Dos almas gemelas que deberán aprender juntas a superar sus temores y encontrar el camino hacia sus verdaderos sueños. Acompañen a Callie Torres y a Arizona Robbins en este viaje, a través de los sentimientos. Una montaña rusa de emociones, donde la música será otra protagonista. Citando a Jessica Capshaw: “Hold on and enjoy the ride” (Agárrense fuerte y disfruten del paseo).

jueves, 14 de marzo de 2013

Epidemia - Capítulo 39 - Los Juegos del Hambre - III Parte


En el capítulo anterior:
Ella dejó de cantar cuando Arizona, frente a ella, con los ojos vendados y sonriendo, preguntó segura de la respuesta:
-¿Beso o no beso?
Callie respondió sonriendo:
-Sí
Arizona con sus manos buscó a tientas las mejillas de Callie, se alzó sobre sus pies y acercó su boca para besarla. Sus labios se unieron en un beso lento, profundo y tierno. Un beso lleno de magia, porque mientras duró, ninguna de las dos escuchó los gritos y el alboroto que las rodeaba. Con ese beso a ciegas, celebraban no sólo que habían ganado la prueba,  sino también el inmenso amor que les alborotaba el alma y que crecía cada día un poco más en sus corazones.

Epidemia – Capítulo 39 – Los Juegos del Hambre – III Parte

Después del tierno beso, uno de los jueces se acercó hacia ellas, para decirle a Arizona que podía quitarse la venda de los ojos. Mientras tanto, el Sr. Mármol, tomó el micrófono y en medio del alboroto, habló para animar a los participantes a seguir buscando a sus parejas, conminándolos a que se apresuraran porque uno de sus equipos rivales ya había llegado a su destino. Mientras decía esto último, el gerente miró a Callie y Arizona y alzando el pulgar de su mano derecha, a modo de felicitación, les sonrió, sonrisa que ambas le devolvieron.
Unos minutos después el último participante del grupo A, del equipo número 6, llegó a su destino, pero luego del beso, el Sr. Mármol, intervino de nuevo para comunicarles oficialmente que habían sido eliminados de la competencia.
Los participantes del equipo 6, una joven pareja de recién casados, se acercaron hacia Callie y Arizona, sonriendo y bromeando entre ellos, sosteniendo en sus manos los platos que contenían las dos porciones de tortilla española. Arizona, los recibió regalándole su mejor sonrisa, ya que recordó al verlos, que ellos habían sido una de las pocas parejas que habían mostrado su simpatía hacia ellas, cuando ganaron la primera prueba.
Ambos felicitaron a Callie y a Arizona, por haber vencido y especialmente a Callie por la bella voz que demostró tener.
Sonriendo, ambas les agradecieron a la simpática pareja, quienes luego de desearles suerte para el resto de la competencia, se dirigieron a la mesa de observadores, mientras Callie y Arizona fueron a la mesa de control, ahora situada en la playa, para retirar las normas de la siguiente prueba. Posteriormente se sentaron en la mesa dispuesta para ello y degustaron su cuarta porción de tortilla española con mucho apetito. Unos minutos después, Arizona comenzó a leer en voz alta las normas de la siguiente prueba, que comenzaría a la 1:30 p.m.:
-Los Juegos del Hambre, tercera edición, Prueba 8: La Banana. Para efectuar esta prueba se le entregará a cada participante un chaleco salvavidas con el número de su equipo bordado en la parte posterior. En esta divertida y emocionante prueba, los competidores tendrán la oportunidad de saber lo que se siente al montar una montaña rusa en el agua. Los seis equipos que participarán en esta prueba serán divididos al azar por los jueces en dos filas, la A y la B, de tal manera que los miembros de cada equipo queden ubicados en la misma banana, pero en posiciones diferentes.
La prueba se ha dividido en dos fases:
Fase 1:
Una vez configuradas las filas, los tres equipos de la fila A se montarán en “La Banana A”, mientras que los tres equipos de la fila B lo harán en la “Banana B”. Cuando el juez dé la orden de salida, los dos inflables de seis plazas cada uno, atados por una cuerda o soga, serán remolcados e impulsados en el mar por una lancha cada uno. Mientras la embarcación vaya en línea recta el riesgo de caer de la banana es mínimo, sin embargo, en cada giro ¡agárrense fuerte! porque la caída es inminente. El primer participante que caiga de cualquiera de las dos bananas será eliminado de la competencia, conjuntamente con su compañero de equipo. Cuando se produzca ese evento, ambas lanchas se detendrán para permitir que el miembro del equipo cuyo compañero cayó, pueda bajarse de la banana.
Fase 2:
Una vez que los miembros del equipo eliminado estén fuera del mar, el juez dará la orden para que las dos lanchas arranquen simultáneamente. Esta fase será una prueba de resistencia y perseverancia, ya que el equipo ganador de la misma corresponderá al miembro del equipo que haya permanecido hasta el final cuando todos los demás participantes hayan caído.
Para premiar esa perseverancia, esta prueba contempla un premio adicional, además de las dos porciones de tortilla española: Una consola nueva de Nintendo Wii U y el juego Sonic All-stars Racing Transformed Bonus Edition.
¡¡¡ Mucha Suerte !!!
A medida que Arizona leía las normas de la prueba, Callie notó la emoción creciente en su voz, era evidente que una prueba de este tipo era justo lo que más le gustaba a Arizona, así que cuando ella terminó de leer, Callie le dijo sonriendo mientras posaba su mano sobre la de ella:
-Mi pichirruchi, tengo la impresión de que quieres comer tu tercera porción consecutiva de tortilla española y ganar ese Wii U ¿me equivoco?
Arizona se rio y dijo mientras acariciaba la mano de Callie:
-No mi amor, no te equivocas, quiero ganar esta prueba, así que agarrémonos fuerte de esa banana y disfrutemos del paseo…, de nuestras tortillas y de nuestra nueva consola de videojuegos.
Ambas sonriendo, chocaron sus manos y luego se dieron un breve beso en los labios. Posteriormente se dirigieron para reunirse con el resto de los participantes, la prueba estaba a punto de comenzar.
Los jueces de los juegos, eligieron al azar la composición de cada una de las bananas, Callie y Arizona quedaron en la “Banana B”, conjuntamente con los dos participantes de los equipos 1 y 4. Arizona en el primer puesto de la banana y Callie de tercera.
Cuando se dio la orden las dos lanchas comenzaron a remolcar las bananas, todos los participantes se estaban divirtiendo…las lanchas hicieron su primer giro, ninguno cayó, luego aumentaron la velocidad un poco y efectuaron un segundo giro más pronunciado y como era de esperarse un participante cayó, el del equipo 2 que se encontraba en la “Banana A”. Siguiendo las normas de la prueba, ambas lanchas se detuvieron para que el otro participante del equipo 2 se bajara de la banana. Cuando ambos estaban fuera del agua, el juez dio la orden y las lanchas arrancaron de nuevo.
En cada giro ejecutado a velocidad creciente, otros participantes fueron cayendo de las bananas, incluida Callie que cayó cuando ya solo quedaban en las mismas un participante del equipo 9, otro del 1 y los dos del equipo 4, además de Arizona, que se agarraba con todas sus fuerzas para no caer. Callie se fue nadando hasta la orilla y desde allí, pegando saltos y gritando, animaba a Arizona.
En un nuevo giro, cayó uno de los participantes del equipo 4, luego el que quedaba del equipo 1, posteriormente el del equipo 9. Ahora sólo quedaban Arizona y un miembro del equipo 4.
En la orilla, Callie no dejaba de saltar y de gritar emocionada, ella sabía que Arizona no caería, su férrea fuerza de voluntad, sus deseos de ganar y su espíritu de competencia no lo permitirían, y así fue, el participante del equipo 4, cayó exhausto de la banana. Inmediatamente la lancha disminuyó su velocidad y Arizona alzó los brazos en señal de victoria mientras sonreía y buscaba con la mirada a Callie, quien súper emocionada no paraba de saltar celebrando.

