Epidemia –
Capítulo 34 – Cómplices
Eran casi las once de la mañana cuando Callie abrió
los ojos y asomó a sus labios una sonrisa, a su lado dormía la mujer más
hermosa del mundo, la mujer que ella amaba y amaría por el resto de su vida, la
mujer con quien se casaría. Callie miró su mano para verificar si portaba el
hermoso anillo de compromiso, para asegurarse que esa increíble propuesta de
matrimonio no había sido sólo un sueño y sonrió de nuevo, el anillo estaba en
su mano, era verdad, desde hoy y hasta que se casaran, Arizona ya no era más su
novia, ahora era su prometida.
Callie soltó una risita silenciosa cuando pensó
en aquel desayuno celestial que habían
compartido en San Diego, recordó la expresión en la cara de Arizona cuando casi
se atragantó en el momento en que le dijo que ella sería la última novia que le
llevaría el desayuno a la cama porque lo que vislumbraba en su futuro
compartido era casarse con ella. Callie recordó que había pronunciado esas
palabras casi sin pensarlas, simplemente salieron, de forma espontánea, y se
dio cuenta que Arizona tenía razones de sobra para haberse atragantado como lo
hizo, porque era cierto, la Callie desmemoriada pudo soltar fácilmente el tema
del matrimonio sin inmutarse, pero algo muy diferente era con la verdadera
Callie, quien nunca se hubiera atrevido a mencionarlo siquiera.
Pensar en cuanto habían avanzado como pareja, cuanto
habían madurado, cuanto se habían conectado y compenetrado en esos últimos
meses, y lo más importante, cuanto se amaban, era algo que la hacía muy feliz,
era algo digno de seguir celebrándose, y a Callie se le ocurrió la idea
perfecta para hacerlo. Con una sonrisa que le iluminaba el rostro, Callie le
dio un beso en la mejilla a su bella durmiente, se paró de la cama, se baño, se
vistió y dejándole una nota en la almohada a Arizona por si despertaba, salió
de la habitación.
Callie llegó a la recepción del hotel y preguntó por
el gerente, a quien llamaron por la radio. A los pocos minutos el amable señor
se presentó en la recepción y con su acostumbrada sonrisa le dijo a Callie:
-Muy buenos días Dra. Torres ¿dígame, en qué podemos
ayudarle?
Callie sonrió con timidez y le dijo al gerente después
de aclarar su garganta
-Buenos días, entiendo que este es un pedido un poco
inusual, pero quiero llevarle el desayuno a la cama a mi prometida…, el gerente
frunció el seño, no entendía que había de inusual en pedir el desayuno.
Entendiendo el gesto interrogante del gerente, Callie agregó: …lo inusual es
que quiero ser yo quien se lo prepare, ¿es posible?
El gerente sonrió porque sí ciertamente era un pedido
bastante inusual. Normalmente hubiera dicho que no, pero tratándose de la hija
de Carlos Torres, ciertamente no le pareció apropiado negarse, así que le
contestó:
-Realmente es un pedido inusual Dra. Torres, lo que se
me ocurre es que utilice la cocina de uno de los restaurantes que a esta hora
aún no han abierto, ya que como podrá imaginarse, la cocina de los que están
abiertos en este momento están atareados de pedidos y de ordenes en proceso de
preparación. Enviaré a un asistente de cocina con usted para que la acompañe y
le suministre los ingredientes que necesite para preparar el desayuno que
desee. Con respecto a la facturación del desayuno, supongo que la alternativa
más viable es que ese desayuno corra por cuenta del hotel, ya que estoy prácticamente
convencido que no tenemos código asignado en el sistema para un desayuno
preparado por uno de nuestros huéspedes. ¿le parece bien?
Callie sonrió de oreja a oreja y le dijo al Gerente:
-Perfecto, muchas gracias, realmente se lo agradezco.
Y le prometo que este pedido sólo será por esta vez.
-A su orden Dra. Torres, estamos para servirle. Voy a
llamar por radio al asistente para que la acompañe. Espere aquí por favor.
-De nuevo, muchas gracias
-Siempre a su orden.
Callie esperó unos cinco minutos y luego se dirigió
con el asistente de cocina asignado por el gerente del hotel para acompañarla a
la cocina. La idea de Callie era tratar de preparar el mismo desayuno que ella
le había hecho a Arizona aquella vez en San Diego, ella esperaba poder conseguir
la mayoría de los ingredientes que se asemejaran a los que había utilizado en
esa oportunidad. Afortunadamente así fue, sólo tuvo que sustituir el pan de
pita por unas mini tostadas que adornó con enrollado de jamón de pavo, especies
y aderezó con su salsa especial de mostaza, aceite de oliva y un toque de
pimienta negra.
Veinte minutos después la propia Callie subió con el
desayuno que ella misma había preparado, cuando entró a la habitación encontró
a Arizona tal como la había encontrado aquella vez en San Diego, recién bañada,
sentada en la cama esperando por ella con una sonrisa que mostraba a plenitud
sus hoyuelos.
Sonriendo también Callie le dijo:
-Buenos días mi pichirruchi, traje desayuno
Arizona emocionada contestó, mientras se paraba de la
cama a darle un beso en la mejilla a Callie, que ya estaba frente a la mesa de
la habitación, desde donde se divisaba una hermosa vista al océano:
-Buenos días mi amor, me encanta que me hayas traído
el desayuno, tengo mucha hambre.
Callie destapó las bandejas para servir el desayuno y
mirando a Arizona con una sonrisa le dijo:
-Y es un desayuno especial, le pedí al gerente que me
permitiera prepararlo, dime ¿te recuerda algo este desayuno?
Arizona abrió la boca extasiada con lo que sus ojos
estaban mirando y exclamó:
-¡Mi vida este es… este es el desayuno celestial que
me preparaste en San Diego!
Tomando con sus brazos la cintura de Arizona para
abrazarla, Callie le dijo:
-Pues si ¿recuerdas que esa vez te dije que yo iba a
ser la última novia que te trajera el desayuno a la habitación?
Arizona sonrió con picardía, le dio un breve beso en
la boca a Callie y le contestó:
-Sí, lo recuerdo
Señalando el anillo de compromiso en su mano, Callie
agregó con una sonrisa encantadora:
-Pues este anillo que llevo en mi mano, demuestra que
eso era verdad, dejé de ser tu novia, soy tú ultima novia, porque hoy soy tu
prometida y quise celebrarlo contigo con otro desayuno celestial, preparado por
mi.
