Dos almas gemelas que deberán aprender juntas a superar sus temores y encontrar el camino hacia sus verdaderos sueños. Acompañen a Callie Torres y a Arizona Robbins en este viaje, a través de los sentimientos. Una montaña rusa de emociones, donde la música será otra protagonista. Citando a Jessica Capshaw: “Hold on and enjoy the ride” (Agárrense fuerte y disfruten del paseo).

jueves, 11 de octubre de 2012

Epidemia - Capítulo 27 - It´s all coming back to me now - Todo está volviendo a mi ahora


Epidemia – Capítulo – 27
Its all coming back to me now – (Todo está volviendo a mi ahora)


Poco después de la medianoche, después de esa noche de rumba y de salsa, Arizona se sentía literalmente ardiendo de deseo y de lujuria, ver a Callie bailando de esa manera, moviendo sus caderas y todo su hermoso cuerpo al ritmo de esa música tan sensual fue casi una tortura. Una de las cosas por las que siempre  se sintió atraída Arizona hacia Callie era su sensualidad, Callie era definitivamente la mujer más sexy que Arizona había conocido en toda su vida y ya solo eso era motivo para desearla, pero había algo más que sencillamente la dejaba al borde de la locura: Callie también era la mujer más hermosa que Arizona había conocido, sus curvas sensuales, sus formas bien definidas y exuberantes, sus largas y hermosas piernas, unidos a un rostro prácticamente perfecto, eran una combinación explosiva.

Y esa noche, mientras la veía bailar, mientras veía como movía su hermoso cuerpo, sonriendo, desbordando sensualidad en cada gesto, en cada vuelta, en cada paso sincronizado a la perfección con Alejandro y con el ritmo de esa música, literalmente se volvió loca de deseo, y por si eso fuera poco, la había visto bailar con un hombre, y aunque se obligó a no sentirlo, no pudo evitar que una pequeña dosis de celos se apoderara de ella.

Por todo eso, mientras se dirigían a su apartamento Arizona tomó el volante y condujo lo más rápido que pudo, lo único que quería era llegar, desnudar a Callie y poseerla, llenarla de besos y de caricias y hacerla gemir de placer, para demostrarse a sí misma y a la propia Callie que ese cuerpo exuberante y hermoso, sólo le pertenecía a ella y a nadie más. Hasta ahora, le había dejado el mando a Callie a la hora de hacer el amor, pero esta noche sería diferente, esta noche ella tomaría el control y la volvería loca de pasión, tan loca de deseo como ella misma se sentía.

Finalmente luego de un trayecto de sólo 15 minutos que parecieron horas, Callie y Arizona llegaron al estacionamiento del edificio. Arizona apagó el motor y sin previo aviso, se abalanzó sobre Callie y atrapó su boca en un beso ardiente y posesivo, provocando un gemido de pasión en Callie que sólo indujo en Arizona un nuevo corrientazo de excitación en el clítoris hinchado dentro de su vagina, que literalmente estaba chorreando, desde hace horas. Luego, haciendo un esfuerzo increíble para no desnudar a Callie allí mismo, Arizona abrió la puerta y se bajo de la camioneta, se dirigió hacia el puesto del copiloto y cuando Callie se bajó la tomó de la mano y la empujo con ella corriendo hacia el ascensor.

Callie ya se había dado cuenta de la excitación evidente de Arizona, era obvio que el baile había logrado su objetivo, ella quería excitar a Arizona, incitar su deseo, y su  mirada llena de lujuria y ese beso ardiente dentro de la camioneta eran la mejor prueba de que lo había conseguido, así que para seguir con ese juego erótico que inicio con sus pasos de baile, dentro del ascensor envolvió sus brazos alrededor de la cintura de Arizona y mientras la apretaba, acercó sus labios a su cuello y le susurró al oído, hablándole en español: -Te deseo

Arizona se estremeció y gimió, entonces acercó sus labios a los de Callie para besarla, pero Callie se apartó con un gesto sensual y una sonrisa sexy y maliciosa, dejándola con la boca abierta, deseándola aún más. La puerta del ascensor se abrió y Callie manteniendo su sonrisa, se dirigió a la puerta del apartamento y la abrió con sus llaves. Una vez adentro del apartamento, Arizona con sus dos manos tomó las mejillas de Callie para asegurarse que ella no se apartara de nuevo y atrapó su boca en otro beso ardiente.

