Dos almas gemelas que deberán aprender juntas a superar sus temores y encontrar el camino hacia sus verdaderos sueños. Acompañen a Callie Torres y a Arizona Robbins en este viaje, a través de los sentimientos. Una montaña rusa de emociones, donde la música será otra protagonista. Citando a Jessica Capshaw: “Hold on and enjoy the ride” (Agárrense fuerte y disfruten del paseo).

jueves, 18 de octubre de 2012

Epidemia - Capítulo 30 - Connected - Conectadas


Epidemia – Capítulo 30 – Connected (Conectadas)

Unas tres horas después, la azafata se acercó a la pareja de mujeres que estaban abrazadas, profundamente dormidas, ella estaba extasiada viéndolas juntas, se veía que hacían una gran pareja y que se amaban, era realmente inspirador ver a dos personas tan unidas, tan conectadas entre sí. La azafata le dijo a la mujer latina que estaba sentada más cerca del pasillo:

-Disculpe que la despierte, pero ¿quieren cenar?

Callie se despertó y miró a la azafata un poco desorientada, cuando recordó donde se encontraba y sintió a Arizona en su regazo durmiendo, de inmediato asomó a sus labios una sonrisa, ella con ternura le susurró al oído a su bella durmiente:

-Arizona, mi amor ¿quieres cenar?

Arizona se despertó a medias y con cara de sueño y abriendo un solo ojo, le dijo a Callie:

-Sí, creo que tengo hambre, luego volvió a caer en el regazo de Callie cerrando sus ojos otra vez.

Callie sonrió y le dijo a la azafata:

-Si señorita, vamos a cenar, gracias

-Ok…, le contestó la azafata con una sonrisa, …-en 10 minutos comenzaremos a servir

-Gracias, le dijo Callie, devolviéndole la sonrisa

Callie besó la frente de Arizona y le acarició el cabello mientras le susurraba al oído con cariño:

-Mi pichirruchi, mejor te espabilas, ya van a traer la cena y no quiero que se te vaya a ir la comida por el camino viejo

Arizona sin moverse, dijo con voz infantil: -Mmnnnn, un ratico más, esto se siente rico, tu cuello es rico, sí, muy rico.... Arizona levantó la cabeza un momento y abriendo un solo ojo otra vez, le dijo a Callie: …-Por cierto, te amo. Y de nuevo se acurrucó, moviendo su cabeza ligeramente para acomodarse de nuevo en el cuello de Callie, mientras exhalaba un pequeño suspiro de satisfacción.

El gesto que hizo Arizona fue tan cómico y tierno a la vez que Callie sonrió enternecida, le encantaba ver esa faceta de Arizona, le encantaba verla asomar su lado infantil, algo que sólo hacía cuando estaba muy, muy feliz, como ahora.

Unos minutos después, Arizona seguía en el regazo de Callie, pero era inminente la llegada de su comida al puesto del avión donde se encontraban, así que decidió aplicar el Plan B para despertarla. Sonriendo comenzó a plantarle besito, tras besito en el cuello, en la oreja y en las mejillas de Arizona, haciéndole cosquillas con ellos. Arizona comenzó a reírse por las cosquillas que le producían los pequeños picotazos de Callie, así que a los pocos segundos en lugar de seguir durmiendo se comenzó a reír, hasta que finalmente se espabiló.

Justo antes de que la comida fuera servida frente a sus puestos en el avión, Arizona le dio un breve beso en la boca a Callie y luego le dijo sonriendo con picardía: -Te amo, estoy y me siento en el cielo gracias a ti, literalmente…

Callie se echó a reír y le dijo con la misma picardía: -Yo también te amo mi pichirruchi, tú también me haces volar.

Arizona le puso los ojos y sonrió, sabiendo perfectamente que Callie estaba hablando en doble sentido de nuevo.

La comida fue servida y una vez que ambas terminaron de comer, la azafata se acercó a sus puestos para retirar los platos. Callie y Arizona le agradecieron con una sonrisa y ella se retiró sonriéndoles también. A los pocos instantes vieron que la azafata regresó a sus puestos con dos copas de champagne en la mano y se las ofreció a ambas mientras le decía sonriendo:

-Estas dos copas de champagne son por cuenta de la línea aérea, en realidad… agregó la azafata ampliando aún más su sonrisa, …-son por mi cuenta. Pocas veces he visto a dos personas que se amen tanto como ustedes se ve que se aman, hacen una hermosa pareja y es inspirador verlas juntas, por eso me tomé el atrevimiento de ofrecerles estas dos copas de champagne, me parece que tienen muchas cosas que celebrar, espero que no les moleste…

Callie y Arizona se vieron mutuamente a los ojos y sonrieron, luego Callie con su enorme sonrisa dibujada en su rostro, aceptando las dos copas de champagne que la azafata tan amablemente les había ofrecido, le dijo:

-Por favor, ¿Cómo podría molestarnos un gesto así?. Muchas gracias… por todo.

La azafata sonrió de nuevo y antes de retirarse le dijo:

-Salud, espero que lo disfrutan

Callie y Arizona en coro le dijeron sonriendo: -Gracias

Callie sonrió y antes de brindar le dijo a Arizona:

-Eso fue lindo… aunque creo que eso nos pasa por ventilar nuestros asuntos personales en la cabina de un avión.

Arizona sonrió con picardía y le dijo a Callie, mirándola a los ojos:

-No mi amor, eso nos pasa por ser almas gemelas… luego alzando su copa agregó: …-Brindo por ti Calliope Torres…. mi alma gemela.

Callie también levantó su copa y con su hermosa sonrisa, dijo:

-Brindo por ti Arizona Robbins… mi alma gemela


Luego de exactamente 17 horas y 10 minutos, el inmenso avión de Lufthansa estaba aterrizando en el Aeropuerto Internacional de Frankfurt en Alemania. Callie y Arizona, junto con el resto de los pasajeros, aún tendrían que esperar casi cinco horas para tomar la conexión del vuelo que las llevaría finalmente a su destino.