Arizona se emocionó tanto que empezó a dar pequeños
saltitos y entre saltito y saltito, le dijo a Callie riendo con una sonrisa
casi infantil:
-Sí mi amor, hoy eres mi prometida, nos vamos a casar
¡YAY!
Riendo divertida por la reacción de Arizona, Callie
esperó que los saltitos cesaran, entonces, atrapó los labios de ella para
besarla, justo antes de decirle:
-Si mi amor, nos vamos a casar, te amo
Cuando el beso finalizó, ambas se sentaron en la mesa
para disfrutar el desayuno, y tal como ocurrió la primera vez entre sonrisas y
más sonrisas ambas ponían en la boca de la otra con el tenedor parte de su
desayuno. Era otro desayuno feliz, sin lugar a dudas.
Mientras desayunaban Callie dijo:
-Mi pichirruchi, tuvimos en Newport Beach nuestra “tiny
honey moon”, aquí en España, por lo visto, tendremos nuestra pre-luna de miel,
y creo que será más larga que nuestra propia luna de miel, porque una vez que
nos reincorporemos al hospital dudo que el jefe Webber nos otorgue un permiso
muy largo, a lo sumo una o dos semanas, dime ¿A dónde quieres ir de luna de
miel?.
A Arizona no le tomó ni un segundo contestar a esa
pregunta, inmediatamente dijo entusiasmada:
-¡Un crucero por el Caribe!
Callie se echó a reír por la rapidez con la que
Arizona contestó y exclamó:
-¡Wow!, ¿tal parece que ya lo tenías pensado, verdad?
Con una expresión infantil, Arizona contestó:
-Sí, ya he fantaseado con eso varias veces, dime ¿te
gusta la idea?
Mientras colocaba una porción de comida con el tenedor
en la boca de Arizona, Callie contestó sonriendo:
-Sí mi amor, me parece una idea excelente, moción
aprobada… luego agregó en un tono sexy: …-sobre todo esa parte de que has
tenido fantasías con ese crucero, ¡unmmm! esa parte me encanta
Con un tono sexy también, Arizona dijo:
-¡Oh si! Muchas fantasías, tantas que estoy dispuesta
a darte un pequeño adelanto de una de ellas ¿quieres?
Callie soltó un gemido inconscientemente,
evidentemente excitada por las palabras de Arizona, luego suspiró y dijo:
-Tal parece que mi vida contigo va a ser un continuo
apuro por comer rápido, menos mal que casi estamos terminando este desayuno,
porque con eso que me acabas de decir, me va a ser difícil terminar de comer
sin atragantarme
Arizona acercó su silla a la de Callie y sin aviso, le
dijo susurrándole al oído al mismo tiempo que con su mano presionó la entrepierna
de Callie, muy cerca de su centro:
-Más te vale que termines de comer rápido, porque
luego yo te voy a comer a ti
Callie cerró los ojos gimiendo, mientras tensó
inconscientemente todos sus músculos, Arizona había logrado excitarla a un
punto que se le hacía imposible continuar comiendo. Tomando un sorbo de jugo
rápidamente, se paró de la silla y se llevó a Arizona con ella hasta la cama,
se acostaron una a lado de la otra y Callie comenzó a besar el cuello de
Arizona, pero Arizona tenía otros planes así que con un movimiento se colocó
encima de Callie se sentó sobre sus caderas, tomó su dos brazos para
presionarlos contra la almohada y en esa posición le susurró al oído a Callie:
-¿Quieres saber cual es una de mis fantasías?
Callie contestó entre gemidos, con la respiración
entrecortada, profundamente excitada por la posición y la actitud dominante que
había tomado Arizona:
-Sí, si quiero
Sin cambiar de posición y manteniendo ambos brazos de
Callie firmemente sujetos con sus manos, Arizona comenzó a susurrarle al oído:
-Es la época de la esclavitud, tú eres mi esclava y yo
soy tu ama, tú estás enamorada de mi, pero no puedes decirlo, porque te azotarían
por ello. Día tras día, tienes que soportar verme desnuda, excitada, pero no
puedes hacer nada, sólo me miras, y te excitas. Te voy soltar los brazos, me voy
a desnudar enfrente de ti, pero no puedes tocarme, eres mi esclava, sólo puedes
mirarme ¿entendido?
Más excitada aún, Callie solo atinó a asentir con la
cabeza, sin decir una sola palabra, personificando la actitud sumisa que
ameritaba la fantasía de Arizona. Este era un juego que habían disfrutado
muchas veces en el pasado, especialmente antes de que Arizona se marchara a
África, un juego que a ambas les encantaba, ya que cada quien asumía el rol que
le correspondía, en este caso Arizona tomaría el papel dominante, mientras que
Callie asumiría su posición sumisa y cada una usaría su imaginación para
desarrollarlo. Lo más excitante, es que no había un libreto predeterminado, una
vez iniciado sólo sabían como empezarían, pero nunca como acabaría, algo
realmente emocionante. Callie estaba más que encantada de que a Arizona se le
hubiera ocurrido la idea de jugar de nuevo.
Asumiendo cada una su rol, el juego se inició.
Mientras Callie se quedó acostada en la cama, Arizona
se paró y justo enfrente de ella comenzó a quitarse la ropa lentamente con
movimientos medidos y sensuales, a medida que Arizona se despojaba de su ropa,
Callie, siguiendo su papel, la miraba con disimulo, tratando de que Arizona no
se diera cuenta de sus miradas furtivas, Callie tragó saliva, la desnudez de
Arizona la excitó más de lo que ya estaba y sin querer soltó un gemido que
delató sus miradas.