Cuando apartaron sus labios jadeando en busca de aire para respirar, Callie le pregunto: -¿me deseas?, Arizona le respondió gimiendo arrastrando las palabras: -Sí, sí, te deseo, quiero hacerte mía.

Callie sonrió de nuevo y desbordando toda su sensualidad le dijo a Arizona: -Lo seré, seré tuya, pero antes hay algo más que quiero hacer para ti. Mientras Callie decía esas palabras fue llevando a Arizona justo al borde del sofá y cuando estaban allí, Callie le ordenó: -Siéntate

Arizona aún parada, abrió la boca para protestar, pero Callie le susurró al oído: -No, si me quieres, debes esperar un poco más. Arizona le contestó: -No puedo esperar más, estoy que exploto. Callie le susurró al oído de nuevo: -No vas a explotar, no todavía, dime ¿te gustó verme bailar?

Arizona la miró con deseo y le dijo: -Me volviste loca, fue una tortura verte bailar así.

Callie volvió a besarla apasionadamente y cuando el beso finalizó, suavemente con sus manos sobre los hombros de Arizona le indicó a ella que se sentara en el sofá. Arizona obedeció.


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Luego, Callie sonriendo con malicia, se dirigió hacia el equipo de sonido, encendió el aparato e introdujo un cd de música, una cd de salsa. Cuando la música comenzó a sonar, Arizona se estremeció, sospechando lo que Callie haría a continuación.

Callie se sentó en el sofá detrás de Arizona, pasó los brazos alrededor de su cintura y acercando los labios a su oído, le susurró con esa voz absolutamente sensual que derretía a Arizona: -Ahora te voy a dar una sesión privada de baile, luego, seré tuya, pero tienes que permanecer sentada hasta que yo te diga, y mientras tanto solo podrás mirarme, no tocar, sólo mirar, si no, no hay trato ¿Ok?

Arizona volvió a gemir mientras un escalofrió le recorría todo su cuerpo, en momentos como esos era cuando nuevamente se convertía en un títere ante la belleza y la sensualidad de Callie, tal como ahora, era obvio que Callie había planificado todo esto desde el principio, por lo menos desde que comenzó a bailar en la discoteca, para volverla loca de deseo y lo había logrado, ¡lo había logrado a lo grande!. Arizona, que ya estaba excitada, se excitó aún más con esas palabras sensuales susurradas en su oído y resignada a la idea que Callie la llevara al límite mismo de la pasión y de la lujuria con ese baile privado, le contestó con un susurro casi imperceptible: -Ok

Callie le dio un beso apasionado que le quitó literalmente el aliento, provocando en Arizona un nuevo gemido de placer, mientras sentía como su propia vagina ardía de deseo.

Arizona suspiró y dijo jadeando: -Eres demasiado ardiente, Calliope, te deseo

Callie le dedicó otra sonrisa maliciosa y se paró del sofá.

Enseguida comenzó a bailar, y con cada vuelta, con cada giro, con cada movimiento de caderas, Arizona se excitaba más y más. Por momentos la música se hacía más lenta y Callie aprovechaba para hacer movimientos sensuales acariciándose a sí misma y acercándose hacía Arizona hasta casi rozarla, luego se retiraba de nuevo, Arizona tragaba entero, sentía que estaba mojando el sofá con la humedad que brotaba entre sus piernas, entonces Callie poco a poco sin dejar de bailar, comenzó a quitarse la ropa con movimientos sensuales al ritmo de la música, primero, la chaqueta, dio una vuelta, luego la falda, otra vuelta, después sensualmente rozando con sus manos su cintura las fue levantando poco a poco dentro de su blusa hasta que levantando los brazos se la quitó lentamente.

Arizona, hacía un esfuerzo supremo para no levantarse y comenzar a acariciarla y besarla, pero sabía que ese no era el trato y a pesar de su locura excitante, estaba disfrutando cada paso, cada giro y cada movimiento sensual que Callie le mostraba.