En el momento en que Arizona llegó a la orilla, Callie corrió hacia ella y cuando se encontraron se abrazaron riendo.
Mientras lo hacían el Sr. Mármol, luego de felicitarlas por la victoria, anunció a los participantes, que la siguiente prueba tendría lugar, allí mismo en la playa y que se efectuaría a las 3:00 p.m.
Callie y Arizona, retiraron las reglas de la prueba número nueve y  se sentaron a comer su tercera porción consecutiva de tortilla española, la cual en honor a la verdad, la comieron con menor entusiasmo: Antes de disponerse a leer, Callie dijo:
-Creo que los organizadores de estos juegos han debido incluir un menú más variado como premio por ganar las pruebas, la tortilla está muy sabrosa pero ya me está cansando.
Arizona le respondió sonriendo:
-Mi amor, ellos no contaban con que un equipo tan maravilloso como nosotras pudieran ganar tres pruebas seguidas, anda no te quejes tanto y come, los equipos eliminados y los que aún no han ganado darían lo que fuera por comer ese mismo pedazo con el que te estás alimentando justo ahora.
-Mi pichirruchi, tienes razón..., dijo Callie sonriendo, luego agregó: ...-dime ¿qué dicen las normas de la siguiente prueba?
Arizona comenzó a leer:
-Los Juegos del Hambre, tercera edición, Prueba 9: Changa, palos y sacos. Esta prueba se realizará en la playa y tendrá dos fases:
Fase 1: Changa y palos
En esta fase los participantes deberán bailar al ritmo de la música y pasar flexionando la espalda hacia atrás, debajo de una vara de bambú colocada de forma horizontal. Mientras lo hagan deberán sostener en el pecho una pequeña piedra y no dejarla caer. Luego que los dos participantes de cada equipo hayan pasado debajo de la vara de bambú tres veces, podrán iniciar la segunda fase de la prueba. Los participantes deben intentar ejecutar esta fase en el menor tiempo posible,  ya que progresivamente la vara de bambú se colocará más cerca del suelo.
Fase 2: Changa y sacos
Cuando ambos miembros de cada equipo hayan completado la primera fase de la prueba, los observadores de “El Capitolio”, les indicarán a cada miembro donde ubicarse, ya que esta fase se trata de una carrera de sacos de relevo. Uno de los participantes se colocará en línea recta paralela a la línea de la playa a ocho metros de distancia de su compañero de equipo, mientras que éste deberá meter las piernas en un saco y sujetarlo con las manos. El observador dará la señal de salida para que el participante llegue hasta su compañero de equipo dando saltos en el saco. Cuando esto ocurra, el segundo participante, quien previamente habrá metido sus piernas en otro saco, se dirigirá saltando hasta el punto de partida. El primer equipo que llegue a la meta será el ganador, mientras que el último será eliminado.
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A la hora fijada, los observadores del “El Capitolio” formaron una fila alineando aleatoriamente a los diez participantes de los cinco equipos que aún permanecían en la competencia. Callie quedó de tercera en la fila, mientras que Arizona quedó en el décimo puesto. Los diez participantes pasaron la primera y la segunda vuelta debajo de la vara sin inconvenientes, sin embargo, en la tercera vuelta cuando la vara fue colocada un poco más abajo, los problemas comenzaron para algunos de los equipos, incluyendo el equipo número 13 de Callie y Arizona. A ellas y a todos los demás participantes, con excepción de los del equipo número 9, se les cayó la piedra, por lo que tuvieron que dar una cuarta vuelta, mientras que el equipo 9 iniciaba la segunda fase de la prueba.
Con mucho cuidado para no dejar caer la piedra, Callie pasó por debajo de la vara con éxito y animó a Arizona, quien también lo hizo, sin embargo, llegaron de últimas a la carrera de sacos, por lo cual tendrían que darse prisa para no ser eliminadas.
Arizona fue quien eligió el juez para iniciar la segunda fase de la prueba dentro del saco. Ella llegó saltando hasta donde se encontraba Callie, quien de inmediato se incorporó a la última parte de la carrera. Arizona se había apurado lo suficiente, pero aún estaba de última, detrás del equipo 9 que ya casi estaba llegando a la meta, seguido por el equipo 3, el 1 y el equipo número 4 que iba de penúltimo. Sin embargo, Callie, aprovechando el largo de sus piernas dio saltos más grandes, con los cuales logró rebasar al participante del equipo 4, en la última cuarta parte del tramo que les faltaba antes de llegar a la meta.
Arizona, que no había dejado de gritar para animar a Callie, comenzó a dar saltos celebrando que ella había llegado a la meta en el penúltimo lugar, logrando para ambas su continuidad en la competencia.
Antes de que Callie pudiera sacar sus piernas del saco, Arizona corrió y se abalanzó sobre ella para abrazarla. En ese momento ambas perdieron el equilibrio y cayeron al suelo riendo a carcajadas.
Aún en el suelo, Arizona acercó sus labios a los de Callie y la beso brevemente, luego le dijo sonriendo:
-Eres impresionante, te amo
Callie la miró a los ojos y le respondió:
-Tú y yo somos un equipo impresionante mi pichirruchi, te amo también.
Compartieron otro beso fugaz y luego se pusieron en pie mientras escuchaban al Sr. Mármol anunciando a los participantes del equipo 9 como los ganadores de la prueba y que el equipo 4 había sido eliminado de la competencia. Luego informó a los participantes de los cuatro equipos en competencia, que la siguiente prueba se efectuaría en la playa a las 4:00 p.m.
La prueba número diez consistía en una “guerra de mangueras” donde los participantes, previamente vestidos con un overol de color ocre, en el cual podrían verse fácilmente las evidencias de la humedad producida por el agua, tendrían que pasar corriendo por una pista delimitada para la prueba, mientras los participantes que habían sido eliminados de la competencia, trataban de mojarlos a cierta distancia con el agua que brotaba a presión de las mangueras. En la pista habían sido colocados algunos objetos altos que servirían de refugio temporal a los participantes quienes debían tratar de cruzarla sin ser mojados. Al final de la prueba ganaría aquel equipo que en su conjunto presentara menos evidencia de humedad en los overoles.
La prueba se desarrolló y fue especialmente divertida tanto para los participantes como para el público en general. El equipo formado por Callie y Arizona quedó en el segundo lugar en esta prueba, ya que Arizona casi no fue tocada por el agua, para lo cual realizó todo tipo de movimientos dejando en evidencia la destreza propia de una familia inmersa en el mundo militar. Sin embargo, Callie no corrió con la misma suerte, esta vez su estatura resultó un inconveniente para evadir el agua proveniente de las mangueras.