Arizona dominante, se sentó de nuevo sobre las caderas
de Callie, aprisionó sus brazos sobre la almohada y le dijo a Callie en un tono
autoritario pero sensual al mismo tiempo:
-¿Por qué me estas mirando?, ¿acaso te gusto?, ¿es
eso?, ¿te gusto?. Contéstame y dime la verdad, si no quieres que mande a
azotarte ahora mismo
Callie cerró los ojos, e imitando una voz sumisa,
respondió:
-No mi señora, disculpe, no la estaba mirando
Arizona acercó sus labios al cuello de Callie y le
susurró al oído:
-Eres una mentirosa, si me estabas mirando, yo te vi…
Arizona comenzó a besar el cuello de Callie, provocando que involuntariamente
exhalara un gemido, que evidenciaba su excitación, entonces Arizona agregó: …-Lo
ves, sé que te gusto, he visto como me miras y aunque lo niegues temiendo el
castigo que te mereces por mirar a tu ama así, no vas a poder negarlo más, yo
sé como descubrirte…
Sin soltar los brazos de Callie que tenía aprisionados
contra la almohada con su mano izquierda, Arizona se movió e introdujo su mano
derecha entre las bragas de Callie palpando su humedad, en ese mismo instante
Callie exhaló un gemido aún más fuerte y arqueo su espalda, al sentir la mano
de Arizona muy cerca de su clítoris.
Arizona continuó susurrándole al oído a Callie,
rozando su clítoris con los dedos, pero sin tocarlo directamente:
-Lo ves, no puedes negarlo, estas empapada, lo sabía.
Entre gemidos y jadeos, Callie susurró:
-Lo siento, yo…
Callie soltó un grito de placer en el instante en que
Arizona comenzó a acariciar su clítoris, mientras comenzó a besar su cuello
otra vez, entonces le susurró al oído:
-Te voy a soltar los brazos y te voy a desnudar, te
voy a besar y acariciar todo tu cuerpo, te voy hacer gritar mi nombre y cuando
eso ocurra, nunca más podrás negar que te gusto.
Manteniendo su actitud sumisa, Callie permitió que
Arizona la desnudara, quien retomó su posición de nuevo, manteniendo los brazos
de ella aprisionados con su mano izquierda contra la almohada.
Callie comenzó a retorcerse en la cama, gimiendo sin
control, arqueando su espalda y contrayendo los dedos de sus pies, cuando Arizona
continuó acariciando su clítoris con los dedos expertos de su mano derecha
mientras que al mismo tiempo besaba y acariciaba con los labios sus pezones
hasta endurecerlos. Para enloquecerla aún más, Arizona comenzó a hacer pausas
en sus caricias en el clítoris, provocando gemidos de frustración y gemidos de
éxtasis en el momento en que ella retomaba las caricias otra vez.
Arizona mantuvo a Callie en esa divina agonía durante
varios minutos, hasta que decidida, le susurró al oído mientras comenzó a acariciar
su clítoris frenéticamente:
-Ahora sí, se acabaron las mentiras, vas a gritar mi
nombre
Gimiendo descontroladamente, no pasó ni un minuto
cuando Callie sintió como todo su cuerpo se tensaba, ante el inminente e
intenso clímax que se edificaba sin que hubiera forma alguna de detenerlo, exhalando
un gemido gutural, Callie finalmente se rindió, y en ese instante con todo su
cuerpo temblando, gritó:
-¡Arizona!
Sonriendo con malicia, Arizona se recostó del cuerpo
desnudo de Callie, para dar chance a que ella recuperara el aliento, la primera
parte de la fantasía estaba consumada, pero no tenía ni idea qué vendría a
continuación, qué actitud tomaría Callie para seguir el juego, eso era lo más
excitante y emocionante, especialmente porque Callie era una amante excelente
con una vívida imaginación, algo que a Arizona siempre le había encantado, ella
sabía que esta no sería la excepción y ciertamente no se equivocó.
Unos minutos después, Callie que ya había recuperado
el aliento inició la segunda parte de la fantasía, giró su cuerpo para
colocarse encima de Arizona y
rápidamente con sus manos tomó ambos brazos de ella y los aprisionó contra la
almohada, tal como Arizona había hecho momentos antes.
Siguiendo el rol que a cada una le correspondía
Arizona fingió resistirse y al no poder moverse, bajo el cuerpo de Callie y la
presión que ejercía sobre sus muñecas, dijo en tono desafiante:
-Suéltame, sé te olvidó quien soy yo, no puedes hacer
esto, suéltame, te lo ordeno
Haciendo caso omiso de las “órdenes” de Arizona,
Callie no la soltó, en lugar de ello, le susurró al oído:
-Puedes resistirte todo lo que quieras mi señora, pero
yo sé que no te soy indiferente, es cierto, yo la amo, estoy enamorada de usted
desde el primer día que la vi, pero yo se que usted también me ama
Aunque estaba totalmente excitada. Arizona, tratando
de mantener su rol, exclamó:
-Insolente, ¿cómo te atreves a decir semejante cosa?,
te voy a mandar a azotar por insolente, ya te ordené que me soltarás, suéltame
Callie con la mano libre tomó la mandíbula de Arizona
para obligarla a que la viera a los ojos, y entonces le dijo:
-La soltaré y dejaré que me mande a azotar, pero sólo
si no tengo razón, usted me ama, yo lo sé y usted lo sabe y se lo voy a
demostrar
-Insolen…
Arizona no pudo terminar la palabra, porque Callie
atrapó sus labios para besarla apasionadamente. Arizona trató de resistirse,
pero desempeñando un rol o no, a ella le resultaba humanamente imposible resistirse
a un beso de Callie, así que poco a poco dejó de forcejear y se rindió ante el
beso, respondiendo con la misma pasión que Callie le mostraba.
Cuando el beso finalizó, Arizona casi sin aliento miró
a Callie a los ojos, y por un instante la fantasía y la realidad se unieron. En
la fantasía, se hacía evidente que Arizona amaba a Callie y en la realidad eso
era más que evidente. La mirada fue tan profunda, que Callie nuevamente atrapó
los labios de Arizona, pero solo que esta vez el beso fue dulce y apasionado
por partes iguales.
Continuando con la fantasía, cuando el beso finalizó,
Callie le susurró al oído a Arizona:
-Con mis caricias y mis besos voy a demostrarle cuanto
la amo mi señora y usted al final gritará también, no sólo gritará mi nombre,
gritará lo que siente por mi, lo que usted tantas veces se negó a admitir…Arizona
estaba excitada, deseaba con fervor que Callie la tocara, pero Callie continuó
susurrándole palabras al oído, esta vez en español: …-te amo, te amo con toda
mi alma, te amo desde el primer día en que te vi, me vas a suplicar Arizona, me
vas a suplicar que te toque
Inexplicablemente, Arizona entendió cada una de las
palabras que Callie dijo en español, lo cual sólo logró excitarla aún más.
