La
historia gira, por su puesto, en torno a Callie y Arizona, pero cuando comencé
a escribirla, recordé que la serie de televisión Grey’s Anatomy siempre ha estado
ligada a la música, de hecho cada capítulo del show se titula con el nombre de
una canción, así que me inspiré en esa idea, y de pronto esta historia se
convirtió en algo así como en un “fanfiction musical”, no sólo porque cada
capítulo se titula con el nombre de una canción, sino porque esa canción forma
parte del relato. Así que puedo afirmar que esta historia tiene tres
protagonistas: Callie Torres, Arizona Robbins y… la Música.
Por
ello, sí les gusta el relato, les advierto que la experiencia de su lectura no
será la misma si omiten escuchar la canción, la cual podrán oír haciendo clip
en su título, justo cuando aparezca el link en la historia, no antes, no
después...
Al
hacer clip en el título de la canción se abrirá una nueva ventana en https://www.box.com,
donde podrán escucharla en formato mp3.
Los
primeros ocho capítulos son de puro drama, así que preparen sus reservas de
kleenex, hasta yo solté algunas lágrimas mientras escribía algunos, y debo
admitir que escuchar la música ayudó, pero a partir del capítulo 9 la historia
toma un giro bastante divertido, luego aparecerá el drama de nuevo, y casi de
inmediato, la diversión otra vez, en fin, esto será una montaña rusa de
emociones, como el logo de Shonda Rhimes.
Conjuntamente
con la lectura, podrán escuchar canciones de Christina Perri, Taylor Swift,
Celion Dion, Dido, Keith Urban, Sara Ramírez, entre otros y muy especialmente
de Katharine McPhee, la protagonista de la serie de televisión “Smash”, me
encanta su voz y no se si fue casualidad, pero muchas de sus canciones se
adaptaron perfectamente a la historia, o yo adapté la historia a sus canciones…
da igual, el resultado es lo importante y que a ustedes, potenciales lectores,
les agrade este concepto de “fanfiction musical”.
Por
cierto, no duden en hacer sus comentarios. Para las personas que escribimos
blogs, los comentarios nos alientan a seguir creando historias. Así que de
antemano,
Gracias,
Miki T.
Robbinson