La prueba fue ganada nuevamente por el equipo número 9, mientras que el equipo número 1 se despedía de la competencia. La prueba número once, la penúltima, donde participarían los equipos 3, 9 y 13, se desarrollaría igualmente en la playa a las 5:00 p.m.
Luego de quitarse los overoles y permanecer con sus franelas, vestidas aún con sus bikinis, Callie y Arizona se dispusieron a leer las normas de la siguiente prueba. Esta vez fue Callie quien las comenzó a leer:
-Los Juegos del Hambre, tercera edición, Prueba 11: Saca la tapa, pero no te mojes. Debajo de la arena de la playa han sido colocadas dos líneas de mangueras que cruzan por diversos puntos y de las cuales emergen unas salidas de agua a presión que tienen colocadas una tapa de color amarillo. Las mangueras han sido enterradas en la arena de tal modo que sólo serán visibles las tapas amarillas. No obstante, aunque los participantes no puedan diferenciarlas, se han colocado dos líneas de mangueras, una tiene presión de agua, mientras que la otra está seca. La finalidad de esta prueba es que cada equipo retire en el menor tiempo posible dos tapas amarillas, una por participante. Pero, si cualquiera de los participantes retira una tapa de la cual comience a salir agua a presión, deberá tapar la salida de agua de nuevo, antes de continuar buscando la tapa de la manguera seca.
El primer equipo que logre retirar las dos tapas amarillas sin dejar salidas de agua abiertas, será el ganador de la prueba, mientras que el último será eliminado.
Cuando Callie terminó de leer, Arizona dijo sonriendo:
-Esta prueba será divertida
Callie respondió:
-Oh, sí, muy divertida. Cada vez estamos más cerca de Tortosa
Arizona levantó los brazos y exclamó:
-¡¡¡ YAY !!!
A la hora pautada, el Sr. Mármol dio la orden para que se iniciara la prueba, los seis participantes comenzaron a buscar las tapas amarillas en la arena, uno de los participantes del equipo 3 fue el primero en retirar una tapa con éxito, luego fue Callie quien encontró otra, y la retiro desenroscándola sin problemas. Sin embargo, el equipo 9 se encontraba en problemas, uno de ellos aún no había encontrado la tapa amarilla y el otro estaba luchando sin éxito tratando de cerrar de nuevo con la tapa amarilla el chorro de agua que salía sin cesar de la manguera. Y para desgracia de Arizona, lo mismo le ocurrió a ella, luego de varios minutos durante los cuales todo su cuerpo era una mezcla difusa de agua y arena, logró cerrar la tapa, viendo preocupada cuando el otro participante del equipo número 3 retiró la tapa amarilla que le faltaba a su equipo para completar las dos necesarias para ganar la prueba.
No obstante, Arizona, no flaqueó y siguió buscando, aún tenía oportunidad de seguir compitiendo, ya que el equipo número 9, aún no había encontrado ninguna tapa, mientras que Callie ya tenía la que había hallado. Con un grito de júbilo que emanó de Arizona y varios saltos de alegría por parte de Callie, Arizona consiguió la segunda tapa para el equipo, quienes las entregaron a los jueces de la competencia, sabiendo que el ganador de esa prueba era el equipo número 3, mientras que el equipo 9 había sido eliminado.
La prueba final, para conocer quién ganaría la competencia entre los dos únicos equipos que quedaban, se fijó para ser realizada de inmediato en la playa, por lo cual Arizona no tuvo oportunidad alguna de asearse. Ella había terminado la prueba anterior con el cabello, sus brazos, sus piernas y la franela llena de arena, incluso tenía rastros de arena en la cara. Antes de comenzar la última prueba, Callie la observó y sonrió enternecida, ella parecía en ese momento una niña de ocho o diez años que había pasado las últimas horas haciendo castillos de arena en la orilla de la playa.
Para la prueba final, los organizadores del concurso habían hecho un hueco en la arena. El hueco tenía un área de un metro cuadrado aproximadamente y una profundidad de cincuenta centímetros. El hueco estaba lleno de una mezcla de agua y tierra, que había formado lodo. La prueba era simple, cada equipo se colocaría en los extremos opuestos del hueco y tendrían que halar una cuerda hacia atrás tratando de que al menos uno de los participantes del equipo rival cayera en el hueco con lodo. Los equipos harían tres intentos, el equipo que cayera al hueco dos de las tres veces sería eliminado, mientras que el hubiera caído a lo sumo una vez, sería el vencedor de la tercera edición de “Los Juegos del Hambre”.
En el momento en que Callie y Arizona escucharon al Sr. Mármol informando las pautas de la prueba, ellas vieron a sus rivales y se miraron a los ojos, haciendo ambas una mueca con sus bocas. El equipo número 3 estaba conformado por una mujer de baja estatura y muy delgada, quien no fue la razón de la mueca, la razón era por su compañero. Un hombre un poco más bajo que Callie pero de fuerte contextura. Ambas pensaron sin decirlo, que ganar esa prueba no sería nada fácil y no se equivocaron.
La prueba comenzó, los jueces fijaron los puestos de cada participante en la cuerda, Callie y el hombre del equipo contrario quedaron detrás de sus compañeras de equipo. Lo cual hacía más vulnerable de “morder el lodo” a las participantes que se encontraban más cerca del hueco, es decir, Arizona y la mujer delgada del equipo 3.
Con todas sus fuerzas, Callie y Arizona, halaron la cuerda hacia atrás, logrando por un momento desestabilizar a sus rivales, la mujer delgada cayó por primera vez al fango.
Al segundo intento, el turno de caer al lodo fue de Arizona, quien salió del mismo totalmente percudida, entre los rastros de arena que aún conservaba de la prueba anterior, más el lodo pegado a su cuerpo, ya casi no se veía de qué color tenía el cabello o la piel.
A pesar del agotamiento, en un momento Callie exclamó cuando hacían el tercer intento: -¡Vamos por ti, Tortosa! y haló la cuerda con todas las fuerzas que le quedaban, Arizona también hizo su mejor esfuerzo y finalmente lograron derrotar al equipo número 3, cuando la mujer de ese equipo “mordió el lodo” por segunda vez.
Mientras la mujer maldecía en el fango, Callie y Arizona se abrazaron, saltaron, rieron y se besaron celebrando que eran las indiscutibles ganadoras de la competencia.
El Sr. Mármol así las anunció, y en medio de los aplausos de los presentes, invitó a todos los participantes de la prueba para un desayuno al día siguiente donde se haría entrega de los premios a las ganadoras y se rifaría  un premio sorpresa.
Callie y Arizona se abrazaron de nuevo, riendo felices por haber ganado la competencia. Mientras estaban abrazadas sobre la arena de la playa, Arizona le dijo a Callie:
-Mi amor, estoy feliz pero molida, necesito que subamos a la habitación y que nos demos un baño muy largo, estoy mugrienta.
Callie se apartó un poco para ver a Arizona, puso los ojos y exclamó:
-Mi pichirruchi ¿tú no pretenderás entrar a “nuestra habitación” llena de mugre como estas?, ¿verdad?