-Dentro de un momento voy a soltarla mi señora,
necesito besar y acariciar todo su cuerpo y para eso necesito mis dos manos
libres, cuando lo haga, será su decisión gritar para que vengan por mi a
azotarme o gritar mi nombre y lo que siente por mi cuando yo le demuestre
cuanto la amo…será su decisión, susurró Callie en inglés con voz ronca,
mientras besaba su cuello, haciendo que Arizona se retorciera debajo de ella.
Liberando los brazos de Arizona, Callie tomó sus manos
y le susurró mientras las besaba: -Me encantan sus manos, son hermosas…luego,
trazando sus dedos sobre la piel de su brazo derecho hasta el hueco de su codo,
pasó la lengua por la piel sensible antes de besarla, después hizo lo mismo con
su otro brazo.
Luego Callie se traslado hacia el estómago de Arizona
y dijo: -Usted tiene un ombligo lindo…, mientras rastrilló con su lengua
alrededor del la suave piel de su estómago. Seguidamente se trasladó por su
cuerpo, arrastrando su propio cuerpo sobre las piernas desnudas de Arizona.
…-Me encantan sus pies, son tan delicados, dijo Callie tomando un pie con
amabas manos, masajeando lentamente sus músculos, luego repitió el mismo masaje
en el otro pie. Arizona suspiró
Callie dejó sus pies y comenzó a besar la pierna a su
manera, parando en las rodillas. –Me encantan sus piernas, dijo mientras pasó
su lengua por el hueco de la rodilla, mordisqueando la piel sensible allí.
Arizona, gimió y arqueó la espalda. Su respiración era inestable y el deseo
corría por sus venas. Callie se dio cuenta y comenzó su camino hacia su muslo,
colocando besos húmedos en todas partes. –Se que le encantará cuando llegue aquí,
le susurró en voz baja hundiendo sus dientes en la carne blanda que estaba tan
cerca de donde Arizona lo necesitaba más. Ella, gimió con fuerza al sentir los
dientes, los labios y la lengua en su piel ardiente. Luego arqueó sus caderas
hacia arriba, pero la mano de Callie la guió hacia abajo, quien se trasladó a
la otra pierna, repitiendo sus caricias, provocando otro gemido desesperado de
Arizona.
-Calliope, por favor… murmuró Arizona, sintiendo la
piel desnuda de Callie deslizándose entre sus piernas.
Callie miró a su amante, desnuda, lista para tomarla,
para besarla.
-Sé que usted tiene la piel más suave justo aquí, susurró
Callie en ese tono sexy desquiciante, mordiendo la piel donde la clavícula y la
nuca se unen. Cuando la lengua se puso en contacto con su piel ardiente,
Arizona, sintió el centro húmedo de Callie presionado en su muslo con firmeza.
Oyó a Callie dejar escapar un gemido apenas audible mientras continuaba su
asalto en el cuello.
-Siempre soñé con besarla a usted aquí, porque puedo
sentir los latidos del corazón que me dicen lo excitada que está, continuó
Callie, moviendo los labios al punto del pulso en el cuello. A medida que
empezó a chupar, ella metió su centro en el muslo de Arizona de nuevo, gimiendo
más fuerte esta vez. Luego comenzó a mover sus caderas a un ritmo lento, mordiendo
el punto del pulso, provocando un gemido en Arizona.
Callie llegó a su manera hasta los labios de Arizona,
flotando por encima de ellos. Los ojos de Arizona estaban cerrados, y sus labios
entreabiertos. Callie remontó la lengua por sus labios, sin entrar en la boca.
Ella abrió la boca mientras su centro se deslizó por el muslo de Arizona, una
vez más. -Me encantan sus labios, soñaba con besarlos, susurró Callie, y luego
exigió: -¡Bésame! Arizona, inclinó la cabeza un poco para tomar los labios de
Callie en un beso ardiente. Ella deslizó su lengua explorando el interior
aterciopelado de los labios de Callie antes de capturar los labios entre los
suyos, mordiendo. Al mismo tiempo, levantó su muslo hacia arriba, dibujando un
apasionado gemido en Callie.
-Yo sé que sus pezones son casi tan sensibles como el
clítoris, susurró Callie, moviendo su cuerpo en la parte superior de Arizona, y
sacudiéndolo ligeramente, haciendo que sus pezones se acariciaran. Arizona
rompió el beso, jadeando y jadeando, e inclinó la cabeza hacia un lado mientras
empujaba sus caderas hacia arriba en la desesperación. -Calliope por favor...
estoy tan cerca, jadeó.
-Yo lo sé mi señora. Me encanta la forma de sus
pezones rígidos bajo mi tacto. Creo que podría enviarla por encima del borde, sólo
con eso de lo sensibles que son. Me encanta la forma de sentirlos en mi boca,
continuó susurrando Callie besando hacia abajo y dando vueltas con su lengua
alrededor de uno de los pezones. Al mismo tiempo, movió la mano al otro seno y lo
rozó sintiendo el pezón duro como si fuera un clavo. Arizona, gritó por el
contacto. Ella nunca había estado tan excitada en su vida. La sensación de
inmersión húmeda del centro de Callie rozándola, acompañado de sus palabras y
caricias sensuales, la estaban enloqueciendo, Callie no la había tocado
todavía, pero sentía el calor de la piscina de líquido en su centro, mientras
que su liberación se acercaba peligrosamente.
Arizona, metió la pierna una vez más, provocando otro
gemido en Callie. Arizona jadeaba, sudaba, mientras se sentía rodar hacia el
borde: Calliope por favor... no me puedo detener…
Callie soltó el pezón y mordisqueó la piel sensible
detrás de la oreja, mientras siguió moliendo su palpitante clítoris en el muslo
de Arizona, jadeando pequeños gemidos en su oído mientras su mano seguía
trabajando su magia en el pezón. Luego bajó su mano más abajo: -Soñé con
hacerla gemir al acariciar con mis dedos sus pliegues húmedos. Soñé con hacerla
temblar al acariciar su clítoris. -No pares... no..., jadeó Arizona, loca de
lujuria. –Soñé con verla venirse, gimió Callie, acariciando el clítoris fervientemente
al mismo que su cuerpo se tensaba sintiéndose aproximarse al borde ella
también.