Ellas, tomadas de la mano se dirigieron hacia la puerta de embarque que les correspondía para efectuar la conexión, ambas sabían que el Aeropuerto de Frankfurt era tan gigantesco que fácilmente podría tomarle bastante tiempo caminar si las puertas de embarque estaban suficientemente lejos la una de la otra y efectivamente así era. Mientras caminaban, sonriendo y dándose besos breves en la boca se pararon en algunas tiendas del aeropuerto para tomarse un café y comer unos bocadillos.

Por el camino Callie recordó a Teddy, y quiso llamarla para darle la buena noticia, ella merecía ser informada de algo así, por lo mucho que las había ayudado desde el principio para que esa reconciliación se materializara. Así que Callie tomó su celular y marcó el número de Teddy.

Cuando Teddy contestó, Callie dijo sonriendo:

-Hola Doctora Corazón ¿cómo estás?

Arizona vio a Callie con una mirada interrogante y dijo: ¡Doctora Corazón!, ¿quién es?. Callie sonrió mirando a Arizona, y le hizo un gesto con la mano para que esperara.

Teddy sonriendo contestó al otro lado de la línea: -¡Callie! ¿cómo estás?, ¿sigues en el hotel o decidiste seguir mis consejos?

Callie le contestó: -Pues, no estoy en el Hotel, seguí tus consejos y justo ahora tengo a mi lado a la mujer más hermosa del mundo, sonriendo y preguntándome intrigada ¿Quién es la doctora corazón?

Arizona sonrió, pero aún seguía intrigada.

Teddy emocionada exclamó: -¡YAY!, tenemos que salir a celebrar.

-Sí eso es cierto…, dijo Callie, …-pero creo que nuestra celebración va a tener que esperar un mes por lo menos, estoy ahora con Arizona en un aeropuerto

Teddy aún más entusiasmada preguntó: -¿La fuiste a buscar al aeropuerto y fueron juntas a San Diego a visitar a sus padres?.

Callie se echó a reír y le dijo: -Sí la fui a buscar al aeropuerto, pero no fuimos a San Diego, te voy a pasar a Arizona para que te diga dónde estamos.

Callie le pasó el teléfono a Arizona, quien aún no tenía idea con quien estaba hablando Callie.

Arizona tomó el celular que Callie le ofreció y dijo:

-Hola

Teddy sonriendo exclamó:

-¡Arizona!

Arizona enseguida reconoció la voz de su amiga:

-Teddy ¿eres tú?, Hola… ¿así que tú eres la doctora corazón?... Arizona se echó a reír… -Debí imaginármelo, obvio eres cirujana cardiotorácica.

Teddy se echó a reír y le dijo: -Sí, pero Callie no me llama así sólo por eso, dile luego que te cuente. Dime, ella me dijo que estaban en un aeropuerto, pero que no fueron a San Diego, ¿dónde están?

Arizona se echó a reír: -En Alemania

Teddy exclamó: -¡En Alemania!

Arizona le respondió entusiasmada: -Sí Teddy, en Alemania, acabamos de llegar, en realidad estamos aquí sólo de paso, esperando una conexión que nos llevará a ¡España!, ¡YAY!

-¡España!, ¡wow!, tu siempre quisiste ir a España con Callie... ¿sabes? me alegro, de verdad me alegro, me encanta que estén juntas de nuevo y más aún haber ayudado a que eso sucediera. ¡YAY!

-Sí Teddy, de verdad gracias por todo, en serio, de no ser por ti y por tus locos consejos, la verdad no sé si Callie y yo hubiéramos logrado reunirnos. Gracias de verdad amiga, Gracias.

En ese momento, Callie le hizo una seña a Arizona para que le diera el teléfono.

Arizona le dijo: -Callie me está pidiendo el teléfono para hablar contigo.

-Tranquila amiga, me alegro por ambas, están juntas de nuevo y eso me encanta

-Gracias Teddy, te paso a Callie. Un abrazo

-Un abrazo para ti también Arizona, diviértete mucho en España con Callie

-Eso no lo dudes, le dijo Arizona con una sonrisa encantadora y pícara.

-No, no lo dudo

-Bye amiga, ahora sí te paso a Callie

-Ok

Arizona le pasó el teléfono a Callie, quien le dijo a Teddy:

-Doctora Corazón te llamé justo para agradecerte, pero Arizona se me adelantó, de cualquier forma puedo decirte Gracias igualmente, aunque no por tus locos consejos, sino por tus sabios consejos, lo que hablamos en el hotel ayer me dio el impulso que me hacía falta para correr en busca de Arizona y la encontré justo a tiempo. Así que sí, mi querida doctora corazón, yo también te doy las gracias.

-Callie me alegro que me hayas escuchado, yo sabía que lo ibas a hacer, por tu actitud me lo imaginé y me alegro que lo hayas hecho tan rápido. Y esa idea de ir a España con ella, es genial. Estas haciendo realidad uno de sus sueños ¿lo sabes, verdad?

-Sí Teddy, claro que lo sé. Para eso es que sirve la memoria, para recordar las cosas buenas

-¿Y qué pasó con las cosas malas?

-Las dejamos atrás, bien lejos

-¡Bien!, me alegra escuchar eso.

-Así es amiga, todo lo malo se quedó atrás. Ahora lo único que deseo es ser feliz con la mujer que amo.

Arizona sonrió al escuchar a Callie decir esas palabras y apretó su mano

-Me alegro de verdad Callie…, dijo Teddy, …-Dime ¿Cuánto tiempo piensan estar allá?