Arizona frunció el ceño y respondió:
-Callie ¿y qué quieres que haga?, no puedo dejar toda esta mugre en las duchas de la piscina, creo que taparía las cañerías.
Callie dijo:
-Exactamente, y lo mismo pasará con las cañerías del baño de nuestra habitación
Arizona con una expresión pensativa, dijo, luego de unos instantes:
-Cierto y ahora ¿qué hacemos?
Callie con una expresión llena de picardía respondió:
-Mi pichirruchi tengo una idea, ven conmigo
Ambas se fueron caminando tomadas de la mano hacia el lugar en la playa, muy cerca de donde se encontraban, en el cual se había realizado la guerra de mangueras.
Cuando ya estaban muy cerca, Callie le lanzó una mirada pícara a Arizona, fue en ese momento cuando ella se dio cuenta de lo que Callie tramaba. Arizona se detuvo y exclamó sonriendo:
-¡Nooooo Callie, esa agua está muy fría!
Con una expresión traviesa Callie dijo riendo, mientras tomaba una manguera en su mano y accionaba la llave:
-Y tú estás percudida, necesitas un lavado urgente
Arizona se cubrió con las manos pero obviamente el chorro de agua comenzó a empaparla, entonces siguiendo el juego y riendo, exclamó mientras tomaba y accionaba otra manguera:
-¡Y tú tampoco estás muy limpia que digamos!
Riendo a carcajadas y gritando, Callie y Arizona iniciaron su propia y muy particular “guerra de mangueras”, Arizona corrió hacía uno de los refugios temporales que habían sido colocados para la realización de la prueba, pero Callie fue más rápida, mientras Arizona logró ponerse a cubierto detrás de su muralla, Callie la persiguió y en un descuido de Arizona, logró meter la manguera por su espalda dentro de su franela.
Arizona gritó mientras reía sin poder contenerse, en medio del forcejeo ambas cayeron en la arena de nuevo y la arena se adhirió a sus cuerpos otra vez. Sin dejar de reír, por un instante, sus miradas se cruzaron, sus labios estaban demasiado cerca para resistir la tentación de sumergirse en un beso apasionado y profundo. Cuando el arenoso beso finalizó, ambas sonrieron y se pusieron de pie para reiniciar su segunda tanda de esa guerra de mangueras, que poco a poco se fue convirtiendo en un sensual y delicado baño mutuo, que terminó en un apretado y tierno abrazo acompañado por una secuencia interminable de miradas y besos llenos de calidez, amor y pasión por partes iguales.
Totalmente empapadas de la cabeza a los pies, ambas dejaron atrás las mangueras y se fueron tomadas de la mano a buscar sus toallas para secarse. Una vez que lo hicieron, se dirigieron al locker, buscaron su ropa y subieron a la habitación, llevando en sus manos, las cuatro porciones de tortilla española que uno de los empleados del hotel les entregó, dos por haber ganado la última prueba y las dos de su equipo que nunca entregaron por haber sido las vencedoras de la competencia.
En el mismo instante en que entraron a la habitación y la puerta se cerró detrás de ellas, la pasión que se había despertado en ese último y mojado round, dio paso al deseo. Callie y Arizona unieron sus labios en una sucesión de besos llenos de lujuría, mientras caminaban hacía la ducha despojándose de la escasa ropa que tenían puesta, a pasos intermitentes fueron dejando en su camino franelas y piezas de bikinis esparcidas por el suelo de la habitación.
Sin dejar de besarse, Callie accionó las llaves de la ducha para alistar la bañera y ajustar la temperatura del agua, los besos y las caricias no cesaron y cuando finalmente la ducha estaba lista para recibirlas, Callie entró primero, se sentó apoyando su espalda en una de las paredes de la bañera, y luego, guió a Arizona para que se sentara y apoyara la espalda en su pecho desnudo.
Un gemido ahogado brotó de la boca de Callie en el instante en que la suave piel de la espalda de Arizona rozó sus pezones erectos. Un momento después fue Arizona quien echando su cabeza hacia atrás, emitió una secuencia de gemidos, en respuesta a las caricias que Callie con sus labios comenzó a hacerle en su cuello, mientras que con sus manos acariciaba sus pezones. A pesar de que todo su cuerpo estaba sumergido en el agua tibia de la bañera, ella sintió como su centro se inundó aún más, todo su cuerpo pedía a gritos la caricia que esperaba, y esta vez Callie no la hizo esperar mucho tiempo. Mientras que ella no ceso de acariciar su cuello con la boca y sus senos con una mano, con la otra abrió hábilmente los labios hinchados y comenzó a acariciar el clítoris erecto de Arizona. Ella emitió un nuevo gemido, mientras sentía como todo su cuerpo se estremecía y respondía a las hábiles caricias que Callie le proporcionaba.
Luego fue Callie quien se estremeció y emitió un gemido gutural cuando Arizona, llevó su mano hacía atrás y comenzó a acariciar su clítoris a un ritmo creciente. Ella echó su cabeza hacia atrás y cerró los ojos para experimentar el éxtasis que sentía en ambos sentidos, uno por el placer que ella le estaba proporcionando a Arizona y dos por el placer que Arizona le proporcionaba a ella.
En pocos minutos sus cuerpos se tensaron, estaban casi al borde del placer, temblando, mientras de sus bocas brotaban gemidos cada vez más intensos. El clímax llegó para ambas, mientras cada una gritaba el nombre de la otra. Cuando las sensaciones amainaron, los temblores esporádicos de sus cuerpos aún evidenciaban el enorme placer que se habían regalado mutuamente mientras trataban de recuperar el ritmo de sus respiraciones entrecortadas y jadeantes.
Ambas se dijeron “Te amo” incontables veces, mientras se fundían en un cálido y tierno abrazo. Fue tal el cansancio y el agotamiento de sus cuerpos llevados más allá del límite en ese día emocionante que culminaba con esa entrega de amor mutuo, que sin darse cuenta se quedaron dormidas abrazadas en la bañera. Un rato después, el agua que ya se había enfriado despertó a Callie. Ella se llenó de ternura al ver a Arizona, quien parecía un hermoso ángel dormido respirando suavemente en su regazo.
Callie no quería despertarla, pero era necesario al menos llamar su atención para lograr salir de la bañera. Al llamado de Callie, Arizona balbuceó palabras incoherentes, pero recuperó lo suficiente la conciencia para que Callie pudiera pararse con ella, envolver su cabello y su cuerpo en una toalla seca y llevarla en brazos hasta la cama, donde la depósito con una enorme dulzura. Callie le dio un beso en la mejilla a su bella durmiente, se secó con una toalla, se cepilló a medias su cabello, sólo para desenredarlo un poco, e hizo lo mismo con el cabello de Arizona quien para ese momento yacía profundamente dormida acostada de medio lado apoyada en su hombro izquierdo. Exhausta de cansancio también, Callie se metió debajo de las sábanas, abrazó a Arizona y la acunó en sus caderas. En pocos segundos ella también se quedó dormida.