Arizona vio estrellas, colores de todo tipo parpadear
ante sus ojos cuando el clímax más intenso que había experimentado explotó en
su interior, en algún lugar profundo de ella. Ella gritó y gimió de nuevo
cuando su puesta en libertad no disminuyó, pero seguía bombeando por sus venas,
dejándole un temblor incontrolable. Justo cuando pensaba que no podía más, sintió
dos dedos deslizándose en sus pliegues temblorosos, y otro presionando hacia
abajo el haz de nervios que contrajo en virtud de su toque. Arizona escuchó
gritar a Callie -¡Oh Dios, Oh Dios!, mientras sus caderas se resistían
violentamente contra su muslo, al mismo tiempo que Arizona sentía una segunda
versión surgiendo de su propio núcleo mientras oía su propio corazón latiendo
en su garganta y el gemido ronco de Callie en su oído. –Calliope, te amo, te
amo... fue todo lo que pudo susurrar, cuando las olas de la pasión finalmente
amainaron. Un poco más y Arizona estaba segura que se hubiera desmayado sólo
por el placer que llenó todo su cuerpo.
Callie se desplomó sobre Arizona, mientras ambas
jadeaban en voz alta, incapaces de mover un músculo.
Después de un largo rato que permanecieron abrazadas,
Callie levantó la mirada y le dijo a Arizona sonriendo:
-Lo ve mi señora, yo sabía que usted gritaría mi
nombre y cuanto me ama, yo lo sabía
Arizona, le dijo a Callie con una sonrisa en su
rostro:
-Sí te amo, aunque me resistí, ahora lo sé, te amo
Ambas sonrieron, antes de besarse, experimentando el
gozo de ver unidas de nuevo la fantasía y la realidad. Cuando separaron sus labios,
fue Callie quien habló:
-No sólo te amo Arizona, me encantas, me encanta que
hayamos vuelto a ser cómplices de una nueva fantasía, esto fue…
-Impresionante…, dijo Arizona completando la frase de
Callie y agregó: …-eres mi mejor aliada en fantasías Calliope, siempre superas
mi imaginación, eres increíble…
Callie giro su cuerpo abrazando y llevándose a Arizona
en el giro, de modo que quedó justo debajo de ella. Antes de atrapar sus labios
en un nuevo beso cálido y profundo, Callie agregó:
-Nosotras somos increíbles, porque…tú y yo nos amamos…
Hacer clip en el título para acceder a la canción
Eres tú, en el
delirio en la pasión,
Mi aliada en
fantasías,
Erotismo sin
medida que supera la razón
Eres tú, en el
delirio en la pasión,
La respuesta
enloquecida
Que supera
siempre a mi imaginación
Inventamos,
maquinamos, situaciones no estrenadas,
Provocamos con
palabras, nuestro fuego abrazador
Tú y yo, somos
cómplices en el amor
Lo que quieres
tú, lo quiero yo
Lo que nadie nunca,
se imaginaría
Las locuras más
divinas
Tú y yo, somos
cómplices en el amor
Lo que piensas
tú, lo pienso yo
Lo que sientes
tú, es lo que siento yo
Y es por eso
que morimos, abrazados en un beso
Nadie sabe lo
bonito, que es amarnos,
Tú y yo
Eres tú, en el
delirio en la pasión,
La respuesta
enloquecida
Que supera
siempre a mi imaginación
Inventamos,
maquinamos, situaciones no estrenadas,
Provocamos con
palabras, nuestro fuego abrazador
Tú y yo, somos
cómplices en el amor
Lo que quieres
tú, lo quiero yo
Lo que nadie
nunca, se imaginaría
Las locuras más
divinas
Tú y yo, somos
cómplices en el amor
Lo que piensas
tú, lo pienso yo
Lo que sientes
tú, es lo que siento yo
Y es por eso
que morimos, abrazados en un beso
Nadie sabe lo
bonito, que es amarnos,
Tú y yo
Luego de un profundo y tierno beso que se eternizó,
quién sabe por cuánto tiempo, Arizona recostó su cabeza sobre el pecho desnudo
de Callie y cerró los ojos, en el instante en que Callie apretó su abrazo y
envolvió todo su cuerpo, brindándole esa sensación de seguridad y paz que a
Arizona tanto le gustaba.
Pasados varios minutos, Callie vio la hora en el reloj
de la mesa de noche y le dijo a Arizona:
-Mi amor, había pensado que fuéramos hoy a Cadaqués,
pero son casi las 3:00 p.m., así que creo que eso lo dejaremos para mañana.
Dime ¿quieres hacer algo ahora?. No sé, ¿ir a la playa un rato o a la piscina o
salir a pasear?
Sin abrir los ojos, Arizona contestó
-¿Sinceramente…?
Callie sonrió, ya podía intuir lo que significaba ese
“sinceramente” de Arizona, entonces dijo: -Sí, sinceramente…
-¿Podemos salir más tarde?, está muy rico aquí, me
encanta quedarme acostada así mientras me abrazas, me encanta, tú lo sabes,
además… agregó con un tono de picardía en su voz,…-me dejaste sin fuerzas luego
de esa fantasía tan maravillosa
Callie se rió y dijo:
-Y eso que a mi me tocó hacer de esclava esta vez
Sin cambiar de posición, Arizona movió su mano para
tomar la mano de Callie y besándola con ternura dijo:
-Y yo que era tu ama, terminé rendida ante tus
encantos, acabé gritando tu nombre y cuanto te amo, a pesar de que lo negaba
Bromeando Callie movió el dedo donde tenía el anillo
de compromiso, en la misma mano que Arizona había besado momentos antes y dijo:
-Yo también conozco a alguien que durante mucho tiempo
no supo lo que sentía, pero que terminó reconociendo cuanto me amaba, no voy a
decir nombres, pero la tengo acostada justo encima de mi en estos momentos
Arizona se rio y pellizcó el costado de Callie, no muy
fuerte, pero lo suficiente para que Callie exclamará:
-¡Auchhh!
Riendo, Callie preguntó:
-¿Y se puede saber por qué me gané ese pellizco?