-Creo que un mes, más o menos, aún no he hablado de eso con Arizona, de cualquier forma ese es el tiempo que necesito para terminar de fortalecer mi brazo, pero bueno, apretar una pelotita y levantar una pequeña pesa, lo puedo hacer en cualquier parte del mundo ¿verdad?, así cuando lleguemos a Seattle ya estaré lista para reincorporarme a mi trabajo. Ahora que recuperé la memoria totalmente, y además de echar de menos a Arizona, me di cuenta que también echo de menos la cirugía, pero eso vendrá en su momento, por ahora lo único que quiero es enfocarme en esta hermosa mujer que está caminando a mi lado, dijo Callie sonriendo y mirando a Arizona, quien le devolvió la sonrisa

Teddy le contestó: -Eso es correcto, además, supongo que continuarás con tus investigaciones de bioingeniería para el desarrollo del cartílago artificial y lo de lo Sebastián.

-Oh sí por supuesto. Por cierto, dale de mi parte y de parte de Arizona, un enorme beso a Sebastián, dile que lo queremos mucho y que pronto regresaremos para jugar y comer helados de nuevo.

-Seguro que sí, diviértanse mucho en España

-Claro que sí. Gracias ¿ok?, nos vemos en un mes, más o menos

-Seguro, un abrazo para ambas

-Un abrazo para ti también Teddy. Bye

-Bye

Callie colgó el teléfono y enseguida Arizona le preguntó:

-¿Qué conversación fue esa?

Callie sonrió y le conto a Arizona lo que habían hablado Teddy y ella en el restaurant del hotel

Arizona, luego de escuchar lo que Callie le contó, se sintió aún más agradecida con su amiga, quien de verdad, se había comportado como una genuina “doctora corazón”, como Callie la llamaba ahora. Cuando pensó en eso, en el apodo que Callie le había puesto a Teddy, sonrió, esa era sin duda, otra ocurrencia divertida de Callie, a quien le encantaba usar nombres geniales: “doctora corazón”, “lesbiajedrez” y su preferido “pichirruchi”. Recordar el hermoso apodo que Callie había inventado por llamarla a ella y lo que significaba, enterneció a Arizona, quien se detuvo un momento para colocarse al frente de Callie y darle un beso en los labios.

A Callie le encantó el beso inesperado de Arizona, entonces le preguntó:

-¿A qué debo el honor de ese beso?

-A ti misma por ser tan maravillosa

Callie sonrió y le dijo a Arizona, antes de besarla:

-Siendo así tú también te mereces un beso.

Cuando separaron sus labios, pero aún abrazadas, Arizona le preguntó a Callie:

-Y dime, ¿esa conversación con Teddy fue la que finalmente te convenció de irme a buscar al aeropuerto de Seattle?

Callie repasó en su mente la conversación que tuvo con Teddy en el restaurant del Hotel y también recordó el video de Arizona que accidentalmente había visto en el celular cuando subió a su habitación. Al recordarlo, ella soltó una carcajada y le contestó a Arizona, sin dejar de reír:

-Sí mi pichirruchi, hubo en realidad dos cosas que me convencieron, la conversación con Teddy fue una de ellas, la otra… Callie buscó en el celular el video y cuando lo tuvo a punto para reproducirlo, entregándole el celular a Arizona, agregó; …-fue esto.

Arizona reprodujo el vídeo y al verse en ese estado: durmiendo, roncando y babeándose sobre el pecho de Callie, frunció el seño y le preguntó a ella intrigada pero sonriendo:

-Callie ¿Qué es esto?

-Pues tú, ¿no lo ves?, le dijo Callie soltando otra carcajada

Arizona reprodujo el vídeo otra vez y preguntó:

-Callie ¿Cuándo filmaste esto?, ¡que vergüenza!, me veo patética, ¿yo ronco así todas las noches?, ¡por Dios!, ¡estoy babeando!...

Callie riendo dijo: -¿Recuerdas aquel día que tomaste unas copas demás en casa de tus padres en San Diego,  justo la noche antes de irnos a Newport Beach?

Arizona miró hacia arriba tratando de recordar y efectivamente lo recordó y le dijo a Callie:

-Sí, ahora lo recuerdo, pero Callie ¿por qué me filmaste?

Callie se echó a reír y le contestó:

-Porque quise hacerte una travesura, verás, tú normalmente no roncas ni te babeas, pero cuando tomas a veces lo haces, esa noche tú estabas acostada arriba de mi y tus ronquidos, tus sonoros ronquidos, me despertaron, y luego, cuando intenté dormirme de nuevo, no pude por el ruido, entonces tomé mi celular para jugar un rato y fue cuando se me ocurrió filmarte, fue una travesura, que se me olvidó mostrarte, al día siguiente nos fuimos de viaje y olvidé enseñártelo

Arizona reprodujo el vídeo por tercera vez y se echó a reír, entonces le dijo a Callie:

-Definitivamente Calliope Torres está es una de tus típicas travesuras, lo que ahora no logro entender es por qué este vídeo te convenció de regresar a mi, ¡por Dios! Callie, aquí no me veo ni sexy, ni caliente, ni bonita, ni nada parecido, me veo patética.

Callie apretó el abrazo y le dijo a Arizona sonriendo y mirándola a los ojos:

-Exacto, esa noche pensé divertida que mi dulce princesa de ojos azules y rizos dorados se había convertido en el mismísimo demonio de Tasmania, estabas roncando como un toro, babeándome el pecho con la boca abierta y aún así te amaba, y te amé aún más al mirarte de ese modo, fue entonces cuando me dije a mi misma que eso tenía que ser el amor verdadero, porque tus ronquidos y tus babeos nada calientes ni sexys me inspiraron ternura, me inspiraron amor…