Esta historia continuará…

Espero que le hayan gustado estos “Juegos del Hambre”, versión Calzona :o) . Por cierto, me encantaría que escribieran sus comentarios o reviews, salvo por algunos tweets que agradezco infinitamente, algunas de ustedes, mis queridas y apreciadas lectoras, me tienen a pan y agua, o sea, como el equipo número 10 en estos “Juegos del Hambre”, BUAAAAAHHH :o(

lunes, 4 de marzo de 2013

Epidemia - Capítulo 38 - Los Juegos del Hambre - II Parte




En el capítulo anterior:
El Sr. Mármol tomó el sobre sellado que le dio el miembro del equipo 12 y durante unos segundos mantuvo la expectación antes de abrirlo. Luego lo hizo y mientras enseñaba la tarjeta, dijo:
-Felicidades equipo…13, son las ganadoras de esta prueba. Por favor, equipo 8, tomen sus dos pedazos de tortilla española y entréguenlos al equipo 13.
Callie y Arizona saltaron abrazadas y gritando, celebrando que seguían en la competencia y además con menos hambre que el resto de los participantes, esta sería su segunda porción.

Epidemia – Capítulo 38 – Los Juegos del Hambre – II Parte

El gerente del hotel, dirigiéndose a todos los presentes, dijo:
…-A las 9:45 a.m. efectuaremos la siguiente prueba que hemos llamado “Saca el palito pero que sea larguito”, por favor, pasen por la mesa de control para que uno de nuestros asistentes les estregue las reglas de la misma.
Callie y Arizona con sus dos porciones de tortilla española, retiraron las instrucciones de la cuarta prueba y se sentaron en la mesa de vencedores para comer. Mientras lo hacían, Arizona leyó en voz alta las reglas:
-Los Juegos del Hambre, tercera edición, Prueba 4: Saca el palito pero que sea larguito, Callie se rió y dijo con un tono de picardía en su voz:
-Espero que no quieran medir “el palito” que con falómetro, estaríamos acabadas
Arizona soltó una carcajada y luego prosiguió leyendo:
-En un casetón o bloque de poliestireno expandido (denominadas en algunos países: láminas de ánime) se han incrustado en forma vertical, un total de 20 palitos de madera del mismo diámetro (3 milímetros) pero cuyas longitudes varían entre 12 y 30 centímetros cada uno. No obstante, se han incrustado de tal manera que sólo sean visibles 8 centímetros de longitud de su parte superior. Los equipos se formarán en dos filas frente al bloque: la fila A y la fila B. Para saber en qué fila se alineará cada participante de cada equipo, ambos se ordenarán alfabéticamente de acuerdo a la inicial de sus apellidos, de modo que el participante cuyo apellido esté primero en el alfabeto quedará en la fila A mientras que el segundo se alineará en la fila B...
Arizona hizo una pausa en la lectura y dijo:
-Robbins fila A, Torres fila B
Callie asintió y Arizona continuó leyendo:
…-La fila A comenzará con el participante del equipo número 1 y siguientes que aún permanezcan en la competencia, y la fila B comenzará con el participante del equipo número 13 y siguientes que sigan compitiendo. Antes de iniciarse la prueba, un observador de “El Capitolio”, tomará del biombo uno de los dos sobres sellados que contienen en su interior, cada uno, una tarjeta marcada con la letra A ó B, esa tarjeta determinará que fila A ó B será la que saque los primeros diez palitos. Una vez que la fila A o B lo haya hecho, la otra fila sacará los restantes diez palitos. Cuando los equipos tengan en su poder los dos palitos que han retirado del casetón, se los entregarán al juez cuyo número en su camiseta coincide con su número de equipo, quien medirá la longitud de los dos palitos y anotará en una tarjeta que identifica el número del equipo, el resultado de la sumatoria de las longitudes de ambos palitos. Cada juez le entregará a cada equipo la tarjeta numerada, quienes dirán en voz alta cuando el gerente lo indique el resultado de la sumatoria anotada por el juez.
A la hora pautada para la prueba, la misma se inició y se desarrolló conforme a las reglas. Cuando todos los equipos tenían en su poder el resultado de la sumatoria escrita por el juez en su tarjeta, el gerente del hotel usando el micrófono dijo:
-Competidores, por favor colóquense de acuerdo a su número de equipo a lado de la caja usada en las pruebas uno y tres, para preguntarles el resultado que obtuvieron en esta prueba.
Los equipos así lo hicieron y el Sr. Mármol dijo:
-A medida que mencione el número de cada equipo, los participantes dirán en voz alta el resultado obtenido mientras mostrarán la tarjeta a todos los presentes, ¿Están listos?
Todos los participantes respondieron en coro afirmativamente, entonces el gerente dijo:
-Ok, comenzamos, Equipo 1…
Uno de los participantes del equipo mencionado dijo, levantando la tarjeta para que el público pudiera verla:
-32
-Equipo 2…
-45
-Equipo 3…
-58
-Equipo 4…
-52
-Equipo 5…
-30
-Equipo 6…
-42
-Equipo 7…
-35
-Equipo 9…
-50
-Equipo 11…
-46
-Equipo 13…
-39
El gerente dijo:
-Como verán la prueba 4: “Saca el palito pero que sea larguito”, ha sido ganada por el equipo número 3 con el resultado más alto de 58, quienes siguen en competencia conjuntamente con los equipos 1, 2, 4, 6, 7, 9, 11 y 13. El equipo número 5, lamentablemente ha sido eliminado al obtener el resultado más bajo de 30. Ustedes pasarán a formar parte de los observadores de “El Capitolio”, por favor, entreguen sus porciones de tortilla al equipo ganador. ¡Felicidades Equipo Número 3!.
Luego que cesaron los aplausos de los participantes y demás personas presentes, el gerente dijo, haciendo uso del micrófono:
-Equipos, la prueba número cinco, que hemos llamado “Apunta y dispara”, comenzará a las 10:45 a.m. Por favor, acérquense a la mesa de control para que nuestros ayudantes les entreguen las normas de la prueba escritas en sus respectivos idiomas.
Callie y Arizona, retiraron las instrucciones, se sentaron en uno de los sofás del lobby del hotel, y se dispusieron a leerlas, esta vez fue Callie quien las leyó en voz alta:
-Los Juegos del Hambre, tercera edición, Prueba 5: Apunta y dispara. Se trata de una competencia de dardos que disputarán los nueve equipos participantes en los nueve tableros dispuestos para tal fin e identificados con el número de cada equipo…, Callie hizo una pausa en la lectura, alzó ambos brazos celebrando, mientras exclamó entusiasmada:
-¡¡¡ Yuuupiiii !!! ¡Dardos!, una de mis especialidades, siempre le gano a Mark en el bar de Joe
Arizona que compartía la misma emoción de Callie, exclamó:
-¡YAY!, y yo te he ganado a ti
Sonriendo y besando a Arizona brevemente en los labios, Callie le dijo:
-Eso es cierto, pero ahora estamos en el mismo equipo
Arizona asomó una sonrisa con hoyuelos y con la mirada brillante, le devolvió el beso a Callie, luego dijo:
-Si mi amor, así es ¿viste por qué quise que participáramos en estos juegos?
Callie sonriendo asintió, esa mirada y esa sonrisa no tenían precio, además de jugar en equipo, esa expresión alegre y feliz de Arizona era su mejor aliciente, su mejor premio. Ambas, mirándose a los ojos y sonriendo acercaron sus labios para besarse tiernamente. Cuando el beso finalizó, Callie continúo leyendo:
…-Cada equipo tendrá a su disposición cuatro dardos, dos para cada participante quienes deberán apuntar y disparar hacia su tablero cuando el gerente dé la orden. Los participantes se turnarán para lanzar sus dardos en el orden en que cada equipo lo determine, siempre y cuando los dardos sean lanzados uno a la vez. Los tableros tienen un circulo exterior de color negro que vale 10 puntos y siete círculos concéntricos donde se alternan los colores amarillo y negro con puntos que van desde 20 hasta 100 en su círculo central. Los puntos de cada círculo están impresos en el tablero y pueden verse fácilmente desde la línea de lanzamiento. Al final de la prueba, los jueces de cada equipo, sumarán las puntuaciones de los 4 dardos incrustados en el tablero. El equipo que tenga la mayor puntuación, ganará la prueba, mientras que el equipo con menos puntos será eliminado de la competencia y pasará a formar parte de los miembros observadores de “El Capitolio”, luego de cederle sus dos porciones de tortilla española al equipo que haya resultado ganador de la prueba. En caso de empates en la primera o última posición los equipos que hayan obtenido igual puntuación, disputarán una segunda tanda de lanzamientos de cuatro dardos por equipo, dos por cada participante.
A la hora pautada, los participantes ya listos con los dardos en su poder y parados frente al tablero identificado con su número de equipo dieron comienzo a sus lanzamientos cuando el Sr. Mármol dio la orden.
Arizona lanzó su primer dardo que se incrustó en el círculo de 80 puntos, ambas celebraron chocando sus manos y sonriendo, luego le tocó el turno a Callie, cuyo dardo estuvo más cerca de los 60 puntos, pero aún así quedó incrustado en el círculo negro de 80 puntos. Ambas celebraron de nuevo y Arizona lanzó su dardo y al instante alzó sus brazos exclamando “YAY” y pegando pequeños saltos para celebrar que su dardo había quedado incrustado en el círculo interior, sumando para el equipo 100 puntos más. Callie la abrazó para felicitarla y celebrar con ella. Luego respiró hondo, se concentró en el tablero y también celebró con Arizona mientras se abrazaban, su dardo también se había incrustado casi al lado del de Arizona, en el círculo central, sumando 100 puntos más. Ambas habían obtenido 360 puntos, un resultado que si no lograba el primer lugar era casi seguro que las mantendría en competencia.
Cuando finalizó la prueba y los resultados fueron anunciados por el Sr. Mármol, se dieron cuenta que no estaban equivocadas en su apreciación, no ganaron la competencia, quedaron en tercer lugar, después del equipo número 1, que obtuvo la puntuación más alta, es decir, 400 puntos, seguido del equipo número 9 que obtuvo 380 puntos, pero ambas celebraron con un nuevo abrazo, el hecho de continuar compitiendo. En esta prueba quedó eliminado el equipo número 11, quienes cedieron sus porciones de tortilla española al equipo ganador.
El gerente citó a los equipos a las 11:30 a.m. para la siguiente prueba, la número seis, anunciando que la misma tendría lugar en la piscina del hotel, luego agregó:
-Participantes alisten sus bañadores y retiren las normas de la prueba en la mesa de control situada al lado de la piscina.
Cuando Arizona escuchó al Sr. Mármol, ella sonrió y emocionada le dijo a Callie:
-Finalmente voy a verte en bikini de nuevo
Callie puso los ojos y exclamó:

-¡Mi amor!, sólo tienes dos días sin verme en bikini, el día que pasamos en Montserrat y ayer cuando regresamos de allá.
Arizona negó con la cabeza y dijo:
-Callie, estamos en España, donde dos días sin verte en bikini es casi una eternidad
Callie soltó una carcajada, la mirada pícara que había puesto Arizona al decir eso, la hizo reír, así que mientras salían a la piscina para retirar las reglas de la siguiente prueba, Callie le dio una nalgada suave a Arizona y le dijo:
-Mi pichirruchi, eres una exagerada
Arizona también se echó a reír. Cuando llegaron a la mesa de control, adyacente a la piscina, el mismo recepcionista que les había atendido esa mañana para registrarlas en los juegos, las saludó sonriendo, felicitando a ambas porque seguían en competencia. Ellas le agradecieron y el empleado les dijo:
-Tal como podrán leer con más detalles en las normas de la prueba que efectuarán aquí en la piscina y que les voy a entregar, la prueba número seis, la hemos llamado “Buscando el tesoro”, donde el “tesoro” consiste en dos monedas que están al fondo de la piscina…
Callie y Arizona distinguieron el brillo de unas cuantas monedas esparcidas en el fondo de la piscina, pensando que esa prueba sería fácil, sin embargo, el empleado del hotel, agregó:
…-La dificultad de la prueba radica en que cada participante de cada equipo no podrá retirar del fondo cualquier moneda al azar, sino aquella cuyo número grabado en la cara de la moneda que no pueden ver coincida con el número de su equipo, en su caso, deberán encontrar las dos monedas marcadas con el número 13. Si ven en el fondo una moneda cuyo número no sea ese, deberán dejarla con el número hacia abajo en el mismo sitio donde la encontraron. Y la dificultad adicional, es que como los organizadores de los juegos no sabían que equipos estarían o no compitiendo en esta prueba, en el fondo de la piscina se encuentran un total de veintiséis monedas, dos por cada uno de los equipos que comenzaron los juegos esta mañana…
Callie y Arizona se miraron a los ojos y exclamaron al mismo tiempo:
-¡Oh, oh!
El empleado del hotel sonrió y agregó:
-Pueden dejar su ropa en el casillero marcado con el número 13, la misma no la necesitarán hasta el final de la competencia. Conjuntamente con las normas, les entregaré el kit de obsequio de esta prueba conformado por un par de toallas, un par de gafas de piscina, y dos franelas estampadas con el logo del hotel y de esta edición de “Los Juegos del Hambre” en la parte delantera y con su número de equipo en la parte posterior, las cuales deberán usar al final de la prueba para seguir compitiendo. Las dos monedas…, si las encuentran, podrán conservarlas y guardarlas en su casillero al finalizar la prueba…
Viendo su reloj, el empleado terminó diciendo:
…-Faltan diez minutos para el inicio de la prueba, por favor, alístense para la misma y lean las normas para detalles adicionales. Les deseo mucha suerte.
Callie y Arizona le dieron las gracias al recepcionista del hotel y luego se apartaron de la mesa para leer las normas de la prueba tal como lo habían hecho antes.  Luego se dispusieron a quitarse la ropa y guardarla en el casillero identificado con el número 13. En el mismo instante en que Callie descubrió su bikini, Arizona la miró con picardía y exclamó:
-¡Yes, el rojo, mi favorito!
Callie se echó a reír y dijo:
-O sea que hoy no te importa que me muestre a los demás competidores en tu bikini favorito.
Con más picardía aún, Arizona respondió:
-Mi amor, hoy me conviene que los deslumbres con ese bikini, eso nos dará una ventaja adicional, además quiero ganar esta prueba, tengo hambre
Callie soltó una sonora carcajada y dijo:
-Yo también tengo hambre, no concibo un mejor nombre para esta competencia que el que eligieron, “Los Juegos del Hambre” aquí son textualmente, “Los Juegos del Hambre”. Al menos nosotras hemos comido dos porciones, hay equipos que aún no ha probado el sabor del triunfo, literalmente, y los que han sido eliminados tampoco han comido, esos tienen más hambre que nosotras.
-Es cierto, pero igual…tengo hambre y mucha
Callie abrazó a Arizona y le dijo sonriendo:
-Pero a pesar del hambre, ¿te estás divirtiendo?, ¿verdad?
Arizona le dio un breve beso en los labios a Callie y le respondió con esa sonrisa que la derretía:
-Si mi amor, muchísimo, ¿y tú?, ¿también te estás divirtiendo?
-Si mi pichirruchi y he decidido que como tengo hambre… ¡Te voy a comer a besos!
Arizona comenzó a reír sin parar, mientras Callie le daba picotazos de pequeños besos por todo su cuello, que le hacían cosquillas. Ambas permanecieron bromeando entre ellas y riendo hasta que el Sr. Mármol, antes de dar inicio a la prueba, les dijo a todos los participantes que entraran a la piscina y se colocaran sus gafas. Cuando todos los equipos estaban listos, el gerente dio las instrucciones finales:
-Cuando suene el silbato, podrán sumergirse para buscar sus monedas, cuando la encuentren sólo tendrán que acercarse al borde de la piscina para entregarle la moneda a uno de nuestros asistentes. Quisimos hacerlo así, para evitarles una caída al tratar de llegar corriendo a una mesa de control para entregar la moneda. Además si su equipo no ha encontrado las dos monedas, pueden ayudar a su compañero a buscar la que falta. El primer equipo en recoger ambas monedas será el ganador de esta prueba y por supuesto, el último será eliminado.