-Por meterte conmigo, dijo Arizona sonriendo
-Yo no me metí contigo, ni siquiera te he nombrado, se
defendió Callie imitando un tono inocente
Arizona levantó la cabeza para mirar a Callie y
acercando sus labios a los de ella, dijo:
-Calla esclava y bésame
-Lo que usted diga mi señora, dijo Callie sonriendo
antes de juntar sus labios en un beso profundo.
En algún momento, entre sonrisas, bromas y besos
compartidos, ambas se quedaron dormidas, unas horas después despertaron y como
Arizona aún no tenía deseos de bajar, jugaron Lesbiajedrez con un tablero que
Callie compró cuando estuvieron en La Roca Village, de piezas de madera
bellamente talladas. Arizona ganó el primer juego, el segundo lo ganó Callie y
el juego del desempate lo ganó Callie de nuevo.
Eran casi las 9:00 p.m., cuando ambas, habiéndose
duchado y vestido con hermosos trajes de coctel, bajaron a cenar para después
ir a algún lugar a tomar unas copas y bailar. Mientras cenaban, Arizona le
propuso a Callie visitar una discoteca exclusiva para mujeres, logrando que
Callie casi se atragantara con la comida. A pesar de tener un anillo de
compromiso en su mano y que se casaría con una mujer, a Callie no le agradaba
la idea de visitar un sitio así, pero vio a Arizona tan entusiasmada mirándola
con ese brillo de felicidad en sus ojos y esa sonrisa con hoyuelos incorporados
que la derretía, que no se atrevió a negarse, así que pasada la medianoche
llegaron al lugar que le recomendaron en el hotel.
La discoteca estaba llena de gente, afortunadamente
consiguieron una mesa vacía y se sentaron mientras pidieron sus primeras copas
de la noche. Mientras brindaban, Callie notó que detrás de Arizona, a pocos
metros de donde se encontraban, había una mujer sentada con unas amigas que
miraba con mucha atención a Arizona, la mujer era muy bonita, de contextura
delgada, tenía más o menos la misma edad que ellas, de cabello castaño claro y
ojos verdes.
Después de algunos tragos, Callie decidió hacer caso
omiso de aquella mujer y disfrutar la velada con su prometida, así que salieron
a la pista de baile y ambas se divirtieron bailando. A pesar de que cuando
Callie entró al local se sintió un poco incómoda, a medida que fueron pasando
las horas, se fue sintiendo más cómoda, ya que tenía la libertad de abrazar o
besar a Arizona en medio del baile sin que nadie volteara a verlas, nadie, con
excepción de la mujer que casi no le había quitado la vista a Arizona en toda
la noche, no obstante, la única que parecía haberlo notado era Callie, porque
Arizona tanto en la mesa como en la pista había estado casi todo el tiempo de
espaldas a aquella misteriosa mujer.
Luego de varios tragos y después de haberse divertido bailando,
Callie y Arizona decidieron pagar la cuenta e irse al hotel, sin embargo,
Arizona le dijo a Callie que mientras pagaba la cuenta, ella iría al baño un
momento. Así lo hicieron. Callie pidió la cuenta, pero mientras la esperaba,
notó que la mujer que había estado observando a Arizona, se paró de la mesa y se
dirigió al baño.
A pesar de que la situación le pareció extraña y que
su primer impulso fue irse tras de aquella mujer para saber si había sido
producto de la casualidad o que ella efectivamente había seguido a Arizona,
decidió darle un voto de confianza a su prometida, pensando que ella más que
nadie sabría cómo afrontar una situación si acaso la mujer se le insinuaba o
pretendía algo con ella.
Mientras tanto en el baño, Arizona, que se sentía un
poco mareada, producto de los tragos, se lavó la cara y luego de retocar su
maquillaje se dispuso a salir del baño, no obstante se cruzó en toda la entrada
con aquella mujer. Arizona en un primer momento no la reconoció, sólo fue
cuando la mujer habló que Arizona se dio cuenta de quien se trataba. La mujer,
mirándola directamente a los ojos, exclamó:
-¡Arizona Robbins!, eres la última persona que
esperaba encontrarme en Barcelona… La mujer la miró de arriba abajo, con una
mirada que delataba su deseo.
Arizona, ignorando su mirada, le preguntó en un tono áspero:
-La verdad que yo tampoco esperaba verte, ¿Qué haces
aquí?
La mujer le contesto:
-Me vine a vivir a España hace dos años.
Arizona se hizo a un lado dispuesta a alejarse
mientras le decía con una sonrisa a medias:
-Bueno, hasta luego, que te vaya bien.
Sin embargo la mujer, que también se notaba que había
tomado unos tragos de más, se interpuso en su camino y le dijo en un tono sexy:
-Te ves hermosa, realmente me ha impactado verte
después de tanto tiempo
Arizona con cierto tono de ironía en su voz, no perdió
la oportunidad y le contestó:
-Pero supongo que verme de nuevo después de tanto
tiempo no haya sido tan impactante como cuando éramos novias y te encontré con
otra mujer en la cama ¿verdad Johanna?
Evadiendo la mirada acusadora de Arizona, Johanna se
rió con cierto nerviosismo y dijo:
-Por favor Arizona, eso pasó hace mucho tiempo ¿no me
digas que aún me guardas rencor por eso?
Con desdén Arizona contestó:
-Me dolió, no lo niego, pero yo te olvidé hace mucho
tiempo, así que no hay lugar para rencores.
Tomándola desprevenida, Johanna tomó a Arizona por la
cintura y la abrazó, y con los labios muy cerca de los suyos, le dijo en un
tono desafiante:
-¿En serio me olvidaste?, te vi muy entretenida con
otra mujer, una mujer latina, pero yo no creo que me hayas olvidado tan fácilmente,
Arizona, yo no te he olvidado, traté de contactarte pero nunca te pude
encontrar, traicionarte fue un error, yo te amaba Arizona, aún te amo, nunca he
podido olvidarte…
Arizona trató de apartarse, pero su falta de
coordinación originada por los tragos que había consumido, no le dieron la
libertad de movimiento que ella desearía haber tenido en ese momento.
