Epidemia
– Capítulo 11 – You got me (Tú me tienes)
En lo que se convertiría en una costumbre durante el
mes que aún pasaría Callie en el hospital antes de ser dada de alta, Arizona
llegó muy temprano en la mañana, con la intensión de hacer sus rondas lo más
pronto posible, y así tener tiempo de pasar por la habitación de Callie para
verla. Unos cuantos días después también se convertiría en práctica habitual
compartir la hora del almuerzo y luego en la noche, antes de irse a su casa,
compartir también la cena. Ambas contaban las horas para reunirse de nuevo,
esos momentos que pasaban juntas se convirtieron en su parte favorita de cada
día.
Hoy estaba programada la operación de Callie. Arizona
logró efectuar las rondas en tiempo record y aproximadamente a las 7:30 a.m. ya
estaba entrando a la habitación para sentarse a su lado.
A esa hora normalmente Callie estaba durmiendo, pero a
Arizona le encantaba llegar en esos momentos, para verla dormir, porque
mientras dormía, ella no tenía que disimular sus sentimientos. Con mucho
cuidado para no despertarla, le pasaba los dedos sobre su cabello negro y se lo
recogía hacia atrás con una caricia dulce, o tomaba su mano para darle un beso
o simplemente para quedarse extasiada viéndola dormir, llenándose de un
increíble sentimiento de ternura hacía ella. Ya que Arizona no podía despertar
a su lado, envuelta en el círculo cálido de sus brazos, por lo menos, así podía verla dormir sabiendo que ella sería lo
primero que Callie vería al despertar cada mañana y que la primera sonrisa de
Callie sería para ella.
Y tal como ocurriría en el transcurso de ese mes, Callie
despertó y su primera sonrisa fue para Arizona quien la miraba con esa
expresión cuya intensidad Callie aún no podía entender, considerando que apenas
se conocían, pero que le encantaba y le
llenaba el alma de la más absoluta felicidad.
Callie extasiada con esa mirada, sonriendo le dijo:
-Buenos días mi dulce patinadora, mi reina dentro y
fuera del tablero de a…a…ajedrez
-Buenos días mi dulce dama ¿cómo te sientes?.
-Bien y ahora, sabiendo que estabas velando mis
sueños, me siento aún mejor…, Callie dijo sonriendo, luego hizo una pausa y
mirando a Arizona a los ojos, admirándola, agregó: …-¡Por Dios!, ¡que hermosa
eres!, ¡me tienes comiendo en tu mano con esos gloriosos ojos azules y esos
hoyuelos en tu preciosa sonrisa!, a veces, no entiendo que haces pasando tu
escaso tiempo libre con una loca desmemoriada como yo, cuando debes tener una
fila de mujeres suspirando por ti…
Arizona la interrumpió y le dijo: -Stop, te aseguro
que esa fila de mujeres no te llega a ti ni a los talones, Calliope, tú eres divertida
y encantadora y no, no me importa en absoluto que seas una loquita
desmemoriada, te aseguro que es aquí contigo con quien deseo estar más que en
cualquier otro lugar del mundo, es tu compañía la que me llena y me alegra el
día porque…, Arizona se frenó, casi se le sale, casi termina la frase
diciéndole: “porque te amo”, así que
tratando de continuar coherentemente lo que estaba diciendo, agrego: …-tú eres
increíble, eres la mujer más bella y sexy que he conocido en toda mi vida
¿acaso no te has visto en un espejo bobita?, eres hermosa y por eso tu también me tienes
comiendo en tu mano.
Callie se alegró al escuchar esas palabras y exclamó:
-¡Wow!, tu sí que sabes decir “Buenos días”…, luego sonriendo agregó… -Y
hablando de espejos, permíteme unos minutos mientras voy al baño a asearme un
poco ¿Sí?
Arizona le respondió con una sonrisa: -Sí, claro, ve,
yo te espero aquí.