Callie daba vueltas al ritmo de la música, contorneaba sus caderas, se levantaba el cabello con sus manos y se acariciaba su propio cuerpo lentamente, y mientras lo hacía Arizona se excitaba aún más,  sonreía como una idiota, nunca nadie en toda su vida le había hecho sentir la pasión  y el deseo que Callie le inspiraba, -¡Por Dios!, eres tan hermosa y sexy, dijo Arizona jadeando

Callie sonrió de nuevo. Finalmente, aún con la música sonando en el equipo de sonido, cuando Callie solo tenía puesto el sujetador, las bragas y los tacones, se dirigió bailando hacia la puerta de la habitación, justo al frente de ella se quitó el sujetador, luego las bragas y cuando estaba ya totalmente desnuda con una voz sensual, le preguntó a Arizona: -¿Qué?, ¿no vas a venir?

Callie entró a la habitación y se acostó boca arriba en la cama, mientras Arizona que literalmente había saltado del sofá cuando escuchó la invitación de Callie, se fue corriendo a trompicones hacia la habitación, mientras trataba de desvestirse por el camino. Cuando Arizona entró a la habitación y vio a Callie totalmente desnuda, esperando por ella con los brazos abiertos y una sonrisa espectacular, sintió un nuevo estremecimiento de deseo que le recorrió todo el cuerpo. Rápidamente se quitó la ropa restante y se abalanzó hacía Callie. Sentir el roce de sus cuerpos calientes desnudos llevó su lujuria a un nuevo nivel. Arizona,  rápidamente se apropió de la boca de su hermosa amante y la besó con desesperación y mientras el beso se prolongaba los gemidos salían de la comisura de sus labios casi como un susurro.

Cuando el beso finalizó, Callie, esta vez en una actitud de rendición, cediéndole el control a Arizona, le susurró al oído en español: -Mi amor, hazme tuya

Arizona gimiendo, no entendió todas las palabras pero eso sólo hizo excitarla aún más, si eso era posible, nunca se había sentido tan desbordada de lujuria y de deseo por alguien en toda su vida, entonces ella le preguntó jadeando: -¿Qué dijiste?

Callie, esta vez en inglés, le susurró al oído, jadeando: -Mi amor, hazme tuya… y luego agregó: -Hazme el amor Arizona, quiero sentirte dentro de mí

Arizona gimió, comprendiendo que con esas palabras ella tenía el control. Arizona, totalmente excitada, pero también sintiendo como su amor por Callie se desbordaba dentro de su alma, se tomó sólo un momento para mirar a los hermosos ojos marrones brillantes de Callie y le dijo: -Te Amo.

Callie sintiendo también  la lujuria, la pasión, el deseo y el amor mezclados dentro de su cuerpo, le contestó sin dudar: -Yo te amo también

Arizona sintiendo como todas sus emociones, sus sentimientos y sus deseos se desbordaban dentro de sí misma, se adueño casi con desesperación de los labios de Callie y volvió a besarla, luego sin hacer pausas, loca de lujuria comenzó con la boca abierta a acariciar y besar con sus labios el cuello de Callie, detrás de sus orejas y luego comenzó a bajar hacía la curva de sus senos. Los gemidos y los movimientos de las caderas de Callie en busca de la fricción, llevaron la excitación de Arizona y su deseo de poseerla a un nivel casi insoportable.

Arizona continuó besando los senos de Callie, hasta lograr la erección total de cada uno de sus pezones. Después sin dejar de rozar con sus labios todo el camino hacia la vagina de Callie, llegó hasta ella. Con sus dedos abrió sus labios y  se excitó aún más cuando la vio totalmente inundada dejando en evidencia su total excitación también.

Arizona sopló la vagina de Callie y sonrió cuando vio que ella en un movimiento inconsciente arqueo su espalda en busca del inminente contacto. Callie emitió un gemido gutural cuando sintió la lengua de Arizona en toda su extensión acariciando toda su vagina desde abajo hacia arriba. Luego Arizona, sin tocar su clítoris ardiente comenzó a tensar su excitación recorriendo con la punta de la lengua sus pliegues sensibles.

Callie sabía que después de una noche como esa, donde había llevado el deseo de Arizona a niveles prácticamente insoportables, ella la haría esperar, se burlaría de sus necesidades todo el tiempo posible para volverla tan loca de lujuria como ella lo había hecho.

Calie comenzó a gemir y a temblar sin control, Arizona seguía burlándose de ella, con su lengua acariciaba toda su vagina menos el único sitio que la necesitaba con delirio. Hasta que llegado el momento, Callie emitió un gemido gutural cuando sintió que de manera simultánea Arizona comenzó a acariciar su clítoris con la lengua mientras introducía dos dedos en su abertura que comenzó a mover rítmicamente.