Mientras tanto Callie, aún sentada en la mesa, miró el
reloj y se impacientó, Arizona llevaba más tiempo del esperado en aquel baño y
ella ya comenzaba a imaginarse por qué. Pensando que Arizona podría estar en
algún problema, decidió finalmente ir hacia allá para verificar que todo estuviera en orden.
Cuando Callie llegó al baño, sus cerebro se negó a
aceptar como una verdad lo que sus ojos estaban viendo, Arizona, de espaldas a
Callie, se estaba besando con aquella mujer, Callie se quedó paralizada,
enmudecida, ella no podía creer que eso estuviera pasando, de pronto, la voz
fuerte de Arizona la sacó de su letargo, Callie vio cuando su prometida se
apartó bruscamente de la mujer y le dijo:
-Johanna, ¿Qué demonios estás haciendo?, ¿Cómo diablos
se te ocurre besarme?, Si tú me amas aún después de haberme hecho lo que me
hiciste, lo siento por ti, te informo que yo estoy enamorada, profunda y
totalmente enamorada de la mujer más hermosa y maravillosa del mundo, y me voy
a casar con ella, anoche le propuse matrimonio y ella está en este mismo
instante sentada en aquella mesa…Arizona se giró y se congeló cuando vio a Callie
parada detrás de ella, con una expresión que denotaba una mezcla de
sentimientos que no podía leer, de pronto Arizona cayó en cuenta que era
posible que Callie la hubiera visto besándose con Johanna y el miedo que sintió
fue tal que la paralizó, sólo alcanzó a decirle a Johanna con un tono de
desprecio:
-Johanna vete de aquí…
Johanna quiso interrumpirla, pero Arizona la calló en
seco:
-Te dije que te vayas, no te conformas con haberme
traicionado como lo hiciste, ahora vienes y me dices palabras estúpidas, sin
sentido, ella es mí prometida…, dijo señalando a Callie, luego agregó en un
tono áspero dirigido a Johanna: …-vete de aquí, es obvio que sabías que yo
estaba con alguien y aún así no te importó seguirme para… no sé ni para qué…¡Vete!
Johanna se marchó molesta y en su camino, a propósito
tropezó el hombro de Callie, quien hizo caso omiso del contacto, sus ojos
estaban puestos en Arizona, en la expresión de angustia y miedo que se
confundía en su mirada.
Arizona torpemente se acercó a Callie y le dijo a
ella:
-Mi amor, no sé qué fue lo que viste pero te juro que
yo,…Arizona hizo una pausa para tratar de seguir hablando mientras sus ojos se
llenaban de lágrimas, …-Callie, mi amor, lo siento ella me agarró desprevenida,
yo me quise apartar, pero estoy un poco mareada y ella fue más rápida que yo y
me besó, pero yo no le respondí el beso, te lo juro, yo me aparté y…
Callie no la dejó terminar de hablar, posando ambas
manos en las mejillas de Arizona, Callie dijo:
-Arizona…
Arizona se calló por un segundo y luego siguió
tratando de justificarse: - Callie mi amor, por fa…
Callie volvió a interrumpirla y le dijo:
-Arizona, mi amor cálmate, es cierto sentí que el
mundo se me venía encima cuando te vi besando a esa mujer, pero después vi como
la apartaste y escuché lo que le dijiste, ¿lo recuerdas?
Arizona un poco más calmada le dijo, asomando una
pequeña sonrisa que no llegó a sus ojos:
-Sí le dije que estaba enamorada de la mujer más
hermosa y maravillosa del mundo, y que me iba a casar con ella.
Callie sonrió y le dijo con ternura:
-Y esa mujer soy yo, tranquilízate Arizona, sólo fue
un susto, no llores. Diciendo esto, Callie tomó a Arizona fuertemente en sus
brazos y atrapó sus labios para besarla, fue un beso ardiente y de cierta forma
posesivo, pero a Arizona no le importó, lo único que le importaba es que Callie
la estaba besando y ella se dejó llevar por ese beso, por esos labios que ella
adoraba.
Cuando sus labios se separaron, Callie, la abrazó aún
con más fuerza, mientras le dijo mirándola a los ojos:
-Casi me desmayo cuando te vi besándote con esa mujer,
pero después escuché lo que le dijiste, lo que dijiste de mi, y lo entendí y
luego cuando hablaste de la traición, recordé quien era ella, tú me lo contaste
aquella vez en nuestro apartamento cuando me hablaste de las novias que habías
tenido. Siempre pensé que esa mujer era una estúpida, ¿a quién en su sano
juicio se le podría ocurrir engañar a alguien como tú?. Lo mejor que ella pudo
hacer fue irse de aquí, porque si no te juro que le hubiera dado una patada por
el trasero por haberte lastimado como lo hizo y después viene con su cara muy
lavada a besar a mi prometida ¿a quién se le ocu…
Esta vez fue Arizona quien posó sus manos sobre las
mejillas de Callie y le dijo sonriendo:
-Calliope…
Callie, que se había encendido mientras hablaba, iba a
seguir hablando pero la ternura en la mirada de Arizona la hizo callarse,
Callie sólo preguntó:
-¿Qué?
Arizona sonriendo le dijo:
-Mi amor la mitad de lo que acabas de decir, lo
entendí sólo a medias ¿te diste cuenta que estabas hablando en español?
Callie se echó a reír, no era la primera vez que eso
le pasaba cuando algo la molestaba, caía en el español sin darse cuenta. La
risa de Callie fue contagiosa y al momento siguiente tanto ella como Arizona se
comenzaron a reír.
Después que la risa cedió, Arizona, que en ese momento
sintió como todo el amor que sentía por Callie le alborotaba el alma, dijo:
-Gracias mi amor, gracias por amarme, por creer en mi,
a pesar de las apariencias, creo que deberíamos irnos, ¿no te parece?
Callie sonrió con cierta malicia y dijo:
-No, no me parece
Arizona que conocía a Callie como la palma de su mano,
detectó el tono de ella y le dijo:
-Mi amor ¿qué estás tramando?
Sin dejar de sonreír, Callie le preguntó a Arizona:
-Dime ¿qué te dijo esa mujer en el baño?