…-Ayer, después de hablar con Teddy, subí a mi habitación,  me disponía a releer el mensaje de texto donde me decías que te irías a San Diego, a casa de tus padres para dejarme libre el apartamento y accidentalmente me topé con el vídeo, lo vi y sonreí, y entonces fue cuando me di cuenta que Teddy tenía razón, que yo estaba perdiendo el tiempo al permanecer alejada de ti, cuando podía estar junto a ti, compartiendo una vida contigo, sin importar lo que trajeran esos días, algunos serían sexys y calientes, otros no tanto, como ese, pero serían nuestros momentos, momentos en los que yo tu y yo nos amaríamos cada instante sin importar lo que estuviéramos haciendo, ni nuestra apariencia, que podríamos incluso a llegar a ser dos viejitas con el pelo blanco y con la cara llena de arrugas y aún así nos veríamos bellas la una a la otra y nos seguiríamos amando como siempre o quizás incluso más…

…-Yo siempre tuve la intensión de regresar a ti, desde el mismo instante en que salí del apartamento cuando recuperé la memoria, pero las palabras de Teddy y ese vídeo me hicieron ver que un día sin ti, era un día perdido, que cada día que me concentraba en el dolor del pasado era un día que dejaba de ser feliz contigo en el aquí y el ahora, que cada día que vivía en el pasado, era un día en el que me negaba a soñar en un futuro contigo, y ¿sabes mi amor? yo no quería perder más días, no quería perder ni un minuto más lejos de ti, así que empaque todas mis cosas y salí como un rayo disparada al aeropuerto dispuesta a recatarte y a rescatarme, dispuesta a dejar el pasado donde pertenece: en el pasado, y a disfrutar y ser feliz contigo el aquí y el ahora que nos traiga cada día, porque como me dijiste aquella vez en el ascensor, antes de tener el accidente: “En algún momento tendrás que perdonarme y es mejor que sea ahora, porque yo estoy enamorada de ti Calliope y tú estás enamorada de mí y lo único que te pido es otra oportunidad”…

…-Así que decidí hacer algo mejor que darte otra oportunidad, algo mejor incluso que perdonar, en realidad yo ya no tenía nada que perdonarte, no después de todo lo que tú hiciste para reconquistarme Arizona, no después que me entregaste tu alma como lo has hecho, así que de nuestro pasado decidí dejar atrás todo lo malo y conservar sólo lo bueno, decidí quedarme sólo con las rosas, desechando las espinas…

Cuando Callie terminó de pronunciar esas palabras, tanto ella como Arizona tenían los ojos llenos de lágrimas, ambas se sentían profundamente emocionadas e inmensamente felices sabiendo que el pasado era pasado y que lo más bello que tenían era su presente lleno de amor y su futuro de sueños, juntas…para siempre.

Arizona se levanto de puntillas y buscó los labios de Callie, ella miró hacia abajo, directamente a los hermosos ojos de Arizona, por un segundo cada una le vio el alma a la otra, sus almas… gemelas, entonces Callie lentamente acercó sus labios a los de Arizona y se besaron profunda y tiernamente.

Cuando el beso finalizó, ambas sonrieron y abrazadas continuaron su camino hacia la puerta de embarque que les correspondía. Una vez ubicada, Callie y Arizona colocaron sus bolsos a su lado y se sentaron juntas. Minutos después, Arizona se paró para ir al baño, mientras que Callie se quedó sentada en la silla. Antes de retirarse al baño, Arizona se inclinó para buscar unos pañuelos en su bolso y al abrirlo, el sobre con la carta de despedida que le había escrito a Callie en el aeropuerto de Seattle se cayó al suelo. Callie lo recogió y se lo entregó de nuevo a Arizona.

Pero al ver la expresión en el rostro de Arizona, cuando le entregaba el sobre, Callie sintió curiosidad y le preguntó a ella:

-¿Qué hay en ese sobre?

Arizona sonrió y le dijo:

-Es una carta de despedida que te escribí en Seattle cuando creí que te había perdido para siempre…

El rostro de Callie se llenó de ternura y entonces le preguntó a Arizona:

-¿Te importa si lo leo?

Arizona se encogió de hombros y le dijo:

-Es algo triste, pero yo no tengo secretos para ti, si quieres lo lees, mientras yo voy al baño… Luego con su sonrisa encantadora agregó: …-Puedes leerlo mi amor, ya no es algo triste para mí, lo fue, ya no, porque estoy contigo, porque no te perdí, como lo creí cuando te escribí esa carta.

Callie tomó la mano de Arizona y se la apretó, mientras le dijo sonriendo:

-Así es mi amor, estamos juntas.

Arizona le sonrió emocionada y luego se alejó hacia el baño, mientras Callie abría el sobre para leer lo que Arizona le había escrito.

Cuando Callie terminó de leer la carta sus ojos estaban llenos de lágrimas, estaba profundamente conmovida con lo que había leído allí y sobre todo por imaginarse el enorme sufrimiento que había sentido Arizona mientras escribía aquello. De pronto, Callie sintió un inmenso deseo de hacerle el amor a Arizona, no era por pasión o lujuria, es que realmente, literalmente, le quería hacer el amor a Arizona, quería amarla, quería compensar con sus besos y sus caricias ese sufrimiento que ella había experimentado, apenas unas horas antes. Pero había un inconveniente ¿dónde podían hacer el amor en la inmensidad de ese aeropuerto lleno de gente?. Callie levantó la cabeza mirando a todos lados tratando de encontrar una respuesta, hasta que finalmente una sonrisa de logro se asomó en su rostro, cuando pensó para sí misma: “Por supuesto Callie, en este inmenso aeropuerto donde la gente tiene que esperar largas horas por una conexión, hay hoteles, lo único que tienes que hacer es encontrar uno”.

Animada, Callie tomó su celular y se conectó a internet, a los pocos segundos encontró lo que buscaba: El Sheraton Frankfurt Hotel & Towers Conference Center, ubicado en el mismo aeropuerto de Frankfurt. Ahora solo tenía que esperar a Arizona para irse con ella.

Cuando Arizona se acercó a Callie, buscó su mirada, de alguna manera quería saber que había sentido ella al leer esa carta.