En el momento en que sonó el silbato, todos los participantes se sumergieron a la piscina para comenzar a buscar las monedas. Callie y Arizona, decidieron antes de la competencia, separarse a ambos lados de la piscina para buscar metódicamente sus monedas, comenzando su búsqueda desde las paredes laterales hacia el centro. El método elegido por ambas resultó sumamente efectivo, Arizona fue la primera que encontró una moneda marcada con el número 13 cerca de la pared, luego de entregarla a uno de los asistentes, se sumergió de nuevo en el punto donde la había encontrado y continuó buscando la segunda moneda.  Pero fue Callie quien la encontró casi en la parte central del fondo de la piscina. Arizona se dio cuenta de que la búsqueda había concluido y cuando ambas salieron y se percataron que eran ellas el único equipo participante que estaba afuera de la piscina, se abrazaron celebrando, era obvio que habían ganado esa prueba.
Efectivamente, unos minutos más tarde, el gerente del hotel las anunciaba como las ganadoras de la prueba, a quienes felicitó efusivamente. Luego les indicó a los miembros del equipo 7 que fueron eliminados, que les cedieran sus porciones de tortilla española. Asimismo, el Sr. Mármol anunció que la siguiente prueba se efectuaría en la playa a la 12:30 p.m., y les recomendó a los participantes que retiraran las reglas de la misma en la mesa de control ubicada en la piscina.
Callie y Arizona se secaron con sus toallas, se pusieron las franelas que les habían entregado y se sentaron a la mesa para comer con mucho apetito, sus dos porciones de tortilla. Callie, tenía hambre, pero se dio cuenta que Arizona tenía más hambre aún, porque se había devorado su parte en sólo tres bocados, cuando Callie apenas iba por la mitad de su porción, por ello decidió cederle a su hambrienta prometida la mitad restante.
Arizona se enterneció con el gesto de Callie y le dijo con ternura:
-No mi amor, tu también tienes hambre, anda, come tu porción completa
Callie le respondió:
-No mi pichirruchi, tú tienes más hambre que yo, así que compláceme y acepta mi pequeño regalo…, acercando el plato delicadamente hacia Arizona, Callie agregó sonriendo:  …-para ti
Arizona sonrió y sintió en ese preciso momento con en ese pequeño gesto de Callie hacia ella, cuanto se amaban mutuamente. Dándole un beso en la mejilla, Arizona aceptó el ofrecimiento de Callie, pero picó la mitad en dos pedazos y juntas terminaron de comer sonriendo, mientras se veían a los ojos y se decían un “te amo” con la mirada brillante.
Una vez que terminaron de comer, ambas retiraron las normas de la siguiente prueba, y sentadas a la mesa de nuevo, Callie leyó en voz alta el contenido:
-Los Juegos del Hambre, tercera edición, Prueba 7: Un beso a ciegas.
Callie hizo una pausa y dijo sonriendo con picardía:
-Suena prometedor ese nombre, veamos que dicen las reglas:
…-Tal como lo hicieron en la prueba número cuatro, pero está vez usando sus nombres en lugar de sus apellidos, los participantes de cada equipo clasificaran sus nombres alfabéticamente, el primero, o sea el participante A, será el que se vende los ojos y el segundo, es decir, el participante B, será quien espere ser besado por su compañero o compañera de equipo.
Callie hizo una nueva pausa y le dijo a Arizona:
-Tal parece que serás tú, quien con los ojos vendados me buscará para besarme
Arizona sonrió y dijo:
-Si es tu boca la que tengo que besar, creo que ganaremos esta prueba también, anda mi amor, continua leyendo.
…-Los participantes A de cada equipo se colocarán con los ojos previamente vendados alineados de modo tal que queden con el mar a su derecha. Nuestros asistentes los ubicarán adecuadamente antes de iniciarse la prueba. Sin que los participantes A, hayan visto sus posiciones, los participantes B se alinearán frente a los participantes A, de tal  forma que el mar les quede a su izquierda. Sin embargo, ninguno de los participantes quedará posicionado en línea recta frente a su compañero de equipo. Cuando se dé el pitazo para comenzar la prueba, cada participante B, llamará a su compañero, pero sin decir su nombre o cualquier sobrenombre que usen con frecuencia…
-O sea, que tampoco puedo llamarte Pichirruchi, dijo Callie un tanto decepcionada, ¿cómo demonios sabrás que soy yo?
-Por tu voz, supongo, dijo Arizona
Callie, continuó leyendo las normas de la prueba:
...-Los participantes B, sin embargo, podrán silbar, o hacer cualquier sonido que supongan pueda atraer a su compañero o compañera de equipo. No obstante, es preciso aclarar que los observadores de “El Capitolio”, y el público en general han sido o serán instruidos para hacer toda la bulla y alboroto que puedan, a fin de confundir los llamados de sus compañeros de equipo.
Cuando el participante A se encuentre de frente con alguno de los participantes B, el primero le preguntará al segundo: “¿Beso o no beso?, si la respuesta del participante B es “Sí”, significará que el participante A ha encontrado a su pareja, y podrá besarla sin quitarse la venda de los ojos; en caso contrario, si el participante B, responde No, el participante A, deberá seguir buscando a ciegas a su pareja hasta encontrarla.
La primera pareja que se bese será el equipo ganador de la prueba, la última será eliminada de la competencia y deberá cederle su porción de tortilla española al equipo vencedor.
A la hora señalada, luego de que todos los participantes estaban colocados en las posiciones elegidas por los jueces de los juegos, el Sr. Mármol dio el pitazo que señalaba el inicio de la prueba.
Los participantes A estaban realmente confundidos, era tal la algarabía de los presentes que los sonidos de sus compañeros de equipos llamándolos se perdían en medio del alboroto.
Cuando Callie vio que Arizona, desorientada, se estaba dirigiendo hacia el mar, al igual que dos competidores más, se le ocurrió una idea y la puso en práctica de inmediato

