemos igual, que me ames igual
Yo
quiero estar contigo el resto de mi vida
Que
podamos estar juntos hasta el final
Poderme
despertar con tu sonrisa, es mi alegría
Día
tras día
Que
siempre estemos igual, que me ames igual
Yo
quiero estar contigo el resto de mi vida
Que
podamos estar juntos hasta el final
Poderme
despertar con tu sonrisa, es mi alegría
Día
tras día
Una vez que Callie
le tradujo la canción y Arizona supo lo que significaba, lo que realmente
significaba, se estremeció, porque no sólo era el fiel reflejo de lo que ella
sintió justo al despertar, era también una promesa, la promesa de que juntas
pudieran compartir para siempre un nuevo amanecer día tras día, todos los días.
Cuando la canción
finalizó, Callie acercó sus labios a los de Arizona sonriendo y antes de
besarla le repitió parte del coro de la canción, traducida al inglés:
-Yo quiero estar
contigo el resto de mi vida, que podamos estar juntas hasta el final, poderme
despertar con tu sonrisa, es mi alegría, día tras día
Cuando el beso
finalizó, Arizona, profundamente emocionada le dijo a Callie:
-Te amo Calliope… día
tras día.
Callie sonrió y le
dijo: -Te amo Arizona… día tras día y para siempre
Ante la excitación
que ya era más que evidente para ambas, Callie se acostó de lado y comenzó a
besar el cuello de Arizona, mientras con su mano acariciaba su costado. Arizona
comenzó a gemir, excitada por el contacto, entonces Callie metió la mano entre
sus piernas. Arizona las abrió para permitirle a Callie hacer lo que deseaba.
Callie acarició el muslo interno de Arizona quien gimió de nuevo y arqueo su
espalda, luego gimió otra vez cuando sintió a Callie acariciar tiernamente la
parte externa de su vagina. Arizona se estremeció y se mordió el labio inferior
cuando sintió los dedos de Callie abriendo su vagina.
Antes de comenzar a
acariciar los pliegues internos, Callie le susurró al oído: -Y ahora vamos a
averiguar si mis manos no sufren de amnesia tampoco.
Arizona sonrió.
Luego arqueó su espalda y contrajo los dedos de sus pies, mientras Callie
acariciaba con su dedo los pliegues internos de su vagina, rozando el clítoris
sin tocarlo. Mientras su vagina se humedecía más y más, Arizona lo supo, Callie
la iba a hacer esperar, y ya se estaba haciendo más que obvio que sus manos
tampoco sufrían de amnesia.
Mientras Callie
hacía su magia con las manos excitando a Arizona más y más sin tocar su
clítoris expectante y erecto, sus labios no se quedaron tranquilos, ellos
buscaron los pezones de Arizona y con suaves caricias con su lengua estos se
levantaron erectos y se pusieron duros como piedras.
Callie estaba
volviendo loca a Arizona, no había una parte de su cuerpo que no estuviera
siendo sometida a las caricias más excitantes que Arizona conocía, así que
gimiendo, jadeando, suplicante, Arizona susurró:
-Calliope…
Arizona miró a los
ojos a Callie, su mirada era el Edén del amor, ella se estremeció ante esa
mirada llena de amor y justo en ese momento Callie comenzó a acariciar el
clítoris de Arizona, provocando en ella un grito de puro éxtasis, pero lo que
Callie haría a continuación la volvería aún más loca de placer.
Callie con sus
caricias llevó a Arizona al borde del placer, luego bajó la velocidad, y
continuó acariciando el clítoris de Arizona con una lentitud casi exagerada,
prácticamente lo rozaba, mientras que con sus labios la besaba o le acariciaba
el cuello.
Esa deliberada
lentitud en las caricias de su clítoris excitaron a Arizona a tal punto que
sintió como su vagina comenzó a chorrear, literalmente.
Arizona sintió
también como sus piernas comenzaron a temblar sin control, al igual que su
boca, sus labios temblaban incontrolablemente y justo en ese momento, Callie
cambio el ritmo de sus caricias por unos instantes y luego bajó la velocidad de
nuevo. Arizona, con los ojos cerrados, movía su cabeza de un lado a otro, lo que
Callie estaba haciendo con ella la tenía absoluta y dramáticamente excitada.
