Dos almas gemelas que deberán aprender juntas a superar sus temores y encontrar el camino hacia sus verdaderos sueños. Acompañen a Callie Torres y a Arizona Robbins en este viaje, a través de los sentimientos. Una montaña rusa de emociones, donde la música será otra protagonista. Citando a Jessica Capshaw: “Hold on and enjoy the ride” (Agárrense fuerte y disfruten del paseo).

miércoles, 19 de septiembre de 2012

Epidemia - Capítulo 23 - Principles of lust - Principios de la lujuria


Epidemia – Capítulo 23 – Principles of lust – Principios de la lujuria


Antes de montarse cada una en la moto de agua que le correspondía, Callie le dio a Arizona un curso rápido en la orilla para enseñarla a manejarla, el curso fue sencillo ya que Arizona, además de ser muy hábil, sabía manejar motos. Justo antes de montarse, Callie detuvo a Arizona y le aplicó protector solar en el rostro, luego se lo aplicó ella y dijo que ahora sí estaban listas. Arizona se enterneció, ante los cuidados que Callie le daba, a ella no le había ocurrido colocarse protector solar, pero obvio, Callie había crecido en una zona de playa, ella conocía a cabalidad las medidas que había que tomar para cuidarse del sol. Sonriendo y emocionadas, cada una se montó en su moto de agua y comenzaron progresivamente a aumentar la velocidad. Arizona iba un poco más adelante que Callie, ella sabía que Callie de cierta forma seguía cuidándola, por eso se mantenía un poquito más atrás.

En pocos minutos, tanto Callie como Arizona, estaban divirtiéndose un mundo, sintiendo, tal como había dicho Callie, la emoción de romper las olas a toda velocidad, las gotas del agua salada salpicando y la brisa del océano acariciando sus rostros. Para Arizona, era una experiencia nueva e increíble, mucho mejor de lo que se había imaginado nunca, especialmente porque cuando idealizó ese momento en su mente tantas veces, jamás pensó que lo compartiría con una mujer de la cual estaba enamorada hasta la médula. Calliope Torres, no solo era una hacedora de sueños, Calliope Torres era la mujer que mejoraba cualquier sueño que Arizona hubiera tenido en su vida.

Luego de más de dos horas de divertirse surcando las olas encima de las motos de agua, Callie se acercó más a Arizona para preguntarle si tenía hambre, ya que no habían almorzado; ella previamente le había dado instrucciones a Pedro para que consiguiera pescado fresco y algunas cosas más, con la intensión de sorprender a Arizona con una cena que seguramente le encantaría, no sólo por la presencia de una deliciosa comida, sino también por el lugar donde Callie había planificado comer con ella.

Arizona parando la moto de agua para hablar con Callie, le contestó en un tono infantil y con una sonrisa con hoyuelos incluidos:

-Anda Callie, un rato más, esto es muy divertido, media hora más ¿sí?, luego vamos a comer, ¿Ok?

Callie se paró un poco de su asiento y se acercó a Arizona para darle un breve beso en la boca, un salado y húmedo beso en la boca, entonces sonriendo le contestó:

-Como tú quieras mi amor

Arizona sonrió aún más y arrancó la moto de nuevo. Callie hizo lo mismo y la alcanzó, situándose otra vez a su lado pero un poco rezagada para prever cualquier inconveniente, inconveniente que afortunadamente no ocurrió, juntas terminaron de disfrutar esa media hora adicional de olas y agua salada.

Ya en la orilla, Pedro se ocupó de las motos de agua, mientras que Callie sonriendo, pasó un brazo por encima del cuello de Arizona. Ella también la abrazó colocando su brazo por detrás de la cintura de Callie, y juntas se fueron caminando hacía la casa, dándose breves besos en la boca.

Arizona le dijo a Callie sonriendo:

-Estas un poco saladita

-Tú también mi pichirruchi, pero nada que un buen baño de agua caliente no pueda quitar. Vamos a bañarnos, para luego prepararte la cena, debes tener tanta hambre como yo, ya que solo desayunamos esta mañana en Oceanside, además te tengo una pequeñita sorpresa, y estoy segura que te va a gustar.

Arizona sonrió y le preguntó:

-¿En serio?, ¿qué sorpresa?

-Sí te lo digo, deja de ser sorpresa

-Eso es verdad

Después de bañarse juntas, Callie preparó la cena en tiempo record, Arizona también la ayudó, bueno, la medio ayudó, porque con bastante frecuencia picoteaba para probar lo que Callie estaba haciendo, ganándose algunas miradas regañonas cuando tomaba parte de lo que estaba picando, obligándola a picar un poco más. Y cada vez que Callie le ponía los ojos por alguna de sus travesuras y picoteos de comida, Arizona le sonreía, esa sonrisa que derretía a Callie y que la obligaba a rendirse sin que pudiera importarle cuantos tomates, pepinos y lechuga tuviera que picar otra vez.

Una vez que la comida estuvo lista, Callie le dijo a Arizona sosteniendo una bandeja con los platos servidos en sus manos:

-Espera un momento aquí, ya vengo por ti

Arizona sonriendo recordó: -Por la sorpresa ¿correcto?

Callie le dio un breve beso en los labios: -Sí, por la pequeña sorpresa.

Dos minutos después, Arizona escuchó a Callie llamándola desde el fondo de la casa, desde el ventanal que daba acceso a la playa. Arizona caminó hacia allá y cuando abrió la puerta para salir hacia la playa, Callie puso sus manos sobre los hombros de Arizona y le dijo:

-Quítate los zapatos, la sorpresa amerita que te quedes descalza.

Arizona se sentó en una de las tumbonas y se quitó los zapatos deportivos y las medias, quedando con los pies descalzos tal como Callie se lo había pedido, luego se paró de la tumbona y le dijo a Callie:

-Estoy lista

Callie pasó su brazo por encima del cuello de Arizona y señaló con su otra mano un punto al lado de la casa, en la playa, sobre la arena, en ese punto, Callie había mandado a colocar una mesa bellamente decorada con flores, junto a la mesa dos sillas, y en los cuatro extremos de la mesa unas antorchas que iluminaban la mesa dándole un toque espectacular y muy romántico.

Arizona abrió la boca al admirar la linda sorpresa que le preparó Callie para comer en la playa, le dio un beso en la mejilla en señal de agradecimiento y luego le dijo:

-Gracias Calliope ¿te he dicho que eres un encanto?

Esta vez, para variar, Callie respondió: -Sí

Arizona se echó a reír, entonces subiéndose de puntillas para darle un breve beso en la boca le dijo a Callie:

-No importa, te lo repetiré entonces: Eres un encanto y te amo

-Y yo a ti, mucho

Ambas comenzaron a caminar hacia la mesa tomadas de la mano, antes de llegar a ella, Arizona le preguntó a Callie:

-Dime mi amor, ¿por qué la sorpresa amerita que estemos descalzas?

Callie le dedicó una sonrisa a Arizona que la estremeció, luego le contestó

-Porque esta mañana cuando llegamos, me dijiste que te encantaba sentir la arena bajo tus pies, y no hay nada más rico que comer una comida deliciosa, a la luz de unas antorchas sintiendo la arena en tus pies mientras lo haces.

Arizona sonrió y esta vez fue el turno de Callie para estremecerse con esa sonrisa, una vez que comenzaron a comer, Arizona, sintiéndose extasiada con la deliciosa comida, el vino y sintiendo el placer de tener sus pies en la arena, tal como había dicho Callie, le dijo posando su mano sobre la de ella:

-Mi amor tenias razón, comer así es increíble… te amo Calliope, te amo, gracias por esta increíble ¨tiny honey moon” que me estas regalando, no recuerdo haberme divertido y haber disfrutado tanto como he disfrutado el día de hoy contigo, te amo, Gracias.

Callie sonriendo, apretó la mano de Arizona y le dijo:

-Gracias a ti mi pichirruchi, por ser tan increíblemente encantadora, yo también te amo, con toda mi alma y lo mejor de todo es que este día maravilloso aún no ha terminado, todavía hay dos o tres cosas más que podemos hacer para que sea aún mejor.

-¿En serio?, le preguntó Arizona con una sonrisa llena de picardía

-En serio

-Cosas ¿cómo qué, por ejemplo?

-Además de hacer el amor de una manera… interesante, podríamos ir tomar unos tragos a algún sitio, dime ¿te gusta la idea?

-Sí, me encanta la idea…, le dijo Arizona sonriendo: -¿Y cómo es eso de hacer el amor de una manera “interesante”?

-No se te escapa nada, ¿verdad?, le dijo Callie sonriendo, …-esa parte me la reservo, por ahora

-Ah no, no se vale, ya me dejaste intrigada con los “beneficios” del videojuego ese y ahora también ¿me vas a dejar intrigada con esto también?

Callie apretó la mano de Arizona mientras le decía:

-Ten un poquito de paciencia mi pichirruchi, te prometo que de hoy no pasa que sepas la respuesta a ambas cosas

-¿Me lo prometes?

-Te lo prometo mi vida.

-Ok

Cuando terminaron de comer, Callie y Arizona se dirigieron hacia la casa de nuevo, antes de entrar, Callie le preguntó a Arizona:

-¿Quieres que nos acostemos un rato aquí en las tumbonas para admirar el atardecer, ese con miles de tonos ocres que tanto te gusta ver?

Arizona sonriendo le contestó:

-A ti tampoco se te escapa nada mi amor, sí, de hecho te lo iba a sugerir, pero te me adelantaste

-Perfecto, espérame aquí un momento, mientras consigo unas mantas porque ya está comenzando a hacer frio y te hago el café, digo, para acompañarlo con el atardecer

-Sí, anda “novia del año”, te amo

-Hoy deberías llamarme “esposa del día”, ya que estamos en nuestra “tiny honey moon” ¿recuerdas?

-Sí, tienes razón, anda “mi esposa del día”

Callie entró a hacer el café y buscar las mantas, mientras que Arizona, recostada en una de las tumbonas, recordó el anillo que su padre le había regalado para que le pidiera a Callie que se casara con ella. Arizona suspiró pensando que no quería a Callie para ser su esposa sólo por un día, la quería para ser su esposa toda la vida. Luego pensó, que un día tan maravilloso como el que hoy estaban compartiendo, habría sido ideal para pedirle a Callie que se casara con ella, lo único que se lo impedía, era que Callie aún no había recordado aquel abandono, y mientras ella no lo hiciera, Arizona no sabía lo que pasaría entre ellas. No le parecía justo atar a Callie a un compromiso que ella no sabía si podría mantener después de recordar el daño que ella le había causado al abandonarla como lo hizo.

Pensar en cuanto había herido a Callie con ese abandono, era algo que siempre le nublaba el ánimo, aunque Callie no lo recordara, eso era un hecho cierto: Arizona era la persona que más daño le había hecho a Callie, era la persona que le rompió el corazón al dejarla abandonada en ese aeropuerto, y era la responsable, hasta cierto punto, incluso de ese accidente que casi la mató y que la dejó sin memoria. Sin importar lo que hubiera pasado después, Arizona no podía negar eso y eso la atormentaba sin poder evitarlo. Ni un día tan maravilloso como el de hoy, podía borrar esa sombra del alma de Arizona, nada ni nadie podría borrar eso.

Sin darse cuenta, los ojos se le llenaron de lágrimas, que rápidamente tuvo que secarse con el dorso de su manos, cuando sintió que Callie se estaba aproximando, tenía que ser capaz de seguir disimulando esa pena que no se borraba de su alma aunque quisiera, no sería justo para Callie, arruinarle con sus lágrimas, ese día tan increíble que estaban compartiendo.

En el mismo instante en que Callie miró a Arizona para entregarle el café y colocarle la manta, ella se dio cuenta que el ánimo de Arizona, el que se había mantenido en alto todo ese día, había decaído, y percatarse de ello, le arrugó el corazón. Callie no tenía la menor idea de cómo podría borrarle a Arizona esa pena que le nublaba el alma y que irónicamente aparecía cuando ellas dos más se unían. Callie dudó en si debía o no decirle a Arizona que se había dado cuenta de esa sombra en su mirada, se notaba que ella estaba haciendo un esfuerzo increíble para tratar de disimularlo, así que por un momento no supo qué hacer.

Sin embargo, antes de que pudiera seguir cavilando con sus dudas, escuchó una voz femenina dirigiéndose a ella, era la voz inconfundible y afortunadamente reconocible para Callie, a pesar de su amnesia, de Addison Montgomery, una de las mejores amigas que Callie pudiera recordar que había tenido en toda su vida.

Addison venía acompañada de un hombre bastante apuesto y delgado, alto, de tez morena y cabello negro. Justo cuando estaba a pocos pasos de Callie, Addison exclamó:

-¡Callie Torres!, esto sí es una sorpresa

Callie que ya se había parado de la tumbona, se dirigió rápidamente a encontrarse con Addison,  con una enorme sonrisa en su rostro y abriendo sus brazos para saludar a su amiga, le dijo:

-¡Addison Montgomery!, definitivamente sí, pero es una gratísima sorpresa, lo último que me esperaba era encontrarme contigo en esta playa, tan lejos de Los Ángeles

-Y yo menos, porque hablando claro amiga, yo estoy mucho más cerca de Los Ángeles que tú de Seattle, dime ¿Qué haces aquí?

-Es una larga historia que estoy dispuesta a contarte si tienes tiempo, vine con Arizona

En ese momento Addison se acercó hacia Arizona para saludarla:

-Hola Arizona, ¿cómo estás?, dime quien trajo a quien para acá, tú a Callie o Callie a ti

Arizona sonriendo le contestó:

-Hola Addison, es un placer verte, y contestando tu pregunta, definitivamente fue Callie quien me trajo a mí hasta acá.

Addison hizo una pausa para presentar a su acompañante:

-Por Dios que maleducada soy, Callie, Arizona, él es el Dr. Jake Reilly, es el un colega y amigo, trabajamos juntos en la clínica.

Jake extendió su mano para saludar cortésmente a Callie y a Arizona.

Hechas las presentaciones, Callie invitó a su amiga y a Jake a que las acompañaran, mientras les decía:

-Bueno, díganme ¿les apetece tomar algo?

Addison preguntó:  -¿Qué están tomando ustedes?

Callie soltó una risita y contestó:

-Arizona y yo acabamos de comer y estábamos tomando café, pero yo sé que eso es muy aburrido para ti, así que dime ¿te apetece algo más fuerte que un simple café?

-¿Sabes lo que me apetece amiga?, de hecho estaba conversando con Jake de eso cuando te vi, él me recomendó un lugar nuevo cerca de aquí, donde según me dijo, son expertos preparando esos cocteles multicolores que te hacen explotar, y sí no altera alguno de sus planes previos, me encantaría que Arizona y tú nos acompañaran. Justo en este momento íbamos a cenar para luego dirigirnos allá. Así que díganme, ¿aceptan la invitación?.

Antes de contestar Callie buscó la mirada de Arizona para saber si a ella le agradaba la idea, con un gesto de aprobación que era casi imperceptible para los presentes, pero que resultaba absolutamente claro para Callie, ella le respondió a Addison:

-Seguro, me parece genial, es más, casualmente le había comentado a Arizona que podríamos salir esta noche a tomarnos unas copas y aunque ni ella ni yo somos amigas de esos cocteles locos que a ti te gusta tomar, me parece excelente que vayamos los cuatro juntos.

-¡Perfecto!…, exclamó Addison y mirando su reloj, agregó: -¿Qué les parece si nos vemos aquí dentro de dos horas para irnos juntos?, el lugar donde Jake y yo pensamos ir a comer está a unos metros de aquí

Callie le dijo: -Me parece perfecto, nos vemos aquí entonces en dos horas ¿es una cita?

Addison sonrió con picardía: -Pues sí, es una cita.

-Genial, dijo Callie

Una vez que Addison se alejó caminando por la arena con Jake, Callie enfocó su atención de nuevo en Arizona, en su mirada aún percibía una sombra, así que para intentar animarla, la tomó de la mano y le dijo:

-Ven mi pichirruchi, vamos a jugar un rato tú y yo “Mortal Kombat”

Arizona frunció el seño:

-¿Mortal Kombat? Ese juego asquerosito, allí hay un PlayStation 3, ¿no tienes algún juego menos sangriento que ese?

Callie volvió a sonreír y el brillo de picardía apareció en sus ojos de nuevo, mientras le decía  a Arizona

-Sí McDisney, hay un montón de juegos, pero ninguno con combos, anda, anímate, además te prometí que la incógnita relacionada con ese juego te la iba a despejar hoy, y no veo la manera de hacerlo si no jugamos aunque sea un rato. Ya sé que el juego es “asquerosito” como tú dices, y también sé que a ti te gustaría ponerte a saltar con “Mario Bros” para buscar moneditas, o empapelar tu nave espacial con pegatinas en “Little Big Planet”, pero como te dije, ningún otro, que yo recuerde tiene combos, y la clave está en los combos

Por el brillo pícaro en la mirada de Callie, Arizona ya había deducido que ella se traía algo entre manos y cuando Calliope Torres tramaba algo, ella jamás se arrepentía de descubrirlo, así que sonrió y le dijo:

-Ok, juguemos “Mortal Kombat” entonces

Callie dio unos pequeños brincos infantiles mientras decía:

-¡YAY!, voy a buscar la consola y el juego en mi cuarto para conectarlo aquí.

-Ok, ¿quieres que sirva unas copas de vino?

-Sí, eso me parece perfecto, dijo Callie mientras caminaba rumbo a su habitación.

Arizona se echó a reír, ver a Callie en una faceta infantil era algo tan divertido como poco frecuente.

Una vez que el aparato estuvo conectado a la Televisión y el juego estaba listo para ser usado, Callie le dijo a Arizona:

-Escoge tu primero quién será tú peleador, mientras yo repaso el combo de mi personaje favorito en las notas que tengo dentro de la caja del videojuego, no elijas a Sub-zero, ese es mío.

Arizona puso los ojos como platos:

-Callie no puedo creerte, ¿hasta tienes anotaciones?. ¡Oh Dios! Y yo que estoy enamorada de ti, entre otras cosas, por tu ternura, pero este juego no tiene nada de tierno, te lo aseguro.

Callie se echó a reír:

-Ari, ya te dije que esto no tiene nada que ver con la violencia, tiene que ver con los “beneficios”

-Tú y tus “beneficios”, ahora estoy pensando seriamente que me enamoré de una loca

Callie se acercó a Arizona para darle un beso en la mejilla, luego le dijo sonriendo:

-Mi amor puedes pensar en estos momentos que soy una loca, pero ya me entenderás, de eso estoy segura

Arizona la vio con una mirada de incredulidad, luego enfocándose en la pantalla del televisor movió los botones del control y dijo:

-Ok, ya está listo, escogí a Sonya

Callie no le hizo caso, seguía tratando de memorizar algo escrito en un pedazo de papel, luego, tomó el control del Super Nintendo y movió los dedos para practicar una secuencia de comandos, pensando en voz alta y moviendo los dedos con una rapidez impresionante que impactó a Arizona. Callie susurraba: -Adelante, adelante abajo, patada alta, luego Puñetazo bajo más parte trasera pantalla, Atrás, Atrás, Abajo, Adelante, soltar puñetazo bajo

Arizona ladeó la cabeza para mirarla y sonrió, esa expresión infantil llena de picardía en el rostro de Callie, la enterneció, era como si su Callie tuviera 12 o 13 años.

Luego de que parecía que la Callie adolescente ya había practicado lo suficiente, eligió a su luchador: Sub-zero y le preguntó a Arizona:

-¿Lista?

-Sí

-Perfecto

En la pantalla aparecieron los dos personajes en posición de pelea, luego una letras de dibujaron en ella: “Fight”, la batalla comenzó, en pocos segundos Sub-zero había acorralado a Sonya con una secuencia de golpes, Arizona volteó de reojo a ver a Callie y se rió de nuevo, su rostro era la viva imagen de la concentración y lo más cómico era que se estaba mordiendo un pedacito de su labio inferior, pero el gesto no se veía sexy como era normal en ella, sino absolutamente infantil, sin embargo, lo que le volvió a impresionar fue la increíble velocidad con la que Callie movía sus dedos para hacer la correcta combinación de golpes que casi tenían acabada a Sonya. Luego de una secuencia despiadada de golpes, el personaje de Sonya parada en un solo sitio se movía como si estuviera mareada, a punto de caer, fue entonces cuando en la pantalla apareció la palabra “Finish him”, Callie movió sus dedos aún más rápido pero parece que algo le salió mal porque exclamó:

-¡Mierda!

Arizona se echó a reír y le dijo:

-¿Callie por qué dices eso?, Me ganaste

-Sí, te gané, pero el “Fatality” no me salió…, dijo con un tono de frustración, luego abrió los ojos y entusiasmada preguntó: …-¿jugamos una más?, anda, sí

-Ok…, le contestó Arizona con una sonrisa, luego dijo: …-por cierto ¿qué es eso de “Fatality”?

-Definitivamente no conoces este juego, es una combinación que se hace para matar al oponente de una forma… brutal

Arizona soltó el control antes de reiniciar el próximo juego, se paró enfrente de Callie, puso las manos sobre sus hombros, buscó su mirada con el seño fruncido y los ojos entrecerrados como si la estuviera examinando. Entonces le dijo con una cara divertida pero en un tono sobrio:

-Tú jugadora psicópata, quien quiera que seas, devuélveme a mi Calliope, mi Calliope no mata brutalmente a nadie, mi Calliope no mata ni a una mosca, dime ¿dónde está? Confiesa, yo quiero a mi Calliope de vuelta, aquí y ahora.

Callie se quedó en silencio por dos segundos, luego soltó una enorme carcajada, y aunque Arizona hizo todo lo posible para reprimirla también comenzó a reírse. Fue tal el ataque de risa por la ocurrencia de Arizona, que a ambas se le llenaron los ojos de lágrimas y se doblaron tocando  sus estómagos que les dolían de tanto reírse.

Unos minutos más tarde, cuando finalmente el ataque de risa amainó, Callie acunó con sus manos las mejillas de Arizona, la miró directamente a los ojos con una ternura impresionante y luego con delicadeza posó sus labios sobre los de Arizona y la besó con una dulzura aún más impresionante. Cuando el beso finalizó, Arizona se sintió casi mareada, tal era la ternura que Callie le había impreso a ese beso, entonces, Callie puso un dedo en la barbilla de Arizona y lo levantó sólo un poco para encontrarse con su mirada, fue cuando le dijo:

-Soy yo, ¿ahora sí me reconoces?

Arizona se le quedó mirando, enmudecida, sí esa era su Calliope, la mujer que amaba con toda su alma, con cada fibra de su cuerpo. Sin poder pronunciar palabra alguna Arizona asintió, Callie sonrió y luego dijo:

-¿Jugamos?

Después de una mirada y de un beso como ese, Arizona le hubiera dicho que “Sí” a lo que fuera, casi hipnotizada, Arizona contestó:

-Sí

-¡YAY!

Sonriendo Arizona se preparó para la siguiente pelea, sabía que iba a perder, pero no le importaba

El juego comenzó: “Fight”. De nuevo, con la rapidez impresionante en los dedos, Callie dirigiendo a su personaje arrinconó a la luchadora controlada por Arizona, hasta que luego de otra secuencia despiadada de golpes secos o congelantes, Sonya empezó a mover su cabeza en círculos parada en el mismo sitio sin poder moverse, y apareció en la pantalla la palabra “Finish him”, Sub-zero hizo una serie de movimientos controlados por Callie y de repente, agarró la cabeza a Sonya y se la arrancó con todo y columna vertebral, enseguida apreció en la pantalla la palabra “Fatality” y un momento después “Sub-zero wins”. Callie levantó los brazos y saltando hizo un pequeño baile de victoria

Con los ojos como platos, impresionada ante tal cantidad de violencia cibernética, Arizona puso cara de asco y exclamó:

-¡Calliope Torres!, no entiendo cómo puede gustarte un juego tan horrible como este.

Callie se sentó con Arizona en el sofá y le dijo:

-Ari, tienes razón este juego es dantesco, pero en su momento, me fue útil… para otras cosas

-Y sí te parece tan dantesco ¿por qué lo juegas?, ¡Oh!, espera… ¿Estás hablando otra vez de los “beneficios”? y yo sigo sin entender ¿Qué “beneficios”?

Callie sonrió, se paró del sofá, apagó el juego y extendiendo su mano invitó a Arizona a pararse a su lado, luego giró en dirección hacia la habitación y le dijo a Arizona:

-Ven conmigo, te lo voy a mostrar

Arizona suspiró, su Calliope estaba de vuelta y con ella iría al fin del mundo si le lo pidiera.


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Cuando llegaron a la habitación principal, Callie atrapó los labios de Arizona para besarla con esa mezcla de pasión y ternura que la estremecía, ese beso fue más que suficiente para activar la lujuria y el deseo en Arizona, esta vez fue ella, quien sin dejar de besar a Callie, comenzó a desnudarla. Luego por un instante, ellas se miraron a los ojos, y Callie sintió un espasmo involuntario en su vagina, al percibir el deseo intenso en los ojos oscurecidos de Arizona, quien se quitó su ropa en pocos segundos.

Arizona lanzó a Callie hacia la cama, y se acostó encima de ella, y comenzó a besarla y acariciarla por todas partes gimiendo con la boca abierta. Callie también abrió su boca y exhaló un gemido mientras cerró los ojos enterrando la cabeza en la almohada, Arizona la estaba excitando de una forma que la enloquecía. Entre jadeos y gemidos, Callie soltó un gemido gutural cuando sintió al mismo tiempo la lengua de Arizona acariciando su clítoris y dos dedos de ella entrando y saliendo rítmicamente dentro de su abertura. En muy poco tiempo, el cuerpo de Callie se tensó y alcanzó un monumental orgasmo que puso a temblar todo su cuerpo sin que ella pudiera controlarlo.

Después Arizona subió hacia el rostro de Callie, besando a su paso cada centímetro de su suave piel color caramelo y cuando se encontró con su mirada, con esos ojos vidriosos que delataban el inmenso placer que acababa de experimentar, atrapó sus labios en un beso intenso y profundo. Cuando el beso concluyó, Callie abrazó a Arizona y con un movimiento de su cuerpo la giró para colocarla debajo de ella.

Arizona se estremeció cuando detectó la mirada maliciosa en los ojos de Callie que le hizo entender sus intensiones de volverla loca de placer, literalmente. Callie era ya suficientemente sexy y ardiente sólo siendo ella misma, pero cuando la lujuria se apoderaba de ella como ahora, esa sensualidad alcanzaba un nivel que era sencillamente irresistible y desquiciante.

Callie comenzó a recorrer con sus labios y con su lengua el cuello de Arizona, sus senos, su estómago, con caricias lentas y medidas. Arizona, al sentir las excitantes caricias arqueó su espalda y comenzó a mover sus caderas en la búsqueda inconsciente del contacto que deseaba casi con desesperación en su centro de placer, pero Callie no estaba dispuesta aún a darle lo que ella necesitaba, dónde lo necesitaba, así que haciendo caso omiso de su necesidad continúo acariciando y besando sus muslos, la parte interna de sus rodillas, para de nuevo subir lentamente hasta acercarse con su boca a la inundada vagina de Arizona, quien al sentir el calor de la boca de Callie tan cerca, arqueo nuevamente su espalda levantando la cadera mientras gemía y jadeaba.

De pronto, Callie hizo un movimiento, abrió con sus dedos la vagina de Arizona y con movimientos frenéticos de su lengua comenzó a acariciar su clítoris. Ante el anhelado contacto, Arizona volvió a enterrar al cabeza en la almohada cerrando los ojos de golpe y apretando sus dientes, y soltó un gemido ahogado al reaccionar ante la increíble sensación de placer que Callie le estaba proporcionando con los movimientos de su lengua.

Momentos después Arizona lanzó un gemido de frustración, cuando Callie abandonó su vagina y comenzó a subir por su torso acariciando y besando su piel, sus pezones, su cuello.

Luego Callie se incorporó un poco para mirar a los ojos a Arizona, ella detectó fuego en su mirada, Callie estaba sin duda encendida por la pasión y la lujuria y eso era algo que Arizona no había visto en ella en meses, que no había visto desde que ella había regresado de África. Arizona sintió que la garganta se le seco, ver a Callie así la excitó y lo que ella haría a continuación la excitó aún más.

Callie tomó los dos brazos de Arizona y los colocó encima de su cabeza, apretando sus muñecas con su mano izquierda para inmovilizarla. Arizona levantó ligeramente la vista para comprobar lo que Callie acababa de hacerle, sin poder mover sus brazos, Arizona miró de nuevo a Callie a los ojos y ella le devolvió una sonrisa maliciosa. Al momento siguiente, Callie enterró sus labios en el cuello de ella y comenzó a acariciarla y a besarla, y después para desquiciarla aún más, comenzó a susurrarle al oído jadeando:

-Te voy a volver loca, mi amor, te voy a acariciar y te voy a besar todo el tiempo que yo quiera, vas a acabar cuando yo quiera

Arizona, inmovilizada por la prensa de las manos de Callie sobre sus muñecas, enterró su cabeza en la almohada aún más y abrió la boca para dejar salir un gemido gutural generado por la enorme excitación que le estaba provocando Callie con sus caricias y sus palabras ardientes.

Desesperada, gimiendo, Arizona suplicó jadeante:-¡Tócame Calliope, tócame, te necesito, tócame!

Arizona apretó los dientes con un gemido ahogado y arqueo la espalda para levantar sus caderas, cuando sintió la mano derecha de Callie abriendo su inundada vagina y su dedo medio acariciando lentamente su clítoris erecto y palpitante, mientras que al mismo tiempo lamía frenéticamente con la lengua sus pezones.

Las caricias de Callie en su clítoris eran itinerantes, a veces lentas otras más rápidas y  esos cambios de velocidad lograban lo que Callie quería, lo que Arizona sabía que ella quería, mantenerla en el borde del placer pero sin dejarla pasar del límite que la llevaría a un clímax seguro, por lo cual Arizona jadeaba suplicante y gemía sin control, su placer estaba sometido a la voluntad de Callie, tal como ella le había dicho, Arizona acabaría cómo y cuando Callie quisiera, saber eso excitó aún más a Arizona.

Callie se sentía loca de lujuria, pocas veces tomaba esa actitud dominante en la cama, pero la vista de la hermosa desnudez de Arizona le provocó un deseo casi salvaje de poseerla a su modo, a su antojo y ese deseo sólo aumentaba a medida que veía a su amante retorcerse suplicante al sentir sus caricias.

Callie decidió que el momento había llegado, sin soltar los brazos de Arizona que mantenía inmovilizados firmemente con su mano izquierda, comenzó a aumentar la velocidad de sus caricias en el clítoris de Arizona, ella respondió ante ese nuevo ritmo, porque en pocos instantes su cuerpo se tensó y sus piernas comenzaron a temblar, y fue justo en ese momento cuando Callie asomó una nueva sonrisa maliciosa, pensando pasa sí misma algo que casi la hace reír. Ella al ver a Arizona tensa, temblando y a punto de acabar, pensó “Finish Her”… y entonces le imprimió a su mano una velocidad impresionante que de inmediato puso a vibrar a Arizona.

Ante la caricia desquiciante que Callie le estaba haciendo, moviendo sus manos a una velocidad que casi no era humana, Arizona jadeando, sintiendo como su cota de placer aumentaba sin límites casi al borde la derrota, lanzó un grito y exclamó entre gemidos:

-¡Oh Dios!, ¡Calliopeeeeee!, ¡Oh Dios!, ¡Oh Dios!

Arizona bajó la vista, ella quería asegurarse que ese movimiento desquiciante provenía de la mano de Callie, porque lo que sentía era como si su vagina estuviera siendo estimulada por un vibrador a toda velocidad, pero no, era la mano de Callie, la mano de Callie que con sus diestros y agiles movimientos la llevaron en sólo segundos a un clímax absolutamente arrollador, que le hizo gritar el nombre de la mujer más ardiente y sexy que alguna vez le había hecho el amor:

-¡Callioopeeeeeeeeeeeeee!

Callie sonriendo satisfecha, soltó los brazos de Arizona y comenzó a besar su cuello, dando tiempo a que ella regulara su respiración que estaba totalmente descontrolada. Mientras Arizona aún jadeaba, Callie sonriendo, le susurró al oído:

-¡Callie wins!

Tomando la pista y a pesar de que aún le faltaba aire para respirar, Arizona soltó una carcajada cuando finalmente entendió que esa última caricia que la desbordó de placer fue la versión erótica de Callie del “Fatality” del videojuego que acababan de jugar. Callie comprendió, por la risa incontrolable de Arizona que ella finalmente había captado los “beneficios” del “Mortal Kombat”, y sin querer contenerse tampoco, comenzó a reírse a carcajadas también.

Aún riendo se miraron a los ojos, Callie que ya era ella otra vez, miró a Arizona con ternura y la besó profundamente.

Cuando el beso concluyó, Arizona recogió con sus dedos en una caricia, parte del mechón de cabello que tenía Callie sobre su rostro y le dijo sonriendo:

-Eso que me hiciste, cuando convertiste tu mano en una especie de vibrador desquiciante fue tu versión personalizada y erótica de un “Fatality”, ¿verdad?

-Callie volvió a reír y le contestó:

-No, eso fue un “Sexuality”

Arizona soltó otra sonora carcajada, mientras se preguntaba si la imaginación de Callie tendría límites, cuando pudo hablar, le preguntó con una sonrisa maliciosa:

-Siento que ahora me debes una explicación. ¿Me puedes decir?, sí lo recuerdas, ¿Cuándo descubriste “los beneficios” del "Mortal Kombat" y para qué los usabas?

Callie se echó a reír y le contestó:

-Sí lo recuerdo, fue cuando comencé a estudiar medicina, los cirujanos deben ser diestros con sus manos y esa fue una manera que yo inventé para potenciar esa destreza, pero luego, un día, que estaba sola en mi habitación de la universidad, descubrí que la agilidad que había logrado con mis manos podía tener… otros usos… y tú acabas de ser testigo presencial y material de ese descubrimiento…

-¡Oh sí!, no tengo ninguna duda de ello.., le contestó Arizona sonriendo, luego agregó: …-eres una cajita de sorpresas Callie, nunca dejas de sorprenderme… Arizona miró a Callie con ternura y antes de besarla, agregó: …-nunca dejas de enamorarme, te amo Calliope “Pandora” Torres, te amo…

Antes de fundir sus almas en un beso profundo, Callie le respondió:

-Y yo a ti mi Arizona hermosa, te amo, te amo con locura…


Esta historia continuará…


Bueno, creo que el “misterio” del “Mortal Kombat”, ha sido develado, je, je.

Confieso que este capítulo ni se llamaba así ni tenía esta canción cuando comencé a escribirlo, pero…