Arizona quiso protestar, no quería hablar de eso, y
exclamó:
-¡Callie no…
-Anda Arizona, dime que te dijo, por favor
A regañadientes Arizona respondió:
-Me dijo que ella no me había olvidado, que traicionarme
fue un error, y que aún me amaba
Callie asomó su
sonrisa maliciosa de nuevo. Arizona frunció el seño, casi adivinando las
intensiones de Callie, así que le dijo:
-Calliope, tienes esa mirada, ¿Qué estas tramando?,
dime
Callie levantó las cejas y respondió:
-Quiero demostrarle a esa mujer que aunque quiso
hacerte daño, esta vez no lo logró, que tú y yo seguimos tan enamoradas y tan
felices como siempre, pero…, Callie agregó con un tono lleno de picardia: …-necesitaré
a mi cómplice para eso
Arizona dijo riendo:
-Callie, Callie, eres una malvada
Sonriendo también Callie dijo:
-Anda, vamos a darnos ese gusto, tú la viste a ella
acostándose con otra, ella te traicionó, creo que debería tomar un sorbo de su
propia medicina ¿no crees?, mucho más ahora, que nos hizo pasar a ambas ese
susto
Arizona dijo:
-Ok, dime ¿qué quieres hacer?
Callie no le respondió, la tomó de la mano y se la
llevó a la pista, asegurándose de colocarse en un sitio donde Johanna las
pudiera ver con facilidad, entonces, tomando a Arizona fuertemente en sus
brazos, comenzó a bailar con ella mientras le susurraba palabras al oído, en
español:
-Te amo Arizona, soy tan afortunada por tenerte,
porque me amas, te amo mi amor, tú y yo vamos a casarnos, tú y yo seremos muy
felices…
Arizona sin poder y sin querer evitarlo, se estremecía
con cada una de las palabras que Callie le susurraba al oído, ella sabía que la
intensión de Callie era excitarla y que Johanna lo viera todo, y no había
ninguna duda que estaba logrando ambas cosas. Mientras Johanna las veía,
queriendo matar a Callie con la mirada, la respiración de Arizona se hacía
inestable, y una corriente de deseo comenzaba a invadir todo su cuerpo.
Arizona soltó un gemido ahogado y susurró:
-Calliope…
Callie continuó susurrando palabras en español y
luego, mirando a su prometida con los ojos oscurecidos por el deseo que también
comenzaba a consumirla y casi olvidando a Johanna y su pequeña venganza,
comenzó con sus labios a acariciar los labios de Arizona quien rendida por el
amor y la lujuria, no resistió la tentación y profundizó el beso, para dejarse
consumir por la pasión que Callie le ofrecía.
Buscando aire para respirar, Arizona rompió el beso y
le dijo a Callie jadeando:
-Mi amor, vámonos ya, esta venganza me está matando a
mi también, por favor.
Jadeando y satisfecha por haber logrado su doble
objetivo, Callie tomó a Arizona por la mano, y la condujo hacia la salida de la
discoteca, ambas salieron abrazadas y sonriendo, sin mirar atrás, tomaron un
taxi y se dirigieron al hotel.
Cuando llegaron a la habitación, Arizona entró
primero, y dejó que Callie cerrara la puerta. Ella vio cuando Callie se paró
detrás de ella y mientras corría el cierre de su vestido hacia abajo, Callie
acercó sus labios a su oído y le susurró, mientras besaba su cuello:
-Creo que deberíamos continuar la fantasía de esta
mañana.
Estremeciéndose por el contacto y por la carga de
erotismo que envolvían las palabras de Callie, Arizona cerró los ojos, echó su
cabeza hacia atrás y abrió la boca para exhalar un gemido de puro placer, así
que entre un gemido y otro Arizona preguntó:
-¿Qué tienes en mente mi amor?
Callie sin detener las caricias de sus labios en el
cuello de Arizona le dijo susurrando, mientras le quitaba el sujetador:
-Yo sigo siendo tu esclava y tu mi señora, pero ahora
sabes que me amas, queremos hacer el amor, una y otra vez, pero debe ser a
escondidas, porque si nos descubren, me matarían.
A pesar de su excitación más que evidente, Arizona
sonrió ante la perspectiva de la continuación de la fantasía propuesta por
Callie, sin embargo la sonrisa se convirtió en un gemido cuando Callie sin
dejar de acariciar su cuello con los labios, con una mano comenzó a acariciar
sus senos, mientras que la otra la usó para recorrer con sus dedos toda la
extensión de la vagina de Arizona por encima de sus bragas que se humedeció aún
más con ese contacto.
Arizona arqueó su cadera y comenzó a jadear, Callie se
colocó frente a ella y mientras la besaba ardientemente se acostaron en la
cama. Callie hizo una pequeña pausa en sus caricias para desnudarse frente a
Arizona, mientras ella la veía con una mirada llena de lujuria y de deseo.
Callie susurrándole palabras al oído, besando su cuello y mordisqueando su
oreja comenzó un lento recorrido por todo el cuerpo de Arizona que seguía jadeando
y arqueando su espalda, mientras se sentía arder de pasión. Callie, de nuevo la
estaba enloqueciendo con sus caricias lentas y excitantes. Ella hizo el mismo
recorrido que había hecho en la mañana de ese mismo día, y Arizona repitió sus
ruegos y sus gemidos hasta que después de lo que pareció una eternidad envuelta
en la dulce agonía de las llamas del deseo que la envolvían, Arizona gritó el
nombre de Callie otra vez, cuando un clímax arrollador se apoderó de todo su
cuerpo.
Después fue el turno de Callie, para gemir, jadear y
volverse loca de pasión mientras Arizona logró con sus caricias y sus besos
excitantes llevarla a ese mundo de placer que sólo ellas conocían.
Satisfechas y enormemente felices, sintiendo ese enorme
amor que las unía y las conectaba cada día un poco más, Arizona se acostó de
medio lado mientras Callie la acunó en sus caderas y la envolvió en un tierno y
cálido abrazo.
Antes de quedarse dormidas, Arizona le dijo a Callie:
-Gracias mi amor
Callie en un tono lleno de ternura le preguntó:
-¿Por qué me das las gracias mi pichirruchi?
-Por amarme como me amas, por creer en mi, te amo
Callie besó con ternura el cuello de Arizona y le
dijo:
-Te amo mi amor y creo en ti, y ambas cosas son para
siempre
Arizona sonrió, giró su cabeza y buscó los labios de
Callie, ambas se besaron profunda y tiernamente.
Esta historia
continuará…