En el capítulo anterior:
Con los ojos inundados de lágrimas cayendo como una
cascada por sus mejillas, Arizona dobló el pedazo de papel y lo metió en un
sobre, junto al estuche del anillo de compromiso.
Escribir lo que acababa de escribir no la hizo
sentirse menos triste, pero por lo menos se sintió ligeramente aliviada, todas
y cada una de las palabras que acababa de escribir eran su verdad, su triste
verdad, pero no había nada que ella pudiera hacer para cambiarla. La única que
podía cambiar esa realidad era Calliope, pero no quería tener esperanzas,
porque tener esperanzas para verlas destrozadas más adelante era más duro que
abandonarlas de una vez.
Por eso decidió escribir esa carta, tenía que liberar
de su alma a Callie, dejarla libre, soltarla aunque eso le causara un dolor que
le quebraba el alma en dos mitades.
Nuevamente las lágrimas acudieron a sus ojos, no podía
dejar de llorar, no podía…
Epidemia
– Capítulo 29 – Brighter than the sun – Más brillante que el sol
Arizona permaneció allí sentada, llorando,
pero de pronto, el corazón le dio un vuelco, ella aguzó sus
oídos cuando creyó escuchar por los altoparlantes del aeropuerto una voz muy
querida, demasiado familiar para no reconocerla:
-Atención, atención, se le informa a la Dra.
Arizona Robbins que aquello que dejó atrás al abordar su vuelo a Malawi África,
hace varios meses, ha sido encontrado, puede pasar a buscarlo en la misma
puerta de abordaje donde lo extravió. Por su atención, muchas gracias.
Arizona se
estremeció, su corazón comenzó a latir aceleradamente dentro de su pecho, esa
era la voz de Callie, ¡Callie la estaba esperando en aquella puerta!, la misma
puerta que había visto unos cuantos minutos atrás y que tanto pesar le había
causado. Profundamente emocionada e ilusionada, se paró de la silla y comenzó a
correr a toda velocidad hacía allá, corrió sin descanso, y finalmente cuando se
asomó al pasillo desierto, se detuvo por un momento, casi sin aliento y allí
estaba ella, “¡Calliope!”.
Arizona se
quitó las gafas oscuras, y exhaló aliviada, como si se hubiera quitado un
enorme peso de encima. Cuando sus miradas se cruzaron, Callie le abrió los
brazos para recibirla mientras le dedicó la más hermosa sonrisa que Arizona
pudiera recordar. Por su parte, Arizona, con la última fracción de aire que le
quedaba en los pulmones, arrancó a correr para aterrizar en los brazos de la
mujer que amaba y que la esperaba para brindarle la mayor felicidad que jamás
hubiera podido imaginarse, sólo unos cuantos minutos atrás.
Arizona,
literalmente se lanzó hacia Callie, llorando, temblando y entrecruzó los brazos
en su cuello. Callie la tomó con todas sus fuerzas, acogiéndola dentro del círculo cálido de sus
brazos alrededor de su pequeña cintura. Aprovechando el impulso con que ella se
lanzó, Callie la levantó del piso por unos instantes y giró con ella, luego la
bajó suavemente. Entonces sus miradas se cruzaron de nuevo y, sin decir una
sola palabra, sus labios se encontraron y se regalaron el beso más profundo,
más intenso y más tierno de su historia.
El beso se
prolongó no se sabe por cuánto tiempo y el tiempo era lo que menos importaba en
ese momento, porque más bien parecía que se había detenido. Y después de un
beso, el siguiente estaba a la espera, no podían, no querían separarse, era
como si quisieran perpetuar el contacto de sus labios en un beso casi eterno.
Cuando
finalmente sus miradas se cruzaron de nuevo, Arizona, aún temblando, le dijo a
Callie:
-Mi amor, estas
aquí, pensé que te había perdido para siempre… Arizona inspiro aire para tratar
de evitar las lágrimas que se le acumulaban en sus ojos, pero de nada sirvió su
esfuerzo, así que dijo llorando: …-Callie, perdóname por haberte herido así,
perdóname tú, porque yo no he podido perdonarme a mí misma, por favor,
perdóname. Ahora lo sé, en el fondo, sé que no te merezco, pero te amo. Por
favor, necesito oírtelo decir, que me perdonas, que siempre vamos a estar juntas,
por favor, por favor…
A Callie se le
arrugó el corazón ver a Arizona en ese estado, con los ojos enrojecidos e
hinchados de tanto llorar. En ese momento lo único que quería era consolarla,
así que la abrazó con todas sus fuerzas y le susurró al oído:
-Por favor no
llores, no digas esas cosas, no digas que tú no me mereces, porque no hay
persona en este mundo que me haga más feliz que tú, que me ame o me haya amado
más que tú.