Cada caricia, con cada embestida Arizona la llevaba más y más lejos a un mundo de placer y de pronto, unos destellos de recuerdos comenzaron a aparecer en su mente: Arizona besándola en un baño, ellas dos riendo y bailando en su apartamento, Arizona besándola en las escaleras del hospital, ambas sentadas en una iglesia en la boda de Izzie Stevens y Alex Karev, ellas dos haciendo el amor por primera vez, Arizona preguntándole si eran novias, ellas compartiendo un almuerzo en el banco de un parque en Seattle, Arizona abrazándola mientras ella lloraba desconsolada el rechazo de su padre, Arizona diciéndole por primera vez Te Amo, Ellas dos besándose y acariciándose en una habitación de guardia del hospital dispuestas a hacer el amor allí mismo, Arizona acostándose detrás de ella y besándola para acompañarla cuando le dio viruela, y de nuevo haciendo el amor debajo de la regadera cuando fueron interrumpidas por Lexie Grey que abrió la puerta sin avisar…

Con cada caricia excitante de Arizona, una nueva imagen aparecía en su mente, generando que la excitación fuera aún mayor, Callie arqueo su espalda y gimió al mismo tiempo que sintió un temblor incontrolable por todo el largo de sus piernas, entonces todo su cuerpo se tensó y percibió como el clímax más poderoso se apoderó de todo su cuerpo y junto con el clímax las imágenes cesaron.

Un poco desconcertada por todos los recuerdos que se arremolinaron en su mente, sintió a Arizona acercarse hacia ella para besarla en los labios. Callie no le dijo nada, solo respondió el beso con la misma pasión que le estaba entregando Arizona.

Sin decirle nada y tratando de ocultarle, sin saber porque, todos los recuerdos y las emociones que había experimentado mientras ella le hacía el amor, Callie hizo un movimiento con su cuerpo para colocarse encima de Arizona, iniciando su viaje de besos y caricias por todo su cuerpo. Arizona gemía y se estremecía, era más que obvio que las horas que había pasado esperando este momento habían llevado su deseo a límites casi intolerables, cuando finalmente Callie comenzó a acariciar con su lengua el clítoris totalmente erecto de Arizona, ella comenzó a gemir sin control y de nuevo con cada gemido, con cada caricia, nuevas imágenes tomaron posesión de la mente de Callie, ella lo sabía, estaba recordando todo, todo estaba volviendo, pudo haber sido fruto de toda la pasión desbordada en esa noche, o la forma posesiva en que Arizona le había hecho el amor, lo cierto era que todo estaba volviendo, todos sus recuerdos.

Callie sin detener sus caricias, de pronto sintió miedo, temió ese recuerdo que sabía que inevitablemente llegaría como todos los demás, entonces en los momentos culminantes de Arizona, cuando era evidente que su clímax era inminente, Callie lo recordó: el aeropuerto, sus súplicas, las lágrimas….el abandono, el dolor. Y así, mientras Arizona temblaba sin control y gemía por el clímax que estaba alcanzando, Callie sin poderlo evitar sintió como sus ojos se llenaban de lágrimas y un dolor incontrolable se apoderó de su alma. Callie permaneció allí, limpiando hasta el último vestigio el torrente de placer que desbordó Arizona, algo que normalmente hacía, pero esta vez tenía una razón adicional: no quería ver a Arizona a los ojos.

Un rato después, todavía evadiendo la mirada de Arizona, Callie se paró de la cama y le dijo, a modo de excusa: -Disculpa Arizona, tengo que ir al baño, ya vuelvo.

Arizona, sin saber que había sucedido, se quedó intrigada, sintiendo el vacio que había dejado Callie al retirarse de la cama tan abruptamente, sin embargo, no pasó por su mente ni siquiera una idea de lo que realmente estaba ocurriendo. Ya con Callie dentro del baño, le preguntó en voz alta: -¿Está todo bien cariño?. ¿Pasa algo?