Callie se bajó de la cama y entró al baño, luego de
unos diez minutos salió, y vio que Arizona estaba recostada al borde de la
cama, entonces sin perder la oportunidad se paró al frente del ella, la miró a
los ojos por un segundo, luego bajó su mirada hacía sus labios, y la besó
apasionadamente. Ambas gimieron y cuando se quedaron sin aliento y separaron
sus labios para buscar aire, Callie le dijo sonriendo:
-Bueno días,… y con una sonrisa pícara, agregó: …-Yo
también se decir “Buenos días”
Arizona suspiró: -¡Wow!, definitivamente sí, es más,
me parece que acabas de convertir en un arte, eso de decir “Buenos días”.
Callie sonrió y con una mirada sexy le dijo: -¿En
serio?, y creo que puedo mejorar aún más ese arte. Envolviendo con su brazo
bueno la cintura de Arizona, la atrajo muy cerca y mientras la escuchaba gemir,
poso sus labios en los de ella y la besó de nuevo.
Arizona envolvió sus brazos alrededor del cuello de
Callie y respondió al beso apasionadamente, sintiendo como todo su cuerpo se
estremecía por tenerla tan cerca de nuevo. Era como estar en el cielo.
Jadeando, cuando el beso terminó, colocó su frente sobre la de Callie y dijo
con la respiración entrecortada: -¡Oh Dios!, Calliope, tú misma acabas de
demostrarme porque te prefiero a ti, porque es aquí contigo donde deseo estar. Estoy
aquí parada y apenas puedo respirar. No he conocido a nadie que bese así, me
encanta tu forma de besar, me encanta.
Callie sonrió y entre jadeos dijo: -Me alegro que así
sea, porque esto es algo que pienso repetir cada vez que tenga una oportunidad,
sí tú estás de acuerdo, por supuesto.
Arizona la miró a los ojos y le respondió sonriendo:
-Absolutamente
Callie se apartó y mientras se subía a la cama de
nuevo, para sentarse recostada a la cabecera, exclamó con la más hermosa
sonrisa dibujada en su rostro:
-¡Genial!, o como diría alguien que yo conozco: ¡YAY!.
Terminó exclamando Callie mientras levantó su brazo derecho en señal de
victoria tal como había visto a Arizona hacerlo.
Arizona se echó a reír y mientras se sentaba al lado
de Callie le preguntó con ternura:
-Hoy es tu operación ¿cómo te sientes al respecto?
-En estos momentos me siento bien, lo que no sé es
como me sienta al despertar, supongo que un poco adolorida.
-Quizás eso podamos evitarlo, hablaré con Bailey para
asegurarme que tengas una cantidad razonable de calmantes en el postoperatorio,
y así no sentirás dolor ¿te parece?
-Perfecto, Gracias, ¿vas a observar la operación desde
la galería?
-Sí, por supuesto, de hecho reprogramé todas mis
cirugías del día de hoy para estar libre, lo cual me recuerda que tengo que
irme en unos minutos para efectuar la única que no pude aplazar, tengo que
operar a un…
Arizona no terminó de hablar, porque justo en ese
momento, entró a la habitación con una enorme sonrisa el Dr. Alejandro Herrera,
quien saludó con un gesto a Arizona y luego enfiló su mirada y su interés hacia
Callie diciéndole:
-Buenos días Calliope, estas más hermosa que nunca
hoy... Tengo que confesarte que eres una de las más bellas pacientes que he
tenido.
Arizona sintió de nuevo como se le retorcían las
entrañas por los celos, odiaba verlo piropeando a Callie tan descaradamente y
decirle “Calliope”. Sin poder evitarlo, la expresión de su rostro se endureció.
Callie se percató de inmediato de la mirada dura que
Arizona le dirigió al médico, una expresión que ciertamente nunca le había
visto antes y pensó “¿serán celos?”. Aunque le encantó la posibilidad, no quiso tirar más leña al fuego, por lo cual
le respondió seriamente al Dr. Herrera, sin hacer más comentarios:
-Buenos días Dr. Herrera
El Doctor dijo: -No, no, nada de “Dr. Herrera”, eso es
para los pacientes comunes, pero te aseguro que tú no eres nada común, llámame
Alejandro, por favor, así vamos rompiendo el hielo, mira que tengo todas las
intensiones de invitarte a salir una vez que te recuperes, y espero que tú
aceptes mi invitación.