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En el mismo momento en que Callie comenzó a cantar con su potente voz, por un instante, los presentes, deseando escucharla, silenciaron sus gritos, sin embargo, los jueces de inmediato los instruyeron para continuar y la algarabía prosiguió. Pero Arizona, se detuvo y cambio su dirección, al escuchar la inconfundible voz de Callie, quien continúo cantando.
Arizona sonrió, a pesar de los gritos, el alboroto y los silbidos, podía escuchar esa voz que adoraba, así que se dirigió hacia allá para encontrarse con ella. Con pasos inseguros por la ceguera temporal, pero casi en línea recta, Arizona, poco a poco se fue acercando a su meta personal. El canto de Callie, ayudó al resto de los participantes a orientarse, al menos, hacia la dirección donde se encontraban sus parejas, sin embargo, la única que tenía un rumbo fijo y un destino seguro era Arizona, quien obviamente fue la primera en llegar. En ese momento, lo que ella más deseaba, aunque la prueba no lo exigiera, era besar a Callie.
Ella dejó de cantar cuando Arizona, frente a ella, con los ojos vendados y sonriendo, preguntó segura de la respuesta:
-¿Beso o no beso?
Callie respondió sonriendo:
-Sí
Arizona con sus manos buscó a tientas las mejillas de Callie, se alzó sobre sus pies y acercó su boca para besarla. Sus labios se unieron en un beso lento, profundo y tierno. Un beso lleno de magia, porque mientras duró, ninguna de las dos escuchó los gritos y el alboroto que las rodeaba. Con ese beso a ciegas, celebraban no sólo que habían ganado la prueba,  sino también el inmenso amor que les alborotaba el alma y que crecía cada día un poco más en sus corazones.

Esta historia continuará…

Y mientras escribo la tercera y última parte de “Los Juegos del Hambre” versión Calzona, aquí les dejo un link con la versión completa de la canción incluida en este capítulo: 
Es impresionante la potencia de la voz de Sara que se nota, especialmente, al final de la canción, cuando su voz sobresale del coro, sólo puedo decir ¡Wow! Cada vez que la escucho, se me eriza la piel.