Finalmente todo su
cuerpo se tensó y soltó un gemido gutural de absoluto placer cuando sintió el clímax
ardiente que hizo temblar todo su cuerpo. Callie seguía mirándola con absoluto
amor, mientras que siguió rozando con mucha lentitud el clítoris de Arizona,
luego lo soltó y después reinició la lenta caricia, provocando espasmos
incontrolables cada vez que hacía un nuevo y delicado contacto.
Unos momentos
después Callie finalmente sacó el dedo de la vagina de Arizona y con la palma
de su mano y sus dedos comenzó a acariciarla externamente.
Arizona sonrió
cuando percibió la ternura con la que Callie estaba acariciando su centro
abultado, luego Callie le dio dos golpecitos suaves y sonrió.
Arizona le devolvió
la sonrisa y ambas se besaron tiernamente.
Cuando el beso
finalizó, Callie sonriendo le preguntó a Arizona:
-¿Y cual es su
diagnostico Dra. Robbins?, ¿sobre el estado “mental” de mi mano?
Arizona, mientras
mostraba sus hoyuelos y su magnifica sonrisa, tomó la mano mágica de Callie y
la besó, entonces le dijo:
-Su mano está
totalmente libre de amnesia Dra. Torres, se lo aseguro. Eso fue impresionante,
espectacular, increíble, maravilloso, … no tengo palabras para describirlo…
En ese momento fue
Callie, quien sintió como su inmenso amor por Arizona se le alborotaba en el
alma y se quedó mirándola directamente a los ojos extasiada con la hermosura de
esos brillantes ojos azules. Arizona notó la mirada de Callie y vió el amor
reflejado en sus brillantes ojos marrones. Permanecieron unos instantes
mirándose profundamente, ambas podían casi ver el alma de la otra reflejado en
sus ojos.
En medio de esas
miradas compartidas, Callie sonrió y le dijo a Arizona en español:
-Te amo
Arizona se
estremeció nuevamente al escuchar esas palabras, entonces le dijo en español
también:
-Te amo
Sintiéndose
prácticamente embriagadas con ese sentimiento que las envolvía a ambas, se
abrazaron con todas sus fuerzas y permanecieron así juntas con sus corazones
latiendo casi sin control dentro de sus pechos. Nunca, nunca, ni siquiera en
sus mejores momentos del pasado, antes de que todo ocurriera, sus dos almas
habían estado tan unidas. Antes habían sido dos almas compartiendo una vida,
ahora eran dos vidas compartiendo una sola alma.
Una parte de Arizona
aún sentía miedo al abandono, pero otra parte estaba convencida que Callie
había tenido razón, ellas necesitaban crear ese vínculo que nunca antes habían
compartido y ese vinculo estaba allí ahora, no lo podía tocar con sus manos ni
ver con sus ojos, pero estaba allí. Y era indestructible. Arizona jamás había
estado tan cerca de otro ser humano como ahora, y para su sorpresa, ni siquiera
con su hermano gemelo había tenido un vínculo como el que ahora compartía con
Callie. La propia Arizona no podía explicarlo, pero esa voz muy dentro de ella
le seguía diciendo que nada ni nadie podría romper esa unión jamás.
Inundada con ese
sentimiento Arizona buscó los labios de Callie, y la besó con ternura. Mientras
se besaban, Callie abrazó a Arizona y con un movimiento se colocó debajo de
ella. Cuando el beso finalizó, Callie soltó un gemido que encendió el deseo de
Arizona. Ella se incorporó y paseo su mirada por sus hermosos senos y por el
resto del cuerpo exuberante color
caramelo, que estaba allí tendido frente a ella esperando sus caricias y sus
besos.
Arizona miró a los
ojos de Callie y le dijo con la respiración entrecortada por el deseo: -Eres
tan hermosa, Callie sonrió, cerró los ojos y se mordió el labio, gesto que
incrementó aún más la lujuria de Arizona. Entonces ella acercó sus labios al
cuello de Callie y jadeando le susurró al oído: -Eres la mujer más hermosa y
más sensual que he conocido en toda mi vida, no hay forma, no hay manera alguna
que yo pueda resistirme a ti cuando te veo desnuda, Calliope, tú me excitas
sólo con mirarte.