Callie dentro del baño, hizo un esfuerzo para responder sin que Arizona se diera cuenta por el tono de su voz que ella estaba sollozando, entonces le contestó: -Todo está bien, salgo en un momento. Callie recostó sus manos del lavamanos, bajo la cabeza y comenzó a llorar en serio, dejó que sus lágrimas resbalaran libremente por sus mejillas, era un llanto silencioso, pero con cada lágrima el recuerdo de todo el dolor que había sentido se apoderaba de ella al punto que llegó a experimentarlo ahora como si acabara de ocurrir, como si recién estuviera llegando a su apartamento aquel día, sintiéndose derrotada y sin esperanzas. Y tal como aquella vez, lo único que deseaba era llorar.

Arizona, le dio un vistazo al reloj encima de la mesa de noche, eran ya casi las 2:00 a.m., ella estaba agotada y aunque trató de resistirse, el sueño finalmente la venció, ella se quedó dormida sin sospechar el torbellino de sentimientos que estaban invadiendo, justo en ese momento, el corazón de la mujer que amaba. No sospechaba, que esa forma ardiente en que hicieron el amor había provocado de alguna forma que todos sus recuerdos, los buenos y también los malos, regresaran…

Mientras tanto, Callie continuaba llorando en el baño, había recuperado la memoria y con ella, su mundo se había dividido en dos, Callie se debatía ahora, entre el inmenso amor que sentía por Arizona y el profundo dolor que ella misma le había causado, todo había vuelto, todo…


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Había noches cuando el viento era tan frío
que mi cuerpo se helaba en la cama
sólo con escucharlo afuera de la ventana

Había días cuando el sol era tan cruel
que todas las lágrimas se convertían en polvo
y yo sabía que mis ojos se estaban secando para siempre

Yo dejé de llorar en el momento que tú te fuiste
y no puedo recordar dónde o cuándo o cómo
y desterré cada recuerdo mío o tuyo que alguna vez tuvimos

Pero cuando me tocaste así
y me tuviste así
sólo tengo que admitir
que todo está volviéndome
cuando te toco así
y te tengo así
es difícil creer pero
todo está volviéndome
(todo está volviéndome, todo está volviéndome ahora)

Hubo momentos de oro
y hubo destellos de luz
hubo cosas que yo nunca haría nuevamente
pero que entonces parecían bien
Hubo noches de placer eterno
era más de lo que cualquier ley permitiría
Cariño cariño

Si yo te besó así
y si tú susurras así
estuve perdida desde hace mucho tiempo
pero todo está volviéndome
Si me quieres así
y si me necesitas así
estuve muerta desde hace mucho tiempo
pero todo está volviéndome
es difícil resistir
y todo está volviéndome
yo apenas puedo recordar
pero todo está volviéndome ahora

Pero todo está volviendo

Hubo esas amenazas vacías y mentiras huecas
y cuando intentabas herirme
yo te herí aún peor
y mucho más profundo

Hubo horas que se transformaron en días
cuando solos contábamos las oportunidades
que se nos perdieron por siempre
Pero fuiste historia al cerrar la puerta
y me hice muy fuerte de algún modo
y nunca gasté nada de mi tiempo en ti desde entonces
pero si te toco así
y si tú me besas así
fue hace tanto tiempo
pero todo está volviéndome

Si tú me tocas así
y si yo te beso así
se fue con el viento
pero todo está volviéndome
(todo está volviendo, todo está volviéndome ahora)

Hubo momentos de oro
y hubo destellos de luz
hubo cosas que yo nunca haría nuevamente
pero que entonces parecían bien
hubo noches de placer eterno
era más de lo que cualquier ley permitiría
Cariño, cariño, cariño

Cuando me tocas así
y cuando tú me tienes así
se fue con el viento
pero todo está volviéndome
cuando me ves así
y cuando yo te veo así
entonces vemos lo que queremos ver
todo volviéndome
la carne y las fantasías
todo volviéndome
apenas puedo recordar
pero todo está volviéndome ahora

Si tú olvidas todo
si yo perdono todo
olvidamos y perdonamos
y todo me está volviendo ahora
cuando me ves así
y cuando te veo así
vemos solo lo que queremos ver
todo volviéndome
la carne y las fantasías
todo volviéndome
apenas puedo recordar
pero todo está volviéndome ahora

(todo está volviéndome ahora)
y cuando me besas así
(todo está volviéndome ahora)
y cuando te toco así
(todo está volviéndome ahora)
si lo haces así
(todo está volviéndome ahora)
y si nosotras...


Esta historia continuará…

Llegó el momento de la verdad…Y sí nosotras…