Callie entendió su mirada interrogante y sin decir una palabra todavía, se paró de la silla, miró a Arizona con una mirada de amor que la derritió y la envolvió en sus brazos tiernamente. Arizona suspiró, sabiendo que la carta había conmocionado el alma de Callie.

Callie soltó el abrazo y ofreciendo su mano para que Arizona la tomara, dijo: -Te amo mi pichirruchi, ven mi amor, ven conmigo, tengo una idea.

Arizona sonrió con picardía, a Arizona le encantaban “las ideas” de Callie, porque de algún modo siempre lograban sorprenderla.

Después de caminar por unos minutos tomadas de la mano por el enorme aeropuerto, Callie y Arizona atravesaron una corta pasarela sobre un puente para peatones. Al final del mismo, Arizona vio hacía arriba el enorme techo vidriado con ángulos geométricos que constituía la parte superior del lobby del hotel donde Callie estaba haciendo el check-in luego de solicitar una habitación.

Arizona no pudo evitar sonreír, conocía lo suficiente a Callie para saber que ella quería compensarla de alguna manera por lo que había experimentado en el aeropuerto de Seattle mientras escribió aquella carta. Arizona no sólo sonrió, ella también se excitó, anticipándose a lo que Callie y ella harían en alguna de las habitaciones de ese hotel.

Con la tarjeta de acceso en sus manos y una enorme sonrisa en sus labios, Callie tomó de nuevo la mano de Arizona y le dijo dulcemente mientras se dirigían hacia los ascensores:

-Vamos mi pichirruchi, tenemos casi cinco horas y pienso aprovechar cada minuto de esas horas.

Arizona sonrió, soltó la mano de Callie y rodeando con su brazo la cintura de ella se recostó de su hombro mientras entraban al ascensor.

Una vez dentro, Callie envolvió sus brazos alrededor de la cintura de Arizona y apretándola con fuerza buscó sus labios para besarla. Fue un beso inmensamente tierno, Callie estaba excitada, pero no sólo sexualmente excitada, ella sentía en ese momento una profunda ternura por Arizona, ella quería demostrarle cuanto la amaba, más allá del obvio placer físico, quería darle placer a su alma, quería hacerla feliz.

Una vez dentro de la habitación, Callie tomó en sus brazos de nuevo a Arizona, besándola profunda pero tiernamente. Arizona se dio cuenta que Callie quería hacerle el amor, pero a diferencia de otras veces, más allá de la lujuria, lo que veía en sus ojos y en sus suaves y delicados gestos era algo diferente, hermoso pero diferente, había como una mezcla de amor, de ternura y de dulzura en la forma de besarla, en la forma de abrazarla, en la forma de mirarla. Y todas esas manifestaciones de amor, estaban logrando estimular en Arizona algo dentro de sí misma que iba más allá del placer puramente físico.

Callie se quitó su propia ropa con movimientos lentos, y luego con la misma delicadeza le quitó la ropa a Arizona. Callie admiró con devoción el hermoso cuerpo desnudo de Arizona y con una ternura imposible de describir con palabras acostó a Arizona en la cama y comenzó a besarla y acariciarla, suave y sutilmente.

Obviamente ambas comenzaron a gemir, la excitación física provocada por todos esos besos y esas caricias, generaron una respuesta casi inmediata en el cuerpo, pero, tal como Arizona lo había intuido, había algo más allá de eso. Mientras Callie la besaba y la acariciaba, Arizona percibió en su mirada la admiración, la adoración y el amor más intenso y esa mirada provocó nuevamente que algo se estremeciera en su interior. Era una sensación imposible de describir con palabras, pero era increíble, impresionante.

Arizona sintió como todo su cuerpo temblaba de placer mientras Callie besaba y acariciaba con sus labios y sus manos todo su cuerpo lentamente, primero su cuello, después sus senos, y luego con una ternura increíble comenzó a acariciar con su lengua su clítoris palpitante y caliente. Pocos minutos después,  justo cuando todo su cuerpo se tensó, Arizona supo que el clímax era inminente, entonces por un momento miró hacia abajo y vio de nuevo esa mirada de Callie, llena de ternura, de amor, de adoración y eso fue suficiente para llevarla más allá del borde sintiendo cuando un clímax demencial y poderoso se apoderó de todo su cuerpo.

La emoción que experimentó Arizona con ese clímax trascendió lo físico, y esa emoción provocó que lágrimas de felicidad acudieran a sus ojos. Callie no solo le había proporcionado un enorme placer físico, Callie le había hecho el amor, como nunca nadie lo había hecho antes. Arizona, nunca en toda su vida, se había sentido tan profundamente amada por otro ser humano. Nunca se había sentido tan conectada con otro ser humano como ahora.

El llanto de Arizona se hizo aún más agudo, porque entendió que todas las intensas emociones que había experimentando obedecieron a que ahora, a diferencia de todas las veces anteriores, ella estaba plenamente consciente de que Callie y ella eran almas gemelas, dos almas gemelas que finalmente habían superado todas sus pruebas para estar juntas y cuando dos almas gemelas se encuentran y hacen el amor hay un momento en que se funden en una sola, y lo que se siente es tan poderoso, que no existen palabras en el diccionario para describirlo.

Cuando Callie terminó de limpiar las evidencias del placer generado por el cuerpo de Arizona, ella con los ojos llenos de lágrimas subió para encontrarse con la mirada de Arizona y cuando vio sus ojos llenos de lágrimas también, entendió de inmediato que Arizona estaba experimentando exactamente lo mismo que ella sentía en ese momento. No había forma de describirlo, pero era algo mágico, poderoso, intenso y emocionante.

Ambas se miraron directamente a los ojos, sin pronunciar ni una sola palabra, las palabras en un momento así realmente sobraban, no hacía falta hablar. Ellas dos compartieron una sonrisa en medio de sus lágrimas y se besaron, y el beso fue tan profundo y tan cálido que de alguna forma selló la enorme intensidad de lo que ambas acababan de compartir. Luego se abrazaron, aún sin decir palabras, solo el silencio y el murmullo de sus respiraciones entrecortadas fueron testigos del desenlace de ese momento mágico.