Callie miró a Arizona, buscando en su expresión algo
que confirmara su reciente sospecha acerca de los celos de ella, y no le quedó
ningún atisbo de duda cuando vio como Arizona prácticamente estaba echando
chispas por los ojos. De hecho, notó que el típico color azul cielo se había
oscurecido. Callie pensó que esa era su primera oportunidad para demostrarle a Arizona
cuanto le importaba, así que buscó su mano y la tomó dándole un ligero apretón,
ambas se miraron a los ojos por un instante, luego dirigiendo su mirada hacia
el médico, Callie dijo:
-Me siento halagada Dr. Herrera, pero creo necesario
aclararle algo de una vez: sí lo que usted propone en una salida en grupo con
varios médicos de este hospital creo que no tendré inconvenientes en aceptar su
invitación, pero si está hablando de una cita, lamento decirle que eso no será
posible. Tengo toda la intensión de tener una cita con alguien en cuanto me den
de alta de este hospital… Callie miró a Arizona y Arizona le devolvió la mirada
con una sonrisa, la expresión de su rostro estaba volviendo a la normalidad, y
sus hermosos ojos se estaban tornando azul cielo de nuevo… -y lamento decirle
que esa cita no será con usted, lo siento. De todas formas, gracias por la
invitación.
El Dr. Herrera, un poco contrariado, disimuló sus
verdaderas intensiones y dijo:
-Sí, si claro me refiero a una salida en grupo. Bueno,
de cualquier forma, vine a decirte que la enfermera viene en camino para
prepararte, nos vemos en el OR, en dos horas ¿está bien?
-Sí, me parece perfecto, gracias Dr. Herrera.
-Genial, bueno me retiro, nos vemos, y diciendo esto
salió de la habitación.
En cuanto el médico salió, Callie buscó la mirada de
Arizona, pero le resultó difícil porque ella tenía los ojos clavados en el
piso, entonces Callie dijo, apretando un poco la mano que aún sostenía entre la
de ella:
-¡Hey! Planeta Tierra llamando a la Dra. Arizona
Robbins… Dra. Robbins, cambio…
Arizona sin levantar la mirada sonrió, luego
lentamente subió los ojos y se enfrentó a la mirada de Callie, que era una
mezcla increíble de ternura y curiosidad.
Cuando sus miradas se cruzaron Callie le preguntó:
-¿Qué pasó?
Arizona se sonrojó, de cierta forma se sentía un poco
avergonzada con Callie, porque sabía que había sido incapaz de disimular sus
celos, así que en un intento por restarle importancia a lo sucedido, por lo
menos a los ojos de Callie, le contestó con un tono de voz casi infantil,
bajando la mirada de nuevo y moviendo uno de sus pies como queriendo pisar un
insecto invisible: -Nada
Callie sonrió, le enterneció la forma en que Arizona trató
de tapar el sol con un dedo, entonces con la mano la acercó hacia ella y cuando
la tuvo más cerca, levantó su barbilla con delicadeza para lograr que la mirara
a los ojos. Cuando sus ojos se encontraron, Callie le dijo con ternura:
-Dra. Robbins,
cuando me den de alta en este hospital quiero invitarte a salir, una cita,
¿quieres ser mi cita?. Pensaba hacerte esta invitación luego, pero este doctor
me hizo adelantar mis planes de conquista. Porque tengo toda la intensión de
conquistarte Dra. Robbins, aunque me sigas ganando en a…a…ajedrez, quiero
conquistarte y si aún estas sintiendo lo que acabas de sentir, o sea, un
poquito de celos, permíteme aclararte algo: lo único que deseo es conquistar a
la Reina… no al Rey. Supongo que por eso es que no he pegado una jugando a…a…ajedrez.
Terminó diciendo Callie con una sonrisa que derritió a Arizona.
Ella no pudo evitar sonreír, de hecho su rostro se
ilumino de nuevo, no sólo porque le causaba mucha gracia que después de aquel
balbuceo, cada vez que Callie mencionaba la palabra “ajedrez”, siempre decía “a…a…ajedrez”, tal como Arizona
lo había pronunciado en su primer encuentro. Ella también sonrió porque sí
antes se había molestado por la visita de ese médico impertinente, ahora casi
que lo agradecía, sentir como Callie tomó su mano para demostrarle al médico y
a ella quien le interesaba realmente, fue increíble; presenciar como Callie
había declinado la invitación de una forma tan directa, fue increíble y
finalmente, escuchar de Callie lo que acababa de decir, fue increíble, se
sentía increíble.