Al escuchar esas
palabras, Callie emitió un nuevo gemido de placer, y luego gimió otra vez
cuando sintió la lengua de Arizona recorriendo con deliberadas caricias sus
senos poniendo especial atención en sus pezones. Callie arqueo la espalda, su
vagina se inundó de deseo y se inundó aún más cuando sintió la aproximación
inminente de la lengua de Arizona que se movía muy cerca de su clítoris
palpitante.
Arizona abrió con
sus dedos la vagina de Callie, y jadeo cuando la vio totalmente empapada,
esperando por ella. En el mismo instante en que su lengua se puso en contacto
con los pliegues internos, escuchó a Callie gemir de placer y sintió como sus
caderas se levantaron con fuerza, en la búsqueda desesperada del contacto que
esperaba. Pero Arizona también quería volverla loca de placer, así que se paseo
con la punta de la lengua por toda la vagina de Callie, menos en aquél lugar
que palpitaba y se estremecía buscando la caricia que aún no llegaba.
Callie comenzó a
gemir y jadear sin descanso, se mordía los labios, entornaba sus ojos, mientras
sentía las caricias burlonas de Arizona, ella sentía volverse loca esperando, y
mientras esperaba percibió como Arizona la fue llevando a un estado de placer torturante
y demencial, sin embargo, no quiso rogarle, no quiso pedirle que se apresurara,
ella sabía que Arizona había esperado muchos meses a que este momento llegara y
sabía que lo estaba disfrutando tanto como ella, resistir esa pequeña tortura
era lo mínimo que Callie podía hacer para compensar esos largos meses de espera.
No obstante, una
cosa era cierta, Arizona la estaba volviendo loca de placer, con cada caricia,
con cada roce, Callie sintió que incluso podría llegar al borde así, aún sin
ser acariciada directamente donde su cuerpo más lo pedía. Pero Arizona tenía
otros planes, para aumentar aún más su demencial placer, ella retiró su lengua
de todo contacto, provocando un gemido suplicante mientras las caderas de
Callie se levantaban inconscientemente en busca de las caricias perdidas, entonces
Arizona propicio nuevos gemidos de placer cuando introdujo dos dedos en su
abertura y comenzó a moverlos rítmicamente hacia dentro y hacia afuera. Los
jadeos y las caderas de Callie seguían ahora al ritmo del movimiento propiciado
por Arizona con sus manos expertas y cuando estaba a punto de edificar el clímax,
ella soltó un grito de placer puro, cuando sintió como Arizona acompañando sus
rítmicos movimientos dentro de ella comenzó a acariciar el clítoris con su
lengua.
Callie sabía que con
esas intensas caricias, Arizona ya la había llevado a un punto de no retorno,
así que en menos de un minuto sintió como todo su cuerpo se tensó y alcanzó un
demoledor clímax que la dejó sin aliento, mientras su cuerpo temblaba sin
control y su corazón latía con tal fuerza que parecía iba a salirse de su
pecho. Aún después de llegar al clímax, Arizona, absolutamente extasiada y
feliz por haberle hecho el amor a Callie tal como lo había imaginado durante
tanto tiempo, permaneció allí, en el centro de sus placeres besando y
absorbiendo todas las evidencias que la pasión había desbordado.
Luego subió a
encontrarse con la mirada y los labios de la mujer que amaba, que aún rendida
buscaba aire para regular su respiración entrecortada.
Callie le ofreció
sus brazos con una enorme sonrisa, aún no podía hablar, pero si podía abrazar y
eso fue lo que hizo. Cuando finalmente recuperó el aliento, Callie buscó los
labios de Arizona para agradecerle con un tierno beso el inmenso placer que
ella le había regalado.
Y cuando finalmente
habló, le dijo a Arizona:
-Si hubiera podido
recordar que eras una diosa haciendo el amor, no creo que hubiera sido capaz de
esperar tanto.
Arizona sonrió y
entonces le dijo a Callie:
-Ahora si puedes comprender
la magnitud de mi sufrimiento, porque tú también eres una súper diosa haciendo
el amor y yo si lo recordaba.
En un tono maternal,
Callie le dijo:
-Pobre pichirruchi,
pero ¿sabes? te lo voy a compensar, por cada vez que no hicimos el amor ahora
lo haremos dos veces
-Ummm, dos veces aún
es poco
-¿Tres veces?
-Trato, dijo Arizona
con una sonrisa casi infantil.
-Bueno, entonces
manos a la obra, quiero decir, manos, labios, lengua, todos a las obras.