Luego Arizona repitió las acciones de Callie y de nuevo sus almas se fundieron otra vez. Después de abrazarse y besarse tiernamente, Arizona se acostó encima de Callie, mientras ella la envolvió en el círculo cálido de sus brazos.

Después de varios minutos en silencio, Arizona dijo:

-Y este es el milagro, ¿verdad mi amor?. Es un milagro que dos almas gemelas se reúnan finalmente, quien sabe después de cuántas vidas tratando de encontrarse, de acoplarse, de aprender lo que necesitan aprender para elevarse juntas, y ahora, después de lo que tú y yo acabamos de experimentar, no me cabe la menor duda, hemos sido dos almas gemelas haciendo el amor

Callie sonrió y dijo:

-Lo es mi amor, es un milagro, pero ¿sabes lo que me parece tan milagroso como lo que acabamos de compartir?

-¿Qué?, le preguntó Arizona sonriendo

-Que la misma Arizona Robbins que tenía miedo de entregarse a otro ser humano, esa Arizona que, aún con una sonrisa en los labios, estaba sola y creía disfrutar su soledad, ahora me hable de almas gemelas, que crea en almas gemelas

Arizona se echó a reír y le dijo:

-Esa Arizona Robbins que tenía miedo de entregarse a otro ser humano y a quien ciertamente la idea de la existencia de un alma gemela le sonaba como una especie de fantasía de enamorados, no es la misma Arizona Robbins que tienes hoy justo encima de ti, tú me has dado un enorme lección Calliope Torres, con tu amor, me enseñaste lo que es amar, con tu entrega me enseñaste lo que es entregarse, con tus sueños me hiciste recordar que yo también tengo sueños que quiero hacer realidad, contigo, solamente contigo…

…-Todas las cosas que te agradecí en ese carta de despedida, son mi verdad, mi feliz realidad, por más que me haya resistido en el pasado, por más errores que haya cometido tratando de alejarte, ahora lo sé, tú y yo estamos conectadas de una forma que trasciende el plano puramente físico, lo que siento, lo que sé que sentimos ambas cuando estamos juntas, cuando nos besamos, cuando hacemos el amor, cuando estamos abrazadas como ahora, cuando compartimos miradas y sonrisas es algo demasiado poderoso para no creer en la existencia de almas gemelas y aunque todavía estoy buscando algunas respuestas me rindo ante lo evidente: tú y yo somos almas gemelas

Callie le preguntó:

-¿Y qué respuestas aún estás buscando?

En lo primero que pensó Arizona para responder a la pregunta, fue en la duda que ella aún tenía acerca de la posibilidad de tener hijos con Callie en el futuro, pero por instinto prefirió no tocar ese tema todavía, así que le contestó:

-Por ejemplo, no he podido definir aún con palabras lo que siento cuando estoy en tus brazos como ahora, es una sensación increíble que me envuelve, me llena, de una forma que aún no puedo entender, nunca me había sentido así en los brazos de nadie, cuando tú me abrazas Callie, es como si el mundo se detuviera; sí me siento triste, tus abrazos me dan alegría; si siento temor o miedo, tus abrazos me dan seguridad, cuando tú me abrazas siento como si hubiera llegado a un lugar que busqué inconscientemente toda mi vida…

Callie profundamente emocionada por las palabras de Arizona, la abrazó aún más fuerte y le dijo:

-Mi amor, supongo que eso que sentimos ambas, todas esas emociones, tienen que ver con el hecho de lo que acabas de admitir, eso, que somos almas gemelas, ¿no te parece?

-Sí, claro, tiene que ver con eso, pero es que… no sé cómo explicarlo, cuando nos besamos, cuando nos miramos a los ojos, cuando hacemos el amor, me siento increíble, pero cuando tú me abrazas siento algo más, es como… no sé, aún no lo puedo explicar, esa es la respuesta que estoy buscando. Y lo que más me impresiona, es que yo crecí siendo la hija de un militar, aprendí a ser fuerte, a ser independiente, amaba mi independencia o creí amarla hasta que tú llegaste a mi vida, eso que te dije en el avión en cierto, me siento incompleta si ti y no te lo puedo negar, eso me da miedo, estoy en un territorio que es totalmente desconocido para mi, es tal cual lo que te dije en el hospital hace unas semanas, y conste, no me quejo, porque nunca había sido tan feliz en toda mi vida, pero cuando creí que te había perdido y luego cuando te recuperé, pasé de la más absoluta tristeza y soledad a un sentimiento de felicidad inmenso, y ahora me doy cuenta que mi felicidad depende de ti y al fin y al cabo somos seres humanos, Callie, podemos enfermar, podemos morir, ni siquiera puedo imaginarme que sería de mi vida si tu no estuvieras, si algún día te pasara algo y…no, no quiero ni pensarlo, pero eso da un poco de miedo ¿no te parece?

-Da miedo si te limitas a una sola vida, si no internalizas lo que significa realmente ser almas gemelas, Arizona, si tú y yo somos almas gemelas, como ambas creemos, siempre vamos a encontrarnos de nuevo, en otro cuerpo, en otra vida, en otra realidad y aunque es duro, muy duro ver a nuestros seres queridos partir, como te ocurrió con tu hermano, por ejemplo, la esperanza es que en algún momento vas a reencontrarte con ellos de nuevo, y esa esperanza es casi una certeza cuando se trata de almas gemelas, tú y yo, nuestras almas, están unidas, conectadas, por eso es que la felicidad extrema que experimentamos cuando estamos juntas no se compara con nada de lo que hayamos vivido antes, porque a diferencia del resto del mundo, de todas las personas que hemos conocido o que conoceremos en el futuro, tú y yo estamos unidas de una forma que trasciende lo físico y me atrevería a decir que trasciende, incluso,  el concepto del espacio y del tiempo, y ya sé, estos temas son demasiado profundos para dos cirujanas, para dos científicas como nosotras, pero como lo dijiste hace un momento, yo también me rindo ante lo evidente, porque si dejamos todo esto sólo en el plano físico, la mayoría de las cosas que sentimos y que experimentamos cuando estamos juntas, sencillamente no tendrían explicación.