Callie hizo una
pausa en sus palabras y con una ternura increíble posó sus labios sobre cada
uno de los parpados de Arizona y los besó. El alma de Arizona se estremeció con
el gesto tan enternecedor de Callie, sintiendo al mismo tiempo como su pecho se
inflaba de la emoción con sus palabras, luego se emocionó aún más cuando Callie,
acunando sus mejillas entre las manos, buscó su mirada y le dijo con una
ternura indescriptible:
…-Aquí estoy,
yo te lo prometí, no me perdiste y nunca me perderás, porque te amo Arizona, no
llores mi amor, no te sigas castigando por lo que pasó, por eso estoy aquí, no
me pidas perdón, yo no tengo nada que perdonarte, quiero que sepas que si me
alejé unos días no fue para tratar de perdonarte, fue para tratar de dejar todo
lo malo atrás, y yo no quería que tú me vieras sufrir en el proceso, no era
justo, después de todo lo que hiciste para reconquistarme…
-…Arizona, mi
amor, quise que nos encontráramos justo aquí, porque quiero llevarte conmigo y
que ambas dejemos atrás, en este mismo lugar, todo lo malo. Vine a rescatarte y
a rescatarme a mí misma. Te prometo que yo dejaré aquí todo mí dolor, y tú,
deberás prometerme que vas a dejar aquí todos tus miedos, tus sentimientos de
culpa y el dolor que todavía sientes por lo que pasó, basta de lágrimas, ambas
hemos sufrido suficiente, es hora de dejar todo eso atrás y mirar hacia
adelante sin pensar nunca más en los errores del pasado…
Callie hizo una
pequeña pausa, exhaló y luego agregó:
…-Mi amor, dentro de un momento vamos a besarnos de nuevo y cuando ese
beso culmine, habremos sellado esa promesa, la promesa de un futuro juntas, de
un para siempre compartido, de un mañana lleno de sonrisas, de esperanzas, de
sueños; libre de lágrimas, de miedos, de culpas y de dolor. ¿Estás de acuerdo,
mi pichirruchi?
Arizona se
estremeció, incapaz de pronunciar una sola palabra, le resultaba muy difícil
hablar cuando percibió como el profundo dolor que había sentido hasta ahora, se
estaba transformando en una felicidad inmensa; no podía describir con palabras
lo que estaba sintiendo justo en ese momento, estaba abrumada por el intenso
amor que sentía por Callie, profundamente emocionada por una propuesta de paz
que sólo un corazón enorme como el de ella podía promover.
Así que
Arizona, sin pronunciar una sola palabra, se aferró nuevamente al cuello de
Callie y la abrazó con todas sus fuerzas, mientras sintió como los fuertes
brazos de ella la anidaban alrededor de su cintura, transmitiendo con ese
abrazo una sensación de paz y de alivio que Arizona no recordaba haber sentido
en los últimos meses, ni siquiera una sola vez.
Con esa
increíble y maravillosa propuesta, Arizona se dio cuenta que desde que ella
había dejado a Callie en ese mismo lugar meses atrás, la tristeza, el
arrepentimiento, la culpa, el miedo y los remordimientos se habían turnado para
establecerse en su alma. Ahora, la amorosa y sincera oferta de paz de Callie,
le daba la oportunidad de salir por ese pasillo abrazada al ser que más amaba
en este mundo, llevándose consigo la promesa de un nuevo comienzo y la
esperanza de un amor que no conocía límites, mientras todos los demonios se
quedaban atrás.
Eso era en
definitiva lo que Callie le estaba proponiendo: cambiar el dolor por la
alegría, el miedo por la promesa de un futuro compartido, la culpa por la
esperanza. Eso era mucho más que un perdón, mucho más de lo que Arizona podía
esperar, pero viniendo de Callie, no podía sorprenderle, porque ella poseía ese
enorme corazón que era capaz de volver a creer en el amor aún después de haber
sido roto, tantas veces.
Profundamente
emocionada Arizona le respondió a Callie: -Sí mi amor, sí. Te amo, te amo
tanto. Y diciendo esto buscó casi con desesperación la boca de ella, para
sellar ese hermoso pacto.
El beso se
prolongó y mientras cada una lo experimentaba a su manera, el efecto fue el
mismo para ambas. Cuando el beso finalizó el pacto estaba sellado y la mejor
prueba de ello fue que ambas suspiraron aliviadas al sentir como el peso de
todos sus demonios se diluían de sus almas.
Profundamente
emocionadas, se abrazaron de nuevo sonriendo, mientras sentían en su pecho el
corazón de la otra latiendo con fuerza. Fue una sensación increíble,
inigualable, única.
Sabiendo que de
verdad todo lo malo se estaba quedando atrás, Callie pasó el brazo izquierdo
sobre el cuello de Arizona, mientras que ella pasó su brazo derecho por la cintura
de Callie y juntas comenzaron a caminar riendo por el pasillo, hacia el
torbellino de personas que caminaban de un lado a otro en el inmenso
aeropuerto.
Con el ánimo
totalmente ligero, Callie bromeó con Arizona:
-Espero que
esta sea la última vez mi pichirruchi que vienes a este aeropuerto sin mí, no
sé si lo has notado, pero este sitio es medio peligroso para nosotras ¿será que
es homofóbico?
Arizona soltó
una carcajada, y se dio cuenta, que no se había escuchado a si misma su propia
risa desde hacía una semana, la misma
semana que había estado separada de Callie. Cuando Arizona pudo hablar, le dijo
a ella:
-Gracias mi
amor… por todo, por ser tan increíblemente maravillosa y por devolverme las
ganas de reír. Te amo
Callie sonrió y
le contestó: -Yo también te amo, luego le pellizco con su mano derecha,
suavemente la cintura para hacerle un poco de cosquillas, Arizona riendo se
apartó, pero Callie la detuvo para abrazarla de nuevo y colocar un beso breve
sobre sus labios. Luego retomaron su camino, abrazadas, entonces Callie le
preguntó:
-¿Le avisaste a
tus padres que ibas a pasar unas semanas con ellos?
-No, la verdad
no, pensaba llegarles de sorpresa, pero ahora no me quiero ir, a menos que tú
me acompañes ¿vienes conmigo?
Callie sonrió y
le dijo con un tono de voz lleno de picardía: -La verdad tengo otra idea en
mente ¿puedes aplazar la visita a tus padres unas semanas?, yo podría
acompañarte luego, si lo deseas.
Arizona detectó
la picardía en el tono de Callie y le preguntó sonriendo -¿Qué tienes en mente?
-Es una
sorpresa, ¿aceptarías que te lleve conmigo a un lugar… diferente?
-¿Qué lugar es
ese?, preguntó Arizona con el rostro iluminado con una sonrisa y en un tono
casi infantil
-Eso te lo digo
después, anda dime ¿quieres acompañarme?
Arizona no lo pensó
dos veces y le contestó emocionada: -Sí, sí quiero
La sonrisa de
Callie se amplió totalmente, entonces le dijo a Arizona: -Perfecto, entonces
vamos a ir al mostrador de la línea aérea donde hiciste el chequeo para viajar
a San Diego, necesitamos recuperar tu equipaje ¿te parece bien?
Arizona sonrió
y dijo entusiasmada: -Sí, vamos
Mientras
caminaban juntas abrazadas y felices por los pasillos del aeropuerto, Callie
sacó su iPod del bolsillo de la chaqueta, compartió uno de los audífonos con
Arizona con la intensión de cantarle una canción, una melodía que había pensado
dedicarle desde que salió del hotel,
decidida a reencontrase con ella. Antes de comenzar a cantarla, Callie
le dijo sonriendo:
-Mi amor, esta canción me recuerda mucho a nosotras,
me recuerda cuando me sorprendiste en el baño del bar de Joe con aquel primer
beso, me recuerda nuestros comienzos, cuando no sabías si querías o no estar
con una “recién nacida”… Callie hizo una pausa, ese recuerdo siempre la hacía
sonreír, luego continuó: …-y como creo que hoy estamos comenzando de nuevo, que
este es el primer día del resto de nuestras vidas juntas, quiero dedicártela,
porque te juro mi amor que tal como dice la letra de esta canción: Nunca sentí esto
antes, nunca me sentí así antes.
Arizona se
colocó el audífono en el oído y sonriendo, comenzó a escuchar el dúo que
formaba la cantante con Callie. Sus hoyuelos aparecieron mientras Callie
cantaba, hacia morisquetas y bailaba al ritmo de la música.
Arizona sonrió
aún más ante la ironía de la situación, cuando se percató que la intérprete de
esa canción era la misma que había escuchado en el taxi y que la hizo llorar y
sentirse miserable. Pero muchas cosas habían cambiado desde que se bajó de ese
taxi, ahora estaba escuchando de la misma cantante una canción alegre, mientras
reía y se sentía la mujer más feliz del mundo, como nunca antes se había
sentido.
A Arizona le
encantó la canción y cuando la estaban escuchando por segunda vez, ella ya se
había aprendido el coro, así que las dos abrazadas, felices, cantando juntas,
riendo y caminando al ritmo de la música continuaron su camino en busca de las
maletas de Arizona.
Hacer clip en el
título para acceder a la canción
Oh, así es como esto
empieza, relámpagos alumbrando el corazón
Se dispara como un
arma, más brillante que el sol
Me paraste en una
esquina
Te juro que me
golpeaste como si fueras una visión
Yo, yo, yo no lo
esperaba
Pero ¿quién soy yo
para decirle al destino a dónde se supone que tengo que ir?
No parpadees,
podrías perdértelo
Mira que tenemos
derecho a amarlo o dejarlo
Tú lo encuentras, tú
lo conservas
Porque no todos los
días tienes la oportunidad de decir:
Oh, así es como esto
empieza, relámpagos alumbrando el corazón
Se dispara como un arma,
más brillante que el sol
Oh, podríamos ser
las estrellas, cayendo desde el cielo
Brillando como queremos,
más brillante que el sol
Nunca lo había
visto, pero quiero encontrar este amor, quiero sentirlo
Mejor es que lo
creas, yo voy a cuidarlo más que cualquier cosa que haya tenido
Porque eres tan
descaradamente hermosa,
Así que léelo, está
firmado y enviado, sellemoslo
Tenemos que estar
juntas como los cacahuetes y los días de paga, y Marlie y el reggae
Y todo el mundo
necesita tener la oportunidad de decir:
Oh, así es como esto
empieza, relámpagos alumbrando el corazón
Se dispara como un
arma, más brillante que el sol
Oh, podríamos ser
las estrellas, cayendo desde el cielo
Brillando como queremos,
más brillante que el sol
Todo es como la
niebla, porque nosotras brillamos
Incluso cuando se
apagan las luces, yo puedo verte brillar
Tengo la cabeza
arriba en el techo, tengo mi final feliz
Nunca sentí esto
antes, nunca me sentí así antes
Oh, así es como esto
empieza, relámpagos alumbrando el corazón
Se dispara como un
arma, más brillante que el sol
Oh, así es como esto
empieza, relámpagos alumbrando el corazón
Se dispara como un
arma, más brillante que el sol
Oh, así es como esto
empieza, relámpagos alumbrando el corazón
Se dispara como un
arma, más brillante que el sol
Oh, así es como esto
empieza, relámpagos alumbrando el corazón
Se dispara como un
arma, más brillante que el sol
Cuando llegaron al mostrador de la línea aérea del vuelo
a San Diego, Arizona solicitó su equipaje explicando que no iba a viajar.
Mientras esperaba que se lo entregaran, Callie le dijo: -Mi amor, ¿tienes tu
pasaporte contigo?, ¿verdad?
Arizona sonrió
y le contestó que sí, mientras lo sacaba de su bolso.
Callie hizo un
ademán para que se lo diera y Arizona se lo entregó en las manos sonriendo
intrigada, tratando de adivinar que tramaba Callie.
Ella le dijo:
-Tengo algo que hacer mientras tú esperas el equipaje, quédate aquí, no te
muevas ¿ok?.
Callie le dio
un breve beso en la boca a Arizona, luego dio media vuelta y comenzó a
alejarse.
Arizona sonrió
mientras veía a Callie. Tal parece que ella sintió su mirada, porque antes de
perderse de vista se volteo para mirar a Arizona de nuevo y le regaló una
enorme sonrisa que Arizona le devolvió. En ese momento Arizona pensó en lo increíble
que se sentía, lo increíble que había sido pasar, en unos pocos minutos, de la
tristeza y la soledad más profunda a la más absoluta felicidad y todo por obra
y gracia de Calliope Torres: “¡Por Dios, como la amo!”, pensó, “¡TE AMO
CALLIOPE TORRES, TE AMO!”
Unos quince
minutos después, Arizona ya tenía en su poder el equipaje que la línea aérea le
había devuelto, sólo esperaba a que Callie apareciera para reunirse con ella y
poder descubrir sus misteriosos planes. Arizona no tenía ni idea de que lo Callie
estaba tramando, pero fuera lo que fuera no le importaba, lo único que le
importaba es que estaría con ella y con ella se iría al fin del mundo si se lo
pidiera.
Cinco minutos
después, Arizona divisó a Callie que venía prácticamente corriendo a encontrase
con ella donde habían acordado. Cuando Callie llegó a su lado, tomó las maletas
de Arizona y le dijo casi sin aliento: -Arizona sígueme corriendo, tenemos solo
quince minutos, corre detrás de mí, tenemos el tiempo justo para llegar.
Arizona
totalmente intrigada le pregunto: -¿Llegar a dónde?
Callie sonrió y
le dijo: -Ya lo verás, sólo sígueme y ¡corre!
Arizona la
siguió corriendo, y mientras lo hacía no podía dejar de reír, se sentía
demasiado feliz para dejar de hacerlo. En el camino hacia quien sabe dónde,
Callie y Arizona mostraron sus pasaportes para el chequeo reglamentario. Luego
continuaron su carrera.
Finalmente casi
sin aliento, Arizona vio cuando Callie entregó en la puerta de abordaje de otro
vuelo, dos tickets que sacó de su bolso. La azafata que recibió los tickets en
la puerta le dijo a Callie: -Llegaron justo a tiempo, ya casi estamos cerrando
el vuelo.
Callie sonrió y
suspiró aliviada, luego con su sonrisa del millón de dólares, visiblemente
emocionada miró Arizona y le dijo, haciendo un pequeño baile: -Mi amor, al fin
vamos a salir de este aeropuerto volando y riendo juntas, ¡YAY!
El tono ligero
de Callie fue la mejor prueba que realmente todo lo malo se había quedado
atrás. Y no sólo el tono en su voz, el brillo en su mirada, ese brillo que la
había caracterizado desde que despertó con amnesia y que casi había
desaparecido cuando recuperó la memoria, estaba de vuelta. “¡YAY!”, pensó
Arizona, mientras súper emocionada seguía a Callie por el cordón que las
conduciría dentro del avión. Arizona aún no sabía a dónde iban pero cuando
finalmente entraron al avión y se sentaron en uno de los puestos dobles de
primera clase, ella notó que era enorme, de la línea aérea Lufthansa.
Arizona, aún
más intrigada, se sentó en el puesto más cercano a la ventana y Callie a su
lado en el puesto del pasillo. Cuando finalmente Arizona pudo recuperar el aire
para hablar, después de la carrera que habían pegado por el enorme aeropuerto,
le preguntó a Callie:
-Amor, ahora si
vas a decirme ¿a dónde vamos?.
Callie sonrió y
cuando se disponía a responderle, el capitán del avión comenzó a hablar por los
altoparlantes. Callie hizo un gesto con la mano y le dijo a Arizona: -Escucha a
tu capitán, el te va a contestar la pregunta que acabas de hacerme.
Arizona puso su
atención en la voz del capitán, mientras Callie la miraba fijamente para
observar su reacción en el instante en que sería anunciado el destino del
vuelo:
-Señores pasajeros, sean bienvenidos al vuelo 491, con
destino al Aeropuerto Internacional El Prat, en Barcelona, España, haciendo
escala en el Aeropuerto Internacional de Frankfurt en Alemania. La duración
total del vuelo será de 23 horas, 50 minutos. El tiempo de vuelo hasta
Frankfurt será de 17 horas, la duración de la escala en dicho aeropuerto será
de 4 horas y 50 minutos, luego los pasajeros que se dirijan a Barcelona,
España, efectuarán una conexión y
tomarán el vuelo 1128, que tendrá una duración de 2 horas. Les deseamos
un excelente viaje y les damos las gracias por volar con nosotros.
Arizona miró a
Callie emocionada y comenzó a saltar en su asiento como una niña, repitiendo
sin cesar -¡España!, ¡España!, ¡YAAAAAAYYYYYY!, ¡España!, ¡Que viva España!,
Sí, Sí, Yo quiero, yo quiero, España, ¡YAYYYYY!
Callie soltó
una carcajada, mirando a todos lados las reacciones de los demás pasajeros, que
miraban a su compañera de viaje con una cara divertida.
Cuando los
saltos y las expresiones de Arizona amainaron un poco, volvió a mirar a Callie y
se abalanzó sobre ella para abrazarla muy fuerte entrecruzando sus brazos en el
cuello, entonces le dijo, mientras la abrazaba y le picoteaba las mejillas y el
cuello de besitos: -¡Gracias mi amor!, lo recordaste, recordaste que yo siempre
había querido ir a España contigo, Gracias. Luego la miró a los ojos y
mostrándole su enorme sonrisa con hoyuelos incluidos le dijo: -Te Amo. Gracias.
¡YAY!
Callie con su
enorme sonrisa le respondió: -Yo también te amo, y sí, claro que lo recordé,
recordé que te debo desde hace mucho tiempo un viaje a España, unas copas de
sangría y…
Arizona la
interrumpió: -Y tú en bikini ¡YAYYYYY!
Arizona comenzó
a saltar de nuevo en su asiento y Callie volvió a reírse.
Sin poderse
contener, Arizona busco los labios de Callie y los atrapó para darle un beso
ardiente. Callie soltó un gemido al sentir el contacto apasionado de la lengua
de Arizona dentro de su boca.
Cuando se
separaron para buscar aire, Arizona la miró a los ojos y le dijo en español:
-TE AMO
Callie le
respondió también es español: -TE AMO
Fue en ese
momento, cuando ambas se dieron cuenta que la azafata tenía un rato parada al
lado de ellas con dos bebidas en la mano, pero habían estado tan extasiadas
besándose, que ninguna de las dos se percató de su presencia.
Arizona sonrió
y con un gesto, mezcla de disculpa y agradecimiento, tomó el vaso que le
ofrecía amablemente la azafata, luego Callie tomó el suyo, quien también le
ofreció un gesto de agradecimiento por la bebida.
Arizona comenzó
a beber del vaso cuando escuchó a Callie disculpándose con la azafata:
-Señorita,
disculpe que la dejamos esperando con los vasos en la mano, lo que pasa es que
estábamos practicando la lengua… Callie se aclaró la garganta y se corrigió:
…-perdón, quise decir, el idioma.
Al escuchar las
palabras de doble sentido de Callie, Arizona, que es ese momento tenia la boca
llena con la bebida, no pudo evitar soltar una carcajada y tuvo que ponerse la
mano en la boca mientras el líquido salía despedido hacia adelante producto de
la risa que no pudo contener.
Callie se
volteó para mirar a Arizona, quien aún riendo, estaba tratando de limpiarse con
su mano la barbilla y la franela mojada, entonces Callie le dijo a la azafata:
-Señorita, creo que vamos a necesitar un babero aquí.
La azafata
sonrió y le ofreció a Arizona una servilleta adicional para limpiarse, luego se
retiró manteniendo la sonrisa en su rostro.
Arizona soltó
un gruñido fingido y riendo le pegó un puñetazo suave al hombro de Callie. Callie soltó una carcajada y agarró
suavemente la muñeca de Arizona con su mano izquierda, entonces la atrajo hacia
ella colocando su mano derecha en la mejilla y le dijo acercando sus labios a
escasos centímetros de los de Arizona: -Déjame ver a que sabe esa bebida que
tienes esparcida por toda tu boca, y la besó de nuevo.
Arizona soltó
un pequeño gemido cuando sintió la lengua de Callie revoloteando y saboreando
su boca.
Cuando el beso
concluyó, Callie se pasó la lengua por su labio superior y dijo: -Ummm, dulce,
me gusta Arizona dulce. Arizona se estremeció y sonrió otra vez.
De pronto
Arizona recordó algo y le dijo a Callie: -Amor, yo traje dos maletas, pero
ahora que lo pienso no traje ropa apropiada para ir a España.
Callie, con un
gesto de preocupación fingida, hizo el amague de que iba a pararse de su
asiento, mientras decía: -Eso es cierto, permíteme decirle a la azafata que nos
vamos a bajar del avión porque tú no trajiste ropa apropiada para ir a España.
Arizona se echó
a reír y puso la mano en la cintura de Callie para tirarla al asiento de nuevo.
Callie soltó
una carcajada y le dijo: -Tontita, yo tampoco tengo ropa para ir a España o
¿acaso crees que este morralito que cargo es la maleta del Gato Félix?...
Arizona soltó otra carcajada, mientras Callie continuó diciendo: …-Aquí tengo
sólo lo exclusivamente necesario. En cuanto lleguemos a Barcelona, nos vamos de
Shopping, yo invito. Bueno, corrección, en cuanto lleguemos a Barcelona lo
primero que voy a hacer es comerte a besos y hacerte el amor…, Callie bajó una
octava en su voz, convirtiéndolo en ese tono sexy que siempre derretía a
Arizona. …-me muero de ganas por hacerte el amor y para eso no necesitamos
ropa. Luego nos vamos de shopping. Así que sí quieres dormir, más vale que
aproveches bien estas 17 horas, porque luego, no te voy a dejar.
La sola mención
de hacer el amor en ese tono sexy que Callie manejaba a la perfección, envió un
rayo de excitación directo al clítoris de Arizona, ella también se moría de
ganas por hacerle el amor a Callie, era realmente lo único que lamentaba de un
vuelo tan exageradamente largo, pero sin duda valdría la pena la espera:
“España, una copa de sangría, Callie en bikini”, con la sola idea, a Arizona se
le hizo la boca agua, bueno, para ser sinceros, no fue sólo fue la boca la que
se le humedeció...
Callie también
estaba excitada, así que para tratar de calmarse, cambió el tema y como si se le
hubiera acordado de algo serio, frunció el seño y le dijo a Arizona, en un tono
sobrio:
-Hay algo muy
importante que aún no te he preguntado y quizás el futuro de nuestra relación
podría depender de tu respuesta.
Arizona se
asustó un poco por la repentina seriedad de Callie y le preguntó con un ligero
tono de angustia en su voz: -¿Qué cosa?.
Callie le
respondió: -¿Real Madrid o Barcelona?, luego soltó una carcajada
Ahora sí, con
los dos pequeños puños de sus manos Arizona comenzó a golpear el hombro de Callie,
mientras ella moviendo su hombro hacia su derecha trataba de protegerse muerta
de la risa, mientras que Arizona le decía sonriendo: -Eres una malvada, ¿Cómo
me pegas esos sustos?.
Aún bajo la
tanda de los pequeños golpes, Callie abrazó a Arizona y le besó la frente,
entonces en un tono enternecedor le dijo: -Mi pichirruchi, eres una bobita
Arizona colocó
su cabeza en el hombro de Callie y le dijo con voz de niña y haciendo pucheros:
-Si, soy una bobita, pero tú me amas ¿verdad?
Callie le
respondió con ternura, mientras le daba otro beso en la frente: -Sí. Te amo con
toda mi alma.
Arizona suspiró
y le dijo: -Yo también te amo, mucho, muchísimo…demasiado… Luego, levantando la
cabeza para mirar a los ojos a Callie agregó: …-¿Sabes una cosa?, contigo me ocurre
algo que nunca me había pasado antes… con nadie más
Callie con
ternura, acunó la mejilla de Arizona con su mano derecha y le preguntó: -¿Qué
cosa?
Arizona,
mirándola a los ojos le respondió: -Sin ti, me siento incompleta, eso nunca me
había pasado antes… con nadie
Callie le
respondió con dulzura: -Yo también me siento incompleta sin ti, nunca me había
pasado antes con nadie eso tampoco, pero… yo sé por qué
Arizona se
emocionó y le preguntó –Lo sabes, dime, ¿por qué?
-¿Recuerdas que
Teddy ha dicho que nosotras estamos hechas una para la otra?, que soltamos algo
así como chispas cuando estamos juntas? que entre nosotras hay algo mágico?, ¡ah!
y que nosotras somos su inspiración como pareja?
Arizona recordó
a Teddy con ternura y le contesto a Callie: -Sí, lo recuerdo
-Y además nos
hemos sentido incompletas y miserables cuando hemos estado separadas?
-Así es, le
contestó Arizona
Entonces Callie
le dijo: -Fácil, todo eso es porque tú y yo somos… almas gemelas
Arizona abrió
los ojos y la boca, y haciendo una expresión con su rostro como si de pronto
todas las piezas de un rompecabezas hubieran encajado en su lugar, luego dijo:
-Claro, eso es, ¡wow!, tú y yo somos almas gemelas.
-Por eso
siempre, siempre, siempre vamos a estar juntas, nada ni nadie puede separarnos,
ni siquiera nosotras mismas.
Arizona estudió
la mirada de Callie y no percibió ni siquiera un pequeño vestigio de amargura
por las palabras que acababa de pronunciar, y para su sorpresa, Arizona tampoco
sintió culpa ni remordimientos ni algún tipo de sentimiento negativo, haciendo
más que obvio que realmente todo lo malo se había quedado allá abajo en aquella
puerta, a cientos de kilómetros de distancia. La confirmación de esa hermosa
realidad, provocó un estremecimiento
en Arizona al percibir que una
nueva oleada de amor y admiración por Callie se apoderaba de su alma.
Arizona
profundamente emocionada enterró su rostro en el cuello de Callie y le dijo con
una ternura que la derritió:
-Gracias mi
amor, gracias por ser tan increíblemente maravillosa, gracias por ese enorme,
enorme corazón que tienes, ese corazón que es capaz de dar todo de sí, ese
corazón que cree en el amor y en las segundas oportunidades. Gracias por toda
la inmensa felicidad que me has dado. Calliope, te amo, como nunca pensé que
podía amar a otro ser humano. Te amo.
A Callie se le
llenaron los ojos de lágrimas al escuchar las sentidas palabras de Arizona,
profundamente conmovida y embriaga por todo el amor que sentía por ella, le
dijo abrazándola con fuerza:
-Gracias a ti
mi pichirruchi por haber regresado, por haber luchado por mi, por entregarme tu
alma como lo has hecho, gracias por amarme como me amas, ahora que lo recuerdo
todo, sé que nadie nunca me había amado así, por eso tú vales todas las
oportunidades del mundo, tú eres el regalo más grande y más hermoso que la vida
me ha dado y si tuviera que pasar por todo de nuevo para encontrarte, lo haría,
porque te amo, siempre te he amado y siempre te amaré.
Esta vez fue a
Arizona a quien se le llenaron los ojos de lágrimas, lágrimas de felicidad,
ella buscó la mirada de Callie y ambas acercaron sus labios para besarse,
mientras percibieron como sus corazones latían con tal fuerza que casi se les
podía salir del pecho, de la enorme felicidad que sentían por estar así, juntas
de nuevo… y esta vez…para siempre.
Cuando el beso
finalizó, Arizona colocó su rostro otra vez en el cuello de Callie, ella la anidó
en su cuerpo con un tierno abrazo, mientras le acariciaba dulcemente el
cabello. Arizona cerró los ojos, se sentía tan feliz, se sentía en el cielo, de
hecho estaba literalmente en el cielo, volando a miles de pies de altura y de
pronto recordó aquel sueño que había tenido, cuando Callie aún dormía después
de su operación. Ese sueño en que se había sentido inmensamente feliz pero del
cual despertó sin saber hacia dónde se dirigía. Ahora lo sabía: España...
Arizona sintió sus
parpados pesados, necesitaba dormir un rato, habían sido demasiadas emociones
en muy pocas horas. Ella comenzó a quedarse dormida envuelta en los amorosos
brazos de Callie con una sonrisa en sus labios, pensando: “…España… una copa de
sangría… mí Callie en bikini… mí alma gemela… mi Calliope… mi esposa… voy a
pedirle que se case conmigo…”
Esta historia continuará…
...Una montaña rusa de emociones ¿cierto?, ¿están disfrutando
el paseo?...
…Yo creo que sí
:o)
Les prometí sonrisas a cambio de las lágrimas que les
hice derramar con el capítulo anterior. Espero haber cumplido mi promesa,
ustedes me dirán si así fue, ¿verdad?.
…..
Desde hace tiempo quería escribir esta aventura de Callie
y Arizona en España y aunque nunca he pisado ese hermoso país, alguien muy, muy
especial a quien conocí gracias a esta historia, alguien que se ha convertido
en la hermana menor que nunca tuve, pero que siempre quise tener, me está
ayudando y asesorando para poder escribir lo que viene en los próximos
capítulos. Ella vive en Madrid, aunque debo reconocer que una parte de ella
ahora habita en mi corazón. ¡Gracias mi pequeña Bea!, eres increíble… eres…más
brillante que el sol.
El siguiente capítulo, es decir, el 30, se desarrolla,
una parte en el avión y la otra en el aeropuerto de Frankfurt, este capítulo ya
está escrito y pienso publicarlo mañana, el 31, 32 y 33 se desarrollan en
interiores, pero el 34, 35 y 36 estará ambientado en exteriores, donde
intentaré, con la invaluable y
desinteresada ayuda que estoy recibiendo, mostrar un poco de un país tan
hermoso como lo es España. Por ello, les pido un poquitín de paciencia, como
mucho podré publicar a lo sumo dos capítulos semanales, pero espero que lo
entiendan y que disfruten leyendo tanto como pienso disfrutar escribiendo.