Arizona se echó a reír. Callie le devolvió la sonrisa mientras levantó la
mirada y comenzó a pensar en voz alta:
-Uno, dos, más uno…
Arizona sonriendo le
preguntó: -¿Qué haces?
-Estoy contando
cuantas te debo desde anoche… ok, ya sé, te debo tres desde anoche, pero
¿quieres que te pague ahora o más tarde?... Es que tengo hambre ¿tú no?
Arizona se echó a
reír otra vez, y le dijo en tono conciliador: -Si mi amor, puedes pagarme más
tarde, yo también tengo hambre, además debo llamar al hospital para saber cómo
sigue mi papá.
Ambas se pararon de
la cama, Arizona llamó al hospital y se alegró porque su papá seguía
recuperándose. Luego Callie y Arizona se bañaron juntas y Callie aprovechó para
pagar una de sus cuotas de amor pendientes, aún le faltaban dos para no
terminar el día con saldos rojos, pero le encantaba “pagar” y a Arizona le
fascinaba “cobrar”.
Luego Callie preparó
un espectacular desayuno y ambas fueron al hospital para visitar al Coronel
Robbins. Arizona le llevó a su madre algo de ropa y otros artículos personales
que ella le pidió para asearse y pasar esa noche en el hospital otra vez.
De regreso, hicieron
el amor, una, dos, tres, cuatro veces.
En la noche justo
antes de quedarse dormidas, Arizona estaba de espaldas mientras Callie la
acunaba con su cuerpo, entonces Arizona le dijo a Callie:
-Amor, más allá de
nuestras bromas y de los juegos, quiero que sepas que yo se que era importante
para ambas, que nos uniéramos espiritualmente como lo hemos hecho antes de comenzar a hacer el amor de nuevo. Tú tenías
razón, nunca en mi vida me he sentido tan cerca de alguien como me siento ahora
de ti. Y aunque la espera haya sido una tortura, se que valió la pena, sé que
tu también tuviste que posponer tus deseos y sé que lo hiciste porque miraste
nuestra relación como algo a largo plazo y yo te amo más por eso. Te amo… por
todo.
Callie besó el
cuello de Arizona y le dijo:
-Yo también te amo,
mi pichirruchi, te amo con toda mi alma.
Arizona volteó su
cabeza y le dio un beso breve en los labios, luego sonriendo dijo:
-Pero eso no
significa que te esté perdonando la deuda, no voy a renunciar a mi combo de 3x1
Callie se echó a
reír y dijo con picardía:
-¿Y a ti quien te
dijo que quiero que me perdones la deuda?. Tengo toda la intensión de pagarla
en tres ardientes, amorosas y apasionadas cuotas al día, por lo menos, y si las
circunstancias lo permiten, incluso quiero pagar intereses de mora como hoy. No
hay duda que hemos mejorado, este combo es mucho más completo que el “pagar por
ver” del póker.
Arizona sonrió y
dijo: -Ufff, un rato largo
Callie volvió a
besar el cuello de Arizona e inspiró su cabello aún húmedo que desprendía el
aroma agradable del champú, luego le susurró al oído: -Te amo
Arizona suspiró de
alegría: -Yo te amo también… Callie
-¿Sí?
-No tienes idea de
los feliz que me haces cuando me dices que me amas, más allá del placer físico,
lo que más desee durante todos estos meses era estar así contigo, quedarme
dormida en tus brazos, amanecer en ellos, día tras día, como dice esa hermosa
canción, y escucharte decir que me amas, eso me hace muy, muy feliz.
Callie se estremeció
con las sinceras palabras de Arizona, la abrazó aún con más fuerza y acercando
los labios a su oído, le dijo, sintiendo cada sílaba:
-Te amo, te amo, te
amo, te amo, te amo, te amo, te amo, te amo, te amo… tú eres el amor de mi
vida, tú eres…
Arizona se volteo y
atrapo los labios de Callie en una beso lleno de ternura al que ella respondió
con la misma devoción.
Poco a poco el sueño
las fue venciendo, y se quedaron dormidas juntas, abrazadas, felices…
Esta historia continuará…
Ya era hora de que pudiéramos escuchar
una canción en español ¿cierto?. Espero que les haya gustado tanto la canción
como el capítulo. Díganme, ¿les gusto?