-Tienes razón Callie, pero dime algo, hablaste de que tú y yo siempre vamos a encontrarnos de nuevo, en otro cuerpo, en otra vida, en otra realidad, pero ¿cómo nos reconocemos?, si nuestras almas habitan en otro cuerpo, en otra realidad, ¿cómo se reconocen?, ¿Cómo se reencuentran?

-Supongo que el universo se confabula para que las almas se reencuentren y ¿cómo se reconocen?, eso es fácil, el amor hace que se reconozcan, la pérdida de la memoria me demostró eso, mi cerebro, que es algo físico no recordaba nada, pero algo dentro de mi te reconoció a ti, desde el primer instante en que te vi, y la única explicación que tengo para eso, no es científica, eso que te reconoció dentro de mi tiene que haber sido mi alma, además, ahora que lo recuerdo todo, y sin ánimos de traer malos recuerdos, que no los tengo, porque los dejé atrás, nunca en toda mi vida me sentí tan incompleta y miserable y triste como cuando tú te marchaste a África…

-¡Oh Callie!, dijo Arizona con pesar

-No mi vida, no estoy mencionando eso para que te sientas mal ni nada parecido, y aunque aún lo veas como un error, no lo fue

-¿Cómo que no lo fue?, Irme a África fue el error más garrafal que he cometido en toda mi vida

-No, no lo fue, tú necesitabas irte lejos para poder entender lo que yo significaba para ti, es más todo lo que ocurrió después, tal como ocurrió, tenía que ocurrir, me refiero al accidente, a mi amnesia, incluso el accidente de tus padres, que afortunadamente tuvo un final feliz, ¿no te das cuenta Arizona?, todo eso nos permitió entender lo que somos, nos permitió unirnos y conectarnos de una forma que nunca hubiera sido posible de no haber ocurrido todo lo que pasó, tal como pasó. Evolucionamos Arizona, aún lo estamos haciendo, quiero decir, aún seguimos evolucionando, pero ahora estamos juntas, y sé que siempre lo estaremos y cuando digo siempre, me refiero a siempre.

Arizona sonrió con picardía y pregunto: ¿Siempre, siempre, siempre?

Callie también sonrió y contestó: -Sí, siempre, a menos que te aburras de mi

Arizona le dio un manotazo suave y exclamó: -¡Calliope Torres, yo nunca me voy a aburrir de ti!, ¡Eso jamás!

-¿Ni siquiera cuando seamos un par de viejitas sin dientes, con bastones y todas arrugaditas?

Arizona se echó a reír con la imagen que Callie puso en su mente y le contestó:

-Ni siquiera así, además, supongo que seremos un par de viejitas arrugaditas, sin dientes y con bastones, pero sexys

Callie soltó una carcajada y luego agregó:

-Y calientes

-Y divertidas, agregó Arizona

-Arizona ¿y tú crees que cuando estemos así, aún hagamos el amor?

Arizona soltó una carcajada por que se acordó de un chiste, y le dijo:

-Sí, yo creo que sí, eso sí, si no tenemos dientes tendremos que usar nuestras dentaduras postizas para evitar malos entendidos

-¿Malos entendidos?, ¿a qué te refieres?

-Imagina esto: tú y yo haciendo el amor, sin dientes ni dentadura postiza, entonces yo te digo (Arizona imitó una voz de viejita): “¿Diecisiete setenta?” y tú me preguntas en medio de nuestra sesión de amor “¿Qué, qué? y yo te repito: “¿Diecisiete setenta?”, pero tú sigues con cara de ponchada, entonces me dices: “Arizona, ponte la dentadura porque no te entiendo”, yo me la coloco y repito la pregunta: “¿Qué si sientes que te entra?

Callie soltó una enorme carcajada y Arizona la siguió, les dio un ataque de risa que las mantuvo riéndose por varios minutos sin parar, luego cuando finalmente se calmaron, Callie dijo aún riendo:

-Tú y yo seremos almas gemelas, pero somos un par de almas gemelas locas, comenzamos esta conversación hablando de temas tan profundos como el de las almas gemelas y afines y terminamos con esa ocurrencia tuya de diecisiete setenta, ¡locas!, ¡estamos locas Arizona!, ¡somos un par de locas!.

Arizona sonriendo acercó sus labios a los de Callie para besarla brevemente, y luego dijo:

-Sí, lo admito, somos un par de locas, porque ambas estamos locas la una por la otra, yo estoy loca por ti Calliope…

-Y yo por ti mi pichirruchi

Ambas acercaron sus labios para besarse de nuevo, sólo que esta vez fue un beso profundo y cálido. Cuando el beso finalizó ambas sonrieron. Arizona colocó su cabeza en el regazo de Callie y cerró los ojos, percibiendo esa sensación que aún no tenía nombre pero que tan bien la hacía sentir.

Así permanecieron abrazadas un rato más en silencio, sólo disfrutando de la cercanía de sus cuerpos, de esa conexión que compartían.


Cuando faltaba una hora y media  para retomar el vuelo que las llevaría a Barcelona, Callie le dijo a Arizona:

-¿Qué tal si nos damos un baño antes de ir a la puerta de abordaje?

Arizona sonrió y le dijo:

-Me parece una excelente idea, pero lo único malo es que vamos a tener que usar la misma ropa que teníamos puesta, mis maletas se quedaron en la conexión.

Callie sonrió y le dijo:

-Eso es cierto, pero en mi morral tengo ropa limpia para ti y para mí. No es la maleta del Gato Félix, pero algo tiene.

Arizona se extrañó y le preguntó a Callie:

-Y ¿cómo tienes tú ropa mía en tu morral?, ¿tú no venías del hotel cuando me buscaste en el aeropuerto de Seattle?

-Sí, pero cuando recogí mis cosas aquel día que recuperé la memoria, metí en mi morral ropa tuya, para llevarme algo de ti y sentir tu aroma mientras estuviéramos separadas, porque aunque yo sé que tú creíste que me habías perdido, yo sabía que iba a regresar a ti.

Arizona sonrió y dijo:

-¿En serio mi amor?, incluso en medio de tu dolor, ¿sabías que ibas a regresar?

-Claro mi cielo, te lo dije, sólo necesitaba un poquito de tiempo, pero siempre lo supe. Cuando te prometí que nunca iba a dejarte, aún sin haber recuperado la memoria, lo dije en serio, yo no iba a perderte, por nada del mundo.

Arizona emocionada le dijo:

-Sí era verdad, y así será siempre, porque tú nunca vas a dejarme ¿verdad?

-Te lo prometo mi amor, nunca voy a dejarte, nunca, ni siquiera cuando me digas “diecisiete setenta”…

Arizona se echó a reír y besó a Callie aún con una sonrisa en sus labios, luego le dijo:

-Gracias

Después que el beso finalizó, Callie le dijo:

-Gracias a ti.

Luego se levantaron de la cama, pero antes de entrar al baño, Arizona le preguntó a Callie:

-Mi amor, ¿por casualidad tienes en tu mágico morral las cornetas externas del iPod?. Es que tengo una canción en mi iPod que quiero dedicarte y podemos escucharla mientras nos damos esa ducha.

Callie asomó una sonrisa espectacular ante la perspectiva de que esta vez era Arizona quien quería dedicarle una canción a ella, buscó en su bolso y le entregó las cornetas externas del iPod a Arizona, al mismo tiempo que la besó brevemente en los labios.

Arizona sonriendo,  tomó lo que Callie le entregó y buscó su propio iPod dentro de su bolso, se colocó los audífonos, lo encendió y buscó la canción. Cuando la ubicó, sonrió de nuevo y tendiéndole una mano a Callie, ambas entraron al baño.

Arizona presionó el botón para reproducir la canción, que comenzaron a escuchar mientras se bañaban, esa canción convirtió esa ducha en una sesión muy divertida, llena de baile, abrazos, besos y sonrisas. Callie estaba impresionada con la letra de la canción, era alegre como Arizona y resumía perfectamente bien lo que ellas estaban experimentando en esos momentos.

Hacer clip en el título para accede a la canción


Estoy con los ojos vendados
En esta montaña rusa que llamamos vida.
Seguimos tratando de hacerlo
A través del siguiente giro,
Con los nudillos blancos, aguantando apretados.
Así que aquí voy, tomando una curva,
Pero yo sé que nunca estoy sola.
Yo pienso en ti,
Sé que nunca me dejarás ir.

Me siento conectada, protegida,
Es como si estuvieras sentada conmigo
Todo el tiempo.
Me oyes, estás cerca de mí,
Y todo lo demás va a estar bien.
Porque nada puede romper esto,
Nada puede romper esto,
Nada puede romper este momento.
Conectadas... conectadas en el interior.

No es un accidente,
El tiempo que pasamos separadas.
Pero ahora que estamos tan cerca,
Siempre te puedo encontrar
Aquí en mi corazón.
Me has dado lo que necesitaba,
Y yo no quiero que termine.
Gracias a ti,
Sé que he encontrado mi fuerza de nuevo.

Me siento conectada, protegida,
Es como si estuvieras sentada conmigo
Todo el tiempo.
Me oyes, estás cerca de mí,
Y todo lo demás va a estar bien.
Porque nada puede romper esto,
Nada puede romper esto,
Nada puede romper este momento.
Conectadas... conectadas en el interior.

Cada vez que respiro,
Puedo sentir la energía.
Como fluye a través de nosotras,
De ti para mí y de mí para ti.
Te encuentro en mis sueños, al caminar o al estar de pie,
Estás en todas partes donde yo estoy.
Almas separadas, que se encontraron
Tocándose a la velocidad de la luz.

Whoa, oh ah, ah, ah, ah-ah,
Ah-ah, ah, ah, ah, ah, ah-oh
Oh yeah

Me siento conectada, protegida,
Es como si estuvieras sentada conmigo
Todo el tiempo.
Me oyes, estás cerca de mí,
Y todo lo demás va a estar bien.

Conectada, protegida
Es como si estuvieras sentada conmigo
Todo el tiempo.
Me oyes, estás cerca de mí,
Y todo lo demás va a estar bien
Porque nada puede romper esto,
Nada puede romper esto,
Nada puede romper este momento.
Conectadas... conectadas en el interior.
Conectadas... conectadas en el interior
Conectadas
Oh yeah

Cuando terminaron de ducharse, se vistieron y salieron de la habitación del hotel rumbo a la puerta del abordaje que las llevaría a su destino. Mientras caminaba con Callie tomada de la mano por el inmenso aeropuerto, Arizona tenía una sonrisa grabada en su rostro, ilusionada por todo lo que les esperaba en España: unas cuantas copas de sangría; ver a su Callie en bikini, como siempre había querido y lo más importante de todo, una cena en algún lugar íntimo, romántico  y hermoso, donde le propondría a Callie que se casara con ella. No habían suficientes “YAY” en el mundo para expresar la enorme felicidad que albergaba el corazón de Arizona en esos momentos.


Esta historia continuará…   

Creo que si tuviera que elegir un tema musical para Epidemia, sería este.

Escribir este capítulo me encantó, tiene de todo un poco, temas profundos pero también está lleno de cosas divertidas.

Entonces, con respecto a esta historia, les pregunto: ¿Diecisiete setenta?, je, je.