Entonces Arizona con la más amplia y sincera sonrisa
dibujada en su rostro le dijo a Callie:
-Me encantaría ser tu cita, pero no para que me
conquistes, Calliope, porque ya me conquistaste. Y sí, me puse celosa, pero
fuiste tan impresionante que lograste convertir mi rabia en alegría. Gracias
Callie, gracias por ser tan increíble.
Callie, aún manteniendo su hermosa sonrisa, le dijo:
-Ven Aquí.
Arizona se acercó y sus labios se rozaron, entonces
Callie los acarició con sus propios labios, luego con los dientes,
delicadamente, tomó el labio inferior de Arizona, lo mordió suavemente, y casi
con un roce lo acarició con su lengua. Arizona gimió, sentía que le temblaban
las piernas, esa forma de besar de Callie la derretía, no podía evitarlo. Entonces
Callie, abrió la boca y con un gemido, fundió sus labios con los labios de
Arizona, y su lengua comenzó a saborear el dulce sabor, tan misteriosamente familiar,
que tanto le gustaba.
Mientras Callie hacía su magia, Arizona sintió una
inmensa oleada de amor hacía ella, lo que provocó que el beso se profundizara
aún más. Mientras Arizona no pudiera decirle lo que sentía, esos besos eran por
ahora, su única forma de expresar la pasión y el amor casi incontenible que se
desbordaba dentro de ella. Arizona estaba tan excitada que sintió que la
humedad entre sus piernas era más que evidente, estaba literalmente chorreando.
¿Se preguntó si Callie estaría tan excitada como ella?.
Tomó todo de la voluntad de Arizona para no desnudar a
Callie y hacerle el amor, allí mismo. En momentos como esos, verse obligada a
reprimir sus deseos, resultaba prácticamente insoportable, eso era lo que más
deseaba en el mundo, se moría de ganas por hacerle el amor a Callie de nuevo,
se moría de ganas por ver su hermoso cuerpo color caramelo desnudo, por besar
sus senos, por sentir su clítoris palpitando en su lengua y entre sus dedos,
por sentir el calor de su cuerpo fundirse con el de ella.
Cuando el besó finalizó, Arizona no tuvo dudas, Callie
estaba excitada, tan excitada como ella y lo supo porque la conocía lo
suficiente como para distinguir su excitación, en su mirada, en sus gestos, en
el patrón de su respiración irregular y jadeante, y lo que Callie susurró a
continuación lo confirmó: -¡Arizona!, sólo era su nombre, pero ella sabía que
cuando lo pronunciaba de esa manera, con esa cadencia en la voz, la excitación
de Callie era más que evidente.
Tratando de recuperar un poco el autocontrol, Arizona
bromeó con Callie diciéndole: -Si piensas que no me has podido ganar en el ajedrez
porque quieres conquistar a la reina y no al rey, quizás deberíamos comenzar a
jugar cambiando un poco las reglas.
Callie le siguió la corriente, tratando de disimular también
su excitación: -¿Y cómo sería eso?
-Podríamos convertir al rey en reina y a la reina en
rey, invirtiendo sus posiciones en el tablero
Callie soltó una carcajada antes de decir: -¿Un
“lesbiajedrez”?
Arizona no pudo contener la carcajada tampoco: -Exacto,
un “lesbiajedrez”. ¿De dónde sacas todas esas ocurrencias Calliope Torres?
-Del espacio en mi cabeza que antes ocupaba mi
memoria, tú sabes, la que se llevaron los extraterrestres en su nave cuando me
atacaron. Si no ocupo ese espacio con algo medianamente útil me convertiría en
una cabeza hueca y tú no querrías estar con una cabeza hueca ¿verdad?
Arizona con su mano recogió un mechón del cabello de
Callie hacia atrás con ternura, entonces le dijo mirándola a los ojos: -No me
importaría que tuvieras la cabecita hueca, pero me alegro que la hayas llenado
con cosas que me hacen reír tanto y tan seguido.
-Eso está bien, sobre todo ahora que mi corazón
también se está comenzando a llenar
-¿De qué se está llenando tú corazón?
-De ti…
El corazón de Arizona dio un vuelco, ¿acaso era
posible que Callie estuviera comenzando a sentir por ella, algo más que la
obvia atracción física?. Ella no quería forzar la situación, su intención desde
el mismo momento en que decidió reconquistar a Callie era ir despacio, se moría
de ganas por decirle “Te amo Calliope, estoy enamorada de ti”, pero no creía
que ese momento había llegado todavía, así que sólo se limitó a decir:
-El mío también.
Callie se emocionó, aún no se sentía capaz de
comunicar sus sentimientos, le parecía que era demasiado pronto para eso, sin
embargo, lo que tenía claro era que se estaba enamorando de Arizona, de todas
las personas que normalmente la visitaban, era con Arizona con quien se sentía
más a gusto, y la extrañaba mucho cuando ella no estaba a su lado, y cuando la
veía entrar a su habitación de nuevo, su corazón siempre se aceleraba mientras
que su estómago se convertía otra vez en el hogar de miles de maripositas. No
se atrevía a confesarle nada de eso, pero el hecho de que no lo dijera no
significa que no lo sintiera.
Hacer clip en el título para acceder a la canción
Estoy
atrapada en ti y mis ojos sonríen
No
puedo fingir aunque trate de esconderlo
Me
gustas, Me gustas
Creo
que sentí que mi corazón se saltó un latido
Estoy
aquí parada y apenas puedo respirar
Me
tienes, Sí, Me tienes
La
manera en que tomas mi mano es tan dulce
Y
esa sonrisa torcida de ti
Me
mata
Oh,
no me puedo saciar
Cuánto
más necesito para llenarme?
Se
siente tan bien, ha de ser amor
Es
todo lo que he soñado
Me
rindo, Me entrego, Me voy, Empecemos
Porque
no importa lo que haga
Mi
corazón está lleno de ti
No
me imagino cómo sería
Vivir
cada día de esta vida
Sin
ti, Sin ti
Una
mirada de ti, Se que comprendes
Este
desastre en el que estamos
Sabes
que esta fuera de nuestras manos
Oh,
no me puedo saciar
Cuanto
más necesito para llenarme?
Se
siente tan bien, ha de ser amor
Es
todo lo que he soñado
Me
rindo, Me entrego, Me voy, Empecemos
Porque
no importa lo que haga
Mi
corazón está lleno de ti
Espero
que siempre nos sintamos así
Sé
que así será
Y
en mi corazón sé que siempre te quedarás
Oh,
no me puedo saciar
Cuanto
más necesito para llenarme?
Se
siente tan bien, ha de ser amor
Es
todo lo que he soñado
Me
rindo, Me entrego, Me voy, Empecemos
Porque
no importa lo que haga
My
corazón está lleno de ti
Oh,
Me tienes, Me tienes
Oh,
Oh, Me tienes, Me tienes
Callie acercó su boca a los labios de Arizona, con la
intensión de besarla, sin embargo, tuvo que apartarse ante la llegada de la
enfermera que, suponía, había enviado el Dr. Herrera para prepararla para la
operación.
La enfermera dijo sonriendo: -Buenos días Dra. Torres,
buenos días Dra. Robbins, si me permiten tengo que prepararla para su
operación.
Callie asintió, entonces dio una breve mirada hacia
Arizona y le dijo:
-¿Estarás aquí cuando despierte?
-Por supuesto, le contestó Arizona sonriendo
-Genial,… Callie la atrajo posando su mano sobre la de
ella y le dio un breve beso en los labios, …-Deséame suerte, ah y habla con
Bailey por favor, acerca de los sedantes ¿Sí?
Arizona le dio otro beso breve y le contesto: -Seguro
que sí, ¡buena suerte!. Diciendo eso, salió de la habitación, no sin antes
darle una mirada llena de amor a Callie justo antes de salir.
Callie detectó su mirada y se estremeció, pensando
para sí misma: “¡Dios del Cielo!, ¡Esa mirada!, ¿Qué significa esa mirada?,
sigo sin entenderla, pero me encanta, me encanta”.
La operación de Callie se desarrolló sin mayores
inconvenientes, aunque la fijación de los huesos de sus brazo izquierdo tomó un
poco de más del tiempo esperado, ya que además de posicionar correctamente el
húmero, el Dr. Herrera prefirió reforzar las uniones de las múltiples fracturas
que sufrió Callie en el cúbito y especialmente en el radio. Arizona, observó casi
toda la operación al salir de la que ella misma tuvo que practicar. Desde la
galería del OR se dio cuenta que el Dr. Herrera era muy buen médico, no tanto
como Callie, pero era bastante bueno. También se dio cuenta que Callie había
tenido razón con respecto a sus potenciales dolores postoperatorios, ya que
prácticamente habían reconstruido su brazo, algo que ha debido hacerse cuando
la operaron a raíz del accidente, pero que fue imposible, debido a que no
contaban en ese momento con un cirujano ortopédico.
Arizona esperó a que Bailey, quien también estuvo
presente en la operación, saliera del quirófano para hablarle acerca de que
Callie pudiera disponer de la cantidad apropiada de medicamentos para el dolor.
Bailey estuvo de acuerdo con ella, sabiendo que ella se enfrentaría a un
infierno de dolor si no contaba con la dosis de calmantes necesaria, así que le
ordenó a la enfermera que anotara en la hoja de historia la dosis de calmantes,
por lo menos durante las próximas 24 horas.
Una vez que sacaron a Callie de la sala de
recuperación y la condujeron hasta su habitación, Arizona la escoltó, y se
sentó a su lado a esperar que despertara. Mientras esperaba, Mark, Lexie, Teddy
y Cristina pasaron por la habitación para preguntar por el estado de Callie y a
los cuatro Arizona le informó que todo había salido bien. Ellos se mostraron
complacidos y cada uno, en su momento, se fueron retirando de la habitación a
cumplir con las operaciones propias que tenían programadas, que no era el caso
de Arizona porque ella había reprogramado todas sus operaciones para el día
siguiente, con la intensión de permanecer todo el tiempo al lado de Callie,
incluso quedarse toda la noche en el hospital, si era necesario.
Cuando Callie finalmente comenzó a despertar, se
alegró de que Arizona estuviera su lado, le preguntó vagamente como había
salido todo y ella le respondió dulcemente tomándola de su mano que todo había
salido bien. Callie volvió a quedarse dormida hasta aproximadamente las 6:30
p.m. cuando se notaba más despierta pero aún bajo los efectos de los sedantes
para el dolor.
Cuando Callie abrió los ojos, lo primero que vio fue a
Arizona, ella le sonrió y con una dulzura indescriptible en su mirada le dijo:
-Hola Mi Bella Durmiente ¿cómo te sientes?
Callie sonrió, y arrastrando las palabras por efectos
de los fuertes calmantes dijo:
-Hoa mi reinaa dintro y fueraa del tabluero de
ajedreeez, mi pichirruchi.
Arizona sonrió, esa expresión que usó Callie le hizo
gracia, era una palabra cómica y se oía tierna en sus labios. En realidad
Callie estaba adorable en ese estado.
-Mi Vida, ¿Qué es eso? ¿”Pichirruchi”?
-No tuengo ni la menoor ideaa. Callie hizo un gesto
con el dedo índice de su mano, como para que Arizona se acercara más a ella.
Arizona, sonriendo divertida por ver y escuchar a una Callie
totalmente drogada por los medicamentos, se acercó más hacia ella. Callie,
trató de tomar su mano pero no acertó, entonces le dijo: -Acercatee maaas,
quierou decirtee un secreitiito.
Arizona acercó su oído a la boca de Callie, para
escuchar el secreto:
Callie hablo en español: -Yo creoo, me pariece, quee…
que meee estooy enamoraaando de ti, mi pichirruchiii,
je, je
Arizona se estremeció, ¿Callie había pronunciado la
palabra “enamorando” en medio de sus balbuceos?, Arizona no sabía muchas
palabras en español, pero esa si la conocía, así que le dijo a Callie casi con
ansiedad: -¿Me podrías repetir el secreto, pero en inglés?
Callie movió su cabeza mirando hacia ambos lados:
-¿Quee inglésss? Aquí noo hay ninguun inglés. Solo unaa amedicanaa hemoosa de
ojoss azuliitos y una latinaa meedio locaa, o seaa, yo, je, jee. Pedoo soy
sexyy ¿verdaa? Soy seeexy… y…y calieente muy calientee Siii
Arizona soltó una carcajada, luego dijo: -Si mí Amor
eres increíblemente sexy y hot, pero ahora repíteme ese secreto, anda Callie,
dímelo de nuevo, por favor.
-¿Quée, que secreito?... Aaaah sí el secretoo
-Pero no se dicees a naaadie ¿verdaa?
-A nadie, a nadie, te lo prometo
-Oook, Yo mee estoyyy fallll falll fallll in loveee
contigoo, ahoda si mee entendistee o tengoo quee repetiiiir?
A Arizona se le llenaron los ojos de lágrimas y
tomándola de la mano le dijo:
-No, mi Amor, ya te entendí, y ¿sabes una cosa?,
espero que no recuerdes esto mañana, pero ya no puedo aguantarlo más dentro de
mi garganta, yo también te amo Calliope, estoy enamorada de ti como una loca,
te amo
-En seedio?, peroo nooo llorees mi pichirruuuchi, veeen acaa, acuesta
conmigooo un ratiitoo, andaa veeen.
Callie intentó moverse para darle espacio a Arizona, posiblemente
pensó que lo había hecho, pero no se movió ni un centímetro, de todas formas a
Arizona no le importó recostarse al lado de Callie aunque dejara medio cuerpo
fuera de la cama. Se acostó de medio lado y colocó su cabeza sobre el hombro
bueno de ella. A pesar de lo incómodo de la posición, se sentía tan bien estar
tan cerca, sintiendo su calor. Unos minutos después Callie se quedó dormida de
nuevo, sin embargo, Arizona no se movió en la siguiente media hora y mientras
estaba así tan cerca de ella, sus ojos se llenaron de lágrimas otra vez, por
todas las emociones que se arremolinaban en su interior ¡Callie le había dicho
que se estaba enamorando de ella!, ¡Oh Dios, eso era increíble!.
Cuando una enfermera entró para chequear la vía,
Arizona se levantó de la cama y se acostó en la cama auxiliar que había pedido
que le colocaran dentro de la habitación. Al poco rato se quedó dormida y soñó
con Callie, soñó que estaban montadas en un avión, alternando besos con
sonrisas. A las 6:30 a.m., Arizona despertó, nunca supo hacia donde se dirigía
ese avión, pero lo que si sabía era que nunca había experimentado una felicidad
como esa y de pronto una duda cruzó por su mente ¿Estaría ese vuelo en su futuro con Callie o
ese fue el vuelo que había perdido al dejarla en el aeropuerto rumbo a África?.
Fuera cual fuera la respuesta, una cosa era cierta
para Arizona, mientras más se acercaba a Callie de nuevo, más grande se hacía
su miedo de perderla para siempre, porque todo era muy frágil aún. Callie no
sabía que ellas dos habían compartido una relación antes del accidente, no
sabía que había sido abandonada por ella en un aeropuerto. Quizás era hora de
comenzar a decir algunas verdades. Sí Callie se estaba enamorando de nuevo,
había llegado el momento de comenzar a decir la verdad, antes de que se
sintiera burlada o engañada en sus sentimientos.
Esta historia
continuará…
Y ahora
díganme, ¿verdad que el picante sirve para algo?
Cronograma de
publicación semana del 20 al 26 de Agosto de 2012:
Martes
21/08/2012: “Little Earthquakes” en español – Capítulo 17 (Quienes siguen esta hermosa historia, estoy segura
que este capítulo les encantará, es muy especial)
Miércoles
22/08/2012: Epidemia – Capítulo 12 (Este es uno de los capítulos más divertidos que he
escrito hasta ahora)
Jueves
23/08/2012: Epidemia – Capítulo 13 (…Y este es, como decimos en Venezuela: “impelable”, o
sea, el que se lo pele pierde…, bueno, a ver si me explico: no se lo pueden
perder, je, je).
¡Feliz